domingo, 13 de octubre de 2013

La primavera del Pacífico en Sudamérica (Yahoo)


El Crown Plaza Hotel de Santiago de Chile estalló. Los dirigentes locales y los colombianos, representantes de dos de los cuatro seleccionados en el cuadrangular final de la Copa América de 1991, que luego le daría el título de campeón a la selección argentina, se quejaron amargamente de la decisión de la Conmebol de suspender por sólo un partido a Claudio Caniggia tras una expulsión, lo que le permitía jugar en el decisivo partido final, cuando correspondían dos. Ya en ese momento, más de veinte años atrás, se refirieron a “la mafia del Atlántico”.
Verdad o no, desde hace poco menos de medio siglo que el fútbol sudamericano es manejado por los países de la costa atlántica del continente, los tres que tienen la mayor trayectoria en la historia, Argentina, Brasil y Uruguay, aunque por mucho tiempo haya presidido la institución el paraguayo Nicolás Leoz, denunciado por maniobras fraudulentas en varias ocasiones por distintas investigaciones periodísticas y casi obligado a irse por la FIFA en estos últimos meses, siendo reemplazado por el uruguayo Eugenio Figueredo.
Es por esta razón que el presidente de la Federación Ecuatoriana Luis Chiriboga, llegó a solicitar que para las dos jornadas finales de la clasificación sudamericana (un solo grupo de nueve equipos debido a que Brasil, el décimo, ya está clasificado para el Mundial por ser local en 2014) en su partido clave ante Uruguay en la altura de Quito, la terna arbitral fuera europea, algo que fue desestimado por la Conmebol.
Los ecuatorianos tenían motivos para estar nerviosos. En la clasificación anterior, Ecuador fue despojado de un triunfo merecido por pésimas actuaciones arbitrales y esta vez pudo vencer 1-0 y poner un pie y medio en el Mundial de Brasil, con un gol de Jefferson Montero, aunque otra vez pudo estar más tranquilo si le convalidaban el legítimo gol de Joao Rojas, que habría significado un más cómodo 2-0 si no era anulado por fuera de juego a instancias del juez de línea.
Ecuador, así como Colombia, regresa a la fase final de un Mundial, dirigido por el colombiano Reinaldo Rueda, luego de atravesar duros momentos por el sorpresivo fallecimiento del delantero Cristian “Chucho” Benítez, pero haciéndose fuerte como local en Quito, a donde terminó invicto, y con un estilo técnico atrás, y potente arriba, encontró un sistema propio que retoma aquél que lo llevara hasta Alemania 2006.
Colombia, también del Pacífico sudamericano, recuperó con el argentino José Pekerman, gran parte de ese estilo que lo consagró y deslumbró al mundo en Italia 1990 y en la  clasificación para el Mundial de Estados Unidos 1994, donde su actuación fue decepcionante y generó un sinfín de polémicas, aunque nadie olvida a esa generación dirigida por Francisco Maturana y Hernán “Bolillo” Gómez y ese juego estético de los Rincón, Redín, Valderrama, Valencia, Asprilla, Alvarez, Valenciano o el arquero Higuita.
Esta selección colombiana pretende recuperar ese juego pero es algo distinta. Tal vez menos brillante que aquella, pero basada siempre en el “tiki-taka”, sin tanta velocidad sino apoyada en la precisión de jugadores como Juan Cuadrado, Carlos Sánchez y especialmente James Rodríguez, y la potencia de un excepcional goleador como Radamel Falcao, junto a Teófilo Gutiérrez y Jackson Martínez.
Su comienzo en el grupo clasificatorio no había sido bueno, ya muchos pensaban que llegaría otra frustración como en las últimas veces, porque desde que se extinguió aquella generación dorada no había aparecido un recambio y Colombia había estado ausente en los mundiales desde Francia 1998, y se tocó fondo de local contra Argentina, cerca de promediar la primera rueda.
Allí fue que Leonel Alvarez fue reemplazado en la conducción técnica por Pekerman, quien decidió cambiar, tranquilizar el juego, asociar a sus jugadores, dar prioridad a la técnica y por momentos, el juego del equipo fue exquisito y lo coronó con un increíble empate como local ante Chile, luego de estar 0-3 hasta los 25 minutos de la segunda parte, cuando aprovechó la expulsión del volante rojo Carmona, para revertir la situación y conseguir su regreso mundialista.
Chile es el tercer equipo del Pacífico que se encuentra, como Ecuador, a punto de llegar a otro Mundial, tras su buena participación en Sudáfrica 2010 de la mano de Marcelo Bielsa. Ahora, dirigido por otro argentino exitoso en su paso por la Universidad, Jorge Sampaoli, quien proviene de la rama de su compatriota en cuanto a concepción de juego), y luego de que reemplazara a otro argentino con el que comenzó el grupo, Claudio Borghi, “La Roja” pudo encontrar una mecanización de muchos movimientos, una fuerza especial y una gran calidad en algunos jugadores que se destacan mucho en sus ligas como Alexis Sánchez (Barcelona) y Arturo Vidal (Juventus), muy bien acompañados por otro delantero talentoso como Eduardo Vargas y con la riqueza del armador Jorge Valdivia.
A Chile y Colombia les bastará un empate en Santiago, el martes próximo, para clasificarse ambos para el Mundial, ocupando las últimas dos plazas directas tras el ya líder definitivo (Argentina) y el segundo (Colombia). De todos modos, la diferencia de goles hacia el quinto clasificado, Uruguay, es tal que casi no hay chances ya de que los celestes eviten jugar la repesca de noviembre a doble partido ante Jordania.
Uruguay, siempre dirigido por Oscar Tabárez, pudo superar los muy malos resultados de finales de la primera rueda y al menos volvió a la situación casi permanente de los últimos tiempos, en los que ha tenido que jugar ya tres repescas (dos contra Australia y una contra Costa Rica) en las que debió sufrir hasta el final y en una de ellas, para Alemania 2006, no la pudo superar.
Esta clasificación sudamericana deja también la caída, luego de dos décadas en los puestos de privilegio del seleccionado paraguayo, tras obtener el subcampeonato en la Copa América de Argentina 2011, pero allí se produjo la salida del entrenador argentino Gerardo Martino (ahora en el Barcelona) y no pudo recuperarse, mientras que Venezuela, mucho más competitivo que en el pasado, se ilusionó con llegar en el lote de los punteros, pero su producción bajó mucho en el momento clave.
Perú y Bolivia siguen siendo los seleccionados más flojos, sin poder encontrar una vuelta a la situación. El primero no participa en un Mundial desde España 1982 y el segundo, desde Estados Unidos 1994.

Un nuevo mapa se dibuja en el fútbol sudamericano. Es ahora el Pacífico, con Colombia, Ecuador y Chile, el que comienza a emerger. Con Argentina y Brasil como potencias instaladas, Uruguay debe luchar en una repesca y Paraguay afuera, las cosas han cambiado mucho.

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