No es el “Grupo de la Muerte” –de hecho, no hay
ninguno que lo sea, esta vez- pero sí puede decirse que tal vez haya sido el
más complicado de los ocho en juego para la primera fase. La selección
argentina, esta vez, no salió muy agraciada del Palacio del Kremlin y deberá
enfrentarse a tres rivales complicados, cada uno a su manera, como Islandia,
Croacia y Nigeria, en ese orden.
Este sorteo no tuvo nada que ver con el plácido que
vivió la entonces delegación argentina en la exclusiva Costa do Sauipe, en San
Salvador de Bahía en 2013. De aquellos cálidos días brasileños, cuando el
dirigente de Boca Juniors Juan Carlos Crespi, se tocaba las charreteras con los
dedos, los besaba y le enviaba saludos reverenciales a Julio Grondona, han
pasado cuatro años en los que la AFA navega en aguas turbulentas en el
concierto internacional del fútbol y ya no tocaron aquellos rivales accesibles
y contra los que, casualidad o no, Argentina ya había jugado amistosos en su
gran medida.
En este caso, Argentina no sólo integrará el Grupo D
que es el más competitivo de todos, sino que de pasar como primera, podrían
esperarla España, Portugal, Rusia o Uruguay en cuartos, y si sale segunda, muy
posiblemente Francia en octavos de final.
Pero no sólo eso: el entrenador argentino Jorge
Sampaoli, presente en el sorteo y ubicado en la platea, tuvo que soportar que
desde el escenario, un Diego Maradona con traje azul y moñito amarillo dijera
en una entrevista exclusiva y en público, para la organización de la mega
fiesta, que “el grupo es muy accesible, pero Argentina va a tener que mejorar
mucho porque está jugando muy mal”, un duro palazo al que el director técnico
respondió en privado en algunos reportajes sosteniendo que Lionel Messi “es el
mejor jugador del mundo y de la historia”, aunque no quiso polemizar
abiertamente y sostuvo que “es cierto que tenemos que mejorar pero ya hubo
atisbos en los partidos finales de la clasificación y confío plenamente en mis
jugadores”.
Si hay una ventaja para la selección argentina en el
Mundial 2018 es que no tendrá que hacer grandes viajes, al menos en la primera
fase y tampoco en octavos de final si gana el Grupo D. El debut será el 16 de
junio ante Islandia en el estadio de
Spartak en Moscú, cuando estará concentrada en la localidad de Bronnitsy, a
apenas 55 kilómetros de la histórica capital rusa. Volverá a jugar recién cinco
días más tarde, el 21 de junio en Nizhny Gorvorod, a apenas 400 kilómetros de
Moscú (media hora de viaje en avión), para enfrentar a Croacia, y cerrará su
participación en la primera fase otros cinco días más tarde y en la hermosa San
Petersburgo, a dos horas de la capital, ante Nigeria.
Es decir que no habrá grandes viajes en la primera
fase, y cinco días de descanso entre partidos. Casi ideal desde el punto de
vista físico y de traslados. Si fuera primera de grupo, en octavos jugaría otra
vez en Nizhny ante el segundo del Grupo C, que muy probablemente surja de
Dinamarca y Perú, y lo haría el 1 de julio, otra vez cinco días más tarde, pero
en el caso de quedar segunda de grupo, todo cambiará y no sólo descansaría un
día menos, sino que debería enfrentar con más probabilidad a Francia, una de
las candidatas a ganar el Mundial según Sampaoli y además en Kazán, ya a 12
horas de tren desde Moscú .
Salvo cataclismo, como quedar eliminada en primera
ronda, cosa que sólo ocurrió en los últimos 40 años en Japón-Corea 2002, en
cualquier caso de pasar los octavos de final, en cuartos esperarían ya como más
factibles rivales España o Portugal, o bien como alternativas un poco más
lejanas, Rusia o Uruguay, pero es lógico que en la medida en que se avance en
el torneo, los rivales sean más complicados.
En cuanto a los rivales, Croacia aparece como el de
mayor cuidado por su potencial, especialmente del medio hacia arriba. Argentina
sólo se ha enfrentado una vez ante este equipo en los Mundiales. Fue en 1998
cuando lo venció 1-0 en Burdeos con gol de Mauricio Pineda, pero Croacia no
apretó el acelerador porque ser segunda le valía mejor cuatro desde octavos y
de hecho, llegó más lejos que Argentina, cuando fue eliminada recién en
semifinales por el local, Francia.
Croacia cuenta con dos exquisitos jugadores en el
medio, como el volante del Barcelona Iván Rakitic y especialmente el del Real
Madrid Luka Modric, a quien Jorge Valdano definió como “el mejor volante del
mundo” y que se apresta a jugar ahora el Mundial de Clubes con su equipo en
Emiratos Arabes. Arriba, cuenta con un tremendo potencial por el lado de Iván
perisic, quien asiste en casi todos los goles a Mauro Icardi en el Inter de
Milán, y un gran goleador como Mario Mandzukic, de la Juventus y tampoco se
puede soslayar a Nikola Kalinic, del Milan. Se trata del equipo más
sudamericano de Europa por su estilo de toque, dirigido por Zlatko Dálic (51 años).
Croacia e Islandia son viejos conocidos. Tanto, que
los islandeses, de apenas poco más de 300.000 habitantes, dejaron atrás a los
croatas en el mismo grupo de clasificación europeo para el Mundial y los
obligaron a ir a un repechaje para obtener el pasaje. Se trata de un equipo con
poca historia y apenas 150 futbolistas profesionales en todo el país, pero un
plantel muy duro, pragmático cuando hay que serlo, y con una hinchada
espectacular que llena todos los estadios y con el ulular que ya se viralizó en
el mundo entero durante la exitosa Eurocopa pasada, cuando Islandia recién fue
eliminada por el local, Francia, en los cuartos de final. El director técnico,
Heimir Hallgrimsson (50 años) es un dentista que de a poco se fue acercando a
la conducción de un equipo que cuenta como gran figura a Gylfi Siguridsson,
volante del Everton y compañero de Ramiro Funes Mori.
Por último, otra vez Nigeria aparece en el horizonte
argentino, por quinta vez en la historia de los mundiales, un clásico de los
tiempos modernos. Dirigidas ahora por un alemán, Germot Rohr (64 años), “Las Águilas” tienen un equipo con no tantas
figuras pero sí con delanteros muy veloces y al que Sampaoli definió en Moscú
como “impredecible”, capaz de ser sometido a un dominio casi total argentino en
el primer tiempo del pasado amistoso en Krasnodar, para dar vuelta el resultado
con cuatro goles en muy pocos minutos y cuya figura es el volante Obi Mikel,
quien llegó a disputar el centro de mejor jugador del mundo nada menos que a
Messi en el mundial sub-20 de Holanda 2005, cuando llegaron los dos a la final.
También hay que prestar atención al volante por
derecha Viktor Moses (Chelsea) con mucha llegada hasta el fondo y buena técnica
y a los delanteros Ahmed Musa (Leicester City, quien ya le hizo goles a
Argentina), Emmanuel Emenike (Olympiacos, cedido por el West Ham), Kelechi
Iheanacho (Leicester, ex Manchester City)
y el veterano Obafemi Martins (compañero de Carlos Tévez en el Shangai
Shenhua).
En los cuatro enfrentamientos anteriores, Argentina
siempre venció a Nigeria (1994, el día que Maradona dio positivo su control
antidoping, según la FIFA, 2002, 2010 y 2014). ¿Podrá esta vez también?.
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