jueves, 3 de agosto de 2017

La pérdida definitiva de la (escasa) credibilidad del fútbol argentino




Eran sólo cinco minutos y por la final de un torneo reducido de Primera B Metropolitana para determinar el segundo ascenso al Nacional B, y sin embargo, estuvo en boca del mundo futbolístico por el increíble fallo que permitió, una vez más, la absoluta impunidad de los vivos sobre los limpios.

Era la gran oportunidad para tratar de empezar a salir, de una vez, del pantano de inmoralidades en el que desde hace muchísimos años se encuentra el fútbol argentino con escasísimas excepciones a tres años casi clavados de la muerte de quien manejó como quiso la AFA por tres décadas y media, Julio Grondona, pero todo sigue igual. Tristemente igual.

Más allá de explicaciones leguleyas, el Tribunal de Disciplina - manejado por el mismo Fernando Mitjans involucrado, nada menos, que en un caso de escuchas por las que aconseja al presidente de Boca Juniors y comisario político del macrismo en la AFA, cómo rellenar un formulario de descargo ante el propio tribunal para zafar de una sanción- decidió darle una oportunidad de ascender al Nacional B al equipo que claramente hizo trampa para conseguirlo, en vez de aplicar el reglamento como corresponde a cualquier institución seria.

La AFA había dejado de ser seria hacía tiempo, pero ahora sabemos que siempre se puede estar más abajo y que no se terminó de tocar fondo y que nos puede seguir sorprendiendo con cosas peores que superen a todo lo anterior.

Que para la aplicación del fallo no se hayan tomado en cuenta ni los antecedentes de Deportivo Riestra y sus anteriores invasiones de campo, o las fotos y los videos que muestran cómo ampliaban una de las áreas de su estadio para favorecerse haciendo trampa, o que el árbitro Paulo Vigliano no haya tomado en cuenta una clara, neta invasión de campo a cinco minutos del final por parte de un jugador local no convocado como Leandro Freyre, que es algo que pudo notar hasta un niño y que la TV repitió mil veces, pasa a ser una cargada monumental a cualquier hincha que pretenda pensar en la aplicación de la Justicia y en cualquier división.

Después de esto, ya vale cualquier cosa y la trampa se consumó de manera definitiva, aún cuando el rival, Comunicaciones, tuvo una actitud digna dentro del campo de juego, en el partido inconcluso y en su continuación de cinco ridículos minutos en los que no pudo torcer el destino, aunque fue, acaso, demasiado sumiso a la institucionalidad, al no resistirse a las ridículas medidas, acaso para no entrar en una colisión con la AFA.

La relación de Deportivo Riestra y la trampa cierra por todos los flancos y no hay nada que parezca casualidad. Por lo general, cuando un animal se parece a un perro, tiene cuatro patas como un perro, ladra como un perro, mueve la cola cuando está alegre como un perro y tiene hocico como un perro, suele ser un perro.

Y Deportivo Riestra no sólo tiene ya dos antecedentes de invasiones de campo (21/6/2013 ante Ituzaingó, por el recudido de la D, cuando pasó lo mismo que ante Riestra pero el rival consiguió empatar porque el partido prosiguió, y luego ganó por penales, y en 2014, otra vez en el reducido de la D pero ante Sportivo Barracas, cuando ganaba 3-2, el rival tenía un tiro libre, y la invasión no dejó patearlo y así se produjo el ascenso a Primera C), o pruebas claras de intentar agrandar una de las áreas sino que a su vez, genera sospechas porque su gerenciador es nada menos que el polémico abogado Víctor Stinfale, ligado a la farándula e involucrado en el caso de la discoteca Time Warp, que arrastra cinco muertes de jóvenes por consumo de drogas.

Stinfale, quien dijo que si recibiese una fortuna de Adolf Hitler también trabajaría para él, parece haber tenido mucha suerte en julio pasado y no sólo por el lamentable fallo del Tribunal de Disciplina de la AFA sino porque la Sala II de la Cámara Criminal Correccional Federal ordenó su excarcelación al revisarse las prisiones preventivas del Caso Time Warp, aunque confirmó su procesamiento, al cambiar de carátula.

Desde la muy dura llamada “Comercio de estupefacientes y abandono agravado de persona seguido de muerte”, la carátula pasó a “Facilitación del lugar para el consumo y venta de estupefacientes, homicidio culposo y lesiones graves culposas”.

Lo cierto es que en la discoteca de Costa Salguero había más del doble de asistentes permitidos, venta de drogas y sólo botellines de agua Speed –la marca de Stinfale que auspicia la camiseta de Deportivo Riestra- a 100 pesos la unidad, y tampoco hubo agua en los baños, cosa de que todos los jóvenes acabaran consumiendo la bebida “oficial”.

