Pocas veces en su historia, el Barcelona tuvo un
arranque de temporada tan demoledor, si nos basamos en los resultados. Ha
jugado oficialmente doce partidos, de los cuales dos de ellos, empatados ante
el Atlético Madrid, sirvieron para ganar la Supercopa de España en agosto, y en
los otros diez se impuso, dos de ellos por la Champions League y los otros
ocho, por la Liga Española.
Si el fútbol fuera una ciencia exacta, si todo se
basara en resultados, la actuación de este Barcelona modelo 2013/145 sería
indiscutible, y en pocas oportunidades se ha dado el caso de un entrenador
debutante y más aún, prácticamente desconocido, como el argentino Gerardo
“Tata” Martino, y que de entrada gane todo lo que tiene en sus manos.
Sin embargo, este Barcelona está lejos de ser
indiscutible. Desde el punto de vista estético, desde su juego, su creatividad,
su belleza, que es lo que lo ha encumbrado como el equipo referencia del mundo
entero, no ha vuelto a repetir nunca, salvo pequeños pasajes de algunos
partidos y todos ellos en el Camp Nou, aquellas jugadas que tanto han deleitado
en el pasado.
Al mismo tiempo, ya la posesión no es
abrumadoramente favorable como era durante todo el ciclo, y si bien es cierto
que la posesión de balón no garantiza buenos resultados, en el caso del
Barcelona sí era una vía para obtenerlos, cuando ahora da algunas ventajas
defensivas en huecos que se producen y recibe goles desde movimientos que en
otro tiempo hubieran sido impensados.
¿Por qué ocurrió semejante cambio? Es algo que aún
no se termina de dilucidar porque el propio Martino no lo ha explicado, si bien
sí suele decir, en las conferencias de prensa, que la situación no podía seguir
como en años anteriores y él fue el encargado del trabajo más pesado, que ya
tanto los dirigentes como los jugadores veían como inevitable.
En otras columnas citábamos las extrañas
declaraciones de algunos jugadores que son referentes del plantel sosteniendo
que no se podía seguir con el juego del toque y parecería que hay dos opciones
para el trabajo de Martino en el mediano plazo: o bien busca “esconder” el
juego del Barcelona, al menos fuera de casa, para hacerlo más imprevisible al
rival, debido a que los partidos se estaban transformando ya del fútbol al
hándbol (en el sentido de que eran todos pases de un costado al otro al borde
del área rival, sin poder penetrar en ella para convertir), o bien hay una
renuncia explícita a la posesión para buscar otras variantes, para enriquecerlo
tácticamente para dar distintas respuestas, pero con una búsqueda más orientada
al juego propio, al sistema táctico, más que burlar al adversario.
De momento, no se sabe el rumbo, pero sí hay ya
algunos elementos del juego del Barcelona muy interesantes para analizar. Desde
algunos saques largos de Víctor Valdés, como salida desde el arco, una menor
posesión del balón, la apuesta a jugar a veces de contragolpe, los remates de
media distancia (se vio nítidamente el pasado sábado ante el Valladolid en el
Camp Nou), las rotaciones de jugadores y los cambios posicionales (Cesc no más
de “falso nueve” y ahora de volante central, Neymar, de “falso nueve” cuandio
no está Lionel Messi).
De cualquier forma, el Barcelona sigue teniendo
algunos problemas estructurales, como su plantilla demasiado corta (ya lo era y
sólo fichó a Neymar y se excedió en la cesión y venta de pases de jugadores), y
la excesiva dependencia de Messi para el gol, así como una necesidad de
reafirmar un defensa central sólido para la segunda parte de la temporada,
especialmente desde febrero a junio.
Es evidente que todo está centrado en el ya próximo
regreso a los campos de juego del veterano Carles Puyol, cuyas actuaciones van
a determinar la necesidad de fichar o no a un defensor en su posición, sumado a
que viene recuperándose Marc Bartra, luego de un comienzo de temporada
dubitativo.
En estos meses Martino deberá seguir profundizando
sus búsquedas para encontrar un equilibrio en las rotaciones y en la relación
con un Messi que ya pesa demasiado en todos los órdenes mientras va impulsando
el crecimiento de Alexis Sánchez, antes muy cuestionado en el Camp Nou, y
acomodando a Neymar entre los titulares.
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