domingo, 28 de diciembre de 2008
El gran fútbol lo puso el Barcelona (La Jornada)
Se fue 2008 y paradójicamente, aunque el Manchester United se llevó los preciados tres títulos más importantes a los que podía aspirar (Premier League, Champions League y Mundial de World Cup Clubs), el mejor fútbol del planeta estuvo en el Camp Nou y lo puso el Barcelona, aunque hay que aclarar que como la temporada se juega de mitad de un año a mitad del otro, lo del equipo catalán ocurrió especialmente en este último semestre.
El fútbol sigue navegando en la transición en busca de un modelo que logre incluir espectáculo, sea rentable, atraiga a los espectadores y a los televidentes, pero que al mismo tiempo no deje de ser, como lo es, uno de los negocios más fuertes que jamás haya vivido la humanidad. Es decir, compatibilizar la estética con la economía, algo que no parece difícil de dilucidar: cuanto más brillante sea el espectáculo, más posible que atraiga a más simpatizantes.
Pero el fútbol. Tiene un plus, un elemento extra, que en muchísimos casos cumple otra función y que pasa por la fidelidad a los colores de los clubes o seleccionados, y eso a veces va por una vía distinta que el espectáculo y entra en la necesidad de ganar al precio que sea, y muchos han adscripto a esta línea, por la que solamente importa ganar.
Creemos que el Barcelona, especialmente al comenzar la temporada 2008/09 que va por la mitad, y con la contratación de Joseph Guardiola como entrenador del plantel profesional, ha interpretado su filosofía como un puente perfecto entre la lógica necesidad de ganar (al fin y al cabo participa en una competencia deportiva y profesional) pero con la importancia de tratar siempre de gustar, de generar simpatía en los espectadores, sean sus propios simpatizantes o los ajenos.
Para ello, y presionado por una fuerte crisis institucional que casi se queda con su cargo (y por la que renunciaron los principales dirigentes hasta dejarlo casi solo), el presidente del Barcelona, Joan Laporta, por fin tomó la medida más dura pero necesaria, la de permitir el alejamiento de dos de sus jugadores clave en la etapa anterior, como el portugués Deco y el brasileño Rolandinho (muy amigos entre sí), que ya habían cumplido un ciclo, y lo mismo con el entrenador holandés Frank Rikjaard.
Ronaldinho y Deco, así como el volante brasileño Edmilson, formaban parte del grupo cercano al ex vicepresidente Sandro Rosell (futuro candidato a presidente en las próximas elecciones y muy estrechamente vinculado a la marca de indumentaria deportiva Nike), por lo que todo indica que ahora reina la paz y han quedado todos los jugadores que le respondían más directamente al presidente Laporta y llama la atención que un delantero como el camerunés Samuel Eto’o, que había tenido tantos problemas fuera de la cancha en los últimos años, ahora luzca tan bien y a su vez se muestre consustanciado con sus compañeros y cuerpo técnico.
El Barcelona practica, por momentos, un fútbol brillante, basado en el eje en el que Guardiola proyectó la temporada, el argentino y para muchos ya mejor jugador del mundo, Lionel Messi. Pero junto con el ahora número diez, aparecen muchos cracks que son acaso los mejores en muchos puestos del campo, como Xavi, el más completo jugador español, Iniesta, un joven muy prometedor, un talentoso como el francés Henry por el extremo izquierdo, quien ha recuperado su nivel, y una gran defensa, con la personalidad de siempre de Carles Puyol y Rafa Márquez jugando como cuando lució hace tres temporadas, sumado a la gran solvencia del arquero Victor Valdez.
Con un promedio de tres goles por partido, absolutamente inusual en estos tiempos, no parece fácil que algún equipo le arrebate el título de liga al Barcelona, y ni siquiera de Europa, aunque queda mucho por recorrer.
El año está marcado por dos equipos más en cuanto a clubes, como el mencionado Manchester United, que con un plantel completísimo de estrellas ha llegado hasta la cima, y la gran sorpresa de la Liga Universitaria de Ecuador, que con un bajo presupuesto y sin ser el candidato de nadie, fue eliminando a rivales de muchísimo más renombre, como San Lorenzo (Argentina), Estudiantes (Argentina). América (México) y especialmente en la final, en el mítico estadio Maracaná, al Fluminense (Brasil), para tener una decorosa participación en el reciente Mundial de Clubes de Japón, donde pudo incluso haberle empatado a los ingleses.
Queda una mención para el seleccionado español, que sorprendió a propios y extraños en la pasada Eurocopa de Austria y Suiza, y luego de 44 años, ganó un torneo europeo y por primera vez, fuera de su país, en lo que es la consecuencia de la cantidad de jugadores que España ha exportado a Europa y se destacan, y por la apuesta de su entrenador Luis Aragonés, de jugar al ras del suelo la pelota y ser consecuente con un estilo.
En el nivel olímpico, los Juegos de Pekín ratificaron la fuerza y la vigencia del seleccionado argentino, que retuvo la medalla dorada de Atenas 2004 y nuevamente invicta. La decepción fue Brasil, que pese a llevar lo mejo que pudo, sigue sin el máximo galardón en su historia.
Se fue 2008 y ya comienza 2009 con más esperanzas de buen fútbol y el regreso a las canchas de uno de sus grandes cracks de este tiempo, Ronaldo, quien recuperado ya de sus dolencias vuelve a la liga de su país, Brasil, para jugar con el Corinthians de San Pablo, en tanto que el Milan intentará buscar de cambiar el rumbo de estos aos de la liga italiana, ganada por su máximo rival, el Inter, y ha fichado a préstamo nada menos que a David Beckham, quien se suma a Seedorf, Pato, Ronaldinho, Sevchenko o Kaká, para completar un equipo de supeeestrellas que promete.
jueves, 25 de diciembre de 2008
Manchester United, el campeón de la lógica pura (Yahoo)
Lo dijo el inteligente entrenador argentino de la Liga Deportiva Universitaria de Ecuador, Edgardo Bauzá, y se cumplió, porque aparecía como muy complicada la chance de que el campeón sudamericano, con un presupuesto más de diez veces menor que el del Manchester United, pudiera ganarle una final de un torneo Mundial de Clubes, con todo lo que hay en juego.
Y efectivamente, si bien la Liga hizo en la final de Yokohama mucho más de lo que algún seguidor serio del fútbol pudiera imaginar jamás, tampoco le alcanzó, aún cuando Cristiano Ronaldo no pudo recuperar el nivel perdido al finalizar la pasada temporada, o con un jugador de más por cuarenta minutos por la expulsión de Vidic.
La diferencia es tan grande entre el Manchester United y los demás participantes del Mundial de Clubes que aún cuando por dos veces, el talentoso volante argentino Damián Manso sacó remates de larga distancia con extraordinaria precisión, el muy serio veterano arquero holandés Van der Sar alcanzó a estirarse y rechazar ambas pelotas.
Bauza dijo en los días previos con acierto lo que ya una vez nos dijo hace años su compatriota Carlos Bianchi con cierta preocupación, la misma que llevó ahora a la FIFA, incluso en la misma ciudad de Tokio en una conferencia de prensa paralela al Mundial de Clubes, a intentar implantar en el mundo la regla del “6+5”, es decir, por lo menos seis jugadores nacidos en el país del equipo y no más de cinco extranjeros por equipo, algo complicado.
Bianchi nos decía en uno de los partidos que Boca Juniors disputó en Japón por la antigua Copa Intercontinental que cuando se habla de los grandes equipos europeos “no sabemos bien de qué fútbol nacional hablamos, porque tienen jugadores de tantos países, que ya es difícil catalogarlos”
Y Bauzá también lo predijo, porque cuando se le preguntó por aquel partido que Inglaterra le ganó ajustadamente a Ecuador hace dos años por los octavos de final del Mundial de Alemania 2006, con gol de David Beckham recién en el minuto sesenta, el entrenador argentino dijo con ironía, “ojalá jugáramos contra un equipo inglés, pero el Manchester es mucho más que la selección inglesa, porque en sus filas hay jugadores que son titulares de muchas selecciones nacionales distintas”.
Y esa es una gran verdad, aunque luego la Liga haya sido valiente y le haya complicado mucho el partido al Manchester.
El gran tema sigue siendo, como desde que comenzó el Mundial de Clubes, si con este formato el fútbol no se va convirtiendo en un deporte cada vez más lógico y los que tienen mayor presupuesto, aunque a veces se enfrentan a rivales duros, terminan imponiéndose por la prepotencia del dinero.
Es claro que el Manchester vino a cumplir con el compromiso y la obligación de ganar este torneo porque su plantel es demasiado caro para perderlo y ante el Gamba Osaka, un equipo muy bien trabajado que nos sorprendió por su juego colectivo y sus buenas individualidades, bastó que ante el descuento de los japoneses para el 2-1, los ingleses se enojaran y en menos de diez minutos ya estaban 5-1 arriba tan sólo porque Rooney ingresó.
Entendemos que luego el entrenador del Pachuca mexicano, Enrique Meza, se queje de que al final, en los Mundiales de Clubes, los campeones de Sudamérica y Europa juegan un partido menos que los demás y tienen la ventaja de jugar desde semifinales, pero aún así, si entre Manchester y Gamba, o entre Liga y Pachuca, hubo una diferencia de calidad, qué pensar que sucedería si los dos equipos con mayor tradición, que antes jugaban la Copa Intercontinental, entraran en una fase anterior.
Seria muy aburrido y aún sin este punto, la FIFA debería encontrar una solución para que de ahora en más, que el torneo pasa por dos años a Emiratos Arabes Unidos, se busque mayor competitividad, como por ejemplo, tal vez más representantes decada continente, o que las plazas sean parecidas en cuanto al reparto mundial, a los Mundiales de selecciones nacionales, lo que garantizaría calidad, venta de derechos de transmisión e interés mundial, porque hay que admitir que para Europa, en los países que no tienen un equipo clasificado para el Mundial de Clubes, el torneo no interesa y muchas veces no se televisa.
El otro punto es el de la rotación de países y hasta continentes, para darle un mayor énfasis al disfrute de la pasión popular por el fútbol y mayor emoción a los torneos.
De todos modos, en este torneo que finaliza, han dejado una muy buena impresión equipos como Liga o Gamba Osaka, mientras que puede decirse que lo del Pachuca ha sido un fracaso, después de la estruendosa eliminación en cuartos de final en 2007 ante el Etoile du Sahel de Túnez.
Si bien ahora pasó a semifinales, estuvo 0-2 al finalizar la primera parte ante el Al Ahly de Egipto, y luego cayó de manera inapelable en semifinales contra la Liga.
El Mundial de Clubes sigue ahora por un nuevo camino, otra sede, y deberá ser repensado para recuperar el interés general. .
Y efectivamente, si bien la Liga hizo en la final de Yokohama mucho más de lo que algún seguidor serio del fútbol pudiera imaginar jamás, tampoco le alcanzó, aún cuando Cristiano Ronaldo no pudo recuperar el nivel perdido al finalizar la pasada temporada, o con un jugador de más por cuarenta minutos por la expulsión de Vidic.
La diferencia es tan grande entre el Manchester United y los demás participantes del Mundial de Clubes que aún cuando por dos veces, el talentoso volante argentino Damián Manso sacó remates de larga distancia con extraordinaria precisión, el muy serio veterano arquero holandés Van der Sar alcanzó a estirarse y rechazar ambas pelotas.
Bauza dijo en los días previos con acierto lo que ya una vez nos dijo hace años su compatriota Carlos Bianchi con cierta preocupación, la misma que llevó ahora a la FIFA, incluso en la misma ciudad de Tokio en una conferencia de prensa paralela al Mundial de Clubes, a intentar implantar en el mundo la regla del “6+5”, es decir, por lo menos seis jugadores nacidos en el país del equipo y no más de cinco extranjeros por equipo, algo complicado.
Bianchi nos decía en uno de los partidos que Boca Juniors disputó en Japón por la antigua Copa Intercontinental que cuando se habla de los grandes equipos europeos “no sabemos bien de qué fútbol nacional hablamos, porque tienen jugadores de tantos países, que ya es difícil catalogarlos”
Y Bauzá también lo predijo, porque cuando se le preguntó por aquel partido que Inglaterra le ganó ajustadamente a Ecuador hace dos años por los octavos de final del Mundial de Alemania 2006, con gol de David Beckham recién en el minuto sesenta, el entrenador argentino dijo con ironía, “ojalá jugáramos contra un equipo inglés, pero el Manchester es mucho más que la selección inglesa, porque en sus filas hay jugadores que son titulares de muchas selecciones nacionales distintas”.
Y esa es una gran verdad, aunque luego la Liga haya sido valiente y le haya complicado mucho el partido al Manchester.
El gran tema sigue siendo, como desde que comenzó el Mundial de Clubes, si con este formato el fútbol no se va convirtiendo en un deporte cada vez más lógico y los que tienen mayor presupuesto, aunque a veces se enfrentan a rivales duros, terminan imponiéndose por la prepotencia del dinero.
Es claro que el Manchester vino a cumplir con el compromiso y la obligación de ganar este torneo porque su plantel es demasiado caro para perderlo y ante el Gamba Osaka, un equipo muy bien trabajado que nos sorprendió por su juego colectivo y sus buenas individualidades, bastó que ante el descuento de los japoneses para el 2-1, los ingleses se enojaran y en menos de diez minutos ya estaban 5-1 arriba tan sólo porque Rooney ingresó.
Entendemos que luego el entrenador del Pachuca mexicano, Enrique Meza, se queje de que al final, en los Mundiales de Clubes, los campeones de Sudamérica y Europa juegan un partido menos que los demás y tienen la ventaja de jugar desde semifinales, pero aún así, si entre Manchester y Gamba, o entre Liga y Pachuca, hubo una diferencia de calidad, qué pensar que sucedería si los dos equipos con mayor tradición, que antes jugaban la Copa Intercontinental, entraran en una fase anterior.
Seria muy aburrido y aún sin este punto, la FIFA debería encontrar una solución para que de ahora en más, que el torneo pasa por dos años a Emiratos Arabes Unidos, se busque mayor competitividad, como por ejemplo, tal vez más representantes decada continente, o que las plazas sean parecidas en cuanto al reparto mundial, a los Mundiales de selecciones nacionales, lo que garantizaría calidad, venta de derechos de transmisión e interés mundial, porque hay que admitir que para Europa, en los países que no tienen un equipo clasificado para el Mundial de Clubes, el torneo no interesa y muchas veces no se televisa.
El otro punto es el de la rotación de países y hasta continentes, para darle un mayor énfasis al disfrute de la pasión popular por el fútbol y mayor emoción a los torneos.
De todos modos, en este torneo que finaliza, han dejado una muy buena impresión equipos como Liga o Gamba Osaka, mientras que puede decirse que lo del Pachuca ha sido un fracaso, después de la estruendosa eliminación en cuartos de final en 2007 ante el Etoile du Sahel de Túnez.
Si bien ahora pasó a semifinales, estuvo 0-2 al finalizar la primera parte ante el Al Ahly de Egipto, y luego cayó de manera inapelable en semifinales contra la Liga.
El Mundial de Clubes sigue ahora por un nuevo camino, otra sede, y deberá ser repensado para recuperar el interés general. .
Japón y los misterios de una cultura milenaria
Nos toca visitar Japón nuevamente, por sexta vez ya gracias a esta incomparable profesión que abrazamos hace ya dos décadas y media, ahora en ocasión del Mundial de Clubes, y peripecias de viaje mediante, no nos cansamos de comprobar la consolidación de una sociedad tan antigua y de un pueblo milenario del que seguramente tenemos mucho, diría que demasiado, que aprender.
La primera conclusión que uno puede sacar en los repetidos periplos por tierras niponas es que si hay algún tipo de desentendimiento, duda, litigio o confusión entre nuestra interpretación y la de los japoneses, es hartamente probable que ellos tengan razón, por experiencia, preparación, orden y conformación de su moral.
Partamos de una base para diferenciarnos rápidamente de los amigos orientales. Ellos siempre presuponen (y actúan) de buena fe y por lo tanto, serán acartonados, formales, tímidos hasta la médula, pero también serán siempre amables y absolutamente solidarios, porque así fueron educados y criados. Y nosotros, por naturaleza, somos mal pensados, entonces vamos a todo mirando para ambos costados primero, y si se puede para adelante y para atrás, también.
Al mismo tiempo, nos vuelve a tocar comprobar cómo todo aquello a lo que los argentinos llamamos “Primer Mundo” y tratamos siempre de igualar, termina decepcionándonos o sólo es así en la figuración o en lo que representa, pero mucho más que en su verdadero funcionamiento. Me explico: nuestro vuelo partía de Madrid hacia París, vía Air France, para hacer escala en el aeropuerto Charles de Gaulle de París por una hora y seguir hacia Tokio. Más allá de las turbulencias que generaron que el pajarraco gigante se balanceara y hasta permitiéndonos escuchar algunos gritos de pasajeros cercanos, el mayor problema, paradójicamente, ocurrió a minutos de llegar a París, cuando una azafata de aspecto sargentón preguntó al micrófono quiénes debían viajar a Japón. Cuando nos apuntamos, recibimos la “buena nueva”: no llegaríamos a ese vuelo, cosa extraña al comprobar, según mi maltrecho reloj, que aún quedaba un espacio de cincuenta y cinco minutos para la partida del vuelo siguiente, pero aún así, la azafata de marras continuó insistiendo con su discurso, convencida de su razón.
Un autobús nos dejó a los pocos minutos en la terminal y cuando nos disponíamos a una carrera alocada en busca de una plusmarca mundial con tal de llegar al vuelo, nos fuimos dando cuenta de que la fortachona de Air France conocía a pleno todos los procesos previos a un viaje. Primer tema, el salir desde Francia del territorio de la Unión Europea (UE) motivaba un sellado de pasaporte, tras lo cual, habría que pasar el vallado del control de rayos X. Allí intentamos el sorpsasso con el argumento (real) de que el avión se nos iba, cuando nos acometió la segunda sorpresa desagradable: la mayoría de los que compartían la fila, muchos de ellos japoneses, también estaban perdiendo el mismo vuelo, llegados desde distintos puntos de Europa, por lo que no había manera de conseguir paso. Aún así, nos dimos maña muchos de nosotros para estar en la puerta correspondiente unos diez minutos antes del vuelo, convencidos de que si más de veinte personas pierden el mismo vuelo y provienen de la misma compañía en un vuelo anterior, y siendo esta empresa nada menos que Air France, nos esperaría con toda seguridad. Pero aquí viene la tercera y gran sorpresa de la jornada. No nos esperaron. El avión partió a horario, dejándonos boquiabiertos y con la explicación de que la prioridad para la empresa es “la partida debido al uso de la torre de control”. ¿Y los pasajeros, que pagaron su pasaje y llegaron algo retrasados por otro vuelo de la misma compañía? Bien gracias. Esta “demora” hizo que el grupo en cuestión, en el que me incluyo, permaneciera por diez horas en el aeropuerto, a la espera de partir por la noche hacia Tokio en otras doce horas de viaje, y un día y medio perdido por la diferencia horaria, que gracias a Internet al menos me permitió avisar a los clientes para los que debía trabajar. A cambio, eso sí, hemos recibido por parte de Air France la delicada oferta de un vale para un sándwich y una bebida para poder disfrutar, al menos, de las diez horas de espera.
Por suerte, en la fila de los rayos x conocemos a un colega japonés, que comparte la profesión con la de ingeniero y hasta economista, quien reside en Marsella y ensaya, en su mejor politesse, un intento de que nos trasladen a un vuelo de la compañía JAL que partía cuatro horas después y hacia allá vamos, y como bien decía él, “we try”, a lo que yo trataba de remotivar con un “Yes, we can” al mejor estilo de un Obama de los aeropuertos. Pero lamentablemente, we didn’t. Porque tras minutos de peroratas, exhibiciones de carnets varios, explicaciones de lo que representa para nosotros perdernos el trabajo en el destino, y consiguiendo entrar en una lista de espera, minutos antes de ese viaje, la empleada de JAL nos explica en su mejor francés que hay un solo lugar libre en ese vuelo, pero que ninguno de nosotros ingresa porque no se puede trasladar a pasajeros que tengan maletas puestas ya en otro vuelo, en el propio de Air France de diez horas después del que teníamos que tomar. Es decir, la misma empresa que ya nos había perjudicado antes, nos volvía a perjudicar ahora por las consecuencias de aquella pérdida. Llovido sobre mojado, un inglés que notábamos a la caza de una oportunidad, fue más vivo que Wayne Rooney y de contragolpe se metió en el último instante, al no llevar consigo ninguna maleta. Otra vez a esperar, y ya con la certeza de que nada podríamos hacer, pese a que ya en el vuelo, el capitán viniera hacia nosotros para pedirnos disculpas y ofrecernos un formulario de queja, que por cierto, tampoco tenía la compañía en el aeropuerto (cosa elemental). Es decir, muy al estilo “First World” (o Premier Monde), Air France otorga un formulario que uno rellena pero que al entregar, se queda sin nada que certifique que protestó. Ni un sello, ni un papel, sólo expresiones de “buena fe” de que la compañía tomará recaudos.
