“Golpearon la puerta de la humilde casa,
la voz del cartero muy clara se oyó,
y el pibe corriendo con todas sus ansias
al perrito blanco sin querer pisó
Mamita mamita, ganaré dinero
seré un Baldonedo, un Martino, un Boyé;
dicen los muchachos del oeste argentino
que tengo más tiro que el gran Bernabé.
Vas a ver qué lindo cuando allá en la cancha
mis goles aplaudan, seré un triunfador,
jugaré en la Quinta, después en Primera
Yo sé que me espera
La consagración”
Este tango compuesto en 1945, “El sueño del Pibe”,
de Reinaldo Yiso, con música de Juan Puey, ilustra con claridad, lo que ya
desde muy pronto significó la figura del “·Pibe” en el fútbol argentino y para
el imaginario de los hinchas en este país.
Este tango, uno de los más conocidos porque a fines
de los años setenta recreó, cantándolo en televisión nada menos que Diego
Armando Maradona (cambiando parte de la letra, por “seré un Maradona, un
Kempes, un Olguín”, en alusión a los jugadores de la selección argentina,
camino al Mundial de España 1982), no casualmente se compuso a mediados de los
años cuarenta, misma época en la que se filmó una película que también se
convertiría en un clásico, “Pelota de Trapo” (1948) de Leopoldo Torres Ríos,
con el neorrealismo típico de la postguerra y la necesidad de mostrar lo que
significaba el barrio, la pandilla y las necesidades económicas.
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