Pese a haber
sido un volante defensivo desdentado, casi pelado y miope, que se dedicaba a
anular a los rivales habilidosos, la imagen de Nobby Stiles en la selección
inglesa bailando con la Copa del Mundo en una mano, y la dentadura postiza en
la otra en 1966, recorrió el mundo.
Campeón con la
selección inglesa del Mundial de 1966 y de la Copa de Campeones de Europa de
1968 con el Manchester United, Stiles está muy ligado al fútbol argentino,
luego de haber protagonizado inolvidables anécdotas contra rivales de nuestro
país, tanto ante la selección argentina en los cuartos de final del Mundial de
1966, como ante Estudiantes de La Plata, al que enfrentó con el Manchester
United en la Copa Intercontinental de 1968, y falleció el 30 de octubre pasado,
el día que otro futbolista argentino que tuvo una recordada actuación contra
Inglaterra, Diego Maradona, cumplió sesenta años.
Norbert Peter
Stiles, también apodado “Nobby”, falleció a los 78 años a causa de un cáncer de
próstata y un avanzado estado de demencia. Se lo conocía también como “El
Desdentado” (“Toothless”, en inglés) y “El Tigre sin dientes” porque le faltaba
toda la dentadura superior ya cuando jugaba al fútbol. Había perdido los dos
incisivos superiores, cuando era niño, cuando se cayó del sofá al gritar un gol
del Manchester United, el club de su corazón.
Nació en Collyhurst,
en el norte de Manchester, el 18 de mayo de 1942, y como tantos chicos de su
generación y de clase obrera, vivió una dura infancia en medio de la Segunda
Guerra Mundial, y le tocó atravesar tiempos de altibajos, como lo confesó en su
autobiografía publicada en 2003, llamada paradójicamente “A la pelota”, cuando
algunos ironizaron en que debió llamarse “Al jugador”, por su permanente
interrupción del juego de los habilidosos, muchas veces con faltas, debido a su
vehemencia. “Nací como un enano medio ciego que fue bombardeado por los
alemanes y atropellado por un trolebús cuando tenía un año y después toqué el
cielo con las manos con el título mundial”, dijo en su libro.
Stiles comenzó a
destacarse en el fútbol colegial inglés como un volante de mucho despliegue, de
ida y vuelta, hasta que fue fichado en septiembre de 1959 nada menos que por
Matt Busby, el legendario entrenador que trataba de reconstruir el Manchester
United luego del tremendo accidente de Munich que le costó la vida a gran parte
de ese plantel en febrero de 1958, y llegó a ser un jugador destacado en el
sub-23 inglés. Ya para ese tiempo arrastraba su problema dental, y había
perdido mucha cabellera y corría con la cabeza un poco hacia atrás, una postura
forzada por su miopía, que mantenía en secreto.
Apenas un año
más tarde de su llegada al Manchester United, en octubre de 1960, debutó en
primera contra el Bolton Wanderers en una carrera en el club que llegaría hasta
1971. Enseguida, Busby se dio cuenta de que como no huía al choque, era mejor
trasladarlo como volante desde el lateral hasta el centro y su clara misión era
cortar el juego de los rivales más hábiles, algo que luego se volvió un
clásico, y de esta manera, favorecer el juego de posesión de sus compañeros
Bobby Charlton, Dennis Law y George Best,
que conformaron la “Santísima Trinidad” y por la que los tres aparecen
en una estatua en los alrededores de Old Trafford.
Aún así, Busby
no tenía empacho en sacrificarlo cuando era necesario y un ejemplo fue el de la
victoria 3-1 ante el Leicester City en la final de la FA Cup de 1963, cuando ni
siquiera lo convocó pero que a su vez, sirvió como para que consiguiera
regularidad en el equipo desde allí en adelante, y terminó siendo una pieza
importante para ganar el título de la “First Division” (la antecesora de la
Premier League) en 1965.
Pero si hubo un
partido importante para Stiles en el Manchester United, que le sirvió para
consolidarse, fue ante el Tottenham, que contaba con uno de los mejores
jugadores ingleses del momento, Jimmy Graves. La idea de Busby era colocar ese
día a Maurice Setters, su volante central defensivo, para marcarlo, pero no
pudo jugar y recurrió al muchacho desgarbado y sin dientes, que cumplió y los
“Diablos Rojos” ganaron 3-2.
Desde ese
momento, Stiles comenzó a mostrar personalidad y no le importó nada de sus
rivales. Fue igual por todos ellos, con la idea de cortar su juego. Lo mismo
daba Graves que Eusebio, el español Amancio, o los italianos Rivera o Mazzola,
o el alemán Overath, el uruguayo Rