La gran sorpresa
de esta semana fue el triunfo del Celta sobre el Atlético Madrid por 2-0, en
Vigo, que confirma la excepción en esta Liga Española que lleva apenas tres
jornadas de treinta y ocho y que, como pocas veces con tanta precisión, ya
muestra como únicos líderes, al Barcelona y al Real Madrid, ambos con puntaje
ideal, y dirimiendo la diferencia de goles para determinar quién es el puntero.
No transcurrió
demasiado tiempo desde que el Atlético Madrid le ganara la final de la
Supercopa europea a su vecino Real Madrid 4-2 en el alargue en Tallin, Estonia,
y sin embargo, podría decirse que muy pronto todo volvió a la rotunda
normalidad de la más larga competencia nacional española.
Que en apenas
tres jornadas haya un solo equipo cerca de los dos líderes, con 7 puntos sobre
9 totales, y que detrás de los dos líderes, el Barcelona y el Real Madrid, todo
el resto de los 17 equipos restantes ya tenga 4 puntos o menos (o sea, a 5 de
distancia con sólo 9 en juego) marca una
dura tendencia para los dirigentes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP)
empeñados en encontrar una cierta competitividad que hagan al torneo más
vendible en otros mercados.
El Celta, el
único escolta de los líderes y que se mantiene a dos puntos, tiene desde esta
temporada sentado en el banquillo a un argentino desconocido para los
aficionados españoles, Antonio Mohamed, “El Turco”, de larga trayectoria como
jugador en su país, emblema del club Huracán, y quien llegó a vestir la
camiseta de la selección nacional y con la que ganó la Copa América 1991 aunque
era suplente.
Mohamed fue
compañero de Diego Simeone, el entrenador del Atlético Madrid, en esa Copa en
la que disfrutaron del éxito, como meses más tarde, en 1992, de un gran fracaso
cuando quedaron eliminados de los Juegos Olímpicos de Barcelona en el
Sudamericano sub-23 en Paraguay, en el que un marcador central era Mauricio
Pochettino y el otro, Eduardo Berizzo, otros dos destacados entrenadores de la
actualidad.
Pero volviendo a
la competencia de la Liga, hay otro hecho destacable y es que pese a que acaba
de cerrar el mercado veraniego de fichajes, ninguno de los tres equipos que
habitualmente dominan el torneo han alterado casi en absoluto sus once
iniciales con nuevas figuras y éstas van ingresando de a poco y tampoco parecen
ser tan necesarias en las estructuras básicas.
El Real Madrid,
que acaba de perder nada menos que a Cristiano Ronaldo, transmitía otra imagen
cuando en el debut oficial de la temporada cayó en el derbi de la Supercopa
europea. Allí se vio mucho más desorientado al equipo de Julen Lopetegui que lo
que ocurrió días más tarde, cuando lentamente se fueron incorporando sus
figuras mundialistas, como Luka Modric o Casemiro.
Así es que
finalmente, Lopetegui va consolidando un equipo muy parecido al de la temporada
pasada, con Marco Asensio como estrella emergente, que ocupa el lugar de
Cristiano Ronaldo, y con Modric incorporándose lentamente a la estructura para
lo cual, el entrenador se va dando cuenta de que va a tener que sacrificar a
Isco Alarcón, un jugador al que estima pero que va comprendiendo que su
antecesor, Zinedine Zidane, tenía razón y no hay manera de quitar ni a Toni
Kroos ni a Casemiro, sumado a que Karim Benzema y Gareth Bale parecen ahora
liberados y sin estar tapados por la mega estrella portuguesa que emigró a la
Juventus.
Solamente en la
portería pudo debutar el belga Thibaut Courtois aunque suena más a capricho
dirigencial que a necesidad real del club porque justamente antes del partido
ante el Leganés, el costarricense Keylor Navas mostró al Santiago Bernabeu su
trofeo como mejor arquero de la temporada para la UEFA, en la que promete ser
una dura competencia para el puesto.
No es muy
distinto lo que ocurre en las filas del Fútbol Club Barcelona, donde pese a la
llegada de grandes estrellas como el brasileño Arthur, el chileno Arturo Vidal,
o el central Clément Lenglet, no parece haber demasiado lugar para ellos entre
los titulares y todo dependerá de las rotaciones que determine el entrenador
Ernesto Valverde, pero el equipo parece encontrarse a gusto así.
El Barcelona ya
parece haber recargado las pilas y lo que hasta hace semanas era un acertijo,
como el lugar que desde ahora ocuparía Lionel Messi, cómo se generaría juego con
la salida definitiva de Andrés Iniesta o si Osmane Dembélé rendiría o no, ha
pasado al grado de certeza.
Finalmente, ni
siquiera el Atlético Madrid ha colocado jugadores de la renovación en su
equipo. Sólo Ángel Correa ha tomado mayor protagonismo, o Thomas Partey ha
ganado lugar ante la salida de Gabi, pero apenas Tomas Lemar, Nikola Kalinic o
Santiago Arias han ingresado como suplentes al campo de juego.
Es decir que si
bien esto recién comienza, está claro que este mercado no ha arrojado grandes
fichajes que se impongan por su sola presencia o trayectoria, y que pese a
esto, en lo alto de la tabla de posiciones no sólo sigue todo muy parecido,
sino que se va acentuando la enorme diferencia de presupuesto entre los dos
equipos dominantes y el resto, y desde demasiado temprano.
Tal vez ya sea
hora de un gran replanteo a futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario