Pasaron cuarenta
años desde que el 20 de octubre de 1979 se estrenara la vieja Masía de Can
Planes, luego reemplazada en 2011 por un complejo mucho mayor y más sofisticado
exactamente 32 años más tarde, dentro de la Ciudad Deportiva del Fútbol Club
Barcelona, en San Joan Despí.
Para muchos, se
trata del mejor modelo de formación de futbolistas en el mundo, con un éxito
tan resonante que ocho de sus jugadores fueron campeones del mundo con la
selección española en el Mundial de Sudáfrica 2010 (seis de ellos titulares) y
en 2011 tres de ellos integraron la terna de la FIFA como candidatos al Balón
de Oro al mejor jugador del año.
Martí Perarnau,
un reconocido escritor de libros de temática futbolística y autor de “Senda de
Campeones, de La Masía al Camp Nou”, define la filosofía de La Masía como “una
escuela de muchas personas que tiene un estilo de juego basado en los
antecedentes del escocés y el holandés, que es el de posición, con rasgos muy
conocidos como el de intentar siempre ser ofensivo, privilegiar la técnica y
también la posesión de la pelota, pero como herramienta para llegar a un fin y
no por la posesión misma”.
Consultado por
lo que se suele llamar “ADN Barꞔa” a lo que muchos emparentan con un sistema
táctico 4-3-3, Perarnau responde que eso “es apenas un símbolo del estilo de
juego pero no es un dogma. Incluso hoy mismo Josep Guardiola a veces no juega
así con el Manchester City. No es inamovible”.
De la cantera
del Barcelona se han ganado 5 Balones de Oro, un FIFA World Player, 6 Botines
de Oro, 5 World Soccer, 4 trofeos Bravo, 2 Golden Boy, 23 premios FIFPRO al
Once del año y 3 Mejor Jugador Joven. Gran prestigio.
Carles Folguera,
ex arquero de hockey sobre patines, pedagogo y director de La Masía desde 2002,
sostiene que los principios para los chicos que se forman allí pasan por “Jugar
rápido, estar siempre bien posicionado para agarrar la pelota y saber qué hacer
con ella, tener técnica, saber que la que corre es la pelota, tener valores,
personalidad y resiliencia. Todo eso se trabaja”. Fue quien introdujo la figura
del tutor para el futbolista desde que llega hasta que se va.
El Camp Nou,
estadio del Barcelona, fue inaugurado en 1957 y remodelado y ampliado para su
uso como sede social del club y el 20 de octubre de 1979 se convirtió
definitivamente en residencia para jóvenes promesas del fútbol. En 1966 se
habían realizado las obras de remodelación y pasó a albergar la sede social y
las oficinas del club. La construcción del Camp Nou y de La Masía se decidió en
una Asamblea convocada por el presidente Agustí Montal el 14 de noviembre de
1950 aunque la primera piedra se colocó el 28 de marzo de 1954 con una
ceremonia en la que 60.000 personas fueron desde la cancha de Les Corts hasta
La Masía de Planes.
La Masía
equivale a la residencia y a la academia formativa del club y toma su nombre de
La Masía del Can Planes, una antigua casa de campo construida en 1702 y que
cerró sus puertas el 30 de junio de 2011, para dar lugar en la Ciudad Deportiva
Joan Gamper a La Masía Centro de Formación Oriol Tort en homenaje al cazatalentos
Oriol Tort Martínez. Este edificio pertenece al Ayuntamiento de Barcelona y
está catalogado como Bien de Interés Cultural. Cuenta con trece equipos
filiales.
El primer
proyecto estuvo a cargo de Enric Llaudet en junio de 1961, cuando ganó las
elecciones y prometió crear una residencia-escuela de futbolistas, para lo que
nombró como director al ex jugador Ladislao Kubala, que acababa de dejar el
fútbol, pero el proyecto fue corto porque a los 3 meses, Llaudet ofreció a
Kubala ser el DT del equipo en lugar de Miró. Cuando en 1963 fue echado de ese
cargo, ya el proyecto de la Escuela estaba enterrado por falta de presupuesto.
El gran cambio comenzó
a gestarse en 1972 cuando el presidente Montal contrató a Laureano Ruiz,
primero como DT del equipo juvenil y luego, como coordinador del fútbol base.
