El 22 de diciembre de 2017 quedará marcado para
quienes no cejan en luchar para acabar contra la corrupción en el fútbol al más
alto nivel. Mientras en Madrid, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD)
destituía definitivamente como presidente de la Real Federación Española de
Fútbol a Angel María Villar tras 29 años en el cargo, en Nueva York, la jueza
Pamela Chen mandaba a la cárcel, sin escalas, al ex presidente de la Confederación
Brasileña (CBF), José María Marín, y al ex titular de la Conmebol, el paraguayo
Juan Angel Napout como sentencia del FIFA-Gate.
Napout fue hallado culpable de 3 de los 5 cargos por
los que había sido acusado en la Corte de Brooklyn, mientras que Marín, de 6 de
los 7 en su contra, y aunque los dos abogados intentaron interponer recursos
para que sus defendidos esperaran la ratificación en segunda instancia de la
Justicia estadounidense en sus domicilios, no pudieron evitar el
encarcelamiento.
Para el martes próximo se espera también la
sentencia del Juri popular del Tribunal Federal de Brooklyn para el ex
presidente de la Federación Peruana, Manuel Burga, y la misma se hace extensiva
a los brasileños. Ambos ex titulares de la CBF, Ricardo Teixeira (ex yerno del
ex presidente de la FIFA, Joao Havelange) y Marco Polo Del Nero, quienes
permanecen en su país que no acostumbra a extraditar a sus ciudadanos, lo cual
no los exime del fallo.
En todos los casos (menos Burga, que simplemente
debe esperar unos días) determina que los dirigentes sudamericanos citados en
este artículos fueron encontrados “culpables de pertenecer a un grupo con fines
criminales y de fraude electrónico relacionado a la Copa Libertadores de
América y a la Copa América, en tanto que a Marín también se lo involucra con
la Copa de Brasil y con lavado de activos relacionados con la Copa América.
El juicio del FIFA-Gate, a cargo de la jueza Pamela
Chen, duró seis semanas en las que se utilizó el testimonio del ex CEO
argentino de la empresa Torneos y Competencias (ahora Torneos), Alejandro
Burzaco, quien si bien no suministró más información de la que le exigieron,
alcanzó a comprometer a todos estos dirigentes al develar la matriz de
corrupción que se basaba en los sobornos que por décadas recibieron los
dirigentes sudamericanos ligados a la Conmebol, Concacaf (Confederación del
Norte, Centro y el Caribe de Fútbol) y las distintas federaciones nacionales
americanas, con especial énfasis en Sudamérica, para otorgar los derechos de
los principales certámenes continentales y mundiales a las empresas televisivas
más grandes, como Televisa (México), Globo y Traffic (Brasil), Torneos y
Competencias y Full Play (Argentina) y colateralmente, Fox Sports
Latinoamérica.
Este procedimiento mafioso consistía en que debido a
los sobornos millonarios en dólares que recibían de estas empresas, los
dirigentes americanos les vendían los derechos de TV de los principales torneos
(Copa Libertadores, Copa América, Mundiales) a muy bajo precio para que a su
vez estas empresas los revendieran a muy alto valor y con esa diferencia ambas
partes se enriquecieran y de allí se pagaran los sobornos.
La diferencia por la que fueron juzgados en Brooklyn
Marín, Napout y Burga es que a diferencia del resto de los dirigentes detenidos
o involucrados como el fallecido Julio Grondona, o el ex secretario general de
la Conmebol, el también argentino José Luis Meiszner, o el ex titular de la
Conmebol, el uruguayo Eugenio Figueredo, los tres primeros no aceptaron los
cargos y prefirieron someterse a juicio, en el que Burzaco apareció como
arrepentido luego de pagar una fianza de 21,7 millones de dólares para
disminuir su pena tras entregarse a la Justicia estadounidense.
Más allá de las estrategias que utilizaron cada uno
de los abogados, el juicio demostró el nivel de entendimiento entre
funcionarios del fútbol y las empresas que por muchos años emitieron el fútbol
nacional e internacional en sus países, incluso con alianzas estratégicas, como
por ejemplo que Burzaco (TyC) y José Hawilla (Traffic) mantenían una más
estrecha relación con los dirigentes del Atlántico (Argentina, Brasil, Uruguay
y Paraguay), mientras que los Jinkis –Hugo, el padre, y Mariano, el hijo- la
tenían con los del “Pacífico”, más lejos del poder fáctico en el continente, y
por eso buscaban aliarse para presionar y obtener mayo res dividendos,
amenazando con bloquear las votaciones por tener mayoría (6 votos de 10
posibles en la Conmebol).
También quedó evidenciado que la desconfianza entre
todos era palpable, y por ejemplo Full Play y Torneos querían quitarle los
derechos de la Copa América 2011 a Traffic, y acabaron cediéndole una parte
para conformar Datisa entre las tres, o que Napout buscó desplazar de la
presidencia de la Conmebol a Figueredo, pero no contaba con el apoyo de
Grondona pero ni bien éste falleció, volvió a la carga y consiguió su objetivo.
Todo se cayó cuando tras la votación en diciembre de
2010 en Zurich para las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022 en la FIFA, Qatar
fue elegida para el segundo torneo por delante de los Estados Unidos de manera
sospechosa y a los pocos meses, fue sorprendido el ex secretario general de la
Concacaf y ex vicepresidente ejecutivo de la Federación Estadounidense, Chuck
Blazer, quien negoció su condición de arrepentido ante la Justicia de su país
para involucrar a otros dirigentes americanos en hechos de corrupción
utilizando cuentas bancarias locales.
