domingo, 1 de enero de 2017

Leicester, Glasgow y Twitter, o sobre la importancia del fùtbol como campo de estudio social II (Por Marcelo Wio)




Esto, en cuanto al individuo. Pero, ¿qué ocurre con las identidades colectivas?

El propio Giménez comentaba que las identidades colectivas también tienen “la capacidad de diferenciarse de su entorno, de definir sus propios límites, de situarse en el interior de un campo y de mantener en el tiempo el sentido de tal diferencia y delimitación, es decir, de tener una ‘duración’ temporal”. 

Y citaba a Alberto Melucci (Challenging codes), que  construye el concepto de identidad colectiva a partir de una teoría de la acción colectiva: “Ésta se concibe como un conjunto de prácticas sociales que: (a) involucran simultáneamente a cierto número de individuos o – en un nivel más complejo – de grupos; (b) exhiben características morfológicas similares en la contigüidad temporal y espacial; c) implican un campo de relaciones sociales, así como también d) la capacidad de la gente involucrada para conferir un sentido a lo que está haciendo o va a hacer”.

 “Las pasiones y los sentimientos, el amor y el odio, la fe y el miedo forman parte de un cuerpo que actúa colectivamente, de modo particular en áreas de la vida social menos institucionalizadas, como aquellas donde se mueven los movimientos sociales” – decía Melucci. Por eso – resumía Giménez - la identidad colectiva nunca es enteramente negociable. En efecto, la participación en la acción colectiva comporta un sentido que no puede ser reducido al cálculo de costo-beneficio, ya que siempre moviliza también emociones.



El caso de la “Old Firm”:  la rivalidad entre los clubes escoceses Rangers y Celtic, de la ciudad de Glasgow

“Hay algo en un campo de fútbol llamado un fanático-de 90 minutos, alguien que tiene un amigo de una religión opuesta que vive en la puerta de al lado. Pero durante 90 minutos, se gritarán un asqueroso abuso religioso el uno al otro...”, Lawrence Macintyre, Encargado de seguridad del Rangers FC


Un documento (An Examination of the Evidence on Sectarianism in Scotland; 2013) del Servicio Analítico de Justicia del gobierno de Escocia explicaba que, en términos generales, el sectarismo en Escocia se entiende como aquel comportamiento que se caracterizado por el histórico conflicto intra-cristiano, entre católicos y protestantes (la mayoría siendo la Iglesia de Escocia). Que los católicos en Escocia  sufrieron prejuicios y discriminación en el pasado, y que se encontraban en desventaja socio-económica, no se disputa entre los estudiosos.

Mas, Steve Bruce, profesor de Sociología en la Universidad de Aberdeen, opina justo lo contrario. En un artículo (Scottish sectarianism? Let's lay this myth to rest) publicado en el diario inglés The Guardian el 24 de abril de 2011, aseguraba que  el sectarismo de Escocia “es un mito: popular en algunos lugares, pero, un mito, sin embargo”.


Pero un estudio de 2008 (Territoriality and Sectarianism in Glasgow), conducido por  el Dr. Ross Deuchar (University of Strathclyde) y el Dr. Chris Holligan (University of the West of Scotland), remarcaba que la mayoría de los jovénes estaban “extremadamente influídos por la cultura del fútbol y la rivalidad de la ‘Old Firm’ (‘Vieja Empresa’; que, según un artículo - El irresistible atractivo de un derbi con solera - publicado en la web de la FIFA, pretendía reflejar la extendida opinión de que ambos conjuntos se beneficiaban económicamente de la antipatía que se profesaban), que a menudo alimentó memorias del histórico conflicto vinculado a Irlanda del Norte”.

Además, una investigación realizada por un grupo de asesoramiento establecido por el Ministro para la Seguridad Comunitaria y Asuntos Legales de Escocia (Tackling Sectarianism and its Consequences in Scotland: Final Report of The Advisory Group on Tackling Sectarianism in Scotland – April 2015) publicado el 29 de mayo de 2015 en la página web del gobierno escocés, decía que el sectarismo en Escocia es “una mezcla de percepciones, actitudes, acciones y estructuras que involucran excluir, discriminar a otros o ser abusivo o violento contra otros”, así como pasar por alto estas actitudes, en base al origen confesional cristiano percibido. Y remarcaba que, si bien un importante caudal de evidencia corrobora consistentemente la evidente percepción de que sectarismo en Escocia está generalizado y es preocupante; es mucho menos clara la evidencia de su forma real, de su carácter y de su extensión. “Está claro que mucha gente en Escocia vive su vida sin ser alcanzada por el sectarismo, o que tiene formas de evitarlo. Sin embargo, existe clara evidencia de una minoría de escoceses que informa haber sido víctima del mismo, en el pasado y actualmente...”.

Este estudio, también realizaba una serie de recomendaciones, entre las que cabe destacar la que llamaba a una mayor comprensión de la relación entre el sectarismo y el fútbol.  

1. Breve contexto histórica

Nil by Mouth , una ONG escocesa cuyo propósito es “lograr una sociedad libre de sectarismo”, refiere en su sitio web, que durante  los siglos XVII y XVIII tuvo lugar el “conflicto entre los seguidores jacobitas del rey católico Jaime VII y las fuerzas del rey Guillermo y la reina María, que tomaron el trono en 1688 y que no eran católicos”. Posteriormente, ya en el siglo XIX, si bien la posibilidad de una invasión jacobita había disminuído, “el conflicto sectario persistió a consecuencia de la inmigración de los que escapaban de la hambruna en Irlanda (tradicionalmente un país católico) y buscaban instalarse y trabajar en Escocia (mayormente protestante)”.

Esta oleada inmigratoria, se explicaba en un artículo (Rangers and Celtic: Disunited they stand) publicado por el diario inglés The Independent (8/3/2011), provocó un sentimiento anti-católico en el oeste de Escocia.

La ONG escocesa comentaba que, varios clubes deportivos fueron fundados como puntos nucleares para estas comunidades irlandesesas, como el Celtic Football Club en Glasgow, 1887; o el Hibernian Football Club en Edimburgo, en 1875.

El Celtic, comentaba Ben Mackay (Are you Rangers or Celtic? The history of sectarianism and football in Scotland; 22 de febrero de 2015, Clarity News), fue fundado por el Hermano Walfrid, un monje católico que quería aliviar la pobreza del East Eand de Glasgow y “ para mantener a los jóvenes católicos alejados de los comedores protestantes”.

En tanto, el Rangers FC, fundado en 1873, nació sin motivaciones religiosas. La idea de que el Rangers es un club “protestante” vino después. Según el artículo del Independent, fue tamaño, su éxito, y su ubicación el sur de la ciudad, lo convirtieron en el club detrás del cual se encolumnó la mayoría protestante, para enfentar al Celtic.
Religión y política se apropiaban así, del espacio del fútbol para expresar sus discrepacias, sus enfrentamientos.

De hecho, Mackay relataba que al principio no existía la rivalidad acérrima que iría conformándose después, y que iría haciendose más amarga con el paso de los años y a medida que cada equipo quedó adherido a su identidad religiosa. Rangers y Celtic se vieron influidos por las identidades religiosas de la mayoría de sus hinchas – convirtiéndose así en el club ‘protestante’ y el club ‘católico’ respectivamente -, y a la vez, influyeron en las identidades de sus seguidores: a quién apoyaban influía en el orgullo, identidad y valores del individuo.


Pero, aclaraba Mackay, “si bien las divisiones pueden haber comenzados principalmente como religiosas, también devinieron altamente políticas”.

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