Pero estamos en Tokio, una vez más, con sus rascacielos, su complejísimo sistema de transporte de trenes “JR” (aunque no son malditos), de subtes, de “shinkanséns”, o trenes de altísima velocidad, y nos metemos en un hotel de cápsulas con un extraño sistema. No hay habitaciones, sino sólo cápsulas en fila horizontal, dos por lado, y divididos por sexo, que contienen en su interior una cama, radio, TV, despertador y apenas si entra no en forma horizontal y con una altura me ochenta centímetros, como para meter el cuerpo, recostarse y dormir, porque invariablemente a las diez de la mañana, habrá que salir de las instalaciones. El hotel está en el barrio de Akibahara, conocido por sus artículos electrónicos, en pleno centro, y apenas entrar, hay que descalzarse (esto es típico en todo el país) y guardar el calzado en un armario especial. Luego se nos dará otro ropero, en el que encontraremos una bata y dos toallitas ocasionales, cepillo de dientes y peine descartables, y todo esto, junto a las duchas. En un piso diferente a las cápsulas. En fin, una nueva experiencia. Conocíamos las cápsulas callejeras, aquellas en las que mucha gente descansa o pasa la noche cuando ya no hay trenes o se encuentra lejos de su casa, pero no conocíamos las cápsulas pagas tipo hotel.
Seguimos sumando experiencias. Salimos tarde del Estadio Nacional en la noche del miércoles tras trabajar en el partido Liga de Quito-Pachuca, y sabiendo que hay pocos trenes, vamos pronto hacia uno de ellos en la estación Sendagaya cuando aparece el eterno primer problema: para sacar el boleto sólo se puede hacer de manera automática a esa hora, pero el sistema sólo está en japonés. ¿Cómo saber cuánto vale nuestro trayecto? Sólo queda preguntar y pasar a depender de la buena voluntad de esa persona. Una chica solidaria nos saca el boleto con sólo pronunciar de manera simple ambas estaciones, la de origen y la de destino, es decir, en este caso, “Sendagaya-Akibahara”. Pero la chica ensaya una explicación que no entendemos. Nos acompaña hasta la misma parada y nos muestra que hay un tren que hace el trayecto directo en siete estaciones. Nos suena raro pero le creemos, ¿qué otra nos queda? Y lo tomamos, pero una vez arriba, nos damos cuenta de que por alguna razón que desconocemos, la chica la pifió. Nuevamente a preguntar en el tren, con la certeza de que con suerte uno de cada cien podrá hablarnos en cierto inglés. Nuevamente pronunciando las palabras máginas (el nombre de las dos estaciones) conseguimos entender que hay que combinar (nos repiten, aunque mal pronunciada, la palabra “change”), así que lo hacemos…y ….¡¡¡Eureka!!!! llegamos, agotados por el stress, al destino. Nos espera otra noche de cápsula y experimentación.
La primera conclusión que uno puede sacar en los repetidos periplos por tierras niponas es que si hay algún tipo de desentendimiento, duda, litigio o confusión entre nuestra interpretación y la de los japoneses, es hartamente probable que ellos tengan razón, por experiencia, preparación, orden y conformación de su moral.
Partamos de una base para diferenciarnos rápidamente de los amigos orientales. Ellos siempre presuponen (y actúan) de buena fe y por lo tanto, serán acartonados, formales, tímidos hasta la médula, pero también serán siempre amables y absolutamente solidarios, porque así fueron educados y criados. Y nosotros, por naturaleza, somos mal pensados, entonces vamos a todo mirando para ambos costados primero, y si se puede para adelante y para atrás, también.
Al mismo tiempo, nos vuelve a tocar comprobar cómo todo aquello a lo que los argentinos llamamos “Primer Mundo” y tratamos siempre de igualar, termina decepcionándonos o sólo es así en la figuración o en lo que representa, pero mucho más que en su verdadero funcionamiento. Me explico: nuestro vuelo partía de Madrid hacia París, vía Air France, para hacer escala en el aeropuerto Charles de Gaulle de París por una hora y seguir hacia Tokio. Más allá de las turbulencias que generaron que el pajarraco gigante se balanceara y hasta permitiéndonos escuchar algunos gritos de pasajeros cercanos, el mayor problema, paradójicamente, ocurrió a minutos de llegar a París, cuando una azafata de aspecto sargentón preguntó al micrófono quiénes debían viajar a Japón. Cuando nos apuntamos, recibimos la “buena nueva”: no llegaríamos a ese vuelo, cosa extraña al comprobar, según mi maltrecho reloj, que aún quedaba un espacio de cincuenta y cinco minutos para la partida del vuelo siguiente, pero aún así, la azafata de marras continuó insistiendo con su discurso, convencida de su razón.
Un autobús nos dejó a los pocos minutos en la terminal y cuando nos disponíamos a una carrera alocada en busca de una plusmarca mundial con tal de llegar al vuelo, nos fuimos dando cuenta de que la fortachona de Air France conocía a pleno todos los procesos previos a un viaje. Primer tema, el salir desde Francia del territorio de la Unión Europea (UE) motivaba un sellado de pasaporte, tras lo cual, habría que pasar el vallado del control de rayos X. Allí intentamos el sorpsasso con el argumento (real) de que el avión se nos iba, cuando nos acometió la segunda sorpresa desagradable: la mayoría de los que compartían la fila, muchos de ellos japoneses, también estaban perdiendo el mismo vuelo, llegados desde distintos puntos de Europa, por lo que no había manera de conseguir paso. Aún así, nos dimos maña muchos de nosotros para estar en la puerta correspondiente unos diez minutos antes del vuelo, convencidos de que si más de veinte personas pierden el mismo vuelo y provienen de la misma compañía en un vuelo anterior, y siendo esta empresa nada menos que Air France, nos esperaría con toda seguridad. Pero aquí viene la tercera y gran sorpresa de la jornada. No nos esperaron. El avión partió a horario, dejándonos boquiabiertos y con la explicación de que la prioridad para la empresa es “la partida debido al uso de la torre de control”. ¿Y los pasajeros, que pagaron su pasaje y llegaron algo retrasados por otro vuelo de la misma compañía? Bien gracias. Esta “demora” hizo que el grupo en cuestión, en el que me incluyo, permaneciera por diez horas en el aeropuerto, a la espera de partir por la noche hacia Tokio en otras doce horas de viaje, y un día y medio perdido por la diferencia horaria, que gracias a Internet al menos me permitió avisar a los clientes para los que debía trabajar. A cambio, eso sí, hemos recibido por parte de Air France la delicada oferta de un vale para un sándwich y una bebida para poder disfrutar, al menos, de las diez horas de espera.
Por suerte, en la fila de los rayos x conocemos a un colega japonés, que comparte la profesión con la de ingeniero y hasta economista, quien reside en Marsella y ensaya, en su mejor politesse, un intento de que nos trasladen a un vuelo de la compañía JAL que partía cuatro horas después y hacia allá vamos, y como bien decía él, “we try”, a lo que yo trataba de remotivar con un “Yes, we can” al mejor estilo de un Obama de los aeropuertos. Pero lamentablemente, we didn’t. Porque tras minutos de peroratas, exhibiciones de carnets varios, explicaciones de lo que representa para nosotros perdernos el trabajo en el destino, y consiguiendo entrar en una lista de espera, minutos antes de ese viaje, la empleada de JAL nos explica en su mejor francés que hay un solo lugar libre en ese vuelo, pero que ninguno de nosotros ingresa porque no se puede trasladar a pasajeros que tengan maletas puestas ya en otro vuelo, en el propio de Air France de diez horas después del que teníamos que tomar. Es decir, la misma empresa que ya nos había perjudicado antes, nos volvía a perjudicar ahora por las consecuencias de aquella pérdida. Llovido sobre mojado, un inglés que notábamos a la caza de una oportunidad, fue más vivo que Wayne Rooney y de contragolpe se metió en el último instante, al no llevar consigo ninguna maleta. Otra vez a esperar, y ya con la certeza de que nada podríamos hacer, pese a que ya en el vuelo, el capitán viniera hacia nosotros para pedirnos disculpas y ofrecernos un formulario de queja, que por cierto, tampoco tenía la compañía en el aeropuerto (cosa elemental). Es decir, muy al estilo “First World” (o Premier Monde), Air France otorga un formulario que uno rellena pero que al entregar, se queda sin nada que certifique que protestó. Ni un sello, ni un papel, sólo expresiones de “buena fe” de que la compañía tomará recaudos.
Pero estamos en Tokio, una vez más, con sus rascacielos, su complejísimo sistema de transporte de trenes “JR” (aunque no son malditos), de subtes, de “shinkanséns”, o trenes de altísima velocidad, y nos metemos en un hotel de cápsulas con un extraño sistema. No hay habitaciones, sino sólo cápsulas en fila horizontal, dos por lado, y divididos por sexo, que contienen en su interior una cama, radio, TV, despertador y apenas si entra no en forma horizontal y con una altura me ochenta centímetros, como para meter el cuerpo, recostarse y dormir, porque invariablemente a las diez de la mañana, habrá que salir de las instalaciones. El hotel está en el barrio de Akibahara, conocido por sus artículos electrónicos, en pleno centro, y apenas entrar, hay que descalzarse (esto es típico en todo el país) y guardar el calzado en un armario especial. Luego se nos dará otro ropero, en el que encontraremos una bata y dos toallitas ocasionales, cepillo de dientes y peine descartables, y todo esto, junto a las duchas. En un piso diferente a las cápsulas. En fin, una nueva experiencia. Conocíamos las cápsulas callejeras, aquellas en las que mucha gente descansa o pasa la noche cuando ya no hay trenes o se encuentra lejos de su casa, pero no conocíamos las cápsulas pagas tipo hotel.
Seguimos sumando experiencias. Salimos tarde del Estadio Nacional en la noche del miércoles tras trabajar en el partido Liga de Quito-Pachuca, y sabiendo que hay pocos trenes, vamos pronto hacia uno de ellos en la estación Sendagaya cuando aparece el eterno primer problema: para sacar el boleto sólo se puede hacer de manera automática a esa hora, pero el sistema sólo está en japonés. ¿Cómo saber cuánto vale nuestro trayecto? Sólo queda preguntar y pasar a depender de la buena voluntad de esa persona. Una chica solidaria nos saca el boleto con sólo pronunciar de manera simple ambas estaciones, la de origen y la de destino, es decir, en este caso, “Sendagaya-Akibahara”. Pero la chica ensaya una explicación que no entendemos. Nos acompaña hasta la misma parada y nos muestra que hay un tren que hace el trayecto directo en siete estaciones. Nos suena raro pero le creemos, ¿qué otra nos queda? Y lo tomamos, pero una vez arriba, nos damos cuenta de que por alguna razón que desconocemos, la chica la pifió. Nuevamente a preguntar en el tren, con la certeza de que con suerte uno de cada cien podrá hablarnos en cierto inglés. Nuevamente pronunciando las palabras máginas (el nombre de las dos estaciones) conseguimos entender que hay que combinar (nos repiten, aunque mal pronunciada, la palabra “change”), así que lo hacemos…y ….¡¡¡Eureka!!!! llegamos, agotados por el stress, al destino. Nos espera otra noche de cápsula y experimentación.
domingo, 14 de diciembre de 2008
Las diferentes horas del Barcelona y el Real Madrid (Yahoo)
Aclaremos rápidamente: eso de que el Real Madrid salió indemne del Camp Nou, o que bien la pudo pasar mucho peor en su visita a Barcelona, se puede destruir como un castillo de arena no más saber el gasto de los blancos en fichajes de jugadores, lo numeroso de su plantel y lo poco que dedican a su cantera. Es, a esta altura, una mera excusa para no tener que reconocer la abismal diferencia que hoy tiene con su más tradicional rival.
El Barcelona, que también ficha a rolete y que muchas veces gasta de más o ficha vaya a saber por qué razones de mercado, al menos en esta temporada recurrió a sus fuentes, al menos como base para armar un sólido equipo y recurriendo a Joseph Guardiola, quien proviene del equipo B y ha trabajado con los jóvenes, y la diferencia se nota mucho, diría que demasiado.
Hoy, más allá de sus muchas lesiones, el Real Madrid aparece con un rumbo errático, que en las dos temporadas pasadas disimularon dos títulos que no pudieron esconder, ni así, su mal juego y que haya sido dominado por la mayoría de los rivales de la Liga, a los que llegó a vencer de contragolpe. Pero el problema, creemos, aún con los exabruptos de Bernd Schuster hasta hace una semana, algunos jugadores que no encajan en el sistema, no sienten los colores o no tienen capacidad técnica, proviene de mucho más arriba que todo ello. Viene desde su dirigencia incapaz de trazarse un proyecto y cumplirlo, y que ahora, además, sostiene el grupo de los “Ultrassur”, cual club argentino sostenido por su barra brava.
Pocos medios españoles, demasiado triunfalistas o jugados con los colores blancos, han reparado demasiado en aquellas frases pronunciadas por Miguel Gonzälez, “Michel”, sobre que el actual presidente, Ramón Calderón, jamás visitó la cantera en Valdebebas y que para hacer la foto del año hubo que trucarla con photoshop. Acaso sea el más claro botón de muestra de lo que es hoy el Real Madrid y por eso mismo, seguramente, lo primero que hizo Juande Ramos, al regresar de Barcelona, fue visitar al Castilla y tratar de observar el desempeño de algunos juveniles de futuro, lo miso por lo que apeló a Palanca y le salió bien en pleno Camp Nou. El problema parece ser más de fondo y no pasa por ganar o perder. De hecho, el Madrid ha ganado bastante, pese a todo. El tema es que aún ganando, el Real Madrid parece condenado a ganar sufriendo, a no imponer su fútbol, a no deleitar a su gente, y a tener que apelar a conjuras, magias, asambleas o cualquier rareza que equivalga a motivación especial para llegar a algún éxito al final de una temporada, que pinta negra, eliminado ya de la Copa del Rey, a doce puntos delo líder, Barcelona, y segundo (por los pelos) en su grupo de la Champions League, detrás de la Juventus.
Todo lo contrario ocurre con el Barcelona, símbolo de equipo al que le salen todas y que se impone de manera natural por su juego osado, ofensivo, y al que, en relación a temporadas pasadas, agregó la compenetración de su plantel luego de la salida de parte de sus estrellas como Ronaldinho o Deco.
Este Barcelona no sólo tiene un promedio de gol que asusta, con más de tres por partido, sino que le ha dado alas (y poder) al actual mejor jugador del mundo, Lionel Messi, y ha resuelto dejar a Samuel Eto’o, cuando arreciaban las críticas por su mal comportamiento y sus desbordes, pero hay que reconocer que fue bien conducido y que la decisión le trajo muchos frutos.
Hoy el Barcelona es demasiadi más que el Madris, y no sólo lo demuestra la tabla, o el campo de juego en el clásico pasado, sino la actitud previa, durante y posterior al partido. Pero tampoco ser puede negar que al menos los azulgrana tienen un proyecto en su cantera., y así como salieron Cesc, Messi o Piqué o Bojan, siguen apuntando a otros, como el propio Sergio Busquets.
Ya puede el Madrid conjurarse para ganarlo todo, pero hasta el momento, que sepamos, los pingos se ven en la cancha y por ahora, la diferencia entre ambos es enorme, en todos los sentidos.
El Barcelona, que también ficha a rolete y que muchas veces gasta de más o ficha vaya a saber por qué razones de mercado, al menos en esta temporada recurrió a sus fuentes, al menos como base para armar un sólido equipo y recurriendo a Joseph Guardiola, quien proviene del equipo B y ha trabajado con los jóvenes, y la diferencia se nota mucho, diría que demasiado.
Hoy, más allá de sus muchas lesiones, el Real Madrid aparece con un rumbo errático, que en las dos temporadas pasadas disimularon dos títulos que no pudieron esconder, ni así, su mal juego y que haya sido dominado por la mayoría de los rivales de la Liga, a los que llegó a vencer de contragolpe. Pero el problema, creemos, aún con los exabruptos de Bernd Schuster hasta hace una semana, algunos jugadores que no encajan en el sistema, no sienten los colores o no tienen capacidad técnica, proviene de mucho más arriba que todo ello. Viene desde su dirigencia incapaz de trazarse un proyecto y cumplirlo, y que ahora, además, sostiene el grupo de los “Ultrassur”, cual club argentino sostenido por su barra brava.
Pocos medios españoles, demasiado triunfalistas o jugados con los colores blancos, han reparado demasiado en aquellas frases pronunciadas por Miguel Gonzälez, “Michel”, sobre que el actual presidente, Ramón Calderón, jamás visitó la cantera en Valdebebas y que para hacer la foto del año hubo que trucarla con photoshop. Acaso sea el más claro botón de muestra de lo que es hoy el Real Madrid y por eso mismo, seguramente, lo primero que hizo Juande Ramos, al regresar de Barcelona, fue visitar al Castilla y tratar de observar el desempeño de algunos juveniles de futuro, lo miso por lo que apeló a Palanca y le salió bien en pleno Camp Nou. El problema parece ser más de fondo y no pasa por ganar o perder. De hecho, el Madrid ha ganado bastante, pese a todo. El tema es que aún ganando, el Real Madrid parece condenado a ganar sufriendo, a no imponer su fútbol, a no deleitar a su gente, y a tener que apelar a conjuras, magias, asambleas o cualquier rareza que equivalga a motivación especial para llegar a algún éxito al final de una temporada, que pinta negra, eliminado ya de la Copa del Rey, a doce puntos delo líder, Barcelona, y segundo (por los pelos) en su grupo de la Champions League, detrás de la Juventus.
Todo lo contrario ocurre con el Barcelona, símbolo de equipo al que le salen todas y que se impone de manera natural por su juego osado, ofensivo, y al que, en relación a temporadas pasadas, agregó la compenetración de su plantel luego de la salida de parte de sus estrellas como Ronaldinho o Deco.
Este Barcelona no sólo tiene un promedio de gol que asusta, con más de tres por partido, sino que le ha dado alas (y poder) al actual mejor jugador del mundo, Lionel Messi, y ha resuelto dejar a Samuel Eto’o, cuando arreciaban las críticas por su mal comportamiento y sus desbordes, pero hay que reconocer que fue bien conducido y que la decisión le trajo muchos frutos.
Hoy el Barcelona es demasiadi más que el Madris, y no sólo lo demuestra la tabla, o el campo de juego en el clásico pasado, sino la actitud previa, durante y posterior al partido. Pero tampoco ser puede negar que al menos los azulgrana tienen un proyecto en su cantera., y así como salieron Cesc, Messi o Piqué o Bojan, siguen apuntando a otros, como el propio Sergio Busquets.
Ya puede el Madrid conjurarse para ganarlo todo, pero hasta el momento, que sepamos, los pingos se ven en la cancha y por ahora, la diferencia entre ambos es enorme, en todos los sentidos.
viernes, 12 de diciembre de 2008
Juande Ramos y una nueva etapa en el Real Madrid (Yahoo)
Más que nunca, el fútbol dio muestras en España, durante los últimos días, de que en este deporte-espectáculo una semana puede llegar a ser meses de otra actividad y si se pudiera recordar los rostros y el ánimo de los seguidores del Real Madrid el domingo, luego de la derrota ante el Sevilla por 3-4 y con una durísima asamblea de socios en la que se puso en juego al propio presidente Ramón Calderón, y apenas tres días después, con el triunfo por 3-0 ante el Zenit por la Champions League, casi estaríamos hablando de dos mundos distintos, dos situaciones casi opuestas.
Jorge Valdano, el argentino que fuera jugador, entrenador y hasta director deportivo del Real Madrid, siempre sostiene que el fútbol “es un estado de ánimo” y parece una definición exacta si se toma en cuenta a este Real Madrid. Los blancos, apenas el martes pasado, eran casi un alma en pena, con una enfermería de bajas de jugadores por distintas lesiones, y hasta con tres excluídos por toda la temporada (Van Nistelrooy, De la Red y Diarrá), varios lesionados sin el alta médica hasta el punto de que el entrenador alemán Bernard Schuster sólo podía contar con trece profesionales, y lo que es peor, falta de confianza y con nueve puntos de distancia con el líder, el Barcelona, al que visitaba este fin de semana en el Camp Nou, con el riesgo de ampliar a doce los puntos entre uno y otro.
Sumado a eso, la enorme desconfianza del ambiente, y de los medios, en forma unánime, con el trabajo del departamento físico por parte de Walter Di Salvo, y cuando era claro que los jugadores no parecían confiar en Schuster, se agregó una más que tensa asamblea de socios por la mañana del domingo, en la misma sede del estadio Santiago Bernabeu, en la que no sólo se insultó y cuestionó al presidente Ramón Calderón, que a duras penas logró que se aprobara el balance anual, sino que aparecieron los violentos de los Ultrassur, que en otro tiempo tenían la entrada prohibida a las instalaciones, y que sospechosamente apoyaron al oficialismo, si bien los dirigentes se desentienden de cualquier conocimiento de este grupo.
Y cuando todo presagiaba una segura derrota y por goleada en el Camp Nou para este sábado, ante un Barcelona de una gran temporada hasta ahora, y con un impresionante promedio de gol por partido (3.5), por fin el director deportivo blanco, Pedía Mijatovic, echó mano de la solución que ya tenía preparada desde hacía una semana, y decidió prescindir de Schuster y contratar de inmediato a Juande Ramos, un experimentado entrenador, de una extraña experiencia en el Tottenham en Londres, pero de indiscutibles conocimientos que lo llevaron a ganar dos Copas UEFA consecutivas con el Sevilla hace muy poco tiempo.
Es evidente que no se puede llegar a un acuerdo tan rápido con un entrenador con tanta fuerza como para que Schuster arreglara su indemnización en una mañana (la del martes) y que Ramos asumiera al mediodía y a la tarde ya dirigiera el entrenamiento con miras al partido del miércoles, por la Champions League, ante el Zenit de San Petersburgo. Tanto Schuster como Ramos, sabían desde antes del partido por la Liga del pasado domingo ante el Sevilla, que una derrota aceleraría los tiempos de ambos.
