Lo que por años vino advirtiendo Florentino Pérez,
el presidente del Real Madrid, tendrá su desenlace en las próximas horas,
cuando la Liga Española de Fútbol (LFP), a través de su titular, Javier Tebas
Medrano, denuncie ante la UEFA al Manchester City y al PSG por el llamado
“Dóping Financiero”, por el que estos dos clubes recibirían fondos desde
organizaciones estatales de países ricos, en forma disimulada, que les serviría
para reforzarse con grandes fichajes.
Pérez, así como dirigentes de otros clubes poderosos
europeos como el Bayern Munich, la Juventus, el Milan o el Inter, entre ellos,
vino quejándose de que si la situación continuaba así, en poco tiempo
aparecerían entidades sin historia futbolística que podrían meterse en los
primeros lugares de las competencias con la fuerza de un dinero inyectado desde
países ricos como Qatar o Emiratos Arabes, disimulado a través de empresas
ligadas a estos países como compañías aéreas o bancos.
Esta situación casi estalla hace pocos meses, cuando
los poderosos europeos, nucleados en la Asociación de Clubes (ACE), estuvieron
a punto de marcharse de la Champions League, descontentos con el reparto de
equipos para los países más fuertes, que era un proyecto del anterior
presidente de la UEFA, Michel Platini.
El ex futbolista francés, que fracasó en su intento
de ser presidente de la FIFA al caer en desgracia por un asunto de corrupción
que también involucró al suizo Joseph Blatter (quien dirigió la entidad entre 1998
y 2015), basó su creciente poder en la UEFA en el hecho de repartirlo con las
federaciones con menos protagonismo, pero fue resistido por los clubes más
poderosos, que amagaron con organizar una Superliga por su propia cuenta, y
abandonar la Champions League, aunque desistieron cuando asumió el abogado
esloveno Alecsander ceferín, muy ligado al nuevo presidente de la FIFA, Gianni
Infantino.
Infantino fue secretario general de Platini en la
UEFA y ante la caída en desgracia del francés y la falta de dirigentes
sudamericanos, involucrados en su gran mayoría en otro caso de corrupción, el
FIFA Gate (por cohecho en la cesión de derechos de TV de las Copas América
hasta Ecuador 2023), apareció como el único candidato a la FIFA desde los
países occidentales.
Con Ceferin, la ACE dio un paso atrás y aceptó
continuar en las competencias europeas de la UEFA porque se le prometió que
cambiarían los coeficientes para clasificarse desde la temporada que viene y
los poderosos tendrán más cupos, pero las enormes sumas de dinero gastadas por
el Manchester City y por el PSG en este verano, encendieron todas las alarmas.
El PSG, ligado a Qatar a través de su dueño, Nasser
Al Khalaiffi, gastó más de 500 millones de euros en apenas dos fichajes de
renombre como los de Neymar (arrancado al Barcelona) y Kyllian Mbappé (del
Mónaco), mientras que el Manchester City, estrechamente vinculado a Emiratos
Arabes Unidos desde su dueño, el jeque Mansur bin Zayed bin Sultan Al Nahyan,
gastó 240 millones de euros en fichajes como los de Mendy y Bernardo Silva
(Mónaco), Danilo (Real Madrid). Douglas Luiz (Vasco da Gama), Ederson (Benfica)
y Walker (Tottenham).
Lo que sostienen la Liga Española (LFP) acerca del
Manchester City y del PSG es que estos clubes eluden el llamado Fair Play
Financiero, por el que todos las entidades futbolísticas europeas deben cumplir
con un equilibrio entre ingresos y egresos económicos, mediante un dinero que
no es propio de lo que generan.
Por ejemplo, al recibir el PSG dinero de Qatar, a
través de empresas ligadas a ese país por el deseo de mostrar una mejor imagen
a través del fútbol, se le otorga al club francés una ventaja deportiva que no
consiguió en el campo de juego o por una buena administración de sus recursos.
Esto pudo notarse claramente en el reciente fichaje
de Neymar. La fabulosa cifra recibida por el jugador y su padre, que es también
su agente, está relacionada con que Qatar eligió al brasileño como su cara
futbolística para promocionar el Mundial 2022, algo lógico teniendo en cuenta
que para ese entonces, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo serán muy veteranos.
A su vez, el Manchester City concretó en este verano
otra maniobra con la compra de la mayoría de las acciones del Girona, equipo
catalán recientemente ascendido a Primera, y que pasa a formar parte del
llamado City Group que también integran el New York City en Estados Unidos
(donde juega David Villa y anteriormente lo hizo Frank Lampard) y el Melbourne
City de Australia.
El administrador del Girona será Pere Guardiola, el
hermano del entrenador Josep Guardiola, que justamente dirige al Manchester
City, que ya cedió varios jugadores de su segunda línea al equipo catalán para
esta temporada.
Tanto Manchester City como PSG se suelen defender
sosteniendo que no han vulnerado las reglas del Fair Play Financiero porque se
dividió su cumplimiento en etapas de tres años, y el 31 de julio de 2017 venció
la primera y desde el 1 de agosto comenzó la siguiente, que durará tres años,
es decir, hasta el 31 de julio de 2020 por lo que, argumentan, estos clubes
tendrían tres temporadas para equilibrar sus finanzas.
De cualquier modo, la LFP advirtió que la propia
FIFA está en problemas porque Qatar, a través de una de sus empresas, Qatar
Airways, es auspiciante de la casa mayor del fútbol mundial y esto condiciona
su accionar.
Alerta roja en el fútbol europeo. ¿Qué hará la UEFA
con este juicio?
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