Apenas hace tres semanas, hubiera sido imposible
pensar en una Liga española con una definición tan pareja a sólo tres jornadas
del final. Un Barcelona que parece recuperado, al menos en el ataque, en cierto
andar del equipo y en la capacidad goleadora, parece ahora querer resistir los
embates del Atlético Madrid, igualado en puntos, y del Real Madrid, el que
mejor está jugando de los tres.
Es tan impredecible el torneo español a esta altura,
que así como primero todos daban por campeón al Barcelona a ojos cerrados y no
fue así, luego muchos de los mismos analistas, y con cierta lógica, también lo
daban por perdido, cuando pareció resucitar ante el Deportivo en Riazor, con un
impresionante 0-8, para completar la faena con un claro 6-0 ante el Sporting
Gijón aunque algunos hayan reclamado por la cantidad de penales que le
concedieron (tres), todos convertidos.
No hay ninguna regla en el fútbol que indique que no
se pueden cobrar tres penales, o los que sean necesarios, si esos penales
realmente lo fueron, y hasta insólitamente puede decirse que hubo dos más, para
el Barcelona, por sendas manos en el área, que no fueron señalados.
Lo más importante, sin dudas, es la recuperación, en
el momento justo, de su jugador más importante, Lionel Messi, cuyo cambio de
actitud y de participación en los últimos dos partidos fue notable en
comparación a los tres anteriores, cuando seguramente todos acusaron la
depresión de la inesperada eliminación de la Champions League en un año que
parecía de esplendor.
Hay que entender también que en el caso de Messi,
posiblemente esto podría implicar la pérdida de un nuevo Balón de Oro y su
última alternativa es el doblete (Liga y Copa del Rey) y una estupenda
actuación en la Copa América de Estados Unidos en junio próximo, pero si el
Real Madrid gana la Champìons, muy probablemente todo sea en vano. Y que el
astro argentino necesitó de unos días para cambiar su chip.
Si analizamos el calendario de los tres partidos que
le quedan al Barcelona en Liga, teniendo en cuenta, además, que es el único de
los tres equipos aspirantes al título que ya no juega en Europa y tendrá mayor
descanso, parece bastante accesible: Betis, el próximo rival, es el más duro
aunque no se juega nada, mientras que Espanyol ya le complicó un título en el
Camp Nou en el pasado, con aquel recordado gol de Raúl Tamudo, en base a la
rivalidad que existe entre ambos en Cataluña, mientras que en la última
jornada, espera Granada en Andalucía, cuando no se sabe si aún estará peleando
por no descender a Segunda o si ya estará salvado pero todo indica que recién
lo sabrá cuando acabe la Liga y no antes, por lo que puede convertirse en un
adversario de cuidado.
Atlético Madrid, que tiene los mismos puntos que el
Barcelona pero hoy perdería el título por average, ha sacado en cada jornada
los puntos que ha necesitado, incluso atravesando una crisis de defensas
centrales por las lesiones de los uruguayos José María Giménez y Diego Godín y
hasta de Savic en un momento clave, pero su solidez está fuera de dudas y lo ha
completado eliminando nada menos que al Barcelona de la Champions.
El Atlético, apenas con 16 goles en contra en toda
la Liga, tiene, a nuestro parecer, un
calendario también accesible porque debe jugar como local dos de los tres
partidos, ante el Rayo Vallecano, que
necesita puntos para no entrar en la zona de los descendidos, de la que hoy lo
separan apenas tres puntos (aunque en juego pareciera que más) y en la última
jornada ante el Celta de Vigo, que podría estar peleando por entrar a la Europa
League, y siendo un equipo dirigido por Eduardo Berizzo, un argentino que
conoce de memoria a Diego Simeone. En el medio, esperará Levante, acaso ya sin
chances de permanecer en Primera a esa altura.
Claro que el Atlético no sólo juega la Liga, y en el
medio tiene la serie semifinal de la Champions League nada menos que ante el
Bayern Munich, que lo puede condicionar anímicamente.
Y lo mismo ocurre con el Real Madrid, que tendrá el
desgaste de los dos partidos de Champions ante el Manchester City en búsqueda
de la Undécima, siendo el que mejor está jugando de los tres candidatos al
título en la última etapa del torneo español.
La segunda parte ante el Rayo en Vallecas resultó
extraordinaria, con un equipo que con la conducción de Zinedine Zidane, en base
a una receta sencilla de no perturbar a sus jugadores con demasiadas
indicaciones tácticas, parece haberse liberado, en muchos momentos juega el
balón a un solo toque, y con un Gareth Bale intratable, y un gran recambio
ofensivo, demostrado con la ausencia de Cristiano Ronaldo y la salida
precautoria de Karim Menzema, reemplazados por Jesé y Lucas Vázquez.
De todos modos, el Real Madrid depende, aunque se
encuentre a un punto de distancia de los líderes, de dos equipos, y además,
tiene average en contra con ambos, lo cual a falta de nueve puntos, le complica
bastante.
En su camino, tiene el partido más riesgoso en el
próximo fin de semana, cuando deba visitar a la Real Sociedad en Anoeta, donde
ya cayó el Barcelona. Luego recibirá en el Santiago Bernabeu a un Valencia que
aunque no juega por nada, también complicó al Barcelona en el Camp Nou, se está
en alza desde que Paco Ayestarán se hizo cargo del equipo. Por último, visitará
a un Deportivo que a esa altura podría estar salvado del descenso, o aún
teniendo que rescatar algún punto.
Pocos pensaron que a esta altura tendríamos que
hacer estos cálculos, pero por suerte, el fútbol no garantiza resultados y
nunca se puede dar por ganado algo cuando falta mucho por jugarse.
Los seguidores de la Liga tienen grandes jornadas
por seguir.
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