“Buscan que la causa Time Warp quede impune”, sostuvo el apartado fiscal Federico Delgado,  reemplazado por Ramiro González, en referencia al dilatado caso sin solución ni fecha de juicio luego de más de 70 recursos y quejas presentados por Stinfale, detenido en la cárcel de Marcos Paz por la causa en la que murieron cinco jóvenes de entre 21 y 25 años.

La cuestión es que con todos estos antecedentes, un Tribunal que está presidido por un dirigente que hace rato que debió renunciar por razones éticas, como Mitjans, resolvió continuar un partido que a todas luces debió ser terminado en el momento de la suspensión, sin atenuantes, con la aplicación del artículo 106 inciso G del Reglamento de transgresiones y Penas que parece estar escrito para partidos como el de Deportivo Riestra-Comunicaciones, porque sostiene que debe quitarse los puntos al club que hiciera exactamente lo que hizo Riestra con la invasión de campo.

Por contrario, el citado Tribunal, siempre en contra de la lógica y de la justicia salvo la excepción de Sergio Fernández, único que votó por el artículo 106 aunque perdiendo 4-1 en definitiva, procedió a aplicar los artículos 32, 33, 80 y 82. “Estamos en presencia de una justa deportiva cuyo ámbito natural de competencias es un campo de juego”, se sostiene en el Boletín Oficial como justificación del absurdo.

El propio Tapia, según palabras de Daniel Angelici, factótum para que el presidente de la AFA llegara a ser elegido en su momento, meses atrás, pareció estar a favor de la continuación del partido irregularmente suspendido el pasado domingo, siguiendo la línea de Julio Grondona y del Boletín Oficial acerca de que los partidos “se ganan y se pierden en la cancha”, sin importar si vienen o no del ridículo.

La AFA no hizo entonces más que aplicar aquel “siga, siga” del ex árbitro Francisco Lamolina, que “sacaba adelante” los partidos “con inteligencia”, como reclamaba el entonces director del Colegio de Arbitros, Jorge Romo (que a su vez reclamaba el todo poderoso Grondona entre bambalinas en referencia a que había que favorecer a los poderosos y hacer la vista gorda con algunos fallos para que el sistema no se cayera) y tal vez por eso, ahora Vigliano “no vio” la clarísima invasión de Freyre, algo así como tomarnos a todos por estúpidos porque no sólo fue delante de sus narices sino que tuvo la chance posterior de ampliar su declaración recurriendo a las imágenes de la TV o a sus colaboradores como testigos.

Entonces tanto el Tribunal de Disciplina (con sus cuatro votantes a favor de la continuidad del partido, Eduardo Bozzi, Roxana Del Río, Jorge Gallelli y Gerardo Gómez Coronado) como Vigliano, Freyre y aquellos que lo enviaron a invadir la cancha e interrumpir el dominio final de Comunicaciones, se burlaron de todos los hinchas de fútbol en sus caras. Y en un país serio, en un contexto serio, ya tendrían que haber renunciado desde hace rato. Y en un país serio, ya tendrían que tener causas en sus contras. Pero no. Siga, siga.

En un país serio, en instituciones que funcionan de verdad y que no se burlan de la gente, como esta AFA que lleva años haciéndolo, Riestra no sólo debería tener sanción económica y de quita de puntos, sino que debería haberse quedado en Primera B por lo que hizo, por haber hecho trampas (con s, plural). Pero no. Siga, siga.

No es de ahora. Hace unos años, Graciela Muñiz, de la Defensoría del Pueblo, decidió ver el estado de las canchas de ascenso y en uno de los partidos a los que concurrió, observó muchas irregularidades y envió una nota a la AFA de Grondona pidiendo aclaraciones sobre lo ocurrido allí. La respuesta de la AFA fue la estadística: formaciones, goles, cambios, nombre del árbitro.

Luego vino aquel esperpento del 38-38 de diciembre de 2015, con la farsa de la frustrada elección presidencial entre Marcelo Tinelli y Luis Segura.
¿Se podía esperar otra cosa, ahora, que no fuera una burla?

El fútbol argentino vivió uno de sus días más vergonzosos,  y cada día le costará más recuperar una mínima credibilidad.  Pero también se necesita de valentía, no sólo de ética. Está muy bien lo que hizo el equipo de Comunicaciones, DT Alejandro Orfila incluído. Es muy saludable posar con una bandera defendiendo la ética con una frase de Marcelo Bielsa. Pero se necesita coraje para desafiar a los que hacen trampa: desde no presentarse a jugar un final ridículo de cinco minutos, hasta apelar ahora al TAS o a la Justicia Civil si hiciera falta, para dejar desnudos a estos tipos que van minando lo poco que queda de este destrozado fútbol nacional.


Definitivamente, Grondona is not dead.

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