Y el 3-4 final, aún cuando no fue de los peores partidos del Real Madrid, marcó tanto el final de Schuster, que éste se dio el lujo de decir, en la posterior conferencia de prensa, que “en este momento” su equipo “no puede ganar en el Camp Nou”, algo demasiado incorrecto políticamente para un entrenador de un club de esta talla. Una vez conocido que había sido cesado en su cargo, se entiende más que aquel Schuster sabía en su fuero íntimo que ya allí hablaba como un ciudadano común y no como entrenador del equipo, pero después de una frase como esta, era absolutamente imposible continuar en el cargo.
Por su parte, Ramos sabía que lo esperaba, semana más o semana menos, el Real Madrid. Ya Mijatovic le había pedido que rechazara la oferta del Shaktar Donesk, de Ucrania (paradójicamente, equipo al que en el pasado dirigiera Schuster) porque estaba ya a punto de firmar con los blancos. Y por eso es que cuando Schuster firmó el acuerdo por la indemnización el martes por la mañana, al mediodía ya era presentado Ramos.
¿Qué puede hacer Ramos en el Real Madrid? Por lo pronto, comenzó a verse, en alguna medida, al día siguiente de su primer entrenamiento. Un cambio de mentalidad, por un lado, mayor confianza con los jugadores, la utilización de todo el ancho de banda del campo de juego y especialmente, un método claro de trabajo, algo que muchos sostienen que no hubo con Schuster.
Ramos, tal como le ocurriera en el Sevilla o en el Tottenham (donde sus jugadores se resistieron al sistema de alimentación que cambiara durante su paso, hasta que terminó renunciando a su cargo), trae sus propias recetas y su propia idea de juego y de disciplina, y pese a que su sueño era quedarse en la Premier League, no parece menos desafío dirigir al Real Madrid y, al menos, dijo lo que la enorme afición blanca quería escuchar: que se puede ganar en el Camp Nou. Haberle ganado 3-0 a un desganado Zenit 3-0 en la semana, y con dos goles con la vigencia de Raúl, no es poco para comenzar, pero le espera demasiado pronto el peor compromiso posible, nada menos que el Barcelona. Tendrá mucho trabajo por delante.
Jorge Valdano, el argentino que fuera jugador, entrenador y hasta director deportivo del Real Madrid, siempre sostiene que el fútbol “es un estado de ánimo” y parece una definición exacta si se toma en cuenta a este Real Madrid. Los blancos, apenas el martes pasado, eran casi un alma en pena, con una enfermería de bajas de jugadores por distintas lesiones, y hasta con tres excluídos por toda la temporada (Van Nistelrooy, De la Red y Diarrá), varios lesionados sin el alta médica hasta el punto de que el entrenador alemán Bernard Schuster sólo podía contar con trece profesionales, y lo que es peor, falta de confianza y con nueve puntos de distancia con el líder, el Barcelona, al que visitaba este fin de semana en el Camp Nou, con el riesgo de ampliar a doce los puntos entre uno y otro.
Sumado a eso, la enorme desconfianza del ambiente, y de los medios, en forma unánime, con el trabajo del departamento físico por parte de Walter Di Salvo, y cuando era claro que los jugadores no parecían confiar en Schuster, se agregó una más que tensa asamblea de socios por la mañana del domingo, en la misma sede del estadio Santiago Bernabeu, en la que no sólo se insultó y cuestionó al presidente Ramón Calderón, que a duras penas logró que se aprobara el balance anual, sino que aparecieron los violentos de los Ultrassur, que en otro tiempo tenían la entrada prohibida a las instalaciones, y que sospechosamente apoyaron al oficialismo, si bien los dirigentes se desentienden de cualquier conocimiento de este grupo.
Y cuando todo presagiaba una segura derrota y por goleada en el Camp Nou para este sábado, ante un Barcelona de una gran temporada hasta ahora, y con un impresionante promedio de gol por partido (3.5), por fin el director deportivo blanco, Pedía Mijatovic, echó mano de la solución que ya tenía preparada desde hacía una semana, y decidió prescindir de Schuster y contratar de inmediato a Juande Ramos, un experimentado entrenador, de una extraña experiencia en el Tottenham en Londres, pero de indiscutibles conocimientos que lo llevaron a ganar dos Copas UEFA consecutivas con el Sevilla hace muy poco tiempo.
Es evidente que no se puede llegar a un acuerdo tan rápido con un entrenador con tanta fuerza como para que Schuster arreglara su indemnización en una mañana (la del martes) y que Ramos asumiera al mediodía y a la tarde ya dirigiera el entrenamiento con miras al partido del miércoles, por la Champions League, ante el Zenit de San Petersburgo. Tanto Schuster como Ramos, sabían desde antes del partido por la Liga del pasado domingo ante el Sevilla, que una derrota aceleraría los tiempos de ambos.
Y el 3-4 final, aún cuando no fue de los peores partidos del Real Madrid, marcó tanto el final de Schuster, que éste se dio el lujo de decir, en la posterior conferencia de prensa, que “en este momento” su equipo “no puede ganar en el Camp Nou”, algo demasiado incorrecto políticamente para un entrenador de un club de esta talla. Una vez conocido que había sido cesado en su cargo, se entiende más que aquel Schuster sabía en su fuero íntimo que ya allí hablaba como un ciudadano común y no como entrenador del equipo, pero después de una frase como esta, era absolutamente imposible continuar en el cargo.
Por su parte, Ramos sabía que lo esperaba, semana más o semana menos, el Real Madrid. Ya Mijatovic le había pedido que rechazara la oferta del Shaktar Donesk, de Ucrania (paradójicamente, equipo al que en el pasado dirigiera Schuster) porque estaba ya a punto de firmar con los blancos. Y por eso es que cuando Schuster firmó el acuerdo por la indemnización el martes por la mañana, al mediodía ya era presentado Ramos.
¿Qué puede hacer Ramos en el Real Madrid? Por lo pronto, comenzó a verse, en alguna medida, al día siguiente de su primer entrenamiento. Un cambio de mentalidad, por un lado, mayor confianza con los jugadores, la utilización de todo el ancho de banda del campo de juego y especialmente, un método claro de trabajo, algo que muchos sostienen que no hubo con Schuster.
Ramos, tal como le ocurriera en el Sevilla o en el Tottenham (donde sus jugadores se resistieron al sistema de alimentación que cambiara durante su paso, hasta que terminó renunciando a su cargo), trae sus propias recetas y su propia idea de juego y de disciplina, y pese a que su sueño era quedarse en la Premier League, no parece menos desafío dirigir al Real Madrid y, al menos, dijo lo que la enorme afición blanca quería escuchar: que se puede ganar en el Camp Nou. Haberle ganado 3-0 a un desganado Zenit 3-0 en la semana, y con dos goles con la vigencia de Raúl, no es poco para comenzar, pero le espera demasiado pronto el peor compromiso posible, nada menos que el Barcelona. Tendrá mucho trabajo por delante.
martes, 9 de diciembre de 2008
Los acuerdos espurios entre clubes pueden perjudicar la imagen de España (Yahoo)
Repentinamente, y cuando el 2008 toca a su fin en lo que parecía un año perfecto para el fútbol español, dos hechos casi consecutivos, que hablan de arreglos entre clubes en temporadas anteriores para beneficiar o perjudicar a otros en definiciones de torneos, han conmovido los cimientos y seguramente pueden perjudicar mucho la imagen del país, que se encuentra disputando la sede olímpica para Madrid en 2016 y el Mundial de 2018.
A principios de la semana pasada, el presidente de la Real Sociedad, un tradicional club de País Vasco, Iñaki Badiola, hizo trascender una grabación, que según él contaba con el consentimiento del jugador Jesuli, en la que dirigente y futbolista dialogan días pasados acerca de lo ocurrido en la definición del ascenso de Segunda a Primera, en la que el jugador acepta haber recibido la suma de 6000 euros, al igual que sus compañeros de entonces, representando al Tenerife, para perder el partido de la última fecha del torneo ante el Málaga, que necesitaba vencer para ser el tercer equipo en ascender y acompañar así al Numancia y al Sporting Gijón.
El partido finalizó 2-1 con el triunfo de Tenerife, que ganaba 2-0 cuando en el último minuto, Wellington, en contra de su propio arco, descontó. De esta manera, el Málaga (supuesto pagador del dinero a los jugadores del Tenerife) logró ascender y perjudicó a la Real Sociedad, que al quedar cuarto en las posiciones finales, debió permanecer otra temporada (la actual) en Segunda.
Jesuli, que se encontraba cedido a préstamo por el Sevilla al Tenerife en la temporada pasada, amenazó con iniciar una demanda a Badiola, al citar que él no prestó acuerdo a esta grabación y que la considera una violación a su privacidad, aunque Badiola insiste en que Jesuli no sólo prestó su conformidad y que incluso ésta se encuentra grabada, aunque esa parte no trascendió a los medios.
También la familia Sanz, quien maneja el Málaga (Lorenzo fue presidente de Real Madrid hasta 2000 y su hijo Fernando, actual presidente, anteriormente fue jugador del equipo, luego de pasar también por el Real Madrid), amenaza con iniciarle una demanda a Badiola.
Cuando parecía que comenzaba a disiparse este tema, el programa “Sport TCV” de la Cadena Popular Televisión de Valencia, emitió una segunda grabación por la que el jugador Iñaki Descarga (actualmente en el Legia de Varsovia), acepta ante el presidente del Levante, Julio Romero, que hace dos temporadas, en la última fecha del torneo de primera división de la Liga de 2006/07, aceptaron una paga para perder ante el Athletic de Bilbao para salvar a este equipo del descenso a Segunda, que finalmente perjudicó al Celta de Vigo.
Descarga, desde Varsovia, desmintió luego la grabación al decir a los hinchas del Levante que “siempre he defendido la camiseta con la mñaxima ilusión, entrega y esfuerzo, al igual que mis compañeros”.
En la grabación dada a conocer por el canal de TV valenciana, se puede escuchar una gravísima mención al propio presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Angel María Villar, uno de los más altos dirigentes del mundo del fútbol y recientemente reelecto en su cargo, en la que se dice que incluso se le notificó a él mismo que el Athletic de Bilbao (club en el que jugó y por el que simpatiza Villar) sería beneficiado por el Levante, que para ese entonces no tenía nada que perder.
Para no ser menos, también se recordó una acusación por la que para la temporada 2003-2004, una llamada del arquero argentino Germán Burgos al delantero uruguayo Regueiro, del Racing de Santander, era para ofrecerle 9000 euros para que cometiera un penal a favor del Celta, aunque al no tener esa grabación una anuencia de Burgos, no se puede constituir como prueba. El ex arquero del Atlético Madrid sólo dijo luego que se trataba “de una broma”.
Se dice que en algunos casos, hay equipos que ya negocian arreglos de partidos para el final de la temporada desde mediados de la misma, con pactos de beneficios mutuos de acuerdo a las necesidades. La creciente versión indica que varios referentes de muchos equipos mantienen para eso un permanente contacto.
Ante esta sucesión de hechos que ensucian al fútbol español y minan su credibilidad, la reacción del gobierno nacional no pudo ser más rápida. El secretario de Deportes, Jaime Lissavetzky, afirmó que el Estado apoyará cualquier investigación que se realice por parte de la Fiscalía o por parte de los órganos deportivos competentes, y que el Gobierno actuará “exactamente igual que si se tratara de un caso de doping”.
Estos hechos caen en el peor momento posible, porque quiebran justo en el final un año espectacular para el fútbol español, con la obtención de la Eurocopa en Austria y Suiza por primera vez fuera de su propio país, y luego de colocar cinco jugadores entre los primeros siete lugares entre los candidatos al Balón de Oro de la temporada, además de hacer pleno con la clasificación a octavos de final de los cuatro equipos representantes en la Champions League.
España, además, podría verse seriamente perjudicada en su imagen luego de haberse presentado como candidata para los Juegos Olímpicos de 2016, y luego de haber pasado el primer corte eliminatorio, cuando la sede se decidirá en octubre de 2009, mientras que también aspira a organizar el Mundial 2018, en el que tiene como principal contrincante a Inglaterra.
Todo indica que desde el Estado (justo cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero prometió la creación de un Ministerio del Deporte para los próximos años) y desde la Federación de Fútbol deberán arbitrar duras medidas de contol y disciplinarias para que estos hechos no se repitan.
A principios de la semana pasada, el presidente de la Real Sociedad, un tradicional club de País Vasco, Iñaki Badiola, hizo trascender una grabación, que según él contaba con el consentimiento del jugador Jesuli, en la que dirigente y futbolista dialogan días pasados acerca de lo ocurrido en la definición del ascenso de Segunda a Primera, en la que el jugador acepta haber recibido la suma de 6000 euros, al igual que sus compañeros de entonces, representando al Tenerife, para perder el partido de la última fecha del torneo ante el Málaga, que necesitaba vencer para ser el tercer equipo en ascender y acompañar así al Numancia y al Sporting Gijón.
El partido finalizó 2-1 con el triunfo de Tenerife, que ganaba 2-0 cuando en el último minuto, Wellington, en contra de su propio arco, descontó. De esta manera, el Málaga (supuesto pagador del dinero a los jugadores del Tenerife) logró ascender y perjudicó a la Real Sociedad, que al quedar cuarto en las posiciones finales, debió permanecer otra temporada (la actual) en Segunda.
Jesuli, que se encontraba cedido a préstamo por el Sevilla al Tenerife en la temporada pasada, amenazó con iniciar una demanda a Badiola, al citar que él no prestó acuerdo a esta grabación y que la considera una violación a su privacidad, aunque Badiola insiste en que Jesuli no sólo prestó su conformidad y que incluso ésta se encuentra grabada, aunque esa parte no trascendió a los medios.
También la familia Sanz, quien maneja el Málaga (Lorenzo fue presidente de Real Madrid hasta 2000 y su hijo Fernando, actual presidente, anteriormente fue jugador del equipo, luego de pasar también por el Real Madrid), amenaza con iniciarle una demanda a Badiola.
Cuando parecía que comenzaba a disiparse este tema, el programa “Sport TCV” de la Cadena Popular Televisión de Valencia, emitió una segunda grabación por la que el jugador Iñaki Descarga (actualmente en el Legia de Varsovia), acepta ante el presidente del Levante, Julio Romero, que hace dos temporadas, en la última fecha del torneo de primera división de la Liga de 2006/07, aceptaron una paga para perder ante el Athletic de Bilbao para salvar a este equipo del descenso a Segunda, que finalmente perjudicó al Celta de Vigo.
Descarga, desde Varsovia, desmintió luego la grabación al decir a los hinchas del Levante que “siempre he defendido la camiseta con la mñaxima ilusión, entrega y esfuerzo, al igual que mis compañeros”.
En la grabación dada a conocer por el canal de TV valenciana, se puede escuchar una gravísima mención al propio presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Angel María Villar, uno de los más altos dirigentes del mundo del fútbol y recientemente reelecto en su cargo, en la que se dice que incluso se le notificó a él mismo que el Athletic de Bilbao (club en el que jugó y por el que simpatiza Villar) sería beneficiado por el Levante, que para ese entonces no tenía nada que perder.
Para no ser menos, también se recordó una acusación por la que para la temporada 2003-2004, una llamada del arquero argentino Germán Burgos al delantero uruguayo Regueiro, del Racing de Santander, era para ofrecerle 9000 euros para que cometiera un penal a favor del Celta, aunque al no tener esa grabación una anuencia de Burgos, no se puede constituir como prueba. El ex arquero del Atlético Madrid sólo dijo luego que se trataba “de una broma”.
Se dice que en algunos casos, hay equipos que ya negocian arreglos de partidos para el final de la temporada desde mediados de la misma, con pactos de beneficios mutuos de acuerdo a las necesidades. La creciente versión indica que varios referentes de muchos equipos mantienen para eso un permanente contacto.
Ante esta sucesión de hechos que ensucian al fútbol español y minan su credibilidad, la reacción del gobierno nacional no pudo ser más rápida. El secretario de Deportes, Jaime Lissavetzky, afirmó que el Estado apoyará cualquier investigación que se realice por parte de la Fiscalía o por parte de los órganos deportivos competentes, y que el Gobierno actuará “exactamente igual que si se tratara de un caso de doping”.
Estos hechos caen en el peor momento posible, porque quiebran justo en el final un año espectacular para el fútbol español, con la obtención de la Eurocopa en Austria y Suiza por primera vez fuera de su propio país, y luego de colocar cinco jugadores entre los primeros siete lugares entre los candidatos al Balón de Oro de la temporada, además de hacer pleno con la clasificación a octavos de final de los cuatro equipos representantes en la Champions League.
España, además, podría verse seriamente perjudicada en su imagen luego de haberse presentado como candidata para los Juegos Olímpicos de 2016, y luego de haber pasado el primer corte eliminatorio, cuando la sede se decidirá en octubre de 2009, mientras que también aspira a organizar el Mundial 2018, en el que tiene como principal contrincante a Inglaterra.
Todo indica que desde el Estado (justo cuando el presidente José Luis Rodríguez Zapatero prometió la creación de un Ministerio del Deporte para los próximos años) y desde la Federación de Fútbol deberán arbitrar duras medidas de contol y disciplinarias para que estos hechos no se repitan.
Eduardo Da Silva: “Mi sueño es simple, que todo vuelva a ser lo que era” (Player)
Pocos conocen a Eduardo Da Silva en Brasil. Aún cuando su tremenda lesión del pasado 23 de febrero ante el Birmingham, jugando para el Arsenal, haya recorrido el mundo, no es fácil llegar a él y casi pasa por un desconocido trotando cada día en las playas de la populosa zona de la Barra de Tijuca en Río de Janeiro. Gente de distintos lugares del mundo, con mallas y remeras multicolores, caminan y sólo ven trotar o correr a un muchacho de piel color marrón, entre los puestos 7 y 8 frente al mar, apenas un poco alejados del centro, y que sólo de tanto en tanto se detiene a descansar o tomar alguna bebida en el kiosco “Mar Barra”, donde apenas si los dueños conocen aunque se distraen hablando con él de fútbol y de la Premier League.
Aquel 23 de febrero de 2008 no fue un día más en la vida de “Dudú”, como se lo conoce entre los amigos, o a veces es nombrado así en la Premier League. Le había costado mucho llegar al Arsenal y su carrera es una de aquellas no tradicionales a las que se someten en la actualidad tantos muchachos de los países emergentes que son considerados potencias futbolísticas como Brasil, Argentina o Uruguay. Y así fue como un agente lo descubrió cuando jugaba, apenas con 16 años, en el Bangú Futebol Clube, un pequeño club carioca (como se le dice a los habitantes de Río de Janeiro en contraposición a los paulistas de San Pablo), que fue su tercer club luego de comenzar entre los niños del Ceres Futebol Clube con apenas doce años, y pasar por el CBF Nova Kennedy. Siendo aún un adolescente, sin conocer el idioma y tentado por un futuro europeo (con lo que sueñan hoy todos los futbolistas sudamericanos), Dudú aceptó la propuesta de un agente que lo descubrió para irse a jugar nada menos que al Dínamo Zagreb de Croacia. Allí se hizo hombre, aprendió el idioma, cerró los ojos y se entrenó en un lugar tan distinto al suyo. “No tenía nada que ver con el Brasil que había dejado. Era un país que salía de una guerra interna muy pesada pero tengo que reconocer que a mí me trataron magníficamente y que estuve alojado siempre en bonitos lugares y Zagreb es una ciudad encantadora, aunque al principio, además de los cambios personales, tuve el golpe del regreso de mi compañero Leandro”, recuerda aunque apenas sus ojos oscuros hablan por su cara, que siempre mantiene la misma tranquilidad en su expresión. En efecto, y para mitigar el problema de la adaptación, Eduardo fue acompañado por otro jugador que contrató el Dínamo, Leandro, pero éste no logró adaptarse y a los seis meses, estaba de regreso en Brasil. Dudú no sólo apretó los dientes y siguió, sino que superó varias lesiones, conoció a su mujer, Andrea, se casó, y tuvo una hija, Lorena- cuyo nombre aparece tatuado en el brazo derecho-, a la que anotó también en la embajada brasileña.
“Para que usted tenga una idea de lo que es jugar en Zagreb, la hinchada es parecida a la de Boca Juniors, en la Argentina. Alienta sin parar, todo el partido, ganemos o perdamos, y llegué a entender todo lo que cantaba, aunque en mi caso no había una canción concreta sino que repetían varias veces mi nombre, y yo los saludaba levantando el brazo”, rememora al detalle.
“¿Cuándo fue que aprendí a hablar croata?, sinceramente no lo sé a esta altura. Tuve un profesor de idioma que me pusieron los primeros tres meses, pero luego me lancé a hablar de manera natural, tal vez el miedo inicial hizo que fuera para adelante y no me preguntara demasiado. El único instante de miedo real fue cuando salí tan joven de Brasil, y era sobre la cultura distinta, la comida, el idioma,. Pero jamás me pregunté sin deportivamente me iba a ir bien o mal. En eso, confiaba ciegamente en mis condiciones”, recuerda Da Silva.
