Mientras Cristiano Ronaldo desafía a Lionel Messi
con el sueño de alcanzarlo al situarse, con tres, a un solo Balón de Oro del
crack argentino del Barcelona, cabe preguntarse cuánto de justicia hay en este
nuevo premio para el delantero portugués del Real Madrid, que lo consagra
oficialmente como el mejor jugador del mundo de 2014.
El Balón de Oro FIFA World Player da lugar a
polémicas cada vez mayores y entrecruzadas, desde que la FIFA y la tradicional
revista francesa France Football unificaron el premio, cuando antes votaban los
capitanes y entrenadores de cada seleccionado nacional votaban por el galardón
de la FIFA, y los periodistas (con amplia mayoría europea) hacían lo propio con
el Balón de Oro, que antes se concedía al mejor jugador europeo, y por esta
razón nunca lo recibió Diego Maradona.
Uno de los mayores motivos de polémica pasa por
determinarse, definitivamente, cuál es el criterio que se toma en cuenta a la
hora de evaluar a cada uno de los jugadores votados. ¿Prima lo individual, como
parecería, al ser un premio al jugador y no al equipo, o prima lo colectivo, es
decir, lo hecho por el equipo en el que se desempeña el futbolista? Y en un año
de Mundial, ¿influye o no en la decisión, y cuánto influye en la decisión
final? Y aún en lo colectivo, ¿tiene o no tiene influencia el hecho de que la
selección en la que el futbolista se desempeñe sea fuerte o no?
Un año atrás, este cronista tuvo un apasionado
debate sobre este premio con el prestigioso periodista del diario italiano
“Tuttosport”, de Turín, Massimo Franchi, quien habitualmente vota y sostiene una
visión europeísta con un criterio válido.
Franchi sostiene que si fuera un premio “solo”
individual, basado en la calidad o en la técnica, “Lionel Messi lo ganaría cada año hasta su retiro o
su baja física por veteranía, y salvo una lesión o alguna situación accidental,
el premio ni siquiera estaría en juego”, y que entonces hay que contemplar lo
que estrictamente ocurrió en el año y que el hecho de ganar títulos le da
ventaja a un jugador sobre otro.
La pregunta de un periodista nacido del otro lado
del Océano Atlántico, como quien esto escribe, fue acerca de la calidad del
equipo que rodea a cada jugador, porque pasaría a depender de una estructura
colectiva, y si siguiendo el razonamiento del colega, no estaríamos premiando
un desempeño colectivo y no individual.
Un buen ejemplo de un jugador perjudicado por el
criterio de Franchi es el sueco Zlatan Ibrahimovic, eliminado del Mundial de
Brasil ante Portugal, aún siendo uno de los mejores del mundo, por no contar
con una selección de las más fuertes, o el brillante volante marfileño Yaya
Touré, gran figura en el Manchester City campeón de la Premier League, pero cuya
selección nacional tampoco es una gran potencia mundial (sumado a que en el
propio Mundial de Brasil supo de la muerte de uno de sus hermanos, con el
consiguiente bajón anímico).
Si este criterio no está claro entre los organismos
que entregan los premios, menos aún, para establecer si un jugador de campo
merece más el premio que un arquero, para tomar el caso del alemán Manuel
Neuer, tercero en la votación aunque no sólo ganó el Mundial sino que con el
Bayern Munich ganó la Bundesliga, la Copa de Alemania y la Supercopa europea en
2014.
Si todo indica que entre Cristiano Ronaldo y Messi
la diferencia fueron los títulos conseguidos, o los goles, ¿cómo compararlos
con Neuer y en base a qué? Y el hecho de que Cristiano Ronaldo no haya tenido
una participación más que testimonial en el pasado Mundial, ¿debió contar o no?
Y si nos referimos a los votos por lo individual y
lo colectivo, ¿qué hay de los periodistas que votan? ¿Con qué criterio se los
elige y en todo caso quiénes son los encargados de decidirlo? ¿Y si hay varios
directores técnicos de una misma nacionalidad en distintas selecciones, no
juega eso a favor de los votos a uno u otro jugador?
Otro de los puntos polémicos pasa por el hecho de
que exista algún tipo de favoritismo por algún club a la hora de la votación.
Semanas antes de renunciar como votante representando a España, el prestigioso
periodista del diario deportivo catalán “El Mundo Deportivo”, el periodista
Francesc Aguilar afirmó en una columna que ya no compartía algunos criterios
con la organización y advirtió cierta tendencia (confirmada en estos dos
últimos años) al “madridismo” de la revista France Football.
Este cronista también tuvo una experiencia
interesante en la “alfombra roja” del Congresshaus, en Zurich, en la fiesta del
Balón de Oro 2005, cuando al coincidir con el ya entonces presidente de la
Unión Europea de Fútbol (UEFA); Michel Platini, le consultó por qué Carlos
Tévez no figuraba entre los elegidos, ni siquiera para el equipo ideal,
habiendo ganado el Brasileirao con el Corinthians, siendo elegido por tercer
año consecutivo como el mejor jugador de Sudamérica, y habiendo sido capitán y
goleador del certamen en Brasil.
“Tevéz, Tevéz, sí, me suena”, respondió Platini a
este cronista, que le recordó que seguramente le sonaría porque fue campeón
olímpico en Atenas 2004 siendo el máximo goleador, campeón de la Copa
Sudamericana con Boca Juniors, y campeón de América e intercontinental con este
equipo argentino en 2003, pero el francés respondió que “seguramente no figura
porque no juega en Europa, y en Europa están los mejores”.
Tévez siguió ganando títulos y prestigio desde 2006
en la Premier League hasta ahora en la Juventus, pero el preconcepto europeísta
necesitaba de su ratificación en territorio propio.
El Balón de Oro FIFA World Player sigue siendo, más
allá de todo, un premio individual en el contexto de un deporte colectivo, y es
el marketing la mejor herramienta para hacernos creer que se trata de una
carrera personal cuando es una competencia de equipo, y mientras Cristiano Ronaldo se juramente ante un micrófono hacia
todo el mundo que buscará alcanzar a Messi, el argentino se limita a decir que
su objetivo es ganar todos los títulos que pueda.
Dos visiones opuestas. Dos mundos diferentes.
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