En un mismo día,
un posible tripartito entre España, Portugal y Marruecos, y el anunciado
intento de ir en conjunto de las dos Coreas, se sumaron a las candidaturas para
organizar el Mundial de fútbol de 2030, que por el momento cuenta como
postulantes al trío compuesto por Argentina, Uruguay y Paraguay, por
Sudamérica, y Marruecos, por África.
Con escasas chances
de llegar por el lado de los asiáticos debido a que Catar ya tiene asignada la
sede mundialista para 2022, desde la candidatura de los sudamericanos se cree,
hasta el momento, que la mayor amenaza proviene de una posible postulación en
conjunto de los cuatro británicos, Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y
Gales.
El presidente de
la Federación Inglesa (FA), Greg Clarke, sostuvo que si bien la decisión final
para postularse a organizar el Mundial de 2030 se tomará en 2019, todo 2018 se
está utilizando para estudiar el panorama con mucho sigilo, luego de la
inesperada derrota en el Congreso de la FIFA en Zurich en 2010, cuando Rusia le
arrebató la sede del Mundial 2018 y la candidatura inglesa fue la menos votada
de todas las europeas y quedó eliminada en la primera fase de la votación.
En este sentido,
el vicepresidente de la FA y representante ante la FIFA, David Gill, indicó que
su entidad “estudiará si todo el proceso es correcto” antes de presentarse, en
desconfianza por lo ocurrido en 2010 para el Mundial 2018, aunque hasta la
asunción de Gianni Infantino como presidente de la FIFA, el 26 de febrero de
2016, las relaciones entre FA y FIFA eran pésimas, y ahora aparecieron
expectativas de un cambio.
La candidatura
británica especula, además, con la posibilidad de vetar las dos que siente como
más molestas en la carrera para el Mundial de 2030, el segundo que podría
organizar Gran Bretaña luego del Mundial de 1966 en Inglaterra (también fue
sede de la Eurocopa 1996), al considerar que China no podrá ser sede tan pronto
cuando otro país asiático (Catar) ya ha sido elegido para 2022 y sólo habrán
pasado ocho años, y en cuanto al tripartito sudamericano, que cuenta con la
ventaja histórica del Centenario del Mundial 1930 celebrado en Uruguay, FA
jugará su carta de veto al considerar a toda América como un solo continente y
entonces sostendrá que si para 2026, ya le fue otorgada la sede al tripartito
Canadá. Estados Unidos y México, no puede haber otro Mundial cuatro años más
tarde en Sudamérica.
Sin embargo,
para la FIFA, Concacaf (Confederación del Norte, Centroamérica y el Caribe de
Fútbol) y Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol), son dos entidades
distintas y cada una tiene su propia representación, a lo que hay que sumarle
el hecho de que hasta la intervención de la FIFA a la Asociación (AUF) de días
pasados, Infantino consideraba al fútbol uruguayo como uno de sus principales
aliados y factótum de su elección como mandatario en 2016, al punto de gritar
“Uruguay nomás” en el momento del anuncio de su victoria en los comicios en
Zurich.
La candidatura
de España junto a Portugal para organizar el Mundial de 2030 comenzó a tomar
fuerza hoy con la reunión que mantuvieron Infantino y el nuevo presidente de la
Real Federación Española (RFEF), Luis Rubiales, en el Palacio de la Moncloa,
con el presidente de gobierno español, Pedro Sánchez, calificada por el
dirigente deportivo local como “cordial y productiva, en un ambiente muy
cercano, con la idea de mejorar juntos”.
Sánchez e
Infantino se conocieron el 24 de agosto pasado en el palco del Stade de la
Rabine en Vannes (Francia) durante la final del Mundial femenino sub-20 que
España perdió ante Japón, y a su vez el presidente de la FIFA había estado
exactamente un mes antes en Madrid, el 24 de julio, cuando asistió junto al
presidente de la UEFA, el abogado esloveno Aleksander Ceferin en la primera
Asamblea general de la RFEF con Rubiales como presidente de la entidad.
Rubiales e
Infantino dialogaron con Sánchez por una hora acerca de dos posibilidades, la
de organizar la Eurocopa 2028 o la de lanzarse a la candidatura para organizar
el Mundial de 2030, en éste último caso, junto con Portugal, o extenderse a un
tripartito con Marruecos, si bien esto último significaría una complicación
geopolítica porque implicaría la conjunción de asociaciones de dos
confederaciones distintas, la UEFA y la CAF (Africana).
Uno de los
problemas para postularse a la Eurocopa de 2028 es que para la próxima de 2020,
que se organizará por primera vez en 12 sedes, una de ellas será Bilbao (las
otras once son Londres, Munich, Bakú, San Petersburgo, Roma, Copenhague,
Bucarest, Amsterdam, Dublin, Budapest y Glasgow), sumado a que para la sede de
la Eurocopa 2024, se presentaron como candidatas Alemania y Turquía y la
decisión se tomará el próximo 27 de setiembre en una reunión del Comité
Ejecutivo de la UEFA en Nyon, Suiza.