En el Dínamo fue tan impresionante su actuación, que le valió ser nacionalizado para poder integrar primero la selección croata sub-21 y la absoluta. Lo que sorprende es que ni siquiera un supuesto paso atrás, como para muchos hubiera significado haber sido cedido apenas un año después de su arribo, al Inter Zapresic, le ha hecho daño a su moral. “¿Por qué habría de tomarlo a mal? Sentí que era una forma de tenerme consideración y darme tiempo a la adaptación y a probarme en un fútbol distinto al mío original, mucho más duro, la marca mucho más fuerte, y fue donde aprendí que los europeos no dejan espacios, que es mucho más difícil pasarlos y que su contextura física no es la de los brasileños, aunque técnicamente jueguen mucho menos. Sin embargo, la disciplina, la concentración y la fuerza generaban mucha mayor dificultad que la de un fútbol con más espacios para crear”, nos comenta. Y así fue cómo en el propio Inter Zapresic convirtió 10 goles para ser repescado, ahora sí con total certeza de sus condiciones y su fortaleza mental, por el Dínamo. Y para mediados de 2007, por fin le llegó la oportunidad con la que siempre había soñado: el Arsenal pagó 8,5 millones de libras por su pase nada menos que para reemplazar a Therry Henry, que había sido transferido al Barcelona, sumado a que la lesión del holandés Van Persie le allanó el camino a más partidos en el primer semestre. Todos sus sueños parecían concretarse y para coronar su momento, al finalizar la Premier League le esperaba su primera Eurocopa con la selección de Croacia, cuando llegó aquel fatídico 23 de febrero de 2008 y todo pareció derrumbarse. Iban apenas tres minutos del primer tiempo del partido ante el Birmingham cuando Eduardo Da Silva quiso avanzar en diagonal hacia el área con pelota dominada, y de manera brutal, el zaguero Martin Taylor, lo lesionó gravemente en su pie izquierdo. El propio defensor, al verlo caer tomándose su pie (el más importante de los dos, el que utiliza Eduardo para su remate), se agarra la cabeza temiéndose lo peor, aunque lo corrobora el hecho de ver a Cesc Fábregas llamar al médico de urgencia. La situación es tan grave, que no sólo Da Silva queda tendido por ocho minutos en el suelo para ser atendido, sino que deberá ser operado de urgencia y se sabrá inmediatamente que se perderá el resto de la temporada y la Eurocopa con la selección croata. Incluso, los medios más importantes de Europa reclamaban a la FIFA que por primera vez, el infractor (Taylor), fuese sancionado con una suspensión que durara el mismo tiempo de la recuperación de Da Silva, aunque apenas le corresponderían tres partidos sin ingresar a los campos de juego. La polémica se había instalado en torno a la buena o mala voluntad en ese tipo de jugadas. Los diarios ingleses recordaban que apenas una semana antes, el propio Da Silva había recibido una tarjeta amarilla por una falta a Nani, el portugués del Manchester United, en la misma zona y que a la jugada siguiente, tanto Gallas como Flamini fueron a buscar al mismo Nani para golpearlo otra vez (ninguno de los dos fue amonestado, y Flamini fue apenas advertido), mientras que el nervioso entrenador del Arsenal, Arsene Wenger, sostenía que la lesión de Dudú “fue horrible. Ese sujeto (por Taylor), no debería volver a jugar al fútbol. Ese tipo de jugadas nace de la idea de que para detener al Arsenal, hay que agredirlo. Lo peor es escuchar cosas como ‘no es el tipo de jugador que haga estas cosas’ porque para matar a alguien, es necesario hacerlo una sola vez”. El sitio www.goal.com recibía más de doscientos cincuenta comentarios sobre la lesión, todos echándole la culpa a Taylor, en tanto que el Birmingham ublicaba en su web una nota de apoyo al brasileño-croata. En medio de tanta polémica y con Eduardo Da Silva operado de urgencia, el médico Tim Allardyce, especialista en ortopedia deportiva, sostenía que el delantero hasta podía perder su pie por la baja circulación. Dudú, en ese contexto, sólo pidió volver a Brasil para recuperarse, resignado, pensando en que no había mejor lugar para hacerlo rodeado de sus afectos y con la plena confianza que todos los jugadores de su país original depositan en el doctor José Luis Runco, el médico de la selección brasileña y del Flamenco. En el Arsenal ya se lo descartaba hasta 2009. El propio Runco sonríe desde su clínica “Barra Trauma” (no por casualidad en la misma Barra de Tijuca, donde se prepara Dudú) y nos dice que la recuperación “fue excepcional, estoy muy contento, especialmente porque ya en Inglaterra decían que no volvería a jugar antes de un año, y allí lo tienen, a punto de volver en medio año. Se hizo un trabajo perfecto”.
“Fue un momento durísimo, sin dudas el más duro de mi carrera deportiva. Recuerdo que me quedé en el suelo y que escuché que el fisioterapeuta del Arsenal, Gary Lewin, se dio cuenta en el acto que mi lesión era grave y llamó a los gritos a Gilberto Silva, que se paró al lado mío y comenzó a alentarme en portugués y se lo agradezco porque lo necesitaba, fue una buena idea, y de inmediato me trasladaron al Selly Oak Hospital, donde me operaron de urgencia. Fue todo muy rápido”, nos cuenta Eduardo Da Silva, sin cambiar los rasgos de sus facciones, y seguido atentamente por si amigo de la infancia, primo y representante, Narley Da Silva Lopes, aunque para Dudú es solamente “Narley”.
Narley es todo un personaje, y la única forma de contactar en Brasil con Dudú. Por teléfono su voz parece la de un agente europeo, un hombre de negocios, y habrá que llamarlo no menos de seis veces para concretar la entrevista, y su tono será siempre cordial y algo distante. Nos cita como era de esperar, en la Barra de Tijuca entre los puestos 7 y 8, en el kiosco “Mar Barra”, pero aunque llegamos allí con el taxi, nadie los ha visto. Una nueva llamada de último momento nos hará descubrir que habían cambiado la decisión y que se encontraban entonces en un gimnasio llamado “Body Tech” (Body Teki, en pronunciación brasileña) dentro de un impresionante complejo con todo tipo de negocios y patio de comidas. Al fondo de todo, aparece el “Body Tech” y Narley viene a buscarnos para dejarnos pasar los molinetes hasta depositarnos en una zona con sillones y con una piscina de fondo. Narley nos da la mano y nos cuesta creer que este muchacho de la misma edad que Dudú sea el mismo con el que hablábamos por teléfono: gorra blanca con visera, baja estatura, una remera blanca con una foto del propio Narley con otro muchacho que dice abajo “Para siempre hermanos. Descanse en paz, Michele” y ante nuestra pregunta, sólo dice que se trata “de un hermano que murió”, bermudas blancas y medias y zapatillas del mismo color (con vivos verdes), un anillo de oro de forma cuadrada con la letra A, un enorme reloj pulsera de color negro en su mano derecha y dos teléfonos celulares en sus manos. Antes de llegar a Dudú, Narley nos pregunta enfáticamente si la entrevista será la tapa de la revista y se autodescribe como “un amigo de la infancia y representante aunque también primo”. Narley se nos aparece como un chico de origen humilde, con evidente viveza y sentido común, al que Eduardo Da Silva depositó toda su confianza, y que se da el lujo de bromear a modo de anticipo con que Dudú “no habla bien el portugués, se fue olvidando”. Es evidente la complicidad entre ellos, aunque Dudú aparece mucho más medido. Remera amarilla con cuello y rayas horizontales marrón claras, el detalle de unos dibujos de sellos postales alrededor del cuello abotonado, bermudas beige, medias azul oscuras y zapatillas Nike blancas y grises.
Sabía de nuestra presencia, y entonces se lo nota inquieto y más, cuando Narley le muestra la edición de la revista “Player” con la portada de Gatusso.
Dudú nos cuenta del calvario de estos cinco meses con demasiada naturalidad. Nos confirma lo que días antes nos había dicho Runco, el médico de la selección de Brasil, acerca de la casi milagrosa recuperación de sólo cinco meses y medio, cuando en el Arsenal lo daban por perdido para toda la temporada. “Sí, estoy contento ahora, fueron cinco meses muy fuertes, yo dí el máximo posible para volver pronto al equipo aunque haya tiempos que respetar. Aún no estoy al cien por ciento, pero ya estoy haciendo trabajos con pelota, a veces en la playa, a veces en el Retiro dos Bandeirantes (un complejo de Río de Janeiro que pertenece a Zico) y calculamos que estaré en condiciones de jugar ya entre la quinta y la sexta jornada de la próxima Premier League. Estoy ansioso por volver”, nos cuenta, aunque sólo sus ojos hablen como sus palabras.
Le preguntamos si no tiene problemas en hablar del momento de la lesión y nos dice que no, entonces allí vamos. “Es imposible decir que él (Taylor) haya tenido mala fe, porque cualquier jugador de fútbol sabe que los jugadores sólo te marcan para quitarte la pelota y si te les escapas, van al cuerpo para hacerte una falta pero sólo para evitar que sigas al gol, nadie piensa en quebrarte. Yo creo que él buscó una falta común porque sabía que yo me iría con la pelota, no le daban los tiempos a llegar, no puedo responsabilizarlo de lo que me pasó. Ya está, mala suerte y lo único que quiero es regresar y que todo vuelva a ser como antes. No proyecto más allá, me contentaría con volver a una situación natural, previa a la lesión”, sostiene.
“¿Si Taylor me vino a ver? Vino, aunque no nos vimos. Mi mujer me contó que vino pero en ese momento me estaban operando y ya luego no pudimos vernos por distintos compromisos y yo viajé pronto a Brasil para recuperarme, pero no tendría problemas en volverlo a enfrentar. Tampoco me quiero meter con la sanción que recibió, prefiero poner todas las energías en mi recuperación. Es más, ¿sabe que nunca vi la repetición de cómo fue la lesión? Nunca quise, aunque tal vez cuando ya esté recuperado, en el futuro pueda verla, por ahora no me lo planteo”, nos dice con toda naturalidad, casi como si no fuera un jugador de fútbol sino apenas un observador neutral. “Lo que más me importa es recuperar la confianza, volver a jugar como antes y regresar a la selección croata. Me gustó en la Eurocopa, con Turquía sólo fue un accidente que ocurre muy cada tanto, pero demostramos que somos competitivos y que podemos llegar lejos”.
También le preguntamos por el Arsenal, al que ya se incorporaba a principios de agosto. “Hay jugadores muy jóvenes y el objetivo, en un club así, es ganar algún título, pero siempre tenemos que pelear contra dos equipos poderosos como el Manchester United y el Chelsea, que no por nada fueron finalistas de la Champions League pasada”, y en cuanto a la posición que podría ocupar en la actual estructura de los gunners, advierte que “habrá que ver qué dice Wenger. Tendré que adaptarme porque contamos con muchos jugadores en el ataque, como Adebayor, Van Persie o Walcott. ¿Cómo es Wenger? Un entrenador que dedica muchísimo tiempo a conversar con el jugador, lo hace al máximo posible”, describe.
Llega el momento de depedirnos cuando Dudú nos dice que estos meses de recuperación (la mitad del tiempo que creían en el Arsenal que duraría este duro trabajo) “recibí tremendas muestras de afecto, de jugadores brasileños, de compañeros míos, como Kolo Touré o Cesc Fábregas, o de la selección croata o ex compañeros del Dínamo, o compatriotas, me hizo sentir muy bien”.
Sin embargo, Dudú se habrá ido a Londres con las valijas llenas de recuerdos y afecto, pero con un deseo incumplido, el de haber conocido a su máximo ídolo de la infancia, Romario de Souza Farías. “Sí, no se pudo dar este encuentro soñado pese a los meses que me llevó el trabajo en Río de Janeiro. Desde pequeño era hincha del Vasco da Gama, y Romario fue siempre su gran figura, espero conocerlo algún día”, nos dice.
Le preguntamos la clave de su evolución, de haber soportado desde muy joven vivir en un país tan lejano a su cultura como Croacia, o luego, tantos meses superando una lesión en la que hasta pudo perder su pierna. “Aunque le parezca mentira, soy creyente pero no pertenezco a ninguna orden, sino que creo que la base está en mi tranquilidad de carácter, en la calma, en la paciencia y en la confianza. Y también, el haber conformado una familia muy cerrada, de mucho afecto. Siempre consigo lo que me propongo, pero sabiendo que a veces hay que saber esperar y no desesperar”.
Y hasta hay tiempo para la sonrisa cuando le preguntamos por jugadores que le gustan en su puesto. “Desde ya que Henry, Adriano, pero cuando andaba bien en el Inter”. Narley le agrega desde atrás “Ronaldo”, a lo que Dudú bromea respondiendo que “sí, pero antes, ahora paró de jugar” Su amigo, primo y agente, entonces, le recriminará que nos haya dicho que el mejor jugador del mundo “es Ronaldinho”. “¡Tienes que decir que es Cesc!”, pero Dudú sólo se ríe. Narley nos escribe en un papel que quisiera que le enviaran 4 (cuatro, así, colocando la palabra entre paréntesis) ejemplares de la revista. Le preguntamos para qué. Dudú bromea entonces y dice que su amigo, agente y primo “habla también danés, él habla todos los idiomas” y se vuelve a reir. Narley nos insiste con la pregunta de si el artículo saldrá en la tapa, mientras nos alejamos hacia la puerta del complejo “Citta America”. Justo enfrente está la parada del Metro-bus que nos lleva a Copacabana, y tenemos la suerte de que pasa justo. Nos subimos y por 3,5 reales, en media hora estaremos en nuestro destino. Dudú ya está en el suyo, la Premier League, medio año antes de lo esperado.
Aquel 23 de febrero de 2008 no fue un día más en la vida de “Dudú”, como se lo conoce entre los amigos, o a veces es nombrado así en la Premier League. Le había costado mucho llegar al Arsenal y su carrera es una de aquellas no tradicionales a las que se someten en la actualidad tantos muchachos de los países emergentes que son considerados potencias futbolísticas como Brasil, Argentina o Uruguay. Y así fue como un agente lo descubrió cuando jugaba, apenas con 16 años, en el Bangú Futebol Clube, un pequeño club carioca (como se le dice a los habitantes de Río de Janeiro en contraposición a los paulistas de San Pablo), que fue su tercer club luego de comenzar entre los niños del Ceres Futebol Clube con apenas doce años, y pasar por el CBF Nova Kennedy. Siendo aún un adolescente, sin conocer el idioma y tentado por un futuro europeo (con lo que sueñan hoy todos los futbolistas sudamericanos), Dudú aceptó la propuesta de un agente que lo descubrió para irse a jugar nada menos que al Dínamo Zagreb de Croacia. Allí se hizo hombre, aprendió el idioma, cerró los ojos y se entrenó en un lugar tan distinto al suyo. “No tenía nada que ver con el Brasil que había dejado. Era un país que salía de una guerra interna muy pesada pero tengo que reconocer que a mí me trataron magníficamente y que estuve alojado siempre en bonitos lugares y Zagreb es una ciudad encantadora, aunque al principio, además de los cambios personales, tuve el golpe del regreso de mi compañero Leandro”, recuerda aunque apenas sus ojos oscuros hablan por su cara, que siempre mantiene la misma tranquilidad en su expresión. En efecto, y para mitigar el problema de la adaptación, Eduardo fue acompañado por otro jugador que contrató el Dínamo, Leandro, pero éste no logró adaptarse y a los seis meses, estaba de regreso en Brasil. Dudú no sólo apretó los dientes y siguió, sino que superó varias lesiones, conoció a su mujer, Andrea, se casó, y tuvo una hija, Lorena- cuyo nombre aparece tatuado en el brazo derecho-, a la que anotó también en la embajada brasileña.
“Para que usted tenga una idea de lo que es jugar en Zagreb, la hinchada es parecida a la de Boca Juniors, en la Argentina. Alienta sin parar, todo el partido, ganemos o perdamos, y llegué a entender todo lo que cantaba, aunque en mi caso no había una canción concreta sino que repetían varias veces mi nombre, y yo los saludaba levantando el brazo”, rememora al detalle.
“¿Cuándo fue que aprendí a hablar croata?, sinceramente no lo sé a esta altura. Tuve un profesor de idioma que me pusieron los primeros tres meses, pero luego me lancé a hablar de manera natural, tal vez el miedo inicial hizo que fuera para adelante y no me preguntara demasiado. El único instante de miedo real fue cuando salí tan joven de Brasil, y era sobre la cultura distinta, la comida, el idioma,. Pero jamás me pregunté sin deportivamente me iba a ir bien o mal. En eso, confiaba ciegamente en mis condiciones”, recuerda Da Silva.
En el Dínamo fue tan impresionante su actuación, que le valió ser nacionalizado para poder integrar primero la selección croata sub-21 y la absoluta. Lo que sorprende es que ni siquiera un supuesto paso atrás, como para muchos hubiera significado haber sido cedido apenas un año después de su arribo, al Inter Zapresic, le ha hecho daño a su moral. “¿Por qué habría de tomarlo a mal? Sentí que era una forma de tenerme consideración y darme tiempo a la adaptación y a probarme en un fútbol distinto al mío original, mucho más duro, la marca mucho más fuerte, y fue donde aprendí que los europeos no dejan espacios, que es mucho más difícil pasarlos y que su contextura física no es la de los brasileños, aunque técnicamente jueguen mucho menos. Sin embargo, la disciplina, la concentración y la fuerza generaban mucha mayor dificultad que la de un fútbol con más espacios para crear”, nos comenta. Y así fue cómo en el propio Inter Zapresic convirtió 10 goles para ser repescado, ahora sí con total certeza de sus condiciones y su fortaleza mental, por el Dínamo. Y para mediados de 2007, por fin le llegó la oportunidad con la que siempre había soñado: el Arsenal pagó 8,5 millones de libras por su pase nada menos que para reemplazar a Therry Henry, que había sido transferido al Barcelona, sumado a que la lesión del holandés Van Persie le allanó el camino a más partidos en el primer semestre. Todos sus sueños parecían concretarse y para coronar su momento, al finalizar la Premier League le esperaba su primera Eurocopa con la selección de Croacia, cuando llegó aquel fatídico 23 de febrero de 2008 y todo pareció derrumbarse. Iban apenas tres minutos del primer tiempo del partido ante el Birmingham cuando Eduardo Da Silva quiso avanzar en diagonal hacia el área con pelota dominada, y de manera brutal, el zaguero Martin Taylor, lo lesionó gravemente en su pie izquierdo. El propio defensor, al verlo caer tomándose su pie (el más importante de los dos, el que utiliza Eduardo para su remate), se agarra la cabeza temiéndose lo peor, aunque lo corrobora el hecho de ver a Cesc Fábregas llamar al médico de urgencia. La situación es tan grave, que no sólo Da Silva queda tendido por ocho minutos en el suelo para ser atendido, sino que deberá ser operado de urgencia y se sabrá inmediatamente que se perderá el resto de la temporada y la Eurocopa con la selección croata. Incluso, los medios más importantes de Europa reclamaban a la FIFA que por primera vez, el infractor (Taylor), fuese sancionado con una suspensión que durara el mismo tiempo de la recuperación de Da Silva, aunque apenas le corresponderían tres partidos sin ingresar a los campos de juego. La polémica se había instalado en torno a la buena o mala voluntad en ese tipo de jugadas. Los diarios ingleses recordaban que apenas una semana antes, el propio Da Silva había recibido una tarjeta amarilla por una falta a Nani, el portugués del Manchester United, en la misma zona y que a la jugada siguiente, tanto Gallas como Flamini fueron a buscar al mismo Nani para golpearlo otra vez (ninguno de los dos fue amonestado, y Flamini fue apenas advertido), mientras que el nervioso entrenador del Arsenal, Arsene Wenger, sostenía que la lesión de Dudú “fue horrible. Ese sujeto (por Taylor), no debería volver a jugar al fútbol. Ese tipo de jugadas nace de la idea de que para detener al Arsenal, hay que agredirlo. Lo peor es escuchar cosas como ‘no es el tipo de jugador que haga estas cosas’ porque para matar a alguien, es necesario hacerlo una sola vez”. El sitio www.goal.com recibía más de doscientos cincuenta comentarios sobre la lesión, todos echándole la culpa a Taylor, en tanto que el Birmingham ublicaba en su web una nota de apoyo al brasileño-croata. En medio de tanta polémica y con Eduardo Da Silva operado de urgencia, el médico Tim Allardyce, especialista en ortopedia deportiva, sostenía que el delantero hasta podía perder su pie por la baja circulación. Dudú, en ese contexto, sólo pidió volver a Brasil para recuperarse, resignado, pensando en que no había mejor lugar para hacerlo rodeado de sus afectos y con la plena confianza que todos los jugadores de su país original depositan en el doctor José Luis Runco, el médico de la selección brasileña y del Flamenco. En el Arsenal ya se lo descartaba hasta 2009. El propio Runco sonríe desde su clínica “Barra Trauma” (no por casualidad en la misma Barra de Tijuca, donde se prepara Dudú) y nos dice que la recuperación “fue excepcional, estoy muy contento, especialmente porque ya en Inglaterra decían que no volvería a jugar antes de un año, y allí lo tienen, a punto de volver en medio año. Se hizo un trabajo perfecto”.
“Fue un momento durísimo, sin dudas el más duro de mi carrera deportiva. Recuerdo que me quedé en el suelo y que escuché que el fisioterapeuta del Arsenal, Gary Lewin, se dio cuenta en el acto que mi lesión era grave y llamó a los gritos a Gilberto Silva, que se paró al lado mío y comenzó a alentarme en portugués y se lo agradezco porque lo necesitaba, fue una buena idea, y de inmediato me trasladaron al Selly Oak Hospital, donde me operaron de urgencia. Fue todo muy rápido”, nos cuenta Eduardo Da Silva, sin cambiar los rasgos de sus facciones, y seguido atentamente por si amigo de la infancia, primo y representante, Narley Da Silva Lopes, aunque para Dudú es solamente “Narley”.