Ruiz quiso que todos los equipos de las distintas categorías jugaran igual, con
un fútbol de toque, que privilegiara el juego técnico al físico, y de los
únicos dos títulos españoles que tenía, pasó a ganar otros cinco consecutivos
con el juvenil.
Esto se fue
conjugando con la asunción de José Luis Núñez el 1 de julio de 1978, cuando
nombró a Jaume Amat como responsable del futbol-base junto a Pere García Vila.
Fue Amat junto a Oriol Tort los que le propusieron a Nuñez la creación de una
residencia para jugadores foráneos de fútbol base que hasta ese momento vivían
en pensiones y pisos con muy poco control por parte de los dirigentes, y así
fue que un año más tarde, también se aprobó la construcción del Miniestadi para
que la cantera jugara allí sus partidos. A la inauguración de La Masía del
20/10/79 acudieron el presidente de la Federación Española, Pablo Porta, y el
de la Catalana, Antoni Guasch. Entre los primeros administradores estuvo Carles
Naval, hoy delegado de campo del primer equipo, que se sienta en el banco con
los jugadores.
En noviembre de
1979, al renunciar Amat, fue reemplazado por Josep Mussons, quien duró hasta el
2000 e introdujo la obligación de estudiar ya sea en la escuela, academia,
instituto o universidad, según el caso, estableciendo la formación integral
como formación educativa.
El primero de La
Masía en debutar en Primera fue Ángel Pedraza el 16/9/1980 en un partido de la
Copa UEFA vs Sliema Wanderers, entrando como suplente, y a los 4 minutos
ingresó otro canterano, Manolo Muñoz. De esa primera camada fue Guillermo Amor,
que llegó a jugar 311 partidos en Primera y fue integrante del “Dream Team” de
Johan Cruyff. Con la llegada de éste en 1988 como DT, se produjo un punto de
inflexión. En sus siete temporadas llegó a convocar a 32 jugadores de La Masía.
El día del primer título de Copa de Campeones de Europa del club en Wembley en
1992, había dos jugadores de la cantera: Albert Ferrer y Guardiola.
La Masía se
internacionalizó a fines de 1990, siendo los primeros extranjeros en llegar los
nigerianos Samuel Okunowo y Haruna Babangida. Los dos debutaron en el primer
equipo y ya con Louis Van Gaal, éste propuso ampliar el edificio y las
instalaciones, hasta que en 1997, Núñez compró 60.750 metros cuadrados de una
explotación agrícola en L´Hospitalet de Llobregat, a 600 metros del Miniestadi.
Esos terrenos incluían el Can Rigalt, una masía del siglo XVII que era del
triple de tamaño que la anterior de Planes, y también quería construir tres
campos deportivos anexos pero el proyecto se paralizó definitivamente al no
aceptar la Generalitat la recalificación de los terrenos, considerados zona
verde. Tampoco se podía ampliar Can Planes, por ser un edificio catalogado.
Cuando en 2008
Guardiola consiguió el ascenso a Segunda con el Barcelona B, La Masía comenzó a
gozar de un éxito resonante especialmente por el equipo de 1987 con Messi, Cesc
y Piqué. Van Gaal, que ya dirigía la Primera, fue ridiculizado cuando decía que
en poco tiempo, el Barcelona ganaría todo sólo con jóvenes.
“En cuanto a la
filosofía de la Masía, se puede decir que Laureano Ruiz es el abuelo, Johan
Cruyff, el padre, y Pep Guardiola, el hijo”, sostiene Perarnau, quien al ser
consultado si Messi es producto de la
cantera o si su talento ya venía con él desde Rosario, responde que se trata
“de un caso excepcional porque si bien traía su talento, hubo que ordenar todo
eso que él creaba. Al llegar y en los primeros años, hacía maravillas pero no
era tan colectivo y en La Masía aprendió a ser un jugador de equipo y hasta en
Primera lo fue aprendiendo, porque aquel Messi del gol maradoniano al Getafe,
ahora dio paso a otro que ya no gambetea tanto, y juega con mentalidad
colectiva”.
