Franco Navarro,
aquel recordado centrodelantero peruano que pasara por Independiente y
Unión, y que jugó el Mundial 1982 y las
Copas América de 1983, 1987 y 1989, acaba de cumplir 59 años el pasado 10 de
noviembre y recordó con Infobae el contexto de aquel partido de 1985 en el que
la selección argentina de Maradona y Passarella estuvo a minutos de quedar
eliminada del Mundial de México 1986 y en el que tuvo que salir por una
fractura a los pocos minutos de su comienzo.
- El día que la
selección argentina se clasificó al Mundial de México 1986 (30 de junio de
1985), usted vivió un momento especial porque lo lesionaron muy pronto y tuvo que
irse de ese partido. ¿Cómo fueron sus vivencias?
- Quiero decir
que fueron dos partidos sumamente intensos. El primero en Lima, que ganamos 1-0
con gol de Juan Carlos Oblitas, como la vuelta, que empatamos 2-2 y estuvimos a
menos de diez minutos de lograr el boleto a otro Mundial, luego de haber jugado
en Argentina 1978 y en España 1982 con una gran generación de futbolistas. La
selección argentina era un equipo muy importante, con la solidez del “Pato”
(Ubaldo) Fillol en el arco, y jugadores como (Daniel) Passarella, (Enzo)
Trossero, (Ricardo) Giusti, (Diego) Maradona, (Jorge) Valdano. Sabíamos que iba
a ser duro y complicado y siempre lo va a ser contra Argentina porque siempre
tiene grandes jugadores. Ya había sido duro el partido de la semana anterior en
Lima pero fue todavía peor en Buenos Aires porque además, nosotros llegamos un
punto abajo (en esa época eran dos puntos para el ganador) porque perdimos
algunos puntos en el camino, ante Colombia. Pero hicimos lo que correspondía y
nadie puede decir que no pusimos todo, porque incluso nos estaban ganando con
gol de (Pedro) Pasculli y lo dimos vuelta y estuvimos cerca de ganarlo.
Lamentablemente, un cambio de frente de Burruchaga terminó en el pecho de
Passarella, que fue la figura, la pelota recorrió la línea en una cancha que
estaba embarrada y el “Flaco” (Ricardo) Gareca la empujó a la red.
- Usted se queda
afuera muy pronto por una durísima falta de Julián Camino, que era el lateral
derecho argentino.
- Sí, fue
enseguida, como a los 5 minutos y me dolió no poder jugar ese partido. Es ya
parte de la historia de nuestro fútbol. La falta fue durísima. Yo creo que en
este tiempo, con una falta así, Julián se va a su casa y se queda un año allí
(risas) pero en aquel tiempo se permitían esas cosas al local y fue sólo
tarjeta amarilla.
- ¿Y cómo pudo
seguir el partido desde afuera?
- Recuerdo que
en el Monumental de River estaba todo muy bien armado para primeros auxilios,
salió pronto el diagnóstico (fractura de tibia y peroné) y volví a ver los
últimos minutos en el banco de suplentes. Estuve tres meses sin jugar al
fútbol.
- ¿Y Camino se
disculpó con usted?
- Sí, al año
siguiente firmé para Independiente y cuando me tocó enfrentar a Estudiantes
(ganamos 5-1 con cuatro goles míos), se disculpó y ya está todo bien, pero en
Perú no se olvidaron nunca de aquella patada increíble.
- ¿Y qué les
pasaba a ustedes por la cabeza cuando un año después, esa misma selección a la
que casi eliminan, fue campeona del mundo?
- Lo que al
menos me impresionó a mí fue cómo superaron esa ansiedad y todo lo que ya
significaba Maradona, y tantas críticas en contra de la gente, de la prensa y
ganaron con toda justicia. Pero los argentinos fueron los primeros que decían
“pensar que casi nos elimina Perú y ahora somos campeones”. Para mí y para mi
generación (entre los que se encontraba, por ejemplo, Julio César Uribe), era
duro pensar que con 23 años pudimos jugar otro Mundial y no pudimos. No se dio
y fue muy triste todo ese día, aunque hayamos dejado la vida en la cancha. Fue
un partido muy bien jugado, y en el que Fillol tuvo dos tapadas extraordinarias
y sacó al córner un último remate que iba al gol. En Lima les habíamos ganado
muy bien.
- ¿Se sorprendió
cuando vio que Fillol no estuvo en el Mundial de México 1986?
