Este mediodía, los latinoamericanos y en especial los televidentes argentinos podrán ver, por fin, al Barcelona, que por la segunda semifinal del Mundial de Clubes de Emiratos Arabes Unidos jugará ante el Atlante mexicano.
Muchos de los que acaban releer el párrafo anterior se preguntarán, acaso, dónde reside la importancia de señalar este hecho. Sucede que aunque para la mayoría de los simpatizantes de fútbol del mundo entero el Barcelona es, de lejos, el mejor equipo del planeta en la actualidad, y en él juega nada menos que Lionel Messi, argentino y considerado mejor jugador de Europa por la prestigiosa revista “France Football” (este premio surge de los votos del periodismo europeo especializado) y con una cifra récord de votos y con enorme distancia sobre su inmediato perseguidor, el portugués Cristiano Ronaldo, paradójicamente en estas tierras, al Barcelona se lo ve poco y nada. Todo lo contrario de lo que ocurre en el mundo entero.
Pese a que la liga española se encuentra ya casi en el promedio de la temporada, se lo ha transmitido menos de la mitad de sus encuentros debido a que los derechos de televisión pertenecen a la empresa DirecTV, que no cuenta con muchos abonados, mientras que aunque ESPN suele transmitir partidos de esta competición, pocas veces retransmite al Barcelona o al Real Madrid, y en cambio sí lo hace con otros equipos, como Sevilla, Villarreal, Atlético Madrid o Valencia.
Pero lo que es aún más contundente es que la cadena Fox Sports, que desde esta temporada posee los derechos de TV de la Champions League, más de una vez, teniendo la chance de emitir al Barcelona entre los ocho partidos que se jugaban a la misma hora y en la misma jornada (como ocurrió la semana pasada con la última fecha de la fase de grupos), optó por emitir en su canal central, el que llega a la mayoría de sus abonados, al Inter de José Mourinho, con un esquema cerrado y excesivamente cauteloso, en una decisión cuanto menos, polémica.
¿Es casual que Fox Sports haya decidido emitir al Inter en desmedro del Barcelona, que concita la adhesión de fanáticos en los cinco continentes y al que se elogia por su juego ofensivo, alegre y por momentos espectacular, siendo su joven entrenador, Josep Guardiola, elevado como paradigma del buen fútbol? No parece, cuando sus comentaristas se encargan de señalar lo “aburrido” y supuestamente “reiterativo” de sus pases, sus combinaciones, sus llegadas, sus goles. Como si convertir ciento sesenta tantos en una temporada transformara a un conjunto en repetitivo porque se la pasa haciendo goles, siempre lo mismo. En cambio, es mucho más aventurado, parece, esperar a que el Inter reviente la pelota hacia delante para que Diego Milito o Samuel Eto’o enganchen alguna y la definan, y aunque este mismo Inter, elegido sobre el Barcelona, haya pasado un papelón en el Camp Nou por la misma Champions League y se haya colgado del travesaño no llegando ni al veinticinco por ciento de la tenencia de la pelota como local en el estadio Giuseppe Meazza en el partido de ida, consiguiendo un meritorio 0-0 .
Esta consideración del Barcelona como equipo que no merece ser transmitido, o halagado como sí lo es en el resto del mundo, va de la mano de la consideración de que Messi tampoco merece el lugar que salvo en la Argentina, se le otorga como mejor jugador del mundo. Como le decía a uno de los mayores defensores del fútbol resultadista la periodista catalana Cristina Cubero, del diario “Mundo Deportivo” de Barcelona, Messi no sólo es el mejor jugador del mundo sino “el más argentino de todos los argentinos que han pasado por el Barça”, contradiciendo de esta forma la idea de muchos acerca de que el crack se asume más catalán que argentino. “Leo vive mentalmente en la Argentina. Busca de comer comida de su país, escucha música de su país, ve la TV de su país y cada vez que tiene días libres, viaja a su país y no se le pegó para nada el acento”, dice Cubero, sorprendida de que el la Argentina no se aprecie a Messi como se debe. “Es que ustedes en Cataluña lo protegen pero nosotros tenemos que ser más exigentes”, se le dice desde un extraño resultadismo, por el que ser el mejor jugador de Europa (y tal vez del mundo cuando dentro de escasos días seguramente se lo premie con el FIFA World Player), o ser el Barcelona el campeón de la liga, la Champions y la Copa del Rey al mismo tiempo, tampoco alcanza. No hay caso.
Por eso, este mediodía, cuando se emita por fin el partido entre Barcelona y Atlante de México, seguramente la Fox pedirá disculpas por emitir al mejor equipo del mundo, pero es el que debe enfrentar al Atlante por el Mundial de Clubes. No es que el canal pretendía emitirlo y tal vez hasta lo hubiera evitado, de ser posible, para ahorrar disgustos de los televidentes. Para que éstos no puedan ver tantos pases seguidos, tantos goles que ya aburren, por lo reiterativo. A que es mucho más incierto un pelotazo, un cero a cero hasta el final.
No es broma, es en serio que lo dicen.
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1 comentario:
No es que a Messi, en Argentina, se le exija sobremanera. Simplemente, casi nunca rindió en forma siquiera aceptable en un juego con la camiseta argentina. Ya sea por una cuestión de edad, de incomodidad con el sistema, de presión del público y periodistas, el aporte de Messi en el Seleccionado albiceleste ha sido de escaso para abajo. Ojalá que pueda encontrar su lugar en la cancha, se sienta con más libertad y consiga coordinar acciones con sus compañeros para que Argentina haga un buen papel (esto es, al menos semifinal) en el Mundial.
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