Narley es todo un personaje, y la única forma de contactar en Brasil con Dudú. Por teléfono su voz parece la de un agente europeo, un hombre de negocios, y habrá que llamarlo no menos de seis veces para concretar la entrevista, y su tono será siempre cordial y algo distante. Nos cita como era de esperar, en la Barra de Tijuca entre los puestos 7 y 8, en el kiosco “Mar Barra”, pero aunque llegamos allí con el taxi, nadie los ha visto. Una nueva llamada de último momento nos hará descubrir que habían cambiado la decisión y que se encontraban entonces en un gimnasio llamado “Body Tech” (Body Teki, en pronunciación brasileña) dentro de un impresionante complejo con todo tipo de negocios y patio de comidas. Al fondo de todo, aparece el “Body Tech” y Narley viene a buscarnos para dejarnos pasar los molinetes hasta depositarnos en una zona con sillones y con una piscina de fondo. Narley nos da la mano y nos cuesta creer que este muchacho de la misma edad que Dudú sea el mismo con el que hablábamos por teléfono: gorra blanca con visera, baja estatura, una remera blanca con una foto del propio Narley con otro muchacho que dice abajo “Para siempre hermanos. Descanse en paz, Michele” y ante nuestra pregunta, sólo dice que se trata “de un hermano que murió”, bermudas blancas y medias y zapatillas del mismo color (con vivos verdes), un anillo de oro de forma cuadrada con la letra A, un enorme reloj pulsera de color negro en su mano derecha y dos teléfonos celulares en sus manos. Antes de llegar a Dudú, Narley nos pregunta enfáticamente si la entrevista será la tapa de la revista y se autodescribe como “un amigo de la infancia y representante aunque también primo”. Narley se nos aparece como un chico de origen humilde, con evidente viveza y sentido común, al que Eduardo Da Silva depositó toda su confianza, y que se da el lujo de bromear a modo de anticipo con que Dudú “no habla bien el portugués, se fue olvidando”. Es evidente la complicidad entre ellos, aunque Dudú aparece mucho más medido. Remera amarilla con cuello y rayas horizontales marrón claras, el detalle de unos dibujos de sellos postales alrededor del cuello abotonado, bermudas beige, medias azul oscuras y zapatillas Nike blancas y grises.
Sabía de nuestra presencia, y entonces se lo nota inquieto y más, cuando Narley le muestra la edición de la revista “Player” con la portada de Gatusso.
Dudú nos cuenta del calvario de estos cinco meses con demasiada naturalidad. Nos confirma lo que días antes nos había dicho Runco, el médico de la selección de Brasil, acerca de la casi milagrosa recuperación de sólo cinco meses y medio, cuando en el Arsenal lo daban por perdido para toda la temporada. “Sí, estoy contento ahora, fueron cinco meses muy fuertes, yo dí el máximo posible para volver pronto al equipo aunque haya tiempos que respetar. Aún no estoy al cien por ciento, pero ya estoy haciendo trabajos con pelota, a veces en la playa, a veces en el Retiro dos Bandeirantes (un complejo de Río de Janeiro que pertenece a Zico) y calculamos que estaré en condiciones de jugar ya entre la quinta y la sexta jornada de la próxima Premier League. Estoy ansioso por volver”, nos cuenta, aunque sólo sus ojos hablen como sus palabras.
Le preguntamos si no tiene problemas en hablar del momento de la lesión y nos dice que no, entonces allí vamos. “Es imposible decir que él (Taylor) haya tenido mala fe, porque cualquier jugador de fútbol sabe que los jugadores sólo te marcan para quitarte la pelota y si te les escapas, van al cuerpo para hacerte una falta pero sólo para evitar que sigas al gol, nadie piensa en quebrarte. Yo creo que él buscó una falta común porque sabía que yo me iría con la pelota, no le daban los tiempos a llegar, no puedo responsabilizarlo de lo que me pasó. Ya está, mala suerte y lo único que quiero es regresar y que todo vuelva a ser como antes. No proyecto más allá, me contentaría con volver a una situación natural, previa a la lesión”, sostiene.
“¿Si Taylor me vino a ver? Vino, aunque no nos vimos. Mi mujer me contó que vino pero en ese momento me estaban operando y ya luego no pudimos vernos por distintos compromisos y yo viajé pronto a Brasil para recuperarme, pero no tendría problemas en volverlo a enfrentar. Tampoco me quiero meter con la sanción que recibió, prefiero poner todas las energías en mi recuperación. Es más, ¿sabe que nunca vi la repetición de cómo fue la lesión? Nunca quise, aunque tal vez cuando ya esté recuperado, en el futuro pueda verla, por ahora no me lo planteo”, nos dice con toda naturalidad, casi como si no fuera un jugador de fútbol sino apenas un observador neutral. “Lo que más me importa es recuperar la confianza, volver a jugar como antes y regresar a la selección croata. Me gustó en la Eurocopa, con Turquía sólo fue un accidente que ocurre muy cada tanto, pero demostramos que somos competitivos y que podemos llegar lejos”.
También le preguntamos por el Arsenal, al que ya se incorporaba a principios de agosto. “Hay jugadores muy jóvenes y el objetivo, en un club así, es ganar algún título, pero siempre tenemos que pelear contra dos equipos poderosos como el Manchester United y el Chelsea, que no por nada fueron finalistas de la Champions League pasada”, y en cuanto a la posición que podría ocupar en la actual estructura de los gunners, advierte que “habrá que ver qué dice Wenger. Tendré que adaptarme porque contamos con muchos jugadores en el ataque, como Adebayor, Van Persie o Walcott. ¿Cómo es Wenger? Un entrenador que dedica muchísimo tiempo a conversar con el jugador, lo hace al máximo posible”, describe.
Llega el momento de depedirnos cuando Dudú nos dice que estos meses de recuperación (la mitad del tiempo que creían en el Arsenal que duraría este duro trabajo) “recibí tremendas muestras de afecto, de jugadores brasileños, de compañeros míos, como Kolo Touré o Cesc Fábregas, o de la selección croata o ex compañeros del Dínamo, o compatriotas, me hizo sentir muy bien”.
Sin embargo, Dudú se habrá ido a Londres con las valijas llenas de recuerdos y afecto, pero con un deseo incumplido, el de haber conocido a su máximo ídolo de la infancia, Romario de Souza Farías. “Sí, no se pudo dar este encuentro soñado pese a los meses que me llevó el trabajo en Río de Janeiro. Desde pequeño era hincha del Vasco da Gama, y Romario fue siempre su gran figura, espero conocerlo algún día”, nos dice.
Le preguntamos la clave de su evolución, de haber soportado desde muy joven vivir en un país tan lejano a su cultura como Croacia, o luego, tantos meses superando una lesión en la que hasta pudo perder su pierna. “Aunque le parezca mentira, soy creyente pero no pertenezco a ninguna orden, sino que creo que la base está en mi tranquilidad de carácter, en la calma, en la paciencia y en la confianza. Y también, el haber conformado una familia muy cerrada, de mucho afecto. Siempre consigo lo que me propongo, pero sabiendo que a veces hay que saber esperar y no desesperar”.
Y hasta hay tiempo para la sonrisa cuando le preguntamos por jugadores que le gustan en su puesto. “Desde ya que Henry, Adriano, pero cuando andaba bien en el Inter”. Narley le agrega desde atrás “Ronaldo”, a lo que Dudú bromea respondiendo que “sí, pero antes, ahora paró de jugar” Su amigo, primo y agente, entonces, le recriminará que nos haya dicho que el mejor jugador del mundo “es Ronaldinho”. “¡Tienes que decir que es Cesc!”, pero Dudú sólo se ríe. Narley nos escribe en un papel que quisiera que le enviaran 4 (cuatro, así, colocando la palabra entre paréntesis) ejemplares de la revista. Le preguntamos para qué. Dudú bromea entonces y dice que su amigo, agente y primo “habla también danés, él habla todos los idiomas” y se vuelve a reir. Narley nos insiste con la pregunta de si el artículo saldrá en la tapa, mientras nos alejamos hacia la puerta del complejo “Citta America”. Justo enfrente está la parada del Metro-bus que nos lleva a Copacabana, y tenemos la suerte de que pasa justo. Nos subimos y por 3,5 reales, en media hora estaremos en nuestro destino. Dudú ya está en el suyo, la Premier League, medio año antes de lo esperado.
Sergio “Kun” Agüero, el jugador maradoniano del siglo XXI (FIFA Magazine)
“Llevo/el fútbol en la sangre/Vamos Kun Agüero/fuerza, que el mundo quiere verte/mostrando tu coraje”. En cualquier radio argentina puede escucharse habitualmente este tema de la banda de cumbia “Los leales”, que integra uno de los mejores jugadores del mundo de este tiempo y uno de los que gustan preservar, aunque con los condimentos de este tiempo, aquellos regates maradonianos que maravillaron a los fanáticos del fútbol, Sergio Agüero.
Con veinte años recién cumplidos (2/6/1988), Agüero ya se ha consolidado entre los cracks más importantes en base a su juego por ráfagas, porque no necesita muchos minutos con el balón dominado para dibujar un pase mágico o definir casi sin ángulo. Ya acumula dos títulos mundiales sub-20, la medalla dorada olímpica recientemente ganada en Pekín, y varios premios individuales por lo realizado primero en el Independiente de sus amores, y luego en su actual equipo, Atlético Madrid, como en las distintas selecciones argentinas.
El “Kun”Agüero es el jugador que más joven ha debutado profesionalmente en el fútbol argentino, con apenas 15 años, un mes y tres días, cuando el ex campeón mundial en México 1986, Oscar Ruggeri, lo hizo ingresar en Independiente ante San Lorenzo el 5 de julio de 2003, por el Torneo Clausura, justo en el último partido del campeonato, y en el que se despidiera de la afición uno de los máximos ídolos de los últimos tiempos y hoy defensor del Barcelona, Gabriel Milito. De esta forma, Agüero superaba nada menos que a su antecesor en el record de debutante joven, Diego Armando Maradona, quien había jugado su primer partido a los 15 años y once meses. Desde ese momento, muchas otras cosas lo emparentarían a Agüero con uno de los grandes astros del fútbol mundial.
Nacido en el populoso barrio de Flores en plena Buenos Aires, y en una familia muy numerosa (son siete hermanos y los padres), al poco tiempo cambiaron de residencia hacia la zona sur del Gran Buenos Aires por lo que ya a los nueve años, Agüero ya había recalado en Independiente debido a su gran técnica, y es por eso mismo que tampoco hizo la carrera normal en las divisiones inferiores (juveniles) antes de llegar a la primera división. Todos sabían que se trataba de un jugador especial, diferente.
El juego de Agüero es tan simple que al mismo tiempo no genera claridad para definir su exacta posición en la cancha. Para muchos, es un delantero de punta por la cantidad de goles que marca, lo que llevó a decir al experimentado entrenador argentino César Luis Menotti que puede compararse con Romario, el gran goleador brasileño. Otros creen, en cambio, que es se trata de un juego más cercano al “diez” clásico argentino, o como mucho, un mediapunta cercano a los puestos de ataque. El propio Agüero acaba de manifestar que no se considera un delantero de área, pese a que cada vez más, los entrenadores lo colocan en esa posición y la afición espera que marque, aún más que juegue, aunque siempre se conserva la esperanza de que aparezca algún toque sutil de los que este mágico jugador es capaz.
“Ver a Agüero es como visitar el Museo del Prado”, llegó a decir Anatolyi Byshovets, el entrenador del Lokomotiv de Rusia, luego de sorprenderse por el juego del argentino en el Atlético Madrid. En estos años en el “Aleti” se produjo la definitiva explosión del “Kun”, que si bien se fue demasiado pronto de Independiente, pudo dejar su estela de crack y algunos goles recordados o jugadas memorables, como sus dos goles a Racing Club en el Torneo Apertura 2005. Uno de lo dos goles se produjo luego de dos impactantes regates dentro del área, que dieron lugar a una publicidad posterior, en la que el propio jugador imita la voz de los hinchas rojos coreando su nombre en la tribuna. Fue con el fallecido José Omar Pastoriza, uno de los símbolos de Independiente, cuando Agüero se consolidó como ídolo, aunque siempre le costó moderar algunos comportamientos, en especial, en respuesta a una agresión rival. Así fue que su primera expulsión, contra el modesto Tiro Federal, le generó no poder estar en el esperado partido ante River Plate, si bien las mayores lágrimas las derramó cuando le mostraron la quinta tarjeta amarilla que lo dejaba afuera del partido contra Boca Juniors, por el Torneo Clausura 2006, y llorando, entendió que ese día, ante Olimpo de Bahía Blanca, había sido su último partido con la camiseta roja porque ya había sido transferido al Atlético Madrid en una fuerte operación de veinte millones de euros, cuando no dejaba de ser un jovencito de dieciocho años. Pero todo había sido muy precipitado en la vida de Agüero.
Por ese tiempo, ya era campeón mundial sub-20 con la selección argentina, si bien era el más pequeño del equipo y había sido convocado por el entrenador Francisco Ferraro casi como complemento, para que tuviera la experiencia de participar en un torneo de este tipo, en el que descollaba Lionel Messi. Sin embargo, con el correr de los partidos y con un ataque que no terminaba de convencer, Agüero pudo ingresat en los dos partidos finales, ante Brasil y ante Nigeria, cuando le cometieron un penal que terminó siendo decisivo para la obtención del título por parte de los albicelestes.
Ya en el Atlético Madrid, la experiencia europea no le fue fácil al comienzo. Si bien la afición atlética lo adoró desde el inicio, se encontró con un entrenador como el mexicano Javier Aguirre, que optó por irlo llevando de a poco. Sin embargo, cada ingreso de Agüero, como titular o incluso como suplente, marcaba la diferencia. En la temporada 2006/07, aún con Fernando Torres en el plantel, por fin los albirrojos habían conseguido la clasificación y el regreso a un torneo europeo, con su pase a la Copa UEFA. Y en la pasada temporada, con un Agüero ya consolidado y capaz de generar magia en cualquier instante, el Atlético pudo obtener el cuarto puesto, ahora con Diego Forlán compartiendo el ataque, y la ansiada clasificación a la previa de la Champions League. De los siete goles en veintisiete partidos de la primera temporada, y de ser un crack que asomaba con su juventud, Agüero pasó a los veinte goles en treinta y siete partidos y ya absolutamente instalado como el mejor jugador del equipo y titular indiscutido. Dentro de ese altísimo rendimiento, cabe destacar el brillante partido ante el Barcelona en marzo pasado, cuando el Atlético se impuso 4-2 en el Vicente Calderón. Ese día convirtió dos goles de gran factura, generó una asistencia y ocasionó el penal que luego convirtió Forlán. Toda Europa se rindió definitivamente a un jugador que con apenas veinte años, lleva ya cinco temporadas en el fútbol grande, y que continúa en un vertiginoso ascenso.
No fue casual lo producido por Agüero en la última temporada. Llegaba a España luego de ganar, ahora sí, el sexto título mundial sub-20 con la selección argentina en Canadá, siendo capitán, Botín de Oro como máximo goleador del certamen, y Balón de Oro como mejor jugador. Era su segundo título mundial sub-20 consecutivo, pero ahora ya como la máxima estrella. Y terminó de generar la confianza en sus condiciones de crack. Todo esto se acaba de refrendar ahora con un nuevo título en sus vitrinas, el de campeón olímpico en Pekín. No había comenzado bien debido a que de él se esperan más goles que jugadas, tal vez erróneamente. Pero apareció en el momento más importante, con sus dos goles a Brasil en semifinales.
Hoy nadie lo discute y también ya integra de manera permanente los distintos seleccionados absolutos argentinos como titular, o a lo sumo, ingresando como suplente para reemplazar a uno de sus ídolos, Carlos Tévez.
Algunos creen que Agüero es el nuevo Maradona argentino, o en todo caso, lo más parecido a Maradona en el siglo XXI. Otros lo comparan con Messi y están quienes sostienen que por su físico retacón, fuerte y compacto, tiene propensión a una mayor resistencia a los golpes que el propio crack del Barcelona y en la Argentina están también los que creen que otra ventaja que tiene sobre Messi es que aún habiendo jugado poco en el fútbol argentino, pudo llevarse de él la “malicia” con la que se juega la liga local, tan dura y con tanta táctica y marcas muy apretadas, cuando su compañero de generación nunca pudo jugarla y recaló muy joven en la cantera del Barcelona, faltándole esos “vicios” que lo hacen demasiado puro. Agüero tiene, para muchos, el potrero que no tiene Messi, lo que lo hace complementario y necesario.
Lo que a nadie le cabe ninguna duda es que Agüero nos va a regalar mucha magia todavía, que es demasiado joven, y que con so mirada y su sonrisa pícaras parece bastante alejado de las polémicas o las opiniones. El lleva el fútbol en la sangre, como dice la canción que tanto le gusta, y quiere que lo dejen jugar, Nada más.
Crack, joven y yerno
---------------------
Sergio Agüero no sólo tiene ahora el record argentino como debutante más joven que anteriormente le pertenecía a Diego Armando Maradona (15 años y un mes, el 5/7/2003 contra 15 años y 11 meses, el 20/10/1976), sino que están unidos por otras cosas.
El “Kun” es el yerno de Maradona, al estar en pareja con la hija de éste, Giannina, con la que convive en Madrid, y en pocos meses lo hará abuelo (de allí sus festejos ante Brasil en los Juegos Olímpicos de Pekín con el dedo gordo en su boca, a modo de chupete).
También muchos hinchas de Independiente compran su gran gol a Racing en el Torneo Apertura de 2005, con aquel famoso gol de Maradona a Inglaterra en cuartos de final del Mundial de México 1986, pero también Agüero tiene en su haber un gol que extrañamente lo convirtiera empujando el balón con su guante. Fue el 15 de octubre de 2006, jugando para el Atlético Madrid, contra el Recreativo de Huelva, y así como Maradona dijo en 1986 que el otro gol a Inglaterra había sido “con la mano de Dios”, muchos bautizaron este gol de Agüero como “el guante de Dios”. El misterio que no se pudo desvelar es por qué Agüero llevaba guantes cuando la temperatura era de veinte grados….
Los orígenes del Kun
----------------------
El apodo de Sergio Agüero como “Kun” proviene de un dibujo animado japonés que veía por televisión cuando era pequeño y cuyo personaje se llamaba “Kum Kum”, y por deformación, fue quedando solamente la palabra “Kun”, y por el parecido físico que este personaje tenía con Agüero, y las coincidencias en su peinado.
Con veinte años recién cumplidos (2/6/1988), Agüero ya se ha consolidado entre los cracks más importantes en base a su juego por ráfagas, porque no necesita muchos minutos con el balón dominado para dibujar un pase mágico o definir casi sin ángulo. Ya acumula dos títulos mundiales sub-20, la medalla dorada olímpica recientemente ganada en Pekín, y varios premios individuales por lo realizado primero en el Independiente de sus amores, y luego en su actual equipo, Atlético Madrid, como en las distintas selecciones argentinas.
El “Kun”Agüero es el jugador que más joven ha debutado profesionalmente en el fútbol argentino, con apenas 15 años, un mes y tres días, cuando el ex campeón mundial en México 1986, Oscar Ruggeri, lo hizo ingresar en Independiente ante San Lorenzo el 5 de julio de 2003, por el Torneo Clausura, justo en el último partido del campeonato, y en el que se despidiera de la afición uno de los máximos ídolos de los últimos tiempos y hoy defensor del Barcelona, Gabriel Milito. De esta forma, Agüero superaba nada menos que a su antecesor en el record de debutante joven, Diego Armando Maradona, quien había jugado su primer partido a los 15 años y once meses. Desde ese momento, muchas otras cosas lo emparentarían a Agüero con uno de los grandes astros del fútbol mundial.
Nacido en el populoso barrio de Flores en plena Buenos Aires, y en una familia muy numerosa (son siete hermanos y los padres), al poco tiempo cambiaron de residencia hacia la zona sur del Gran Buenos Aires por lo que ya a los nueve años, Agüero ya había recalado en Independiente debido a su gran técnica, y es por eso mismo que tampoco hizo la carrera normal en las divisiones inferiores (juveniles) antes de llegar a la primera división. Todos sabían que se trataba de un jugador especial, diferente.
El juego de Agüero es tan simple que al mismo tiempo no genera claridad para definir su exacta posición en la cancha. Para muchos, es un delantero de punta por la cantidad de goles que marca, lo que llevó a decir al experimentado entrenador argentino César Luis Menotti que puede compararse con Romario, el gran goleador brasileño. Otros creen, en cambio, que es se trata de un juego más cercano al “diez” clásico argentino, o como mucho, un mediapunta cercano a los puestos de ataque. El propio Agüero acaba de manifestar que no se considera un delantero de área, pese a que cada vez más, los entrenadores lo colocan en esa posición y la afición espera que marque, aún más que juegue, aunque siempre se conserva la esperanza de que aparezca algún toque sutil de los que este mágico jugador es capaz.
