jueves, 19 de enero de 2017

Se nota que Van Basten jugó (muy bien) al fútbol





Fueron muchas las propuestas que llegaron a la FIFA, en estos años, para tratar de cambiar algunos aspectos del reglamento del fútbol. La International Board es un organismo que justamente estudia estos cambios pero peca de algo que viene siendo un reiterado vicio de la institución madre de este deporte, con sede en Zurich: su excesivo eurocentrismo. Todo lo que no pasa por Europa, casi que no existe. Y así se han perdido muchas oportunidades de cambios reales.

Sin dudas, el fútbol se envició mucho en estos últimos tiempos. A diferencia de la mayoría de los deportes masivos, no ha tenido un cambio real en algunos detalles fundamentales que lo perfeccionen aún más para adaptarse al Siglo XXI pero especialmente para dar por tierra con algunas trampas que los protagonistas (y en especial, los entrenadores, que tienen un lugar de exagerada importancia desde mediados del siglo pasado) han introducido, sumado a la necesidad de un cambio para que la tecnología agregue justicia.

Por fin, ahora, la FIFA le dio la posibilidad de pensar cambios al holandés Marco Van Basten, un ex gran jugador (tres veces Balón de Oro de la France Football), responsable del área de Desarrollo Técnico.

Y se nota que Van Basten jugó al fútbol y que conoce muy bien las necesidades de ciertos cambios fundamentales en el desarrollo del juego para el Siglo XXI, aunque desde ya que es materia opinable y que nosotros mismos haríamos ciertos retoques a sus ideas, pero principalmente son aplicables y reúnen lo más importante, el sentido común.

Van Basten propone, por ejemplo, suprimir el offside. Nos parece que el fuera de juego era algo a estudiar a partir de las trampas que se fueron gestando desde los años sesenta, pero también con el achicamiento hacia delante de muchas defensas, hasta derivar en enorme cantidad de partidos en espacios demasiado cortos.

De todos modos, la eliminación completa del offside generaría, creemos (a fuer de estar equivocados), un caos casi como en los primeros años de la práctica del fútbol y también la reproducción de los “conversadores de arqueros” como en los partidos amateurs de los campitos.

El offside es parte inherente al fútbol pero en cambio creemos, acercándonos a la propuesta de Van Basten, que se podría insistir con la idea de prolongar, como última línea, el límite de las dos áreas grandes hasta el lateral y entonces habría más campo habilitado para jugar libremente y en cambio quedaría reducida a la penalización la parcela entre el área grande y la línea de gol.

La exclusión temporal es buena medida, pero es aún mejor la de generar un número de faltas individuales como máximo para un partido (creemos que cinco podría ser una buena medida) como límite para una expulsión, sin que por ello hubiera que excluir las medidas vigentes, las tarjetas amarilla y roja.

Pero las faltas consecutivas, que pueden ser leves y que no necesitan más punición que el tiro libre para el rival, podrían ser motivo de expulsión si el jugador abusa de ellas, y agregaría más limpieza al juego, como sucede en el basquetbol, por ejemplo.

El abolir la prórroga es una medida un poco más discutible. Seguimos creyendo que no hay mejor manera de decidir un ganador que jugando un equipo contra otro, aunque por menos tiempo que durante los noventa minutos, pero en caso de persistir el empate, puede ser interesante la propuesta del uno contra uno en ocho segundos, dando más margen de movimiento al arquero y también más creatividad al rematador. Parece un tema no tan definido aún.

Lo de agregar más cambios por partido a los tres permitidos por un equipo es otro de los temas a analizar, pero sí creemos que eso sólo podría llevarse a cabo si se juega con tiempo neto. De lo contrario, otra vez daría motivos para el abuso y la pérdida de tiempo. Otro problema es que acentuaría la necesidad de disponer de un enorme banco de suplentes con el consiguiente aumento de los planteles y los fichajes.

Lo del calendario de 50 partidos es un tema atendible en cuanto a la salud física de los jugadores, pero suena complicado con la tensión que existe entre la UEFA y las federaciones nacionales en el tironeo “clubes poderosos-selecciones nacionales” que establecen una determinada cantidad de Fechas FIFA (llamadas por la contraparte y su prensa adicta como “Virus FIFA”), que determinan demasiados partidos al año entre una cosa y la otra.

De todos modos, si bien es cierto que de momento se trata de algunas propuestas, manifestadas al Bild Zeitung alemán, que en todo caso recién podrían implementarse en el Mundial 2026 
(http://www.mundodeportivo.com/futbol/internacional/20170118/413467926534/van-basten-fifa-cambio-de-reglas.html), son puntos para atender y estudiar, pero que aparecen con mucho criterio, al fin.

A todo esto, por supuesto, hay que agregar la absoluta necesidad de aplicar la tecnología. No es aceptable que el deporte rey, el más importante de todos y el espectáculo de masas más importante del mundo, siga dependiendo del ojo humano, sea de dos o de diez, con los desastres que ya conocemos.


Aún siendo un deporte casi perfecto, con un reglamento extraordinario, el fútbol también necesita ajustes. Y se nota que Van Basten conoce del tema porque jugó, fue crack y se ve que persiste su lucidez.

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