Al contar con
menos chance de organizar, entonces, una Eurocopa hasta 2028, España considera
la posibilidad de competir por el Mundial 2030 tras haber caído también, junto
a Portugal, en aquella votación en 2010, en Zurich, para ser sede del Mundial
2018 y al considerar que con 13 estadios de categoría 4 en el ranking UEFA y
tres de ellos construidos en esta última década (el Wanda Metropolitano de
Madrid, el nuevo San Mamés en Bilbao y la Bombonera de Corneliá-El Prat, de
Espanyol de Barcelona), sus chances son importantes.
España no
organiza un Mundial desde 1982 y fue sede de la Eurocopa en 1964, y jugará
también la carta ante la FIFA que tanto Francia (1938-1998), como Italia
(1934-1990) como Alemania (1074-2006) ya fueron sedes de dos Copas del Mundo y
que Portugal nunca lo fue, y que ambos países merecen una chance.
Desde el punto
de vista económico, si bien la inversión en infraestructura para un Mundial debe
ser alta (Brasil tuvo un gasto de 11.000 millones de euros en 2014 y Rusia, de
14.000 en 2018, y para 32 equipos cuando en 2030 serían 48), Francia sólo
desembolsó 200 millones para organizar la Eurocopa 2016, mientras que luego, el turismo dejó en sus arcas
625 millones y ya los medios evalúan, en caso de organizar el Mundial, un
impacto de 1000 millones de euros, lo que significaría 10.000 nuevos puestos
fijos de trabajo.
En el caso de
Marruecos, se debate entre presentarse solo, con España y Portugal, o con los
países de la Unión del Magreb (Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania y Libia),
tal como lo indicó el pasado 19 de julio el secretario general de la entidad,
Tayeb Bacuch, quien envió una carta a los cinco jefes de Estado para coordinar
la candidatura conjunta “que requiere varios años de trabajo”.
Bacuch cree que
éste es el momento porque, indicó, “La FIFA privilegia candidaturas conjuntas”
e insta “a aprender la lección” de la derrota marroquí al lanzarse como sede
para el Mundial 2026, decidida a mediados de año en Rusia a favor de los
norteamericanos Canadá, Estados Unidos y México, la quinta vez que el país
africano se postulaba, sin éxito (anteriormente, fue para 1994, 1998, 2006 y
2010).
Otra posibilidad
para Marruecos es presentar una candidatura pero solo junto con Argelia y
Túnez. El presidente de la Federación
Argelina de Fútbol, Khideredine Zetchi, propuso este trío para estudiar la
chance de lanzarse para 2030, mientras que el rey Mohammed VI le pidió al
gobierno que le presente a la FIFA un proyecto con ese fin.
También Egipto
puede anotarse en la carrera y no sólo para el Mundial sino también para los
Juegos Olímpicos de 2032, según sostuvo el ministro de Deportes y de la
Juventud de ese país, Ashraf Solby, en agosto pasado, cuando anunció que el
Estado se encuentra trabajando “en varios proyectos con estrellas del país” y
mencionó esos dos acontecimientos futuros.
Por su parte,
aunque con menos chances por las rotaciones continentales, China, con toda su
potencia, evalúa postularse para el Mundial 2030 con el riesgo de ser tachada
por sus competidores o por la FIFA debido a que Catar , otro país asiático, ya
tiene asignada la sede para 2022.
Todo nació con
la visita de Infantino a Corea del Sur en 2017, cuando fue recibido por el
presidente Moon Jae-In y éste le comunicó el deseo de organizar un Mundial
junto con Corea del Norte, China y Japón y ya durante el pasado Mundial de
Rusia, el presidente de la Federación Coreana de Fútbol, Chung Mong-Gyu.,
insistió con la candidatura para 2030 o, en su defecto, para 2034, lo que
parece más lógico.
Chung Mong-Gyu,
también presidente de la Asociación de Fútbol de Asia Oriental (EAFF)
presentará la candidatura en 2019 y justamente hoy, en el mismo sentido, el
ministro de Deportes, Do Jong-Hwan, anunció
que comenzará a sondear en los próximos días a Corea del Norte en su propósito,
aunque China baraja también la chance de presentarse en soledad.
La candidatura
de Argentina y Uruguay al Mundial de 2030 se anunció el 29 de julio de 2017. Y
Paraguay se sumó el 31 de agosto de ese año, aunque el 9 de abril de 2018, en
Buenos Aires, y ante la presencia de Infantino, tomó mayor envión.
Esta candidatura
tripartita sudamericana, que cuenta con el apoyo del resto de los miembros de
Conmebol (aunque subsisten las dudas con el presidente de la Confederación
Brasileña, Antonio Carlos Nunes de Lima, más conocido como Coronel Nunes, quien
votó por Marruecos en Rusia para la sede de 2026 cuando toda Sudamérica había
decidido votar al tripartito norteamericano), contempla ocho sedes en
Argentina, 2 en Uruguay y 2 en Paraguay, y según indicó Fernando Marín, el
coordinador argentino, solicitará a la FIFA que la elección de la sede de 2030
se adelante dos años, en 2020 en vez de 2022 (durante el Mundial de Catar) para
tener contar con una década de organización.
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