Pero también
para que Messi llegara a ser la estrella de hoy se necesitó de gente apasionada
como Joan Lacueva, que gastó de su bolsillo 2000 euros para pagar el
tratamiento de crecimiento y soportó el desprecio de muchos directivos que
pensaban que era una pérdida de tiempo (uno de ellos se enfureció por el
acuerdo al que habían llegado aún con la anuencia de la Comisión Directiva y el
aval del vicepresidente Francesc Closa, y no sólo se negó a firmarlo sino que
lo rompió).
Hubo también
otro momento en el que en el Barcelona pensaron que se habían equivocado con
fichas caras a jóvenes extranjeros como el nigeriano Haruna Babangida, que
debutó en Primera a los 15 años y cuatro años después fue cedido al Terrassa de
Segunda, y al extremo Nano, que cobraba como si fuera del Barcelona B. Fue
entonces que Messi casi se va al Real Madrid (tenía una oferta de Jorge
Valdano) pero terminaron arreglando un monto fijo disfrazado de salario para su
padre.
Messi debutó
ante el Amposta en el Cadete B, con Benaiges como DT (hizo uno de los tres
goles) y se lesionó en el segundo partido ante el Ebre Escola Deportiva. Messi
formó parte del inolvidable equipo de 1987 (sistema 3-4-3) con Dani Planchería;
Marc Valiente, Gerard Piqué, Oriol Palencia; Cesc Fábregas, Robert Giribert,
Julio de Dios, Messi; Juanjo Clausi, Franck Songoó y Víctor Vázquez.
Fue con la
llegada de Joan Laporta como presidente
en 2003 que Sandro Rosell, entonces vice, fue el encargado de cambiar al personal
de la cantera. Y Joaquin Colomer reemplazó a Joaquim Riffé en la dirección del
futbol base
Un día, Pere
Gratacós, que dirigía al Barcelona B (ahora es el director del Área de
Formación y Conocimiento “Masía 360◦”), que jugaba en Segunda B, aprovechó el
sistema de entrenamiento por el que usaba medio campo y la otra mitad
compartida entre el Juvenil A y el Barcelona C, y se quedó viendo a Messi, del
Juvenil A, junto con su ayudante Arseni Comas y decidieron ir a convencer a
Colomer para que el argentino fuera con ellos, saltándose tres categorías y lo
convencieron.
Messi fue el
primer Balón de Oro como canterano en 2009 y Xavi e Iniesta estuvieron entre
los cinco mejores y al año siguiente, España fue campeona del mundo con 8
canteranos del Barsa (Piqué, Puyol, Iniesta, Xavi, Busquets, Pedro, Reina y
Cesc). Pero el momento de mayor esplendor fue en 2011 cuando el argentino fue
reelecto como mejor futbolista del mundo, pero en la terna estuvieron otros dos
jugadores surgidos del Barcelona,. Xavi e Iniesta. En 2012, Messi volvió a
ganar el Balón de Oro, Xavi fue tercero, e Iniesta, cuarto. Y en 2013, Messi
ganó el cuarto título consecutivo, e Iniesta fue tercero.
En aquellos
tiempos, en la vieja Masía de Planes, había que estudiar en la escuela León
XIII. Un autobús venía al edificio a buscar a los chicos y los llevaba luego al
entrenamiento. Algunos, los que vivían en Barcelona y alrededores volvían a sus
casas a merendar y los otros lo hacían en la residencia, y luego un nuevo
entrenamiento.
Había quienes cenaban en el taxi de regreso a sus hogares y
otros que se quedaban en el gimnasio del Miniestadi. Luego venía el alboroto en
el segundo piso, la de los dormitorios donde los adolescentes se reunían para
estudiar…o hacer que estudiaban y cuando se apagaba la luz de las habitaciones
había un corto tiempo para la fiesta. Todo esto ahora se repite pero ya en San
Joan Despí, en la Ciudad Deportiva, donde se conocen con las chicas que
practican otros deportes. Tampoco ya son enviados al último piso, donde se
encontraban las ventanas que daban a la calle y la cúpula, a donde iban los que
tenían malos comportamientos para aislarlos del resto.
