Parece que al espíritu insaciable del delantero
portugués Cristiano Ronaldo, no le alcanza con haber ganado, en enero pasado,
su segundo Balón de Oro FIFA World Player. Los 17 goles convertidos en poco más
de un mes, desde que se inició la temporada 2014/15, en el Real Madrid, son la
prueba más cabal de que apunta a superarse y a que no tiene límites en su
empeño para conseguirlo.
Cristiano Ronaldo está más que asentado en el Real
Madrid, club en el que se ha convertido en ídolo total, y en el jugador más
emblemático e importante desde los tiempos de gloria del club blanco con las
cinco Copas de Europa consecutivas entre 1956 y 1960 con el argentino Alfredo
Di Stéfano, recientemente fallecido.
El portugués captó la atención de la afición blanca
desde el mismo día de su llegada, con una impresionante multitud que colmó el
estadio Santiago Bernabeu aún cuando el entrenador era el ingeniero Manuel
Pellegrini (ahora en el Manchester City) aunque eso parece haber ocurrido hace
un siglo, y mucho tiempo ha transcurrido y mucho ha tenido que luchar Cristiano
para arribar a la actualidad.
Cristiano no pudo ganar el título con Pellegrini
porque le tocó coincidir con el gran Barcelona de Josep Guardiola y el reinado
de Lionel Messi, con quien mantiene un duelo futbolístico espectacular y hasta
un promedio de gol parecido entre ambas carreras, debió lidiar con ideas de
ataque con las que no siempre coincidió, en tiempos como entrenador de su
compatriota José Mourinho, hasta terminar muy enfrentados, y aunque siempre
tuvo excepcionales marcas con la camiseta blanca, sus mejores años, los de
mayor aplomo y tranquilidad, parecen ser los actuales, bajo la conducción
técnica del experimentado italiano Carlo Ancelotti.
Aquél Cristiano de los tiempos de Mourinho, aceptaba
en muchos casos jugar a recibir balones largos, desde muy lejos, apostando al
contrataataque y apostar al error de los rivales, aunque con Ancelotti, el
equipo se fue adelantando en el terreno de juego, y de a poco fue comenzando a
aumentar su posesión del balón, y a llegar con mucha más continuidad y soltura
hacia el arco rival, hasta conformar la actual temible delantera BBC (Bale,
Benzema y Cristiano) que acaba de vapulear al Athletic de Bilbao (5-0) y, como
tantas otras veces, con un hat-trick del portugués, ya acostumbrado a que esto
sea absolutamente normal cuando dista mucho de serlo.
Se dijo en su momento que a Cristiano le favorecía
el juego a balón largo. En verdad, no era tan cierto porque más de una vez, se
vio en problemas cuando los rivales le achicaron el campo o cuando le quitaron
el balón a su equipo sin dejarlo jugar. Fue en aquellos tiempos cuando
aparecieron en los primeros planos de la TV los gestos del portugués con los brazos
en forma de aspaviento, quejándose de la falta de oportunidades para convertir,
y más para un delantero insaciable como él.
Hoy, esto no ocurre. Cristiano recibe muchos más
balones por partido. Ante el Athletic, se pudo observar cómo en uno de los goles,
el galés Gareth Bale, en su carrera por la punta derecha, en la segunda parte,
pudo levantar la cabeza y observarlo dos veces, para saber a dónde colocar con
precisión su asistencia que, obviamente, concluyó en gol.
Más allá de que el Real Madrid perdió jugadores muy
importantes en la creatividad como Mesut Özil primero, y Ángel Di María
después, no es menos cierto que James Rodríguez e Isco, también pueden cumplir
una función importante de enlace con los delanteros.
Pero si hay un hecho fundamental en el rendimiento
de Cristiano, es la obtención de la ansiada Décima Champions League, a finales
de la temporada pasada, por el Real Madrid, en una durísima final ante el
Atlético, que estuvo a punto de perder.
Este título serenó al equipo y le dio amplias posibilidades
de crecer, sin la presión que significa buscar un título tan importante.
Cristiano, además, tiene en diciembre la posibilidad de una nueva vidriera, el
Mundial de Clubes de Marruecos.
El próximo 18 de noviembre, además, se avecina un
partido de campanillas. Un amistoso entre las selecciones de Argentina y
Portugal y nada menos que en un escenario que dará que hablar: Old Trafford, el
Teatro de los Sueños de Manchester, que enfrentará a Cristiano y su gran rival
en los goles, Lionel Messi, y en el estadio del club que lo tuvo como gran
estrella, el Manchester United, que busca su retorno para la temporada que
viene.
Cristiano ha debutado antes que Messi en el fútbol
profesional, pero en goles tienen carreras casi similares. El portugués lleva
442 goles en 694 partidos (un promedio de 0,63), mientras que el argentino
lleva 403 en 527 (0,76).
En esta temporada, Cristiano lleva 17 goles, una
cifra que muchos jugadores ansían para una temporada completa, mientras que
Messi lleva 6, y junto con el brasileño Neymar (7), han totalizado en Liga
Española la misma cantidad que el portugués.
Todo indica que, más allá de lo que pueda ocurrir,
el inicio de temporada de Cristiano Ronaldo es espectacular y una muestra cabal
de su poder de su fuerza y sus deseos de superación.
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