domingo, 25 de octubre de 2015

La liga entra en la normalidad (Yahoo)



Cuando se han jugado nueve jornadas del extenso torneo de la liga española de treinta y ocho finales, que acabará en mayo próximo, es decir, menos de un cuarto del total de los partidos, ya todo se comienza a ordenar tal cual como la mayoría de los analistas podía prever.

Ya Real Madrid y Barcelona, atravesando distintas etapas en sus juegos, por lesiones, rachas positivas o negativas, y sanciones, lideran la liga y con el Atlético Madrid, el tercero en discordia para cualquier pelea por el título de campeón en los últimos años, es el único tercero y con ciertas chances reales de darles alcance o al menos, molestarlos.

Es que la liga española se va ciñendo a una estricta lógica, que de alguna manera deberá modificarse en las próximas temporadas si no se quiere desde los dirigentes, arruinar el enorme negocio y lo futbolísticamente atractivo de un campeonato que busca expandirse por el mundo y que ya vislumbra finales de Supercopa Española en Asia o que va cambiando el horario y los días de tantos partidos para poder aumentar la torta de las ganancias.

Real Madrid, a diferencia de otros años, esta vez parece más sólido que el Barcelona, cuando estamos a menos de un mes del gran clásico. Desde la llegada de Rafa Benítez como entrenador blanco, éste le imprimió un sistema más fuerte en lo defensivo, aunque emerge inesperadamente la figura de Keylor Navas, el costarricense reemplazante de Iker Casillas luego de una década y media como titular del  ahora arquero del Porto.

Del medio hacia adelante, este Real Madrid va desplazando definitivamente su punto fuerte al ataque, dejando el mediocampo como un mero espacio de tránsito para volcarse al ataque con los laterales y la potencia de los delanteros, aunque incluso en muchos partidos Benítez se haya decidido más por un 4-4-2 que por un 4-3-3.

También es verdad que Real Madrid tuvo en este torneo demasiadas bajas de importancia, desde Gareth Bale o Karim Benzema en el ataque, como James Rodríguez en la creación, y hasta Sergio Ramos en la línea defensiva. Pero cuenta con un plantel largo que puede hacer frente sin problemas ante estas carencias.

Tiene a favor que su poder de gol es inmenso y bien lo sabe el Celta de Vigo, que cuenta con muy buen juego, que ha tenido casi la misma posesión que los blancos, pero que en el 2-1 profundizó el ir por el empate permitiendo el ida y vuelta, y allí acabó sucumbiendo no sólo por su mayor pegada, sino también por la gran actuación de Navas.

El Barcelona tiene un andar mucho más sinuoso por el liderato. La sensación es que se acaba imponiendo en muchos partidos por su gran ataque y especialmente por la enorme calidad de algunos de sus jugadores mucho más que por su estructura de equipo, que parece resentida por dos razones fundamentales: la plantilla muy corta y la lesión que aleja a su gran figura, Lionel Messi, por dos meses de los campos de juego.

El Barcelona ha tenido problemas para superar a equipos a los que siempre ganó con facilidad y en casi todos los casos en los que esto ocurrió fue por soberbias actuaciones ya sea de Neymar en algunas oportunidades, o el uruguayo Luis Suárez (una máquina de hacer goles) en otras y hasta de Ivan Rakitic en otras, como por ejemplo en Champions League.

Pero el Barcelona no parece superar por mucha distancia a los equipos desde lo colectivo, con algunos jugadores que atraviesan un momento complicado, desde Gerard Piqué hasta Daniel Alves o el propio Javier Mascherano, indiscutido hasta ayer mismo.

La ventaja del Barcelona es que Messi podría regresar para el Clásico y si no ocurre, al menos sabe que desde enero podrá regresar a fichar y ya sumará a Aleix Vidal, a Arda Turan, y muy posiblemente un centrodelantero de peso en el área como recambio (¿Van Persie?) y hasta crece la chance del regreso de Nolito, lo cual cambiaría radicalmente la estructura.

Por detrás de ellos llega un Atlético Madrid, que mucho más allá de los dos puntos que debe descontarles, en esta jornada ante el Valencia en el Vicente Calderón rescató lo más importante: aquél funcionamiento que se destacó desde la llegada de Diego Simeone a la dirección técnica, con el que avasalló a su rival “Che”, y que por primera vez aparece la sensación de que los nuevos jugadores recientemente fichados comienzan a dar los frutos esperados.

El colombiano Jackson Martínez mostró toda su potencia, apareció en toda su dimensión el belga Yannick Ferreira Carrasco, y ya se conoce el potencial de los jóvenes argentinos Angel Correa y Luciano Vietto.

Sumado a esto, y más allá de haber sufrido al final, el Atlético arrolló al Valencia desde lo posicional, la presión en el medio y el juego colectivo, a partir de recuperar premisas de otros tiempos: un arquero sólido (Oblak), una línea defensiva fija (Juanfran, la dupla central uruguaya de Giménez y Godín, y Filipe Luis), tres de los cuatro volantes fijos, y apenas rotación en la dupla atacante.

Será difícil que las posiciones superiores de la Liga se alteren mucho hasta el final. Todo lo contrario, apenas con la intromisión del Celta o un muy buen equipo como el Sevilla, parece que la tendencia será la que comienza a reflejar la novena jornada.


La Liga Española es demasiado lógica y no se necesitó llegar ni al primer cuarto de su trayecto para comprobarlo.

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