Por estas horas
se debate en España cuándo se jugará el Clásico entre Barcelona y Real Madrid,
por la Liga, previsto para el sábado próximo al mediodía en el Camp Nou pero
que, según estiman los dirigentes del fútbol, no podrá llevarse a cabo en este
momento debido a las condiciones de seguridad en Cataluña debido a las
reacciones en la calle por el fallo judicial desde Madrid que ratifica y amplía
los tiempos de detención de los líderes independentistas.
A partir de este
fallo, y de los desbordes dentro de una respuesta masiva y pacífica por parte
de la mayoría de los catalanes que se oponen a la resolución judicial, se
produjo un hecho interesante: tanto la Liga de Fútbol Profesional (LFP) que
rige el torneo más largo del fútbol español, como por parte de la Real
Federación Española de Fútbol (RFEF), lo que se debate en el ambiente es cuándo
jugar el partido, pero no dónde.
De hecho, ambos
clubes se pusieron de acuerdo, por una vez, en que no tiene sentido cambiar la
condición de local, invirtiéndola, como alguno había sugerido (es decir, que se
juegue primero en el Santiago Bernabeu y en la segunda rueda, en el Camp Nou)
porque cada entidad ya tenía agendadas sus actividades y eso es totalmente
atendible.
Lo que es claro
es que bajo estas condiciones, con incendios en las calles y con cortes y
manifestaciones violentas de una parte de la población, un partido previsto
para el mediodía, sólo para llegar a más mercados en el mundo, agrega otro
elemento de inseguridad y es que con la bronca que hay hacia el fallo de la
Justicia desde la capital española y con lo que para los independentistas e
hinchas del Barcelona representa políticamente el Real Madrid, las
circunstancias obligaban al plantel blanco a pernoctar en Barcelona a la espera
del compromiso del día siguiente.
Desde este punto
de partida, y justo cuando en pocas horas tendremos aquí la revancha de la
semifinal de la Copa Libertadores de América entre Boca y River en la Bombonera,
a casi un año de aquellos hechos violentos que generaron que la Conmebol tomara
como resolución que el partido de vuelta de aquella final de 2018 entre los
mismos equipos se jugara en Madrid tras los piedrazos al micro de los jugadores
de Boca cuando ingresaba al Monumental, cabe preguntarse por qué, si en aquella
oportunidad hubo que cruzar el océano para que otros disfrutaran del principal
clásico argentino, ahora no se podría cruzarlo al revés para que tengamos aquí
al principal clásico español.
¿Por qué si el
fútbol argentino supuestamente no está en condiciones de organizar un partido
de este calibre, un partido tan importante puede jugarse en España y no sucede
al revés cuando un cotejo tan importante en el mundo no está en condiciones de
jugarse en Barcelona?
Además, hay que
resaltar sobre lo primero, que la primera final de la Copa Libertadores de
2018, en la Bombonera, se había jugado sin ningún problema, y que la primera
semifinal de 2019 en el Monumental, también, por lo que, entonces, no tenía sentido
quitarle a la Argentina la organización de un hecho tan importante.
Acaso se pudo
jugar en otra ciudad, en otra provincia, e incluso, hasta otra capital
sudamericana. Pero…¿llevarlo a España, al frío cuando estábamos en el calor?
¿Al continente que organiza la Champions League? Más bien, parece que se trató de aprovechar
un negocio de un par de auspiciantes, que se quedaron con todo, aún cuando esos
mismos sponsors trabajan también en nuestro continente y pudieron hacerlo mucho
más cerca.
Y otro aspecto
es que si bien aquello era por Copa Libertadores y esta postergación del
Barcelona-Real Madrid es por una liga nacional, la española, no es casual que
el titular de la LFP, Javier Tebas Medrano, se encuentre en un litigio con el
de la RFEF, Luis Rubiales, porque el primero quiere llevar partidos de Liga al
exterior, siempre para ganar mercados, y el segundo responde que no es posible
porque en ese caso se defraudaría a quienes pagan un abono anual y se quedarían
sin partidos importantes incluídos en el paquete de la oferta.
Si en la
temporada 2018/19 no se pudo jugar en Miami el partido de Liga entre el Girona
y el Barcelona, porque Rubiales dijo que la única manera de hacerlo era pagarle
a todos los abonados al Girona pasaje, estadía, y una platea, algo que fue
negado por el titular de la LFP, el mismo ahora tiene todo cerrado para llevar
a la misma ciudad de los Estados Unidos el Villarreal-Atlético Madrid, aunque
el presidente de la RFEF se sigue oponiendo, si bien propone que la Supercopa
de España, ahora con cuatro participantes, se lleve a cabo en Arabia Saudita,
aunque sostiene que es porque es mucho más fácil excluir del abono anual dos
partidos de Supercopa que todos los de una Liga.
Si tanto unos
como otros proponen partidos de clubes españoles entre sí fuera de su país,
insistimos, ¿por qué no jugar el Barcelona-Real Madrid en la Argentina? ¿Por
qué no dejar que alguna vez, se queden ellos con las baratijas, y nosotros con
el oro? ¿Por qué ellos sí y nosotros no?
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