- Pude conversar
con “El Pato” un par de veces. Es una bellísima persona y por lo que dice y lo
que leí en declaraciones que él hizo públicas, hasta ahora no sabe por qué se
quedó afuera, como Passarella que sí fue y no pudo jugar, o tampoco fueron
Trossero o Camino. Me comí tremenda patada de él y al final no fue (risas).
- Bueno, Gareca
tampoco fue…
- ¡Cierto! Pero
cómo es la vida, que nos elimina con su gol y treinta y pico de años después.
Dios lo premió y nos llevó a nosotros a un Mundial por su don de gente, su tranquilidad,
la paz que transmite, su humildad para fortalecer un grupo que necesitaba de
eso, crear y recuperar la confianza y lo apoyamos y sé que le va a ir muy bien.
- En aquellos
dos partidos de la selección peruana contra Argentina, quedó para la historia
la marca pegajosa de Luis Reyna a Maradona.
- Increíblemente,
nunca le pegó una patada. Lo esperaba a Maradona en la línea de cal cuando
salía fuera de la cancha para tomar agua o ser atendido por los médicos
(risas). Reyna fue uno de los mejores jugadores de Sporting Cristal. Tenía una
enorme capacidad física y no paraba de correr, y nuestro director técnico,
Roberto Chale analizó la situación, porque Argentina llegaba a Lima con puntaje
ideal, porque ganó sus dos partidos a Venezuela y Colombia, y para ganar
necesitaba eso, alguien que siguiera a Maradona los noventa minutos. Esa
función también la podía realizar (Jorge) Olaechea, pero se decantó por Luis,
que igual hizo cosas que hoy no se podría hacer, como agarrarle la camiseta,
chocarlo, pero no le pegó. Y se dijeron tantas cosas…pero lo terminó anulando.
- ¿Es cierto que
Reyna se enoja cuando le hablan de ese partido?
- Sí, se enoja,
se molesta (se ríe). Es que seguramente se acuerda de que el día anterior al
partido en Buenos Aires, en el último partido del grupo, unas cinco mil
personas nos movían nuestro autobús de un lado para el otro y a Luis le
recordaban a toda su familia por su marca a Maradona en Lima (risas).
- Después
tuvieron ustedes la chance de ir al Mundial en el repechaje, pero no pudieron
llegar.
-
Lamentablemente no, porque justo después de aquel partido con Argentina hubo
elecciones presidenciales en el Perú, que ganó Alan García, y renunció toda la
dirigencia del fútbol y entonces nos quedamos mucho tiempo sin entrenarnos
porque a los que jugábamos en clubes del exterior (yo estaba en el
Independiente de Medellín) nos traía una empresa privada y entonces volvimos a
nuestros clubes ante la falta de un presidente de la Federación que moviera los
hilos. Entonces perdimos ante Chile 4-2 en Santiago y 1-0 como locales y
Paraguay luego eliminó a Chile.
- ¿Por qué a la
selección argentina le cuesta tanto a la peruana? La sufrió en clasificaciones
mundialistas para 1970, 1986, 2010, 2018…
- De hecho,
somos la única selección que eliminó a la argentina de un Mundial, con aquellos
goles de Oswaldo “Cachito” Ramírez en la Bombonera en 1969. Yo tenía ocho
años cuando eso pasó. Después tuve la
suerte de jugar con muchos de mis ídolos (Chumpitaz, Cubillas, Velázquez,
Cueto) entre 1980 y 1982 y fue un sueño. De todos modos, esa pregunta para que
respondan los jugadores argentinos. Supongo que puede ser en buena parte porque
nos motiva jugar contra Brasil, Uruguay o Argentina y hacerlo de igual a igual
porque nosotros jugamos bien al fútbol y la gente de la generación anterior que
mencioné, como Chumpitaz o el “Panadero”
Díaz o La Rosa nos enseñaron a querer a la Selección.
- ¿Cómo está
ahora la selección peruana?
- Con Gareca, la
selección peruana perdió el temor, sabe a qué juega, tiene un fútbol atrevido,
jugadores de buen pie. Y si bien sacó pocos puntos, jugó muy bien contra Brasil
aún perdiendo y el problema que veo es que como necesita sumar, puede que esté
obligada a salir a buscar contra Argentina, que es un equipo de muy buenos
jugadores que sabe explotar bien esos espacios que se generan. Por otra parte,
estamos sufriendo mucho las ausencias en el ataque de (Jefferson) Farfán y de
(Paolo) Guerrero, lesionados, pero eso posibilitó que jugaran otros como
Gianluca Lapadula, italiano que se nacionalizó peruano.
- ¿Cree que le
puede ganar a la selección argentina?