“Los niños
cuando llegan al Barsa creen que llegan para una carrera de 100 metros, cuando
en verdad, más que eso es una carrera de fondo”, describe Folguera, y todo
parece indicar que es así, y que llegar a primera para vestirse de azulgrana no
es un camino de rosas y no todo pasa por tener entrenadores de primerísimo
nivel, muchos de ellos tentados por equipos poderosos de todo el mundo, como
Albert Capellas (ahora en el sub-21de
Dinamarca), Rodolfo Borrell (ex Liverpool y ahora con Guardiola en el
Manchester City), Joaquim Riffé, Alex García, el argentino Ángel Hoyos, Albert
Benaiges (Vissel Kobe de Japón), o el
actual entrenador de la selección qatarí, Félix Sánchez Bas.
El periodista
Sique Rodriguez escribió un libro sobre los padres de los futbolistas culés
“Educados para ganar”, donde aborda la problemática de los familiares que
rodean a los que hacen tanto sacrificio para llegar algún día a la cima.
“Siempre nos
inflamos a hablar y escribir libros sobre Leo, Piqué, Fábregas pero alrededor
de estas fantásticas historias hay muchos traumas, muchos proyectos de
futbolistas que con 12 años se van de casa y regresan con 17 con fracaso
escolar, desarraigo familiar y un vacío de 5 años en los que incluso
posiblemente hayan perdido a sus amigos”, cuenta Borrell, uno de los ex
entrenadores de La Masía.
Y así como en su
autobiografía, Andrés Iniesta cuenta lo que sufrió en aquellos primeros días
cuando era un niño y sus padres no llegaban a visitarlo porque se les quedó el
coche en la ruta, Pedro Rodríguez, ahora
en el Chelsea, y que llegó a La Masía con 16 años desde Islas Canarias, es muy
crudo en su recuerdo: “Te desesperas, lloras. Es duro porque no tienes a nadie
cerca para contarle tus problemas. Sí que tienes gente, mucha gente que trabaja
en el club, compañeros del equipo que te pueden ayudar pero en ese momento a lo
mejor necesitas a alguien más cercano de tu familia, a tus padres y cuando los
tenés por TE, cuesta decirles todo de ese modo, es todo más frío y encima no
pegas con los chicos de tu edad porque ya no estás con las cosas que les
interesan a ellos. Todo para nosotros pasa muy rápido, los jugadores ya tienen
novia desde muy jóvenes, tienes hijos rápido, maduramos antes y lo vivimos todo
con una intensidad y velocidad inusual”. Algo muy parecido cuenta Pep Guardiola
cuando recién comenzaba, en el maravilloso libro “La otra forma de ganar”, de
Guillem Balagué.
En verano de
2011, comenzó a funcionar en San Joan Despí el nuevo Centro Oriol Tort en la
Ciudad deportiva Joan Gamper. Como la anterior Masía, fue inaugurada un 20 de
octubre pero de 2011, y ahora ocupa un moderno edificio cinco veces mayor al
anterior, y abarca 6000 metros cuadrados con un presupuesto de 8 millones de
euros, tiene cinco plantas y puede albergar de 80 a 120 personas (antes 60), 80
para residentes y las otras 40 para las concentraciones de planteles
profesionales.
El sistema
cuenta con 15 exploradores de cracks en Cataluña, 15 en España y 10 por el
mundo entero y con 15 convenios con otros clubes y tiene 8 escuelas oficiales
en Fukuoka, Dubai, Egipto, Kuwait, Lima, Varsovia, Nueva Delhi y Santo Domingo.
Cuenta con más de 40 entrenadores, 300 jugadores y 56 empleados (entre ellos, médicos,
psicólogos, nutricionistas, cocineros y fisiólogos) y desde 2015, dos áreas:
Fútbol Formativo Profesional (Barcelona B, Juvenil A y Juvenil B) y Fútbol
Formativo Amateur (Resto de las categorías de Cadete a Prebenjamín, son 13 en
total).
Desde la llegada
de Guardiola en 2007, se modificó el trabajo endocrinológico de los jóvenes
para que se alimenten mejor (el propio Messi recibió esta influencia y modificó
sus hábitos) y desde los 15 años, se estableció un nuevo control con un
programa físico para obtener el máximo rendimiento en cada uno.
En noviembre de
2012 comenzó a ser realidad aquella frase de Van Gaal. Ante el UD Levante, el
Barcelona formó con los once canteranos: Valdés; Montoya, Piqué, Puyol, Alba;
Xavi, Busquets, Cesc, Iniesta, Pedro, Messi.
