Aunque esperado, no dejó de ser un impacto brutal
para el fútbol europeo, especialmente para el español. Se supo que las
plataformas de TV inglesas Sky y BT acordaron pagar por los derechos de
retransmisión del fútbol local nada menos que 6900 millones de euros por tres
años desde la temporada 2016/17, a razón de 2300 millones de euros anuales, y
de esta forma, salvo un rotundo cambio de planes, esas cifras serán
inalcanzables para la Liga de Fútbol profesional (LFP) y se abre un
interrogante sobre lo que sucederá en el futuro, que se puede llegar a
desequilibrar.
De hecho, el presidente de la LFP española, Javier
Tebas, quien además se encuentra en un duro conflicto con el titular de la Real
Federación Española (RFEF), Angel María Villar, espera poder aumentar los
ingresos desde la TV en el fútbol español de 800 millones de euros anuales,
como ocurre ahora, a unos 1000 para la temporada 2016/17, aunque ya este
aumento significaría estar 1300 millones de euros anuales por debajo de los
clubes ingleses.
Esta enorme diferencia de ingresos entre Inglaterra
y España puede significar un cambio total en cuanto a la calidad de los
torneos, porque los clubes ingleses, que ya tenían un mejor reparto del dinero
que ingresaba hasta ahora, ahora tendrán una gran cantidad de dinero para
fichar jugadores de toda Europa y de esta forma, con el dinero de la TV podrán
terminar de convertir a la Premier League en el epicentro mundial y en total dominadora
del fútbol de élite.
Tebas, de la LFP, también tiene otra obsesión:
acabar con el sistema de reparto por club y comenzar a discutir con las
plataformas televisivas en conjunto, como lo hacen los clubes ingleses, aunque
para esto seguramente habrá un conflicto de intereses porque de momento, Real
Madrid y Barcelona se llevan a sus arcas 140 millones de euros, y Rayo
Vallecano y Eibar apenas si rozan los 20, por lo que entre los más ricos y los
más pobres hay una diferencia de 7 veces en los ingresos, mientras que en
Inglaterra, no sólo la distancia entre los más ricos y los más pobres es de 1,5
veces, sino que el que menos cobra se lleva 80 millones de euros, apenas
superado en España por los dos clubes más poderosos.
Otro tema que deberá estudiar el fútbol español y
con seriedad es el de los abonados al sistema de televisión de pago, porque si
bien no se conocen con exactitud los datos de Sky TV (BT informa que tiene
500.000 abonados), se calcula que ronda los 13 millones, mientras que en España
apenas si se llega a los 2 millones, con lo cual los ingresos para los clubes
son significativamente menores.
En Inglaterra, el último estudio sobre el tema,
realizado en la temporada 2007/08, indicaba que se calculaba una pérdida de un
19,7 por ciento de espectadores debido a la televisación de los partidos, con
una media de 313.000 euros.
Todo esto también fue generando, sumado al
enfrentamiento político de las partes, que Villar se interesara en atraer para
la RFEF la venta de derechos unificados del fútbol a la TV de pago.
Jaume Roures, titular de una de las empresas que
compran los derechos de TV, Mediapro, cree que el problema del fútbol español
se suscitó porque en Inglaterra la venta de derechos se adelantó un año (el
nuevo contrato comienza en la temporada 2016/17, igual que en España).
“En Inglaterra no hay piratería, ni partido en
abierto, los clubes están más comprometidos, los campos están verdes y aquí en
el derbi madrileño ni se veía el césped. Lamento que en España no haya un
decreto ley que permita un mejor reparto”, sostuvo Roures, en referencia a la
falta de acción del Estado en la materia, y a que si en Inglaterra la BBC paga
300 millones de euros para transmitir los sábados a la noche los resúmenes de
los partidos en abierto, “en España hay un decreto que lo impide, y no se
entiende por qué no se decreta por fin que los clubes tienen que negociar los
derechos conjuntos y no por separado”, se quejó amargamente el empresario.
De todos modos, Roures es de la idea de que “La
teoría del derrame” no está tan mal y que los clubes sacaron partido del
liderato económico del Real Madrid y el Barcelona, “porque muchos usan
patrocinadores asiáticos y sin esos dos clubes, habría sido imposible”,
mientras que sostiene que sin la mitad de los ingresos de la TV “la distancia
sería la misma, porque a los grandes no los afecta y seguirían teniendo
presupuestos grandes”.
El Estado español conoce ya que hay presiones de
varios clubes para que ese decreto aparezca y las negociaciones con la TV desde
2016/17 sean en conjunto. El Espanyol y el Sevilla son los que fogonean una
huelga en el caso de que no se concrete, “si no aparece en una, dos o tres
semanas”, según dijo el titular del club catalán, Joan Collet, primero en una
asamblea en Vigo el pasado 19 de noviembre y otra vez el pasado 4 de febrero en
Asturias.
Mientras el fútbol español trata de superar esta
crisis, comienza a entender que si no encuentra pronto una solución, “muchos
jugadores de primer nivel se irán, o habrá que apelar a cuestiones afectivas o
morales para que no se vayan a la Premier League”, como sostuvieron varios
dirigentes en esas asambleas, en las que apenas Athletic de Bilbao, Atlético
Madrid y Zaragoza se mostraron más comedidos.
En la Premier League, mientras tanto, se relamen
imaginando poder pagar la ficha de cualquier jugador de élite, para convertirse
definitivamente en la gran capital del fútbol mundial.
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