Un Real Madrid en crisis, en el tercer lugar en la
Liga española y ya sin casi ninguna chance de ganarla, a 12 puntos del
Barcelona con treinta en juego, y eliminado de la Copa del Rey, con todo el mal
clima que eso significa en su afición, a la que sólo le queda la Champions
League en esta temporada, se encuentra con una extraña frase de su máxima
estrella, el portugués Cristiano Ronaldo: “Si todos jugaran a mi nivel,
seríamos campeones”.
Lo dijo en ante los periodistas entrevistado luego
del partido que su equipo perdió como local en el Santiago Bernabeu ante el
Atlérico Madrid (tercera derrota consecutiva en ese estadio ante el mismo
rival, al que antes se le ganaba casi siempre), y generó estupor en la
plantilla blanca, que trató de disimularlo al menos hasta escuchar de su boca
explicaciones en el primer entrenamiento posterior.
Se conocen muchas reacciones del delantero
portugués, muy proclive al individualismo, pero esta frase, en un momento tan
complicado, no ha gustado nada aunque todo se haya mantenido en un silencio
casi total.
Entre otras reacciones, se ha visto a Cristiano
Ronaldo quejarse de que el balón le haya caído a compañeros suyos de ataque
pero no a él, o se ha quedado caído en el suelo, o fastidiado por algún fallo
no marcado por el árbitro o por alguna jugada que no ha salido como pretendía.
Nada de esto es nuevo y todos conocen el carácter de
Cristiano Ronaldo. Sin embargo, los silbidos, aunque tenues, que recibió este
fin de semana en el Bernabeu cuando su nombre fue anunciado por los altavoces
antes del partido ante el Celta de Vigo, podrían marcar un cambio en muchos
aficionados, que no los relacionan con lo estrictamente futbolístico sino
justamente con lo demás, con lo que rodea al fútbol.
También hubo otros silbidos, siempre tenues, cuando
Cristiano Ronaldo, especialmente en la primera parte ante el Celta, pareció no
querer forzar demasiado su físico y se quedó parado en más de una jugada, sin
luchar para recuperar el balón.
Sin embargo, si uno se enterara del resultado final
ante el Celta sin haber visto lo que ocurrió en el partido, y se entera del
7-1, y de que el portugués fue autor de cuatro goles, todos de gran factura,
seguramente se quedaría sin poder explicarlo, pensativo.
Es que ante el Celta, Cristiano jugó una segunda
parte de una contundencia poco común, ejecutando dos libres directos con
maestría, y hasta marcando un gol de cabeza basado en su potencia pero también
en su ubicación.
No sólo eso: con estos cuatro goles, Cristiano
Ronaldo se transformó nuevamente en Pichichi de la Liga Española con 27 goles
(Luis Suárez, del Barcelona, se ha quedado con 26 y ya tercero se ubica Lionel
Messi con 21, pese a haber estado dos meses ausente del torneo).
Incluso, Cristiano Ronaldo ya pelea por ser el Botín
de oro de Europa en esta temporada y aunque se encontraba a tres goles del
mítico Zarra en el historial de la Liga, en un solo partido pudo llegar a
pasarlo por uno y quedar segundo en la tabla (252), y sólo es superado por
Messi (306).
Aún así, Cristiano Ronaldo ha marcado sus 242 goles
en 228 partidos (a un excepcional promedio de 1,06 por partido), y Messi ha
marcado sus 306 en 338 (con el también excepcional promedio de 0,90, el mismo
de Zarra con sus 241en 277).
Pero no todo queda allí, y Cristiano se ha
convertido en el máximo goleador de la historia del Real Madrid en la Liga con
los 242 goles en 228 partidos, seguido de Raúl González Blanco, con 228 en 550
partidos, es decir que el perseguidor de Cristiano necesitó el doble de
partidos para marcar aún menos tantos que él.
Y si tomamos en cuenta toda la historia en el Real
Madrid, las cifras de Cristiano Ronaldo son aún más escandalosas, siendo el
máximo goleador blanco con 352 goles en 335 partidos jugados (1,05 por partido),
seguido de Raúl (323 en 741, a razón de 0,45 por partido) y Alfredo Di Stéfano,
con 307 en 396 (0.77).
¿Aún con estas cifras muchos aficionados seguirán
silbando a Cristiano Ronaldo? Se sigue debatiendo, aunque parezca mentira, en
los distintos programas televisivos y radiales de Madrid.
Es que para muchos, es el momento para que Real
Madrid pueda traspasarlo a una cifra elevadísima aprovechando su tirón y
tomando en cuenta que ya ha pasado los 30 años, mientras que para otros, se
trata de un goleador irrepetible, que simplemente juega en un equipo que en
esta temporada no le responde como quisiera.
El propio Zinedine Zidane, su entrenador y gran
estrella del Real Madrid y del fútbol francés, ha tenido que admitir después
del 7-1 al Celta que él mismo desconoce la sensación “porque nunca marqué
cuatro goles en un partido”.
La pregunta es si este debate puede durar si
Cristiano sigue metiendo goles, o si el Real Madrid pasa esta semana a cuartos
de final de la Champions League ante la Roma y ya se mete en los cuartos de
final.
Seguramente, como tantas veces, buena parte de este
debate quedará en el recuerdo y Cristiano Ronaldo seguirá marcando goles que lo
coloquen entre los grandes del planeta, haga lo que haga su equipo.
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