La brisa de una intención apenas lo rozó. Emolumento Pascolucci –
mediocampista de Rayo del Sur Club de Football - salió disparado como arrojado
por una catapulta violenta con aires de
pretensión de horadar las murallas de una ciudad sitiada. Emolumento rodó histriónicamente por el
césped y luego resbaló.
Emolumento se había olvidado que debido a la escacez por la que
atravesaba el país – debido en parte a la práctica ausencia de lluvias y al
inusual aumento de temperaturas de los dos últimos años -, el gobierno había
decidido racionar ciertos bienes; entre ellos, la fricción. Desde las 19.30 de
ese día, hasta las 7.00 de la mañana siguiente, quedaba anulada.
Así pues, Emolumento siguió resbalando – pasó por debajo de los
tablones de madera que hacían las veces de grada e inseguridad a la vida de las
personas; y salió a la calle larga que salía del pueblo. Al día siguiente lo
acercó al pueblo un viajante de comerció que se lo encontró a unos doscientos y
pico de kilómetros, dormido al costado de la ruta.
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