“Ver a Agüero es como visitar el Museo del Prado”, llegó a decir Anatolyi Byshovets, el entrenador del Lokomotiv de Rusia, luego de sorprenderse por el juego del argentino en el Atlético Madrid. En estos años en el “Aleti” se produjo la definitiva explosión del “Kun”, que si bien se fue demasiado pronto de Independiente, pudo dejar su estela de crack y algunos goles recordados o jugadas memorables, como sus dos goles a Racing Club en el Torneo Apertura 2005. Uno de lo dos goles se produjo luego de dos impactantes regates dentro del área, que dieron lugar a una publicidad posterior, en la que el propio jugador imita la voz de los hinchas rojos coreando su nombre en la tribuna. Fue con el fallecido José Omar Pastoriza, uno de los símbolos de Independiente, cuando Agüero se consolidó como ídolo, aunque siempre le costó moderar algunos comportamientos, en especial, en respuesta a una agresión rival. Así fue que su primera expulsión, contra el modesto Tiro Federal, le generó no poder estar en el esperado partido ante River Plate, si bien las mayores lágrimas las derramó cuando le mostraron la quinta tarjeta amarilla que lo dejaba afuera del partido contra Boca Juniors, por el Torneo Clausura 2006, y llorando, entendió que ese día, ante Olimpo de Bahía Blanca, había sido su último partido con la camiseta roja porque ya había sido transferido al Atlético Madrid en una fuerte operación de veinte millones de euros, cuando no dejaba de ser un jovencito de dieciocho años. Pero todo había sido muy precipitado en la vida de Agüero.
Por ese tiempo, ya era campeón mundial sub-20 con la selección argentina, si bien era el más pequeño del equipo y había sido convocado por el entrenador Francisco Ferraro casi como complemento, para que tuviera la experiencia de participar en un torneo de este tipo, en el que descollaba Lionel Messi. Sin embargo, con el correr de los partidos y con un ataque que no terminaba de convencer, Agüero pudo ingresat en los dos partidos finales, ante Brasil y ante Nigeria, cuando le cometieron un penal que terminó siendo decisivo para la obtención del título por parte de los albicelestes.
Ya en el Atlético Madrid, la experiencia europea no le fue fácil al comienzo. Si bien la afición atlética lo adoró desde el inicio, se encontró con un entrenador como el mexicano Javier Aguirre, que optó por irlo llevando de a poco. Sin embargo, cada ingreso de Agüero, como titular o incluso como suplente, marcaba la diferencia. En la temporada 2006/07, aún con Fernando Torres en el plantel, por fin los albirrojos habían conseguido la clasificación y el regreso a un torneo europeo, con su pase a la Copa UEFA. Y en la pasada temporada, con un Agüero ya consolidado y capaz de generar magia en cualquier instante, el Atlético pudo obtener el cuarto puesto, ahora con Diego Forlán compartiendo el ataque, y la ansiada clasificación a la previa de la Champions League. De los siete goles en veintisiete partidos de la primera temporada, y de ser un crack que asomaba con su juventud, Agüero pasó a los veinte goles en treinta y siete partidos y ya absolutamente instalado como el mejor jugador del equipo y titular indiscutido. Dentro de ese altísimo rendimiento, cabe destacar el brillante partido ante el Barcelona en marzo pasado, cuando el Atlético se impuso 4-2 en el Vicente Calderón. Ese día convirtió dos goles de gran factura, generó una asistencia y ocasionó el penal que luego convirtió Forlán. Toda Europa se rindió definitivamente a un jugador que con apenas veinte años, lleva ya cinco temporadas en el fútbol grande, y que continúa en un vertiginoso ascenso.
No fue casual lo producido por Agüero en la última temporada. Llegaba a España luego de ganar, ahora sí, el sexto título mundial sub-20 con la selección argentina en Canadá, siendo capitán, Botín de Oro como máximo goleador del certamen, y Balón de Oro como mejor jugador. Era su segundo título mundial sub-20 consecutivo, pero ahora ya como la máxima estrella. Y terminó de generar la confianza en sus condiciones de crack. Todo esto se acaba de refrendar ahora con un nuevo título en sus vitrinas, el de campeón olímpico en Pekín. No había comenzado bien debido a que de él se esperan más goles que jugadas, tal vez erróneamente. Pero apareció en el momento más importante, con sus dos goles a Brasil en semifinales.
Hoy nadie lo discute y también ya integra de manera permanente los distintos seleccionados absolutos argentinos como titular, o a lo sumo, ingresando como suplente para reemplazar a uno de sus ídolos, Carlos Tévez.
Algunos creen que Agüero es el nuevo Maradona argentino, o en todo caso, lo más parecido a Maradona en el siglo XXI. Otros lo comparan con Messi y están quienes sostienen que por su físico retacón, fuerte y compacto, tiene propensión a una mayor resistencia a los golpes que el propio crack del Barcelona y en la Argentina están también los que creen que otra ventaja que tiene sobre Messi es que aún habiendo jugado poco en el fútbol argentino, pudo llevarse de él la “malicia” con la que se juega la liga local, tan dura y con tanta táctica y marcas muy apretadas, cuando su compañero de generación nunca pudo jugarla y recaló muy joven en la cantera del Barcelona, faltándole esos “vicios” que lo hacen demasiado puro. Agüero tiene, para muchos, el potrero que no tiene Messi, lo que lo hace complementario y necesario.
Lo que a nadie le cabe ninguna duda es que Agüero nos va a regalar mucha magia todavía, que es demasiado joven, y que con so mirada y su sonrisa pícaras parece bastante alejado de las polémicas o las opiniones. El lleva el fútbol en la sangre, como dice la canción que tanto le gusta, y quiere que lo dejen jugar, Nada más.
Crack, joven y yerno
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Sergio Agüero no sólo tiene ahora el record argentino como debutante más joven que anteriormente le pertenecía a Diego Armando Maradona (15 años y un mes, el 5/7/2003 contra 15 años y 11 meses, el 20/10/1976), sino que están unidos por otras cosas.
El “Kun” es el yerno de Maradona, al estar en pareja con la hija de éste, Giannina, con la que convive en Madrid, y en pocos meses lo hará abuelo (de allí sus festejos ante Brasil en los Juegos Olímpicos de Pekín con el dedo gordo en su boca, a modo de chupete).
También muchos hinchas de Independiente compran su gran gol a Racing en el Torneo Apertura de 2005, con aquel famoso gol de Maradona a Inglaterra en cuartos de final del Mundial de México 1986, pero también Agüero tiene en su haber un gol que extrañamente lo convirtiera empujando el balón con su guante. Fue el 15 de octubre de 2006, jugando para el Atlético Madrid, contra el Recreativo de Huelva, y así como Maradona dijo en 1986 que el otro gol a Inglaterra había sido “con la mano de Dios”, muchos bautizaron este gol de Agüero como “el guante de Dios”. El misterio que no se pudo desvelar es por qué Agüero llevaba guantes cuando la temperatura era de veinte grados….
Los orígenes del Kun
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El apodo de Sergio Agüero como “Kun” proviene de un dibujo animado japonés que veía por televisión cuando era pequeño y cuyo personaje se llamaba “Kum Kum”, y por deformación, fue quedando solamente la palabra “Kun”, y por el parecido físico que este personaje tenía con Agüero, y las coincidencias en su peinado.
Tévez: "¿A quién no le gustaría ir al Madrid? pero no depende de mí" (Don Balón)
Carlos Tévez no es un jugador políticamente correcto. Dice lo que piensa, le sale por los poros. Cuesta sacarle un sí para una entrevista, pero cuando lo promete, es muy probable que lo cumpla. Nos dice que luego de la cena con sus compañeros de la selección argentina, y con Diego Maradona, su nuevo entrenador, se pondrá a nuestra disposición. La guardia frente a la puerta del comedor del céntrico hotel Radisson de Glasgow se prolonga, con la preocupación adherida de los fanáticos huéspedes que se dan cuenta de que a pocos metros hay jugadores reconocidos y se agolpan a la espera de cazar algún autógrafo. Una hora después, y tras asegurarnos otros futbolistas que “El Apache” no se ha ido por otra puerta, aparece, saluda, estampa varias firmas y se traslada con nosotros a una habitación contigua con billares, y acepta nuestra entrevista.
- Se dicen muchas cosas de su futuro, como por ejemplo que estaría fuera de la Premier League y del Manchester United. ¿Qué nos puede decir usted?
- Yo estoy cómodo ya en Inglaterra y en Manchester. Ya son tres temporadas desde que llegué y ya estoy completamente adaptado, sin problemas, tranquilo y esperando mis chances por más minutos en el equipo así que no sé qué puede pasar. Hay muchos rumores pero yo estoy muy bien, en un gran club, y a la espera de seguir mejorando y ganando experiencia.
- ¿Pero cómo es su situación contractual?
- Tengo entendido que el Manchester United tiene un tiempo más de plazo para pagar la opción definitiva de mi ficha, y que si no lo hace, ya hay otros clubes en condiciones de entrar a negociar con mi representante. A mí me dicen que el Manchester comprará mi pase, pero es algo que yo no sé.
- Últimamente no viene jugando, porque desde que llegó Berbatov, se ha quedado con uno de los puestos en el ataque, y para muchos, esta es una señal de que usted podría fichar en el verano próximo por el Real Madrid. ¿Qué le sugiere esta idea?
- ¿A quién no le gustaría jugar en el Real Madrid? Como el Manchester United, es uno de los mejores clubes del mundo y también allí hay grandes jugadores y jugadores argentinos que conozco mucho, así que también sería un placer, pero como le digo, eso no depende de mí sino de lo que decida hacer el Manchester United con mi ficha.
- ¿Qué jugadores del Real Madrid le gustan?
- Muchos, todos. Para jugar en el Real Madrid hay que tener mucha calidad, sin dudas.
- Tendría que enfrentarse a Lionel Messi cuando juegue contra el Barcelona.
- Sí, Lionel es un amigo y ya lo he enfrentado en la pasada Champions League. Para mí, en unos meses será el mejor jugador del mundo.
- ¿Aunque ahora su compañero Cristiano Ronaldo haya ganado el Balón de Oro?
- Bueno, eso es porque se tomó la pasada temporada y en ella, él no sólo tuvo un año tremendo, sino que ha hecho doblete entre la Premier League y la Champions League, pero creo que ya en unos meses, Messi se quedará con todo, no tengo ninguna duda.
- Me decía que ya se siente adaptado al fútbol inglés, luego de haber pasado por Argentina y Brasil. ¿Qué cambios son los más importantes que usted nota de ligas suramericanas a ésta?
- Son distintas. En Inglaterra se juega más fuerte, más dura, es muy importante la parte física, se trabaja mucho en la dinámica, no se da por perdido ningún balón.
- Esta temporada no han comenzado en la mejor forma con el Manchester United.
- Es posible, pero si lo ve, siempre comenzamos así, el tema es ver lo que pasa cuando la temporada termina. Hay una puesta a punto hasta que entramos en el funcionamiento que queremos, pero vamos a terminar arriba.
- ¿Es posible repetir una temporada como la anterior?
- No es fácil, pero ¿por qué no? Hay que proponérselo.
- ¿Por qué piensa que usted es tan idolatrado vaya donde vaya? Le pasó en Boca Juniors, donde lo ha ganado todo, luego en el Corinthians, algo mucho más difícil siendo argentino y en Brasil, ganando el Brasilerao, y siendo la estrella y el capitán, luego en el West Ham, al que salvó del descenso, y ahora en el Manchester United.
- Pienso que puede ser porque no me guardo nada nunca. Lo doy todo, y la gente lo ve y lo entiende así. Yo pienso lo que la gente piensa, me puedo poner en su lugar porque estuve del otro lado y lo doy todo por la camiseta que me pongo, no especulo porque no es mi forma de ser. La gente sabe que lo hago de corazón. En el West Ham no hemos ganado títulos pero nos hemos salvado de manera impresionante de una situación muy fea y la gente lo valoró mucho al final. Costó mucho meterme en ese equipo porque cuando llegué, ya la temporada estaba por la mitad y no era tenido en cuenta por el técnico.
- Usted sabrá que cuando el Manchester United ganó la final de la Champions League en mayo pasado, en Buenos Aires aparecieron carteles en toda la ciudad con una foto suya festejando el título con una bandera argentina sobre los hombros y con Terry desconsolado, con la inscripción “el jugador del pueblo”. ¿Qué le genera esto?
- (cara de sorpresa) sinceramente, no lo sabía, me entero por usted. Qué impresionante.
- ¿En serio que nadie le comentó?
- En serio! Pero es reconfortante. La gente sabe que yo siempre lucharé para llegar a lo que desea.
- ¿Cambió en algo su juego desde que comenzó su carrera profesional?
- Poco. Lo más importante es la confianza y estar tranquilo. Tácticamente cada vez todo se parece más y uno se va adaptando a la posición.
- ¿Siente alguna presión especial en el Manchester United?
- No, hay que ganar todo, como pasaba en Boca Juniors, o en el Corinthians. Uno va a entrenarse cada día sin pensar en que está entre los mejores jugadores del mundo.
- Tuvo en su carrera entrenadores de la talla de Alex Fergusson y Carlos Bianchi. ¿En qué se parecen? ¿Por qué son tan exitosos?
- Porque le llegan al jugador y por su carácter ganador.
- ¿Y a Bernard Schuster, cómo lo ve?
- No lo tuve como entrenador así que eso se lo puedo decir si me toca tenerlo.
- Se dicen muchas cosas de su futuro, como por ejemplo que estaría fuera de la Premier League y del Manchester United. ¿Qué nos puede decir usted?
- Yo estoy cómodo ya en Inglaterra y en Manchester. Ya son tres temporadas desde que llegué y ya estoy completamente adaptado, sin problemas, tranquilo y esperando mis chances por más minutos en el equipo así que no sé qué puede pasar. Hay muchos rumores pero yo estoy muy bien, en un gran club, y a la espera de seguir mejorando y ganando experiencia.
- ¿Pero cómo es su situación contractual?
- Tengo entendido que el Manchester United tiene un tiempo más de plazo para pagar la opción definitiva de mi ficha, y que si no lo hace, ya hay otros clubes en condiciones de entrar a negociar con mi representante. A mí me dicen que el Manchester comprará mi pase, pero es algo que yo no sé.
- Últimamente no viene jugando, porque desde que llegó Berbatov, se ha quedado con uno de los puestos en el ataque, y para muchos, esta es una señal de que usted podría fichar en el verano próximo por el Real Madrid. ¿Qué le sugiere esta idea?
- ¿A quién no le gustaría jugar en el Real Madrid? Como el Manchester United, es uno de los mejores clubes del mundo y también allí hay grandes jugadores y jugadores argentinos que conozco mucho, así que también sería un placer, pero como le digo, eso no depende de mí sino de lo que decida hacer el Manchester United con mi ficha.
- ¿Qué jugadores del Real Madrid le gustan?
- Muchos, todos. Para jugar en el Real Madrid hay que tener mucha calidad, sin dudas.
- Tendría que enfrentarse a Lionel Messi cuando juegue contra el Barcelona.
- Sí, Lionel es un amigo y ya lo he enfrentado en la pasada Champions League. Para mí, en unos meses será el mejor jugador del mundo.
- ¿Aunque ahora su compañero Cristiano Ronaldo haya ganado el Balón de Oro?
- Bueno, eso es porque se tomó la pasada temporada y en ella, él no sólo tuvo un año tremendo, sino que ha hecho doblete entre la Premier League y la Champions League, pero creo que ya en unos meses, Messi se quedará con todo, no tengo ninguna duda.
- Me decía que ya se siente adaptado al fútbol inglés, luego de haber pasado por Argentina y Brasil. ¿Qué cambios son los más importantes que usted nota de ligas suramericanas a ésta?
- Son distintas. En Inglaterra se juega más fuerte, más dura, es muy importante la parte física, se trabaja mucho en la dinámica, no se da por perdido ningún balón.
- Esta temporada no han comenzado en la mejor forma con el Manchester United.
- Es posible, pero si lo ve, siempre comenzamos así, el tema es ver lo que pasa cuando la temporada termina. Hay una puesta a punto hasta que entramos en el funcionamiento que queremos, pero vamos a terminar arriba.
- ¿Es posible repetir una temporada como la anterior?
- No es fácil, pero ¿por qué no? Hay que proponérselo.
- ¿Por qué piensa que usted es tan idolatrado vaya donde vaya? Le pasó en Boca Juniors, donde lo ha ganado todo, luego en el Corinthians, algo mucho más difícil siendo argentino y en Brasil, ganando el Brasilerao, y siendo la estrella y el capitán, luego en el West Ham, al que salvó del descenso, y ahora en el Manchester United.
- Pienso que puede ser porque no me guardo nada nunca. Lo doy todo, y la gente lo ve y lo entiende así. Yo pienso lo que la gente piensa, me puedo poner en su lugar porque estuve del otro lado y lo doy todo por la camiseta que me pongo, no especulo porque no es mi forma de ser. La gente sabe que lo hago de corazón. En el West Ham no hemos ganado títulos pero nos hemos salvado de manera impresionante de una situación muy fea y la gente lo valoró mucho al final. Costó mucho meterme en ese equipo porque cuando llegué, ya la temporada estaba por la mitad y no era tenido en cuenta por el técnico.
- Usted sabrá que cuando el Manchester United ganó la final de la Champions League en mayo pasado, en Buenos Aires aparecieron carteles en toda la ciudad con una foto suya festejando el título con una bandera argentina sobre los hombros y con Terry desconsolado, con la inscripción “el jugador del pueblo”. ¿Qué le genera esto?
- (cara de sorpresa) sinceramente, no lo sabía, me entero por usted. Qué impresionante.
- ¿En serio que nadie le comentó?
- En serio! Pero es reconfortante. La gente sabe que yo siempre lucharé para llegar a lo que desea.
- ¿Cambió en algo su juego desde que comenzó su carrera profesional?
- Poco. Lo más importante es la confianza y estar tranquilo. Tácticamente cada vez todo se parece más y uno se va adaptando a la posición.
- ¿Siente alguna presión especial en el Manchester United?
- No, hay que ganar todo, como pasaba en Boca Juniors, o en el Corinthians. Uno va a entrenarse cada día sin pensar en que está entre los mejores jugadores del mundo.
- Tuvo en su carrera entrenadores de la talla de Alex Fergusson y Carlos Bianchi. ¿En qué se parecen? ¿Por qué son tan exitosos?
- Porque le llegan al jugador y por su carácter ganador.
- ¿Y a Bernard Schuster, cómo lo ve?
- No lo tuve como entrenador así que eso se lo puedo decir si me toca tenerlo.
“Estoy viviendo un sueño por tener a Maradona en la selección argentina”
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- Ha comenzado un nuevo ciclo con la selección argentina. ¿Qué significa para usted ser dirigido por Diego Maradona?
- Creo que estoy viviendo un sueño, por todo lo que Diego significa, por toda la experiencia que tiene con la camiseta albiceleste, por todo lo que le tocó vivir.
- Cuando finalizó el partido amistoso en Glasgow ante Escocia el pasado 19 de noviembre, usted fue uno a los que más abrazó Maradona cuando terminó el partido. ¿Fue por algo en especial?
- Tenemos desde siempre un gran afecto y además, tuvimos una larga conversación a solas que él y yo sabemos bien lo que hemos hablado. Así que estoy muy feliz por esta etapa que se inicia. Esperemos que tengamos muy buenos resultados.
- ¿Qué le estaba pasando a la selección argentina en el ciclo anterior?
- No lo sé explicar bien. Estábamos todos mal en el final, y yo mismo fui expulsado un par de veces en las eliminatorias. Esperemos que eso cambie ahora. Tenemos excelentes jugadores para eso.
- Justamente en este punto, tiene competencia dura: Denis, Lavezzi, Zárate, Diego Milito, Higuaín, Saviola, Agüero, Di María, Sand, Cruz, Lisandro López ¿No teme perder su lugar?
- Yo siempre digo que en la selección argentina juego donde me pongan, y si no me toca jugar, aporto desde afuera y lo tomo con total naturalidad. El tema es poder estar, que ya es todo un privilegio.
- Con el inicio del nuevo ciclo, Maradona le dio la cinta de capitán a Javier Mascherano, con quien usted jugó en el Corinthians y luego en el West Ham. ¿Qué piensa sobre esto?
- Cada entrenador tiene derecho a elegir a su capitán, es normal que eso suceda y cada jugador tiene su forma de ser y para Diego, Madcherano está en un lugar clave de la cancha, y me parece bien.
- ¿Son muy amigos con Mascherano luego de todo lo que han vivido juntos?
- Nos llevamos muy bien, aunque no somos amigos. No nos bromeamos mucho, en cambio nos respetamos mucho.
- ¿Pero qué se dicen cuando están ya en el campo y se enfrentan en un Manchester United-Liverpool?
- Nada. Parece mentira pero nos saludamos y no hablamos mucho de fútbol.
- Entre los partidos amistosos del seleccionado argentino para 2009 hay contemplado uno contra España en Madrid, en noviembre. ¿Qué le parece?
- Será seguramente un lindo partido, porque España ha crecido mucho y tiene muy buenos jugadores, y de alguna manera nos indicará un poco a los dos equipos en qué lugar estamos con muras al próximo Mundial.
- ¿Quiénes son, para usted, los candidatos a ganar el Mundial?
- Creo que Italia, por ser campeón, generará muchas expectativas, también me gusta Portugal, que tiene un gran equipo y un muy buen técnico, Inglaterra, y como siempre Brasil y Argentina, claro.
Confesiones de Tévez
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- ¿Con qué jugadores del Manchester United se lleva mejor?
- Con todos me llevo bien, es un gran grupo, pero mejor con Evrá.
- ¿Cambió de la vincha blanca por la negra?
- Si, un día vi la negra, y me la puse, por nada en especial.
- ¿Qué dice el tatuaje de su brazo?
- Mi tío Tropa. Ese sí que es un luchador! Tuvo que luchar contra un cáncer por años!
- Sus compañeros del Manchester United escuchan sus cumbias?
