Este martes, en el Etihad Stadium, en un choque muy
esperado desde hace dos meses, el Manchester City buscará desquitarse con el
Barcelona luego de la pasada eliminación ante este mismo equipo en la pasada
Champions League y en los mismos octavos de final.
El fútbol es tan cambiante que hasta hace una
semana, cualquier analista habría pronosticado un claro triunfo del Barcelona,
por los triunfos consecutivos en la Liga Española y en la Copa del Rey, por el
momento ascendente de Lionel Messi, además, con una importante racha goleadora,
y por el andar del equipo en general.
A su vez, el Manchester City ha tenido tiempos
cambiantes, jugadores que no habían rendido en su nivel, y extrañaba mucho la
ausencia de Touré Yaya, que estaba disputando (y luego ganó) la Copa Africa de
selecciones con la camiseta de Costa de Marfil.
Pero muchas cosas parecen haber cambiado en muy
pocos días. Este Barcelona, que no tiene un gran engranaje en cuanto a juego, y
que se basa mucho en las individualidades de primer nivel, parece sentir la
presión cada vez que logra acercarse al liderazgo en la tabla de posiciones en
la Liga y este pasado fin de semana, cuando todo indicaba que al menos iba a
mantenerse a un punto del Real Madrid, cayó sorpresivamente en el Camp Nou ante
el Málaga, que aprovechó un muy mal pase de Daniel Alves a Claudio Bravo para
luego defender sin mucho inconveniente la ventaja, en una pálida jornada de los
azulgranas.
El partido del sábado ante el Málaga volvió a
colocar en el primer plano las carencias de un Barcelona que sigue sin jugar
bien como equipo, que se pierde entre tantas rotaciones que en determinadas
situaciones, dejan al equipo sin creatividad en el mediocampo porque Andrés
Iniesta lleva meses sin aquel despliegue que se le conocía en tiempos de Josep
Guardiola, y Rafinha no termina de ser
un sustituto a la altura de Xavi Hernández o Ivan Rakitic.
Tampoco fue un gran partido de los tres atacantes
sudamericanos, Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, pero ellos dependen mucho de
la amalgama con los volantes y al no funcionar, el equipo pareció quebrado en
ese sector, si bien cada uno de los delanteros tampoco tuvo una buena tarde en
lo individual.
Al contrario del Barcelona, el Manchester City tuvo
una muy buena actuación ante el Newcastle, más allá de la goleada de 5-0 por la
Premier League, que le permitió acercarse otra vez un poco al líder Chelsea,
aunque se vio beneficiado con el penal antes del primer minuto de juego
concretado por Sergio Agüero y a partir de allí, por momentos parecía un
entrenamiento con público y demasiada diferencia con su rival de turno.
Pero para el Manchester City es vital el regreso de
Touré Yaya, un jugador clave en el andamiaje de los celestes porque no hay en
el mundo un volante que reúna ubicación, técnica, precisión, potencia y gol
como el marfileño, y su ausencia durante la Copa Africa se notó demasiado.
El entrenador chileno del Manchester City, el
ingeniero chileno Manuel Pellegrini, que conoce al dedillo al Barcelona luego
de pasar años en la Liga Española dirigiendo al Villarreal, Real Madrid y
Málaga, intentó durante la ausencia de Yaya, un mediocampo con dos volantes de
contención, Fernando y Fernandinho, pero fracasó en buena medida, porque no le
dieron la solidez buscada, mientras que en el ataque, recién ahora parecen
estar en buena forma Agüero y el bosnio Edin Dzeko, aunque no parece estar en
buen momento de recambio Stevan Jovetic.
El gran problema para el Manchester City es que
justamente Yaya Touré tiene un partido más de suspensión en la Champions y
ahora que ya está de regreso en los Citizens, no podrá estar presente ante el
Barcelona y esto termina siendo una ventaja grande en un torneo en el que
definir como local las series eliminatorias que derivan en la ansiada final, es
demasiado importante.
¿Puede entonces ocurrir en esta serie lo mismo que
en la del año pasado? Claro que sí, que puede repetirse, porque el Barcelona
tiene gran experiencia en esta clase de torneos, jugadores de mucha jerarquía
que aparecen especialmente en esta clase de partidos, y los antecedentes a su
favor.
El Manchester City llega con la venta de la localía,
el buen momento futbolístico del equipo, y también, algunos de sus jugadores en
franco ascenso, como David Silva, Samir Nasri y Sergio Agüero.
Un partido que genera además gran expectativa desde
lo estético y por saber cuál de los dos equipos se apoderará de la pelota y del
campo, estando los dos en condiciones de conseguirlo y de generar un
espectáculo de primer nivel internacional.
Ya queda muy poco para descifrar nuestras dudas.
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