domingo, 10 de diciembre de 2017

¿Cuál es la verdadera cara del Real Madrid para el Mundial de Clubes? (Yahoo)




Eran las 9 de la mañana del 28 de noviembre de 2000 y en el lobby del hotel del Real Madrid, este columnista conversaba con César, el portero suplente de Iker Casillas, a menos de medio día de jugarse la final intercontinental ante Boca Juniors.

En ese momento, la consulta a César se refería a que muchos jugadores daban vueltas por los pasillos del hotel y era demasiado temprano para eso. El portero respondió que aquello se debía a que la mayoría de los jugadores del Real Madrid no podían dormir bien porque seguían con el problema de la diferencia horaria con Europa.

Este columnista, entonces, le advirtió a César que el Real Madrid tendría enfrente a un equipo muy complicado, como el Boca de Carlos Bianchi, que había logrado vencer en la final de la Copa Libertadores de América al Palmeiras de Luiz Felipe Scolari y que si tenía problemas físicos por falta de sueño, lo podía llegar a pagar muy caro.

“No lo crea, nosotros somos el Madrid”, me dijo el portero con total seguridad. Pero los blancos, con un equipo de cracks de la talla de Figo, Makelele, Roberto Carlos, Hierro, Helguera, Casillas y Raúl ya perdía 2-0 muy pronto, y acabó quedándose sin el título.

Una sensación parecida, aunque no exactamente la misma, es la que hoy se tiene sobre este Real Madrid, compuesto por jugadores sensacionales desde lo técnico, muchos de ellos integran habitualmente el once del mejor equipo del mundo del año para la FIFA, y de hecho, estamos refiriéndonos al actual campeón mundial y al bicampeón de la Champions League, algo que ningún otro club consiguió en la historia de esta competición desde que utiliza este nombre.

Sin embargo, es muy aventurado sostener que el Real Madrid llega al compromiso de semifinal del próximo miércoles en Emiratos Arabes ante el Al Jazira en su mejor nivel, tomando en cuenta sus actuaciones de esta última parte del año.

Tal vez el último partido de Liga ante el Sevilla, con un tremendo 5-0 conseguido en la primera parte y ante un rival que pocas veces sufre una goleada semejante pueda ayudar a recomponer anímicamente a los blancos, especialmente porque se notó la recuperación de algunos jugadores como el cada vez más cuestionado Karim Benzema, o cierta levantada de nivel de Toni Kroos, pero persisten las dudas y ya en muchas encuestas entre seguidores madridistas, hasta el propio Zinedine Zidane es puesto en duda en cuanto a su continuidad para 2018.

Es un Real Madrid extraño, como si tantos títulos y elogios lo hubieran relajado demasiado, algo que suele ocurrir luego de un determinado período exitoso y no hace falta ir muy lejos porque le ocurrió a Carlo Ancelotti antes de la llegada de Rafa Benítez al banquillo, luego de que el italiano ganara la Champions con un muy buen manejo de vestuario, lo que muchos contrastaron con los permanentes inconvenientes que presentaba José Mourinho, que consiguió que el club blanco fuera visto con antipatía en buena parte del Planeta Fútbol.

Tras un breve lapso de Benítez, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, optó por darle una oportunidad al entonces ayudante y una de las grandes figuras como jugador del club de los primeros años del siglo XXI, el francés Zidane y cuando todo indicaba que sería una transición pero que al menos el vestuario se calmaría, muchos encontraron a un nuevo Vicente Del Bosque, capaz de reir con el periodismo y desacartonar situaciones que antes parecían de difícil resolución.

Con simpleza (al fin y al cabo, el fútbol es un deporte más sencillo de lo que nos quieren hacer creer desde una industria que necesita justificar tanta gente a su cargo y tanto gasto inútil), Zidane fue demostrando que podía armar un equipo que llegaría lejos y mejorando mucho el sistema de juego.

Sin embargo, el Real Madrid de la actual temporada no deja de ser un jeroglífico. Entre las lesiones y los cambios tácticos, por ejemplo, ya casi no se dejó ver aquella famosa BBC que le peleó siempre palmo a palmo a la ya rota MSN del Barcelona.

El propio Zidane dijo días pasados que quiere volver a ver a la BBC pero un Gareth Bale con una notable cantidad de lesiones dejó espacio para que saliera a la luz al talento de Isco, no sólo en el Real Madrid sino en la selección española, y eso fue obligando a un cambio de esquema desde un 4-3-3 a un 4-4-2, pero luego también Dani Carvajal fue perdiendo espacio por otra lesión al tiempo que Isco ya en las últimas semanas no fue el que era, acaso algo desgastado por tantos partidos, y Kroos no alcanzó la precisión de meses anteriores.

Entonces, esta irregularidad castigó a un Real Madrid que no respondió del todo en ninguno de los tres frentes. En la Champions League no pudo pasar del segundo lugar en la fase de grupos, por detrás del Tottenham Hotspur, al que no pudo vencer, en la Liga se encuentra lejos del líder Barcelona, si bien le puede acortar distancia el próximo 23 en el Santiago Bernabeu, mientras que en la Copa del Rey estuvo a punto de protagonizar un escándalo ante el Fuenlabrada aunque el tibio 2-2 final puso paños fríos al asunto.

¿Cuál es, entonces, el Real Madrid que veremos esta semana que viene en el Mundial de Clubes? ¿el de esta temporada, el del 5-0 al Sevilla o el que deslumbrara en la final de la Champions en Gales ante la Juventus en mayo pasado? ¿Le alcanzará este nivel para vencer en la final posiblemente al Gremio de Brasil con figuras como Arthur –cerca de pasar al Barcelona- o el portero Marcelo Grohe, que acaba de ganar la Copa Libertadores?

Seguramente algún dirigente del club que haya estado en aquella final intercontinental ante Boca Juniors en 2000 tratará de no repetir aquella idea de que “somos el Madrid” y que con eso alcanza, porque otra vez se puede pagar caro. También le ocurrió algo parecido en la final de 2016, cuando casi lo sorprende el Kashima Antlers.

También es cierto que con estos jugadores, incluso es posible una exhibición de gran fútbol.

La gran pregunta es cuál de todas las caras del Real Madrid veremos en el Mundial de Clubes. En pocos días sabremos la respuesta.


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