- No, no las aguantan (risas), ellos ponen hip hop en el vestuario.
- ¿Y quién las trae?
- Va variando, no hay uno solo.
- ¿Qué tal la experiencia musical con Piolavago, su banda de cumbia?
- Es un pasatiempo, no me considero profesional.
- Pero estando en la ciudad argentina de Córdoba, el cantante popular Carlos “La mona” Jiménez lo invitó a cantar con él.
- Sí, un placer, le agradecí mucho, pero nada más, no paso de ahí.
- ¿Es cierto que en sus comienzos en el club de ascenso All Boys de Buenos Aires, usaba el apellido Martínez para luego ser transferido sin que su nuevo equipo pague su ficha?
- Lo usaba porque mi padre era menor de edad cuando me tuvo.
- ¿Qué le dijo a su entrenador en West Ham cuando no lo ponía en el equipo y veía los partidos en el banquillo?
- Cuando la gente me pedía y coreaba mi nombre, yo le decía “el nombre que ellos cantan es el mío, hágame entrar” (risas).
- ¿Volverá a terminar su carrera en Boca?
- ¡Espero que sí!
- Creo que estoy viviendo un sueño, por todo lo que Diego significa, por toda la experiencia que tiene con la camiseta albiceleste, por todo lo que le tocó vivir.
- Cuando finalizó el partido amistoso en Glasgow ante Escocia el pasado 19 de noviembre, usted fue uno a los que más abrazó Maradona cuando terminó el partido. ¿Fue por algo en especial?
- Tenemos desde siempre un gran afecto y además, tuvimos una larga conversación a solas que él y yo sabemos bien lo que hemos hablado. Así que estoy muy feliz por esta etapa que se inicia. Esperemos que tengamos muy buenos resultados.
- ¿Qué le estaba pasando a la selección argentina en el ciclo anterior?
- No lo sé explicar bien. Estábamos todos mal en el final, y yo mismo fui expulsado un par de veces en las eliminatorias. Esperemos que eso cambie ahora. Tenemos excelentes jugadores para eso.
- Justamente en este punto, tiene competencia dura: Denis, Lavezzi, Zárate, Diego Milito, Higuaín, Saviola, Agüero, Di María, Sand, Cruz, Lisandro López ¿No teme perder su lugar?
- Yo siempre digo que en la selección argentina juego donde me pongan, y si no me toca jugar, aporto desde afuera y lo tomo con total naturalidad. El tema es poder estar, que ya es todo un privilegio.
- Con el inicio del nuevo ciclo, Maradona le dio la cinta de capitán a Javier Mascherano, con quien usted jugó en el Corinthians y luego en el West Ham. ¿Qué piensa sobre esto?
- Cada entrenador tiene derecho a elegir a su capitán, es normal que eso suceda y cada jugador tiene su forma de ser y para Diego, Madcherano está en un lugar clave de la cancha, y me parece bien.
- ¿Son muy amigos con Mascherano luego de todo lo que han vivido juntos?
- Nos llevamos muy bien, aunque no somos amigos. No nos bromeamos mucho, en cambio nos respetamos mucho.
- ¿Pero qué se dicen cuando están ya en el campo y se enfrentan en un Manchester United-Liverpool?
- Nada. Parece mentira pero nos saludamos y no hablamos mucho de fútbol.
- Entre los partidos amistosos del seleccionado argentino para 2009 hay contemplado uno contra España en Madrid, en noviembre. ¿Qué le parece?
- Será seguramente un lindo partido, porque España ha crecido mucho y tiene muy buenos jugadores, y de alguna manera nos indicará un poco a los dos equipos en qué lugar estamos con muras al próximo Mundial.
- ¿Quiénes son, para usted, los candidatos a ganar el Mundial?
- Creo que Italia, por ser campeón, generará muchas expectativas, también me gusta Portugal, que tiene un gran equipo y un muy buen técnico, Inglaterra, y como siempre Brasil y Argentina, claro.
Confesiones de Tévez
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- ¿Con qué jugadores del Manchester United se lleva mejor?
- Con todos me llevo bien, es un gran grupo, pero mejor con Evrá.
- ¿Cambió de la vincha blanca por la negra?
- Si, un día vi la negra, y me la puse, por nada en especial.
- ¿Qué dice el tatuaje de su brazo?
- Mi tío Tropa. Ese sí que es un luchador! Tuvo que luchar contra un cáncer por años!
- Sus compañeros del Manchester United escuchan sus cumbias?
- No, no las aguantan (risas), ellos ponen hip hop en el vestuario.
- ¿Y quién las trae?
- Va variando, no hay uno solo.
- ¿Qué tal la experiencia musical con Piolavago, su banda de cumbia?
- Es un pasatiempo, no me considero profesional.
- Pero estando en la ciudad argentina de Córdoba, el cantante popular Carlos “La mona” Jiménez lo invitó a cantar con él.
- Sí, un placer, le agradecí mucho, pero nada más, no paso de ahí.
- ¿Es cierto que en sus comienzos en el club de ascenso All Boys de Buenos Aires, usaba el apellido Martínez para luego ser transferido sin que su nuevo equipo pague su ficha?
- Lo usaba porque mi padre era menor de edad cuando me tuvo.
- ¿Qué le dijo a su entrenador en West Ham cuando no lo ponía en el equipo y veía los partidos en el banquillo?
- Cuando la gente me pedía y coreaba mi nombre, yo le decía “el nombre que ellos cantan es el mío, hágame entrar” (risas).
- ¿Volverá a terminar su carrera en Boca?
- ¡Espero que sí!
domingo, 7 de diciembre de 2008
La crisis de juego del Real Madrid excede sus resultados (Yahoo)
Ya no importa cómo marche el Real Madrid en las posiciones, tanto en la Liga Española, como en la Champions League como en la Copa del Rey. Lo que está muy claro es que el entrenador Bernard Schuster se encuentra en una crisis de difícil salida porque lo que se le cuestiona, más que los resultados obtenidos, es una forma de trabajar, un método y especialmente que luego de más de una temporada, no parece encontrarle la vuelta a un esquema que convenza a los simpatizantes blancos.
Los cuestionamientos de aficionados y prensa especializada son totalmente lógicos. Se preguntan si en su momento el italiano Fabio Capello fue cesado en su cargo por parte de la comisión directiva de Ramón Calderón (ni se saludan actualmente) cuando le quedaba un año de contrato y habiendo alcanzado por fin el campeonato de Liga, al no convencer su juego, ¿qué es lo que hoy distingue aquello, de esto que se ve en cada partido con Schuster? No parece ser muy diferente.
Cuando Schuster llegó, procedente del Getafe, para la temporada 2007/08, la esperanza no estaba tanto colocada en ganar la Liga (objetivo que desde ya que siempre está presente en el madridismo) o la Champions League, sino en recuperar ese juego esplendoroso que siempre lo ha caracterizado y que lo ha llevado a ser nominado como el mejor club del siglo XX por la FIFA.
Con Capello, el Real Madrid se había acostumbrado a jugar de contragolpe incluso en el propio estadio Santiago Bermabeu y se pensó, con cierta lógica, que la llegada de Schuster, en sus tiempos de los años ochenta, un excelso jugador, que había logrado un gran funcionamiento en el Getafe, adelantaría al equipo y lo soltaría hasta recuperar aquellos tiempos perdidos de fútbol de galera y bastón.
Todo indicaba que eso ocurriría con la llegada del alemán, que efectivamente consiguió lentamente un fútbol más ofensivo, más prolijo, pero tal como algunos temían, eso se fue desdibujando, primero por el estado físico del plantel (algo ya recurrente en los equipos de Schuster) que tuvo una notable recaída en la segunda rueda de la temporada pasada, aún ganando la Liga, y el comienzo de ésta, más allá de encontrarse en puestos expectantes, no alcanza a conformar en su juego.
Teniendo que remontar en la Copa del Rey ante un equipo de ascenso (el Real Irán), que le convirtió tres goles en el partido de ida para el 3-2 final (demasiado para un equipo de la historia de los “merengues”), con dos partidos perdidos de los cuatro jugados hasta ahora en su grupo inicial de la Champions League, ambos ante una Juventus de transición, que se bastó con el despliegue de Pavel Nedved y la capacidad de Alessandro Del Piero (dos veteranos), y con algún riesgo de quedarse fuera de octavos de final si es que todo se define en Madrid en la última jornada ante el poderoso Zenit de Rusia, el Real Madrid navega en la incertidumbre total, mientras va perdiendo jugadores y convicción.
Es claro que el plantel de Schuster es corto y poco balanceado. El arquero, el indiscutible Iker Casillas, no trae problemas. Pero desde la propia defensa, en la que hasta Sergio Ramos es ahora cuestionado y Gabriel Heinze juega muchas veces fuera de su posición ante las contínuas lesiones del portugués Pepe, cada línea presenta inconvenientes e irregularidades.
Schuster sigue sin decantarse, cuando ya han pasado casi tres meses de temporada, por jugar con un mediocentro, dos en la misma línea (Diarrá y Gago), o uno atrás y el otro, delante de los volantes de marca rivales (Gago o Diarrá y Guti), en tanto que queda muy claro que el traspaso final de Robinho al ManchesterCity se ha sentido mucho más que lo esperado.
Si al comenzar la temporada se esperaba la impactante llegada del acaso mejor jugador del mundo actual, Cristiano Ronaldo, que finalmente no ocurrió, que tampoco se haya quedado Robinho generó una indudable merma en el ataque, sumado a la ya clara evidente lenta decadencia de Raúl, la inestabilidad física de Robben, que Schuster no le da minutos a Saviola, ni confía del todo en Higuaín, sumado a que ahora se ha quedado fuera del equipo el máximo goleador, Ruud Van Nistelrooy, por una posible operación de una secuela meniscal del 2000.
El Real Madrid, entonces, no ofrece seguridad atrás, con una de las defensas más goleadas de la Liga (hasta la jornada pasada era el equipo que más goles recibió de los veinte de primera división), no tiene regularidad ni un patrón de juego en el medio (donde tampoco destacan del todo Snaijder ni Guti ni Van der Vaart), y se ha quedado con poco ataque, y jugadores que no están con su confianza a pleno.
Todo indica que aunque queda más de media temporada, Schuster tendrá que corregir muchas cosas, y remontar pronto la situación (especialmente hacer buenos fichajes de invierno o recurrir a los mejores valores de la cantera) porque ya han aparecido las primeras voces de protesta.
Ni pensar si además del bajo rendimiento, el Real Madrid pierde posiciones en los toneos que disputa. Por menos, Capello se tuvo que ir. Schuster conoce bien las reglas.
Los cuestionamientos de aficionados y prensa especializada son totalmente lógicos. Se preguntan si en su momento el italiano Fabio Capello fue cesado en su cargo por parte de la comisión directiva de Ramón Calderón (ni se saludan actualmente) cuando le quedaba un año de contrato y habiendo alcanzado por fin el campeonato de Liga, al no convencer su juego, ¿qué es lo que hoy distingue aquello, de esto que se ve en cada partido con Schuster? No parece ser muy diferente.
Cuando Schuster llegó, procedente del Getafe, para la temporada 2007/08, la esperanza no estaba tanto colocada en ganar la Liga (objetivo que desde ya que siempre está presente en el madridismo) o la Champions League, sino en recuperar ese juego esplendoroso que siempre lo ha caracterizado y que lo ha llevado a ser nominado como el mejor club del siglo XX por la FIFA.
Con Capello, el Real Madrid se había acostumbrado a jugar de contragolpe incluso en el propio estadio Santiago Bermabeu y se pensó, con cierta lógica, que la llegada de Schuster, en sus tiempos de los años ochenta, un excelso jugador, que había logrado un gran funcionamiento en el Getafe, adelantaría al equipo y lo soltaría hasta recuperar aquellos tiempos perdidos de fútbol de galera y bastón.
Todo indicaba que eso ocurriría con la llegada del alemán, que efectivamente consiguió lentamente un fútbol más ofensivo, más prolijo, pero tal como algunos temían, eso se fue desdibujando, primero por el estado físico del plantel (algo ya recurrente en los equipos de Schuster) que tuvo una notable recaída en la segunda rueda de la temporada pasada, aún ganando la Liga, y el comienzo de ésta, más allá de encontrarse en puestos expectantes, no alcanza a conformar en su juego.
Teniendo que remontar en la Copa del Rey ante un equipo de ascenso (el Real Irán), que le convirtió tres goles en el partido de ida para el 3-2 final (demasiado para un equipo de la historia de los “merengues”), con dos partidos perdidos de los cuatro jugados hasta ahora en su grupo inicial de la Champions League, ambos ante una Juventus de transición, que se bastó con el despliegue de Pavel Nedved y la capacidad de Alessandro Del Piero (dos veteranos), y con algún riesgo de quedarse fuera de octavos de final si es que todo se define en Madrid en la última jornada ante el poderoso Zenit de Rusia, el Real Madrid navega en la incertidumbre total, mientras va perdiendo jugadores y convicción.
Es claro que el plantel de Schuster es corto y poco balanceado. El arquero, el indiscutible Iker Casillas, no trae problemas. Pero desde la propia defensa, en la que hasta Sergio Ramos es ahora cuestionado y Gabriel Heinze juega muchas veces fuera de su posición ante las contínuas lesiones del portugués Pepe, cada línea presenta inconvenientes e irregularidades.
Schuster sigue sin decantarse, cuando ya han pasado casi tres meses de temporada, por jugar con un mediocentro, dos en la misma línea (Diarrá y Gago), o uno atrás y el otro, delante de los volantes de marca rivales (Gago o Diarrá y Guti), en tanto que queda muy claro que el traspaso final de Robinho al ManchesterCity se ha sentido mucho más que lo esperado.
Si al comenzar la temporada se esperaba la impactante llegada del acaso mejor jugador del mundo actual, Cristiano Ronaldo, que finalmente no ocurrió, que tampoco se haya quedado Robinho generó una indudable merma en el ataque, sumado a la ya clara evidente lenta decadencia de Raúl, la inestabilidad física de Robben, que Schuster no le da minutos a Saviola, ni confía del todo en Higuaín, sumado a que ahora se ha quedado fuera del equipo el máximo goleador, Ruud Van Nistelrooy, por una posible operación de una secuela meniscal del 2000.
El Real Madrid, entonces, no ofrece seguridad atrás, con una de las defensas más goleadas de la Liga (hasta la jornada pasada era el equipo que más goles recibió de los veinte de primera división), no tiene regularidad ni un patrón de juego en el medio (donde tampoco destacan del todo Snaijder ni Guti ni Van der Vaart), y se ha quedado con poco ataque, y jugadores que no están con su confianza a pleno.
Todo indica que aunque queda más de media temporada, Schuster tendrá que corregir muchas cosas, y remontar pronto la situación (especialmente hacer buenos fichajes de invierno o recurrir a los mejores valores de la cantera) porque ya han aparecido las primeras voces de protesta.
Ni pensar si además del bajo rendimiento, el Real Madrid pierde posiciones en los toneos que disputa. Por menos, Capello se tuvo que ir. Schuster conoce bien las reglas.
martes, 25 de noviembre de 2008
Mascherano: “La gente nos exige ganar todo, no sólo la Premier” (Tipsbladet)
Repentinamente, hace mucho frío en Madrid. Es el primer día frío de la temporada, y con una lluvia persistente y molesta. Todo eso se acentúa en la zona en la que se encuentra el hotel donde se concentra el Liverpool con miras al partido frente al Atlético Madrid en el estadio Vicente Calderón. Mauricio Pellegrino, ex jugador del Barcelona y Valencia, y actual ayudante de campo del entrenador Rafa Benítez, nos guiña un ojo al pasar, con sus casi dos metros de estatura, y nos dice “con este clima, será como jugar en Londres”, mientras a unos pocos metros, el holandés Kuyt se parte de risa con cuatro amigos y Arbeloa va sacando distintos juegos de camisetas de los “reds” para sus familiares. Javier Mascherano, el gran volante de la selección argentina, acaba de bajar al lobby y nos pide unos minutos, porque, nos cuenta, tienen que salir a caminar. ¿Con un día así? Sí, porque, nos dice “es algo que siempre se hace los días de partido” y no hay por qué cambiar, con 23 partidos invictos.
- Este Liverpool parece aceitado en su funcionamiento.
- Sí, hemos encontrado un sistema de juego favorable a cada uno de nosotros, y que en base a los buenos resultados nos ha dado cada vez mayor confianza y estamos bien, con mucho ánimo, arriba en el grupo de la Champions League y líderes en la Premier League.
- Más allá de que el Liverpool es un club copero, parece que la cuenta pendiente es la Premier League…
- Si y no, porque si bien es cierto que hace mucho que no ganamos una Premier League, la gente acá exige todo, y si ven que descuidamos un torneo para dedicarnos al otro, se nos va a caer el mundo encima. Nosotros somos conscientes de que tenemos que ganar un torneo local pero también del equipo en el que jugamos y su historia.
- Con esta crisis, ¿los jugadores del Liverpool sienten inquietud por lo que pueda pasar en cuanto a lo económico, o se mantienen al margen?
- No, al menos yo, sí que tengo inquietud. Temo que en los próximos años se caigan algunos sponsors y habrá que ver si este sistema estará en condiciones de mantenerse. No por nada hay tantos capitales distintos a los anteriores que van entrando a la Premier League, habrá que estar atentos, aunque creo que eso pasará en todo el mundo, no sólo aquí.
- Usted lleva tiempo compartiendo equipo con el danés Daniel Agger. ¿Cuál es su opinión sobre su juego?
- Creo que será uno de los mejores jugadores del mundo en su posición, uno de los mejores defensores centrales, porque tiene una enorme categoría. Lamentablemente para nosotros pero más que todo para él, se lesionó por mucho tiempo en la temporada pasada y ahora tiene que readaptarse, pero ya va tomando ritmo otra vez.
- ¿Cómo lo definiría técnicamente?
- Yo creo que tiene una salida con el balón que no es normal, porque vi pocos defensores centrales con tantas opciones de salida desde el arco. Puede dar pases a ambos costados o para adelante, o rechazar fuerte, lo tiene todo, es muy completo.
- ¿Recuerda algún partido suyo en especial, en el que se haya destacado?
- Podría citar los dos partidos que jugamos contra el Chelsea por la semifinal de la Champions League de la temporada anterior, cuando los eliminamos por penales, porque hizo dos grandísimos partidos y porque marcó ese gol en Liverpool. En aquella serie anuló a un temible delantero como Didier Drogba, que no es nada fácil, y porque me parece que el tipo de rival amerita citar como mejor ejemplo estos partidos.
- ¿Ustedes son amigos?
- No, no somos amigos, tenemos una relación muy cordial, pero somos distintos. Es muy difícil tener amigos en un plantel tan heterogéneo, apenas con jugadores de tu mismo país, quizá, pero tenemos buena relacón, prácticamente tenemos la misma edad, y noto que es un chico trabajador, serio y muy maduro para su edad. Tenemos, sí, costumbres distintas, que es lógico, pero hasta llegamos a vivir en el mismo edificio cuando yo llegué al Liverpool y llegamos a coincidir a veces y hablamos y nos saludamos.
- ¿Lo ve consolidado en la estructura del Liverpool?
- Sí, completamente, hay que pensar que él ya lleva tres años aquí y ya conoce bien todo. Lo veo absolutamente consolidado, y además tiene una gran personalidad. No le veo ningún problema.
- ¿Y en la cancha, cómo se llevan?
- Bien, desde ya que si hay que gritar nos gritamos o nos damos indicaciones, pero eso es normal, los códigos del fútbol entre los jugadores son los mismos en todos lados.
- Volviendo a usted, ¿cómo ve ahora a la selección argentina, que se quedó sin entrenador? ¿tiene inquietud por no volver a ser convocado?
- Y….a los jugadores nos pasa eso. Aunque creamos que estamos bien, cada entrenador tiene su gusto, y vaya a saber quién viene a dirigir al seleccionado argentino en vez de Alfio Basile. Lo que espero es que podamos estar en el Mundial 2010.
- Sabe que Diego Maradona, que es uno de los candidatos a dirigir el seleccionado, dijo que el equipo argentino “es Mascherano y diez más”.
- Lo sé y es un gran orgullo. Que Maradona diga eso de mí es de lo mejor que me pudo haber pasado en mi carrera de futbolista y me hace sentir muy bien con lo que hice hasta ahora en la selección argentina.
- Este Liverpool parece aceitado en su funcionamiento.
- Sí, hemos encontrado un sistema de juego favorable a cada uno de nosotros, y que en base a los buenos resultados nos ha dado cada vez mayor confianza y estamos bien, con mucho ánimo, arriba en el grupo de la Champions League y líderes en la Premier League.
- Más allá de que el Liverpool es un club copero, parece que la cuenta pendiente es la Premier League…
- Si y no, porque si bien es cierto que hace mucho que no ganamos una Premier League, la gente acá exige todo, y si ven que descuidamos un torneo para dedicarnos al otro, se nos va a caer el mundo encima. Nosotros somos conscientes de que tenemos que ganar un torneo local pero también del equipo en el que jugamos y su historia.
- Con esta crisis, ¿los jugadores del Liverpool sienten inquietud por lo que pueda pasar en cuanto a lo económico, o se mantienen al margen?
- No, al menos yo, sí que tengo inquietud. Temo que en los próximos años se caigan algunos sponsors y habrá que ver si este sistema estará en condiciones de mantenerse. No por nada hay tantos capitales distintos a los anteriores que van entrando a la Premier League, habrá que estar atentos, aunque creo que eso pasará en todo el mundo, no sólo aquí.
