domingo, 8 de septiembre de 2013

La gran sorpresa de Tokio (Yahoo)



Desde Buenos Aires, Argentina
 
De alguna manera, y aunque trabajaron muy duro para conseguir el objetivo final, que era que se consagrara la candidatura de Tokio para albergar los Juegos Olímpicos de verano de 2020, los miembros de la delegación seguían sin poder creerlo tanto en la conferencia de prensa oficial, junto al saliente presidente del COI, Jacques Rogge, como en la posterior fiesta en el hotel que funcionó como lugar de concentración, a pocas calles de donde se produjo la febril actividad de todos estos días.

Tokio dio la gran sorpresa general en un sábado muy convulsionado, en el que ocurrió de todo, con Buenos Aires bajo una intensa lluvia que llegó a cortar la exposición de Madrid por falta de señal al dejar de funcionar el internet del hotel que se utilizó como sede de la 125 Asamblea del COI, y la capital japonesa, contrariamente a lo esperado, no sólo se impuso en la final a Estambul por 60 votos a 36 sino que ya en la primera ronda, había ganado por 42 votos contra 26 de Estambul y Madrid, lo que obligó a un desempate entre estas dos, ganando la ciudad turca por 49 a 45.

Cuando Estambul venció a Madrid en el desempate por la primera rueda, en el centro de prensa y hasta cerca de los miembros del COI se produjo un griterío a favor de la ciudad turca que parecía que ya todo estaba definido, pero el proceso sólo estaba por la mitad.

¿Por qué ganó Tokio, cuando nadie lo preveía? Es algo que no se atrevió a decir ningún funcionario, ni de la ciudad ganadora, ni del COI. Para algunos, la presentación de 70 minutos de cada una de las tres delegaciones, iba a ser fundamental para torcer el voto de los 97 participantes (al final, fueron 94). Otros, en cambio, creen que el voto ya venía desde el origen y que nada ni nadie lo iba a cambiar.

Pero hubo algunos detalles significativos, que muy posiblemente hayan hecho lo suyo. Por un lado, aunque no se lo diga en voz alta, muchos creen que hubo demasiados votos pendientes de lo que dijera uno de los hombres más poderosos del movimiento olímpico actual, el jeque kuwaití Ahmad Fahad Al Sabah, que hizo cerrar todos los lugares por donde pasaría, cerca del lugar de votación, en el hotel Hilton de la nueva zona construida en los años noventa al borde del Río de la Plata, Puerto Madero.

Al Sabah es ex presidente de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y presidente del Consejo Olímpico de Asia y miembro de la Comisión de Solidaridad Olímpica del COI, que maneja 435 millones de dólares, y que fue fundamental para que Buenos Aires ganara los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018 y fuera sede de la actual 125 Asamblea Olímpica.

Otros hablaron de la posibilidad de “voto cruzado”, es decir que los miembros asiáticos del COI votarían por una ciudad europea y los europeos, por Tokio, para que no ganara una ciudad del propio continente y dejara sin chances para la propia en un futuro cercano.

Y hay quienes creen que Madrid tenía todas las chances pero cometió una serie de errores graves que ya no pudo remontar y que le hicieron perder entre 10 y 20 votos en los últimos días, pese a haber sido demasiado local en Buenos Aires.

En los últimos tres días, el vicepresidente argentino, Amado Boudou, regaló públicamente una camiseta de la selección de fútbol al príncipe español, Felipe de Borbón, mientras que la Federación de Fútbol (AFA), Boca Juniors, River Plate y hasta Lionel Messi (que en cambio aparece en carteles de la ciudad publicitando la compañía Turkish Airlines), se mostraron en favor de la candidatura de la capital española.

Pese a ello, el diario “El Mundo”, el segundo nacional en tiraje, publicó un artículo en el que aparecían 58 votos para Madrid, con la foto de cada uno de los miembros del COI que se inclinaría por esta ciudad, algo que irritó mucho tanto a Rogge, el presidente, como a muchos de los futuros votantes.

La tirantez llegó a un punto complicado cuando un asesor de la delegación española del más alto nivel llegó a ofrecer al príncipe Felipe la posibilidad de otorgar una entrevista a un reputado medio anglosajón para tratar de cambiar la postura de algunos votantes, pero el futuro monarca se negó de plano.

Algunas versiones periodísticas fueron más allá y cuentan de una llamada de Rogge a Juan Samaranch, hijo del fallecido ex titular del COI y miembro de la delegación española, para preguntarle por ese extraño artículo y ya las cosas nunca fueron como parecían.

Para colmo de males, si las tres exposiciones fueron parejas en calidad, la española, que fue la última, sufrió un inesperado corte en su mitad debido a que seguramente por la intensa lluvia que cayó en la ciudad, se cortó el internet en el hotel y las pantallas quedaron en negro por un buen rato y no se pudo conocer lo que dijo el reconocido basquetbolista de la NBA Pau Gasol, que lo tuvo que contar en la siguiente conferencia de prensa.

El resonante triunfo de Tokio para 2020, motivó un festejo especial para unas horas después para la delegación en el cercano hotel Sheraton en el barrio de Retiro, siempre cerca de la costa, y a pocas calles del hotel Hilton, central de operaciones del COI.

Todos los miembros de la delegación de Tokio fueron claros para explicitar que los próximos Juegos Olímpicos de 2020 serán muy distintos que los anteriores de 1964 y ahora aparece mucho más el concepto de “futuro” y de “globalidad” cuando en cambio, en la ocasión anterior, el país hacía poco que salía de la Gran Guerra.

También, esta candidatura podrá impulsar la reconstrucción del país, luego del incidente de Fukujima,  y Masato Mizuno, CEO de Tokio 2020, sostuvo que la idea fue “aprovechar y capitalizar experiencias anteriores y trabajamos en un equipo realmente integrado”.

Todos reconocieron el primer consejo de Rogge, que lo hizo público en la conferencia de prensa siguiente a conocerse el resultado. Primero, debe definirse el concepto del Comité Organizador y sus vínculos con la opinión pública, con el país y con el propio COI, para poder implementar un Plan Maestro.

Al final, pese a que las tres ciudades tenían sus puntos débiles (Tokio, las posibles radiaciones, Estambul, el dilema político de la vecina Siria, Madrid, su crisis económica), el incansable trabajo de la delegación japonesa, y ese juego de la seducción de cada voto que se desconoce fuera del mundillo COI, terminó dando un óptimo resultado.

Tokio vuelve a ser sede olímpica 56 años después, en un mundo que habrá cambiado demasiado. Una oportunidad para un cambio, a partir de los valores del deporte.


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