Si ese fue el
punto más alto, junto al Balón de Oro 2011, en 2013 ocurrió lo contrario cuando
tras una denuncia anónima, la FIFA inició una investigación por el fichaje del
coreano Seung-Woo Lee del cadete B, que llevó a que se le cancelara la ficha y
en 2014, la FIFA multó al Barcelona con 450.000 francos suizos y la prohibición
para fichar jugadores por dos ventanas de mercados al vulnerar el reglamento de
contratación de 20 menores extranjeros desde 2009. “Eso fue una gran
frustración y nos provocó un agujero porque no podíamos fichar y sufrimos una
baja”, acepta Folguera.
Pep Segura,
manager general del club hasta julio pasado, intenta una explicación: “Muchos
clubes europeos buscan lo que el Barcelona ha sabido encontrar, un estilo
propio que emana de su juego y que se manifiesta del primer equipo al más
pequeño del club. Se privilegia el aspecto técnico, el jugador que sabe jugar,
que sabe leer el fútbol, pero no se puede competir contra los clubes ingleses,
que vienen a tentar a los jugadores de
la cantera. El Barcelona tiene que apostar a que los chicos se sientan cómodos
en esta estructura, con esta filosofía, pero ha perdido a muchos”.
De hecho, el
Barcelona ha sufrido la salida de varios cuando todavía estaban en edad de
evolucionar como futbolistas, y luego los tuvo que fichar cuando ya tenían un
nombre, como sucedió con Cesc y el Arsenal, Piqué y el Manchester United, o
Jordi Alba y el Valencia, por citar tres casos emblemáticos.
De todos modos,
Perarnau introduce otro problema, y es que “la Comisión Directiva es contraria
a las ideas de Cruyff, dejó de apoyar ese juego y lo fue reemplazando por otros
DT como Martino, Luis Enrique o Valverde con otras prioridades y no con
jugadores de la casa y por discrepancias de criterio en el estilo se fue
alejando del tronco”.
Durante la
temporada 2013/14, el argentino Gerardo Martino sufrió con el Barcelona por
cuestionamientos al estilo, cuando quiso agregar algunos contragolpes o
modificó el sistema táctico. “Aquí es 4-3-3. Esto es el Barcelona”, le decían
en las conferencias de prensa. En una de ellas, le llegaron a cuestionar que su
equipo perdió en el porcentaje de posesión de pelota 51-49 ante el Rayo
Vallecano, aunque terminó ganándole 4-0. “Hacía cinco años y 315 partidos que
eso no le ocurría al Barcelona”, se quejó una buena parte de la prensa.
También estas
situaciones siguen siendo motivo de tensiones en el presente y de hecho, a
principios de mes fue expulsado el ex arquero Valdés después de una breve
gestión como DT del Juvenil A por desacuerdos tácticos y burocráticos con el
responsable del fútbol formativo de la cantera, su ex compañero holandés
Patrick Kluivert.
Más allá de todo
eso, el Barcelona ganó la Youth Champions League de 2018 y es subcampeón de la
Champions League en el fútbol femenino.
La Masía, además
de todos los mencionados, pudo dar futbolistas de la talla de Albert Ferrer,
Oscar García, Pep Guardiola, Toni Jiménez, Sergi Barjuan, Jordi Cruyff, Albert
Celades, Iván de la Peña, Javi Moreno, Gabri, Luis Garcia, Albert Luque, Mikel
Arteta, Pepe Reina (Milan), Thiago Motta, Diego Capel (Genoa), Bojan (Montreal
Impact), Giovani Dos Santos (América de México), Thiago Alcántara (Bayern
Munich), Marc Bartra (Betis), Martín Montoya (Brighton), Oriol Romeu
(Southampton), Mauro Icardi (PSG), Rafinha Alcántara (Celta), Gerard Deulofeu
(Watford), Sergi Roberto (Barcelona), Antonio Sanabria (Genoa), o Adama Traoré
(Wolverhampton).
Por el momento,
La Masía aparece como el modelo más exitoso, el que quiere copiar media Europa
o al que apuestan los poderosos emergentes asiáticos, aunque nadie pudo
alcanzar el éxito resonante del que el propio Barcelona ahora, de a poco, e
inexplicablemente, parece dudar.
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