Fueron muchas las propuestas que llegaron a la FIFA,
en estos años, para tratar de cambiar algunos aspectos del reglamento del
fútbol. La International Board es un organismo que justamente estudia estos
cambios pero peca de algo que viene siendo un reiterado vicio de la institución
madre de este deporte, con sede en Zurich: su excesivo eurocentrismo. Todo lo
que no pasa por Europa, casi que no existe. Y así se han perdido muchas
oportunidades de cambios reales.
Sin dudas, el fútbol se envició mucho en estos
últimos tiempos. A diferencia de la mayoría de los deportes masivos, no ha
tenido un cambio real en algunos detalles fundamentales que lo perfeccionen aún
más para adaptarse al Siglo XXI pero especialmente para dar por tierra con
algunas trampas que los protagonistas (y en especial, los entrenadores, que
tienen un lugar de exagerada importancia desde mediados del siglo pasado) han
introducido, sumado a la necesidad de un cambio para que la tecnología agregue
justicia.
Por fin, ahora, la FIFA le dio la posibilidad de
pensar cambios al holandés Marco Van Basten, un ex gran jugador (tres veces
Balón de Oro de la France Football), responsable del área de Desarrollo
Técnico.
Y se nota que Van Basten jugó al fútbol y que conoce
muy bien las necesidades de ciertos cambios fundamentales en el desarrollo del
juego para el Siglo XXI, aunque desde ya que es materia opinable y que nosotros
mismos haríamos ciertos retoques a sus ideas, pero principalmente son
aplicables y reúnen lo más importante, el sentido común.
Van Basten propone, por ejemplo, suprimir el
offside. Nos parece que el fuera de juego era algo a estudiar a partir de las
trampas que se fueron gestando desde los años sesenta, pero también con el
achicamiento hacia delante de muchas defensas, hasta derivar en enorme cantidad
de partidos en espacios demasiado cortos.
De todos modos, la eliminación completa del offside
generaría, creemos (a fuer de estar equivocados), un caos casi como en los
primeros años de la práctica del fútbol y también la reproducción de los
“conversadores de arqueros” como en los partidos amateurs de los campitos.
El offside es parte inherente al fútbol pero en
cambio creemos, acercándonos a la propuesta de Van Basten, que se podría
insistir con la idea de prolongar, como última línea, el límite de las dos
áreas grandes hasta el lateral y entonces habría más campo habilitado para
jugar libremente y en cambio quedaría reducida a la penalización la parcela
entre el área grande y la línea de gol.
La exclusión temporal es buena medida, pero es aún
mejor la de generar un número de faltas individuales como máximo para un
partido (creemos que cinco podría ser una buena medida) como límite para una
expulsión, sin que por ello hubiera que excluir las medidas vigentes, las
tarjetas amarilla y roja.
Pero las faltas consecutivas, que pueden ser leves y
que no necesitan más punición que el tiro libre para el rival, podrían ser
motivo de expulsión si el jugador abusa de ellas, y agregaría más limpieza al
juego, como sucede en el basquetbol, por ejemplo.
El abolir la prórroga es una medida un poco más
discutible. Seguimos creyendo que no hay mejor manera de decidir un ganador que
jugando un equipo contra otro, aunque por menos tiempo que durante los noventa
minutos, pero en caso de persistir el empate, puede ser interesante la
propuesta del uno contra uno en ocho segundos, dando más margen de movimiento
al arquero y también más creatividad al rematador. Parece un tema no tan
definido aún.
Lo de agregar más cambios por partido a los tres
permitidos por un equipo es otro de los temas a analizar, pero sí creemos que
eso sólo podría llevarse a cabo si se juega con tiempo neto. De lo contrario,
otra vez daría motivos para el abuso y la pérdida de tiempo. Otro problema es
que acentuaría la necesidad de disponer de un enorme banco de suplentes con el
consiguiente aumento de los planteles y los fichajes.
Lo del calendario de 50 partidos es un tema
atendible en cuanto a la salud física de los jugadores, pero suena complicado
con la tensión que existe entre la UEFA y las federaciones nacionales en el
tironeo “clubes poderosos-selecciones nacionales” que establecen una
determinada cantidad de Fechas FIFA (llamadas por la contraparte y su prensa
adicta como “Virus FIFA”), que determinan demasiados partidos al año entre una
cosa y la otra.
De todos modos, si bien es cierto que de momento se
trata de algunas propuestas, manifestadas al Bild Zeitung alemán, que en todo
caso recién podrían implementarse en el Mundial 2026
(http://www.mundodeportivo.com/futbol/internacional/20170118/413467926534/van-basten-fifa-cambio-de-reglas.html),
son puntos para atender y estudiar, pero que aparecen con mucho criterio, al
fin.
A todo esto, por supuesto, hay que agregar la
absoluta necesidad de aplicar la tecnología. No es aceptable que el deporte
rey, el más importante de todos y el espectáculo de masas más importante del
mundo, siga dependiendo del ojo humano, sea de dos o de diez, con los desastres
que ya conocemos.
Aún siendo un deporte casi perfecto, con un
reglamento extraordinario, el fútbol también necesita ajustes. Y se nota que
Van Basten conoce del tema porque jugó, fue crack y se ve que persiste su
lucidez.
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