lunes, 28 de diciembre de 2009

El cuento de la buena pipa de la selección argentina

Grondona en realidad quería contratar a Bianchi, pero sus hijos se opusieron y presionaron para que contratara a Maradona y la generación de México 1986. Bianchi, por fin, quería ir a la selección argentina, pero Grondona se dejó influir por los hijos. En verdad, Grondona se la veía venir con Maradona, pero no quiso arriesgar con "otro Passarella" que lo quitara del camino de las decisiones. Grondona se amigó con Bilardo, que lo fue a visitar al hospital en el que se operaba una familiar, y entonces ideó que lo mejor era rodear a Maradona y sus imprevisiones con la experiencia y el conocimiento táctico de Bilardo, que sigue reclamando por el sillón de Viamonte para cuando termine el Grondonato. A Maradona no le gustó nada la designación de Bilardo como secretario técnico y decidió limitarlo a un cargo dirigencial, pero Grondona empujó a Bilardo cerca del diez. Maradona reclamó a Ruggeri como su ayudante aunque llevaba una década sin hablarse con él desde que ambos tuvieron un durísimo enfrentamiento en la huelga del Deportivo Español, uno liderando a los jugadores y el otro, enviado por el ex presidente Carlos Menem a frenar el movimiento. Grondona odia a Ruggeri y se opone terminantemente a su contratación. El presidente de San Lorenzo, Savino, afirmó que si Ruggeri va a la selección, él renuncia al Comité Ejecutivo. Savino ratificó todo lo que dijo en una reunión directa con Ruggeri. Maradona insiste con Ruggeri y llegó a decir que si éste no viene a la selección argentina, tampoco aceptará la designación del hijo mayor de Grondona, Humberto, para un cargo en la estructura. Los dos ayudantes de Maradona, Mancuso y Lemme, no se llevan bien entre sí. Uno responde a Maradona y el otro, a Bilardo. Maradona no se habla con Batista, el entrenador de los juveniles y prefiere entrenarse con otros equipos antes que hacerlo con los juveniles. Cree que Batista lo traicionó, al igual que Brown, el otro técnico de juveniles y como Batista, ex compañero suyo en el Mundial 86. Maradona sigue creyendo que Bilardo espera pacientemente su caída para quedarse con su cargo. Bilardo cree que con Maradona se puede arreglar y que es cuestión de tiempo y paciencia y que todo se enfriará ahora que pasaron las eliminatorias. Maradona echa a Lemme porque no le tiene confianza y lo considera hombre de Bilardo. Mancuso dice que no comparte ningún criterio ni la filosofía de vida de Bilardo. Maradona es sancionado por dos meses por la FIFA por insultar a un periodista tras el partido ante Uruguay por las eliminatorias. En ese partido, Bilardo da indicaciones, bajo una capucha, aunque Maradona indica lo contrario a los mismos jugadores. Bilardo abraza a Maradona ante las cámaras cuando Argentina logra la clasificación al Mundial, cuando termina el partido en el Centenario.Maradona no quiere que Bilardo vaya solo a Sudáfrica a contratar el lugar de concentración para el Mundial. Bilardo viaja con Mancuso, aunque la relación es muy tensa. Ambos se desconfían. Maradona decide contratar a Héctor Enrique en lugar de Lemme. Enrique y Mancuso declaran duramente contra Bilardo. Bilardo cree que hay arreglo con Enrique pero no con Mancuso. La selección pierde contra Cataluña, que no ha hecho un solo entrenamiento, pero le mete cuatro pepinos a la albiceleste, con Maradona dirigiendo a distancia. Maradona y Mancuso evitan a Bilardo en el vuelo de regreso y para eso, se van de la primera clase a la turista. Maradona quiere trompear a Bilardco en Ezeiza pero es contenido in extremis. Bilardo dice que va a hablar en su programa radial y que se hartó y contará todo. Grondona sigue inmutable, tal vez esperando un desenlace y que se vaya Maradona. Maradona no se piensa ir. Bilardo parece que tampoco. Mancuso parece que tampoco. Y el tiempo pasa. Y el Mundial se acerca

1 comentario:

Guido Finzi dijo...

A éstos, no los sacás de ahí ni con agua hirviendo

saludos.