- Usted lleva tiempo compartiendo equipo con el danés Daniel Agger. ¿Cuál es su opinión sobre su juego?
- Creo que será uno de los mejores jugadores del mundo en su posición, uno de los mejores defensores centrales, porque tiene una enorme categoría. Lamentablemente para nosotros pero más que todo para él, se lesionó por mucho tiempo en la temporada pasada y ahora tiene que readaptarse, pero ya va tomando ritmo otra vez.
- ¿Cómo lo definiría técnicamente?
- Yo creo que tiene una salida con el balón que no es normal, porque vi pocos defensores centrales con tantas opciones de salida desde el arco. Puede dar pases a ambos costados o para adelante, o rechazar fuerte, lo tiene todo, es muy completo.
- ¿Recuerda algún partido suyo en especial, en el que se haya destacado?
- Podría citar los dos partidos que jugamos contra el Chelsea por la semifinal de la Champions League de la temporada anterior, cuando los eliminamos por penales, porque hizo dos grandísimos partidos y porque marcó ese gol en Liverpool. En aquella serie anuló a un temible delantero como Didier Drogba, que no es nada fácil, y porque me parece que el tipo de rival amerita citar como mejor ejemplo estos partidos.
- ¿Ustedes son amigos?
- No, no somos amigos, tenemos una relación muy cordial, pero somos distintos. Es muy difícil tener amigos en un plantel tan heterogéneo, apenas con jugadores de tu mismo país, quizá, pero tenemos buena relacón, prácticamente tenemos la misma edad, y noto que es un chico trabajador, serio y muy maduro para su edad. Tenemos, sí, costumbres distintas, que es lógico, pero hasta llegamos a vivir en el mismo edificio cuando yo llegué al Liverpool y llegamos a coincidir a veces y hablamos y nos saludamos.
- ¿Lo ve consolidado en la estructura del Liverpool?
- Sí, completamente, hay que pensar que él ya lleva tres años aquí y ya conoce bien todo. Lo veo absolutamente consolidado, y además tiene una gran personalidad. No le veo ningún problema.
- ¿Y en la cancha, cómo se llevan?
- Bien, desde ya que si hay que gritar nos gritamos o nos damos indicaciones, pero eso es normal, los códigos del fútbol entre los jugadores son los mismos en todos lados.
- Volviendo a usted, ¿cómo ve ahora a la selección argentina, que se quedó sin entrenador? ¿tiene inquietud por no volver a ser convocado?
- Y….a los jugadores nos pasa eso. Aunque creamos que estamos bien, cada entrenador tiene su gusto, y vaya a saber quién viene a dirigir al seleccionado argentino en vez de Alfio Basile. Lo que espero es que podamos estar en el Mundial 2010.
- Sabe que Diego Maradona, que es uno de los candidatos a dirigir el seleccionado, dijo que el equipo argentino “es Mascherano y diez más”.
- Lo sé y es un gran orgullo. Que Maradona diga eso de mí es de lo mejor que me pudo haber pasado en mi carrera de futbolista y me hace sentir muy bien con lo que hice hasta ahora en la selección argentina.
El tiempo, factor clave para Maradona en la selección argentina (Yahoo)
Cuando finalizó el partido ante el seleccionado escocés en el Hampden Park, con la victoria por 1-0 con gol de Maxi Rodríguez, fue acaso el único momento en el que Diego Maradona pareció explotar agitando su puño con fuerza y al rato, abrazándose con cada uno de sus jugadores camino de los vestuarios, especialmente con Gabriel Heinze, Fernando Gago (el mejor de la cancha) y con Carlos Tévez.
Pero excepto en escasos momentos, como cuando pareció quebrarse en la conferencia de prensa posterior al partido, cuando dedicó el triunfo a su hija Giannina, con algún problema en su embarazo, en Madrid (lo que motivó que su yerno Sergio Agüero abandonara la concentración para volver inmediatamente a España), hemos visto un Maradona extrañamente concentrado en su trabajo, como teniendo por seguro que se trata de un enorme desafío para su vida, el más importante desde que dejó de jugar.
En los cuatro días que Maradona visitó Glasgow, en su primera experiencia como entrenador del seleccionado argentino, pudo verse la mejor cara del mejor jugador de todos los tiempos. Ha llegado puntual a ambas conferencias de prensa, y ha evitado todo tipo de polémicas con el poder. Dijo, con propiedad, que la selección argentina amerita que no haya ninguna clase de debate con dirigentes como Joseph Blatter (presidente de la FIFA) o su ex colega Michel Platini (mandatario de la UEFA).
Un Maradona serio, sereno, concentrado y, como acertadamente dijo el tradicional diario inglés “The Times”, con una mirada que nos hizo acordar al momento de los himnos nacionales minutos antes del partido ante Inglaterra en el Mundialo de México 1986, cuando el gol de “La mano de Dios” y el magistral segundo tanto, considerado el mejor de la historia de los mundiales.
Otras tendencias que aparecieron en los días de Glasgow son las de un Carlos Bilardo, manager del seleccionado argentino, pero que se mantiene a varios metros de distancia del plantel, a veces con buzo deportivo pero otras, muchas, con traje, marcando la diferencia y la cercanía mayor con la dirigencia que con los deportistas, con los que tampoco comparte la comida. “El equipo lo hace él, no yo”, suele decir cuando se le pregunta acerca de su trabajo.
En cuanto al juego, sólo puede verse algunos pocos cambios tácticos respecto del ciclo anterior con Alfio Basile. Maradona insiste mucho (especialmente en la conferencia de prensa ante la pregunta de Sportsnavi) en que con los meses podrá verse un cambio de sistema y también de jugadores, pero el equipo que venció 1-0 a Escocia fue muy parecido al de los últimos dos años, con un esquema de 4-4-2, pero con Heinze jugando de marcador central (su verdadero puesto), si bien en el Real Madrid sigue como lateral, dejando el margen izquierdo para el debut de Emiliano Papa (Vélez Sarsfield), que es uno de los preferidos del nuevo entrenador, aunque también ha viajado Villagra (River Plate) con lo que se evidencia la necesidad d colocar especialistas en ambos laterales (Zanetti jugó por la derecha).
En el medio del campo, Maradona optó por la línea tradicional argentina de los últimos tiempos, con Maxi Rodríguez por la derecha y Jonás Gutiérrez por la izquierda, y con dos mediocentros (algo que se le criticó mucho a Basile), con la dupla Javier Mascherano (nuevo capitán) y Fernando Gago.
En tanto que en el ataque, si bien jugó con dos puntas, por momentos Carlos Tévez se colocó como lanzador por detrás de Ezequiel Lavezzi, pero hay que tener en cuenta la atenuante de que tres de las principales estrellas argentinas, como Lionel Messi, Sergio Agüero y Juan Román Riquel,e no estuvieron presentes. El primero, por el pacto que la AFA tiene con el Barcelona al ceder el club al jugador para los pasados Juegos Olímpicos de Pekín, el segundo por el citado problema en el embarazo de su novia, y el tercero, por estar disputando la liga argentina con Boca Juniors.
El cuarto jugador que tiene amplias posibilidades en el seleccionado argentino es el veterano volante de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, quien tampoco estuvo en Escocia porque su equipo disputa las finales de la Copa Sudamericana ante el Inter de Brasil, aunue de jugar, la gran incógnita es cómo cambiaría Maradona su esquema.
Todo indica que pese a haber sido autor del gol en el partido debut, Maxi Rodríguez sería quien resignaría uno de los lugares y el otro,.estaría entre Gutiérrez o Gago, si es que Maradona quiere colocar a Verón al lado de Mascherano. En ese caso, podría jugar Riquelme entre los volantes y los delanteros, y tres atacantes, con Messi, Agüero y Tévez, pero todo indica que continuará utilizando dos delanteros, uno o dos creativos (Riquelme y Verón), y dos volantes de contención (Mascherano y Gago).
De todos modos, la situación de Maradona como entrenador podría cambiar desde la semana próxima, en Buenos Aires, cuando vuelva el debate postergado con el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, quien no acepta bajo ningún punto de vista al ayudante que el ex astro propuso, su ex compañero y también campeón mundial en 1986, Oscar Ruggeri.
En Escocia, los ayudantes provisorios fueron Alejandro Mancuso (amigo de Maradona y compañero suyo en el showbol) y Miguel Angel Lemme (ex volante de los años ochenta, que trabajaba con Bilardo como funcionario provincial hasta que renunció a ese puesto para ir al seleccionado argentino). Ambos hicieron lo que pudieron, pero se busca a un entrenador alternativo de más experiencia y de peso en el vestuario. Si Grondona veta a Ruggeri una vez más, todo puede pasar aunque cuesta creer que Maradona vaya a renunciar a su puesto más preciado, ahora que ha sentido el gusto a sentarse en el banco de los suplentes con el buzo argentino.
Pero excepto en escasos momentos, como cuando pareció quebrarse en la conferencia de prensa posterior al partido, cuando dedicó el triunfo a su hija Giannina, con algún problema en su embarazo, en Madrid (lo que motivó que su yerno Sergio Agüero abandonara la concentración para volver inmediatamente a España), hemos visto un Maradona extrañamente concentrado en su trabajo, como teniendo por seguro que se trata de un enorme desafío para su vida, el más importante desde que dejó de jugar.
En los cuatro días que Maradona visitó Glasgow, en su primera experiencia como entrenador del seleccionado argentino, pudo verse la mejor cara del mejor jugador de todos los tiempos. Ha llegado puntual a ambas conferencias de prensa, y ha evitado todo tipo de polémicas con el poder. Dijo, con propiedad, que la selección argentina amerita que no haya ninguna clase de debate con dirigentes como Joseph Blatter (presidente de la FIFA) o su ex colega Michel Platini (mandatario de la UEFA).
Un Maradona serio, sereno, concentrado y, como acertadamente dijo el tradicional diario inglés “The Times”, con una mirada que nos hizo acordar al momento de los himnos nacionales minutos antes del partido ante Inglaterra en el Mundialo de México 1986, cuando el gol de “La mano de Dios” y el magistral segundo tanto, considerado el mejor de la historia de los mundiales.
Otras tendencias que aparecieron en los días de Glasgow son las de un Carlos Bilardo, manager del seleccionado argentino, pero que se mantiene a varios metros de distancia del plantel, a veces con buzo deportivo pero otras, muchas, con traje, marcando la diferencia y la cercanía mayor con la dirigencia que con los deportistas, con los que tampoco comparte la comida. “El equipo lo hace él, no yo”, suele decir cuando se le pregunta acerca de su trabajo.
En cuanto al juego, sólo puede verse algunos pocos cambios tácticos respecto del ciclo anterior con Alfio Basile. Maradona insiste mucho (especialmente en la conferencia de prensa ante la pregunta de Sportsnavi) en que con los meses podrá verse un cambio de sistema y también de jugadores, pero el equipo que venció 1-0 a Escocia fue muy parecido al de los últimos dos años, con un esquema de 4-4-2, pero con Heinze jugando de marcador central (su verdadero puesto), si bien en el Real Madrid sigue como lateral, dejando el margen izquierdo para el debut de Emiliano Papa (Vélez Sarsfield), que es uno de los preferidos del nuevo entrenador, aunque también ha viajado Villagra (River Plate) con lo que se evidencia la necesidad d colocar especialistas en ambos laterales (Zanetti jugó por la derecha).
En el medio del campo, Maradona optó por la línea tradicional argentina de los últimos tiempos, con Maxi Rodríguez por la derecha y Jonás Gutiérrez por la izquierda, y con dos mediocentros (algo que se le criticó mucho a Basile), con la dupla Javier Mascherano (nuevo capitán) y Fernando Gago.
En tanto que en el ataque, si bien jugó con dos puntas, por momentos Carlos Tévez se colocó como lanzador por detrás de Ezequiel Lavezzi, pero hay que tener en cuenta la atenuante de que tres de las principales estrellas argentinas, como Lionel Messi, Sergio Agüero y Juan Román Riquel,e no estuvieron presentes. El primero, por el pacto que la AFA tiene con el Barcelona al ceder el club al jugador para los pasados Juegos Olímpicos de Pekín, el segundo por el citado problema en el embarazo de su novia, y el tercero, por estar disputando la liga argentina con Boca Juniors.
El cuarto jugador que tiene amplias posibilidades en el seleccionado argentino es el veterano volante de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, quien tampoco estuvo en Escocia porque su equipo disputa las finales de la Copa Sudamericana ante el Inter de Brasil, aunue de jugar, la gran incógnita es cómo cambiaría Maradona su esquema.
Todo indica que pese a haber sido autor del gol en el partido debut, Maxi Rodríguez sería quien resignaría uno de los lugares y el otro,.estaría entre Gutiérrez o Gago, si es que Maradona quiere colocar a Verón al lado de Mascherano. En ese caso, podría jugar Riquelme entre los volantes y los delanteros, y tres atacantes, con Messi, Agüero y Tévez, pero todo indica que continuará utilizando dos delanteros, uno o dos creativos (Riquelme y Verón), y dos volantes de contención (Mascherano y Gago).
De todos modos, la situación de Maradona como entrenador podría cambiar desde la semana próxima, en Buenos Aires, cuando vuelva el debate postergado con el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, quien no acepta bajo ningún punto de vista al ayudante que el ex astro propuso, su ex compañero y también campeón mundial en 1986, Oscar Ruggeri.
En Escocia, los ayudantes provisorios fueron Alejandro Mancuso (amigo de Maradona y compañero suyo en el showbol) y Miguel Angel Lemme (ex volante de los años ochenta, que trabajaba con Bilardo como funcionario provincial hasta que renunció a ese puesto para ir al seleccionado argentino). Ambos hicieron lo que pudieron, pero se busca a un entrenador alternativo de más experiencia y de peso en el vestuario. Si Grondona veta a Ruggeri una vez más, todo puede pasar aunque cuesta creer que Maradona vaya a renunciar a su puesto más preciado, ahora que ha sentido el gusto a sentarse en el banco de los suplentes con el buzo argentino.
El discurso de Maradona parece haber impactado en los jugadores (WSD)
Más allá de lo importante que siempre es ganar en el debut como entrenador, y más en el caso de Diego Maradona, tan observado como está por la lupa del fútbol mundial, lo más rescatable de la victoria del seleccionado nacional ante el escocés pasa por la mentalización de los jugadores y lo que transmitieron hacia fuera en cuanto a unidad y esfuerzo para sacar adelante una “minicrisis”, como tituló el nuevo entrenador, quien fue duro con el ciclo anterior al citar que “parecían defender otros colores”.
Un Maradona siempre equilibrado, propenso a la concentración en pos de su nuevo desafío, y a alejarse de todo lo que no tenga relación con lo específico de su tarea, resaltó la condición de “hombres” de sus jugadores, a los que abrazó uno a uno al terminar el partido, con especial énfasis en Ganriel Heinze, Fernando Gago y Carlos Tévez, en una nueva demostración de la importancia de la comunicación entre el ex astro y sus dirigidos, una clave para entender lo que vendrá en este ciclo corto que llegará, si todo marcha por los carriles normales y no aparecen desacuerdos graves con la dirigencia de la AFA al regreso a Buenos Aires, hasta el Mundial 2010.
En este sentido y en cuanto a los movimientos internos, puede decirse que Maradona dio varios pasos hacia su consolidación en el cargo si es por su trabajo y por su entorno. El entrenador aparece seguro de lo que quiere y se reflejó muy bien en cuanto a lo que destacó de su equipo en el partido, cuando habló siempre de los primeros veinticinco minutos, en los que el seleccionado argentino tuvo siempre la pelota en su poder. Si bien exageró al utilizar la palabra “brillante” para definir el juego, no hay que olvidar su estado de ánimo, mezcla de euforia y dura preocupación por su hija Giannina –con problemas en su embarazo- a quien le dedicó el triunfo y hasta casi se quiebra cuando la mencionó.
También si hay algo que va quedando en claro es que este seleccionado es manejado por Maradona, que Carlos Bilardo se mantiene a bastante distancia, aunque vaticinó con que si se juega la mayor parte del partido como en estos primeros veinticinco en Glasgow “somos campeones del mundo” y que Julio Grondona va comenzando a mover los hilos para lo que habrá que discutir sobre la conformación del cuerpo técnico y la incógnita sobre si van a seguir los dos ayudantes ocasionales y nada parecidos entre sí, Alejandro Mancuso y Miguel Lemme.
Desde lo táctico, hay una evidencia: este equipo que jugó en Glasgow fue armado de urgencia, no contó con tres de sus figuras principales (Agüero, Riquelme y nada menos que Messi) y hasta podría decirse, conociendo a Maradona, que también falta Juan Sebastián Verón. Claro que estos jugadores, como titulares (Agüero seguramente podría pelear un lugar con Tévez, o no), obligarían a un cambio de esquema y a la obligada pregunta de quiénes saldrían del once inicial.
Todo indica que si juegan las estrellas citadas, se podría pasar a un dibujo de 4-2-2-1-1 (con Mascherano-Gago en la contención, una línea con Verón y Riquelme, Messi más adelantado y adelante Agüero o Tévez, o bien que Verón o Gago se disputen un lugar y se pueda atacar con dos puntas.
Atrás, con algunos pocos errores, parece acertada la decisión de que Gabriel, Heinze regrese a su puesto original, el de marcador central, y Papa se ofrece como una alternativa por el lateral izquierdo, y lo más flojo pasó por el ataque, con pocas variantes pese al esfuerzo de Lavezzi y un Tévez algo más atrás que llegó a jugar de pasador, aunque sin un enganche, comenzaron a quedar aislados del resto, muy voluntarioso, muy ordenado, pero con poco fútbol y dejando el trabajo duro para los escoceses, que se lanzaron con más garra que ideas hacia un empate muy poco probable.
Queda el desafío del amistoso ante Francia en Marsella el próximo 11 de febrero, pero a día de hoy, aquello parece muy lejano, con todo lo que hay que resolver primero. Pero al menos, Maradona pudo pasar, indemne, la primera prueba difícil de esta nueva etapa, fundamental en su vida.
Un Maradona siempre equilibrado, propenso a la concentración en pos de su nuevo desafío, y a alejarse de todo lo que no tenga relación con lo específico de su tarea, resaltó la condición de “hombres” de sus jugadores, a los que abrazó uno a uno al terminar el partido, con especial énfasis en Ganriel Heinze, Fernando Gago y Carlos Tévez, en una nueva demostración de la importancia de la comunicación entre el ex astro y sus dirigidos, una clave para entender lo que vendrá en este ciclo corto que llegará, si todo marcha por los carriles normales y no aparecen desacuerdos graves con la dirigencia de la AFA al regreso a Buenos Aires, hasta el Mundial 2010.
En este sentido y en cuanto a los movimientos internos, puede decirse que Maradona dio varios pasos hacia su consolidación en el cargo si es por su trabajo y por su entorno. El entrenador aparece seguro de lo que quiere y se reflejó muy bien en cuanto a lo que destacó de su equipo en el partido, cuando habló siempre de los primeros veinticinco minutos, en los que el seleccionado argentino tuvo siempre la pelota en su poder. Si bien exageró al utilizar la palabra “brillante” para definir el juego, no hay que olvidar su estado de ánimo, mezcla de euforia y dura preocupación por su hija Giannina –con problemas en su embarazo- a quien le dedicó el triunfo y hasta casi se quiebra cuando la mencionó.
También si hay algo que va quedando en claro es que este seleccionado es manejado por Maradona, que Carlos Bilardo se mantiene a bastante distancia, aunque vaticinó con que si se juega la mayor parte del partido como en estos primeros veinticinco en Glasgow “somos campeones del mundo” y que Julio Grondona va comenzando a mover los hilos para lo que habrá que discutir sobre la conformación del cuerpo técnico y la incógnita sobre si van a seguir los dos ayudantes ocasionales y nada parecidos entre sí, Alejandro Mancuso y Miguel Lemme.
Desde lo táctico, hay una evidencia: este equipo que jugó en Glasgow fue armado de urgencia, no contó con tres de sus figuras principales (Agüero, Riquelme y nada menos que Messi) y hasta podría decirse, conociendo a Maradona, que también falta Juan Sebastián Verón. Claro que estos jugadores, como titulares (Agüero seguramente podría pelear un lugar con Tévez, o no), obligarían a un cambio de esquema y a la obligada pregunta de quiénes saldrían del once inicial.
Todo indica que si juegan las estrellas citadas, se podría pasar a un dibujo de 4-2-2-1-1 (con Mascherano-Gago en la contención, una línea con Verón y Riquelme, Messi más adelantado y adelante Agüero o Tévez, o bien que Verón o Gago se disputen un lugar y se pueda atacar con dos puntas.
Atrás, con algunos pocos errores, parece acertada la decisión de que Gabriel, Heinze regrese a su puesto original, el de marcador central, y Papa se ofrece como una alternativa por el lateral izquierdo, y lo más flojo pasó por el ataque, con pocas variantes pese al esfuerzo de Lavezzi y un Tévez algo más atrás que llegó a jugar de pasador, aunque sin un enganche, comenzaron a quedar aislados del resto, muy voluntarioso, muy ordenado, pero con poco fútbol y dejando el trabajo duro para los escoceses, que se lanzaron con más garra que ideas hacia un empate muy poco probable.
Queda el desafío del amistoso ante Francia en Marsella el próximo 11 de febrero, pero a día de hoy, aquello parece muy lejano, con todo lo que hay que resolver primero. Pero al menos, Maradona pudo pasar, indemne, la primera prueba difícil de esta nueva etapa, fundamental en su vida.
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