- A Argentina le
costó muchísimo contra Paraguay y aunque tiene muy buenos jugadores, los
partidos hay que jugarlos. En general, los partidos entre Perú y Argentina son
intensos porque se trata de dos equipos atrevidos, sin complejos. Pero si Perú
mantiene un nivel como en los últimos tiempos, puede tener un buen resultado.
El único partido no tan bueno fue en Santiago ante Chile y en verdad, nos ganan
por dos goles de (Arturo) Vidal. Uno fue un golazo y en el otro, aprovechó que
la defensa se durmió, pero tampoco es que Chile la haya matado a pelotazos.
- ¿Y en general,
qué le parece la clasificación sudamericana hasta ahora?
- Es complicado
para todos. Ecuador arrancó mal, pero fue a La Paz y ganó. Perú le pudo ganar a
Paraguay en Asunción. Fue un tiempo para cada uno. Uruguay arrancó con lo justo
ante Chile y perdió en Ecuador, pero ganó en Colombia. Todo muy parejo.
- Usted jugó en
Independiente. ¿Qué recuerdos tiene de ese tiempo?
- Me contrató
Independiente a través de su presidente Jorge Bottaro, pero especialmente por
su director técnico, José Omar Pastoriza, una vez que terminó la clasificación
mundialista y en la primera temporada metí 19 goles, aunque el “Negrito” Omar
Palma, de Rosario Central, hizo 20. Ese equipo de Independiente venía de ser
campeón mundial de clubes ante el Liverpool en
Japón y conservaba a muchas de sus figuras como Ricardo Giusti, Claudio
Marangoni y Ricardo Bochini en el medio, y bajo estaban Néstor Clausen, Carlos
“El Loco” Enrique, Hugo Villaverde y Osvaldo Ingrao y llegó Luis Islas para el
arco. También estaban Gerardo Reinoso y
José Percudani, Alejandro Barberón. Hice un gol en mi debut contra
Platense y me lesioné por un codazo de (José Luis) Chilavert que me generó una
fractura del hueso propio de la nariz. Recuerdo también enfrentar a un durísimo
juvenil Pedro Monzón en los entrenamientos. Fueron dos años importantísimos en
mi carrera y conservo una amistad con muchos de aquellos compañeros, con los
que nos seguimos comunicando seguido. En ese tiempo, jugar en el fútbol
argentino era como jugar en Europa. Había muy pocos extranjeros y de calidad.
- Después volvió
a la Argentina para jugar en Unión de Santa Fe.
- Sí, eso ya fue
a mi regreso, en 1990. Yo estaba sin club en Perú y buscaba uno en la Argentina
porque quería que mi primer hijo naciera allí y me contactó Mario Zanabria para
llevarme. Me dijo que estaba armando una linda banda con el arquero Jorge
Bartero, el goleador Víctor Ramos, Claudio Borghi, el “Huevo” Julio Toresani,
Eduardo Magnín, el entonces joven Darío Cabrol. Era un lindo equipo pero no le
pude dar lo mejor de mí y cuando renunció Zanabria, le expliqué a los
dirigentes, que me trataron muy bien, que necesitaba volver a Perú y nos dimos
la mano y me dejaron ir. El presidente era José Manuel Corral. Mi hijo Franco
(tengo tres) terminó naciendo en Santa Fe. Luego salí campeón en el Sporting
Cristal, con la dirección técnica de Juan Carlos Oblitas (hoy director de
Selecciones Nacionales en Perú) pero a partir de allí me rompí la mandíbula, me
rompí dos veces la rodilla (me operaron en Buenos Aires) hasta que hice allá el
curso de DT en 1995/96 junto a Oscar Ruggeri y después ya volví a dirigir a
Perú.
- Estuvo en el
Toluca como ayudante de campo del “Tolo” Américo Gallego.
- Sí, en 2007 y
tras dirigir a la selección peruana en siete partidos amistosos a pedido de la
Federación en 2006. Fue una linda experiencia pero muy corta porque Gallego
había ganado todo y ya quería regresar a la Argentina, pero le estoy muy
agradecido. Otra experiencia en el exterior, aunque como jugador, fue antes de
haber ido a la Argentina, cuando pasé por Independiente de Medellín, donde tuve
compañeros como Luis Carlos Perea,
Leonel Alvarez o Hernán Darío Gómez.
- ¿Qué hace hoy
Franco Navarro?
- Dirijo, por
suerte y desde 2016, a Universidad
Técnica de Cajamarca, un club fundado en 1964 y ya llevo 23 años como
entrenador en distintos clubes, siempre ligado al fútbol.
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