Así se produjo la redada del hotel Baur Aur Lac, en
Zurich, en la madrugada del 27 de mayo de 2015 cuando la mayor parte de los
dirigentes fueron detenidos por la Policía suiza a pedido de Interpol, aunque
algunos de ellos consiguieron tener prisión domiciliaria, como el ex presidente
de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz, o el ex secretario general de la
entidad, el argentino Meiszner. Otros fueron extraditados a los Estados Unidos.
Entre los que lograron escapar a la redada se
encuentran Burzaco (quien negoció más tarde su entrega), o los brasileños
Teixeira y Del Nero, el actual titular de la CBF que no puede salir de su país.
En ese mismo año, apenas días más tarde, se celebró la Copa América de Chile
vacía de dirigentes, ausentes por temor a ser extraditados, y apenas Napout,
entonces presidente de la Conmebol, viajó para la entrega de la Copa en la
final para regresar inmediatamente al Paraguay.
Pese al juicio, las empresas que participaron en el
pago de sobornos siguen emitiendo fútbol y con los mismos derechos en varios
países, mientras que no se conoce ninguna decisión al respecto tomada por la
FIFA hasta el momento, pese a que desde que asumió el 26 de febrero de 2016
como presidente Gianni Infantino, repitió en sus discursos que encabezaría una
nueva etapa, distinta de la anterior.
Como el juicio se desarrolló en territorio
estadounidense, hubo muchos hechos que se dejaron de lado, que podrían
retomarse como investigaciones judiciales colaterales del FIFA Gate en cada uno
de los países americanos, si hubiera voluntad de hacerlo.
Uno de ellos es el rol que le cupo al hijo de
Villar, el destituido presidente de la RFEF, Gorka, abogado, quien como alto
funcionario de la Conmebol –algo que no es claro, siendo español de origen-
tuvo duros enfrentamientos con los clubes uruguayos por el bajo valor de venta
de derechos de TV a Fox Sports cuando había aparecido otro oferente como Gol
TV, del empresario Francisco “Paco” Casal.
En cuanto a Angel Villar, fue destituido de la RFEF
por el TAD español al considerar que vulneró la obligación de neutralidad en
las últimas elecciones de la Federación Española, aunque ya el enfrentamiento
con los funcionarios estatales españoles venía de lejos (incluso, desde el
gobierno del PSOE, con José Luis Zapatero) y también se había acrecentado la
enemistad con el presidente de la Liga Española de Fútbol (LFP) Javier Tebas
Medrano.
Villar había sido expedientado por el TAD el pasado
15 de setiembre porque realizó actuaciones a favor de su candidatura en el
proceso electoral mientras era presidente de la comisión gestora en la RFEF y
defendió su programa en las redes sociales y además, envió cartas a los
presidentes de las federaciones territoriales, según una denuncia presentada
por el ex candidato a presidente de la RFEF y titular del Centro Nacional de
Formacioón de Entrenadores (CENAFE), Angel Galán.
El expediente abierto por el TAD a Villar en setiembre
se basó en escuchas de la llamada Operación Soule, ligada a la corrupción en el
manejo de fondos de la RFEF, pero la situación puede agravarse para la
selección española de cara al Mundial porque la FIFA advirtió que en su
estatuto (artículo 13) no permite ninguna injerencia estatal en las
federaciones nacionales y que podría costarle a España la descalificación para
el Mundial de Rusia.
Días pasados, Villar afirmó en una conferencia de
prensa (hecho muy poco habitual en sus 29 años de gobierno de la RFEF- que la
posibilidad de que la selección española se quede fuera de Rusia 2018 “es
seria” y aseguró que es “inocente” y “víctima de un complot”.
La gran pregunta es qué hará ahora la FIFA con
Infantino a la cabeza. En 2008 ocurrió
algo parecido, cuando el Consejo Superior del Deporte estatal español no aceptó
la fecha de elecciones de la RFEF propuesto por Villar y en febrero,
aprovechando un homenaje de Real Madrid a Alfredo Di Stéfano, el entonces
presidente Joseph Blatter asistió a la capital española y advirtió al gobierno
del socialista Zapatero que de entrometerse el Estado, la selección española
podía quedarse sin participar en la Eurocopa.
El presidente de gobierno, entonces, respondió que
en España nadie está por encima de las instituciones, pero el fútbol fue más
fuerte, Villar acabó haciendo la suya y la selección española acabó ganando la
Eurocopa con Luis Aragonés como entrenador.
Ahora no parece distinto, y más, cuando Infantino
emergió como candidato a presidente de la FIFA a fines de 2015 cuando tras la
redada de Zurich por el FIFA Gate, “Occidente” (Conmebol y UEFA, la Unión
Europea de Fútbol) se quedó sin una figura porque ese lugar le correspondía al
ex futbolista y titular de la entidad europea, Michel Platini, pero éste
también fue sancionado por corrupción y no se pudo presentar.
Ante el temor de perder todo el poder tradicional
del fútbol a manos del ascendente jeque de Bahrein Salman Bin Ibrahim Al
Khalifa (finalmente, el ítalo suizo venció 115 votos a 88 el 26 de febrero de
2016), a fines de año se reunieron dirigentes sudamericanos y europeos para
determinar un candidato, y el único que asomó fue Infantino, entonces
secretario general de la UEFA y número dos de Platini en Europa.
“De acá no nos vamos sin tener un candidato”, se
escuchó en la reunión, La frase fue de Villar, hoy destituido. Con ese
antecedente, ¿Infantino no va a respaldar a Villar? ¿La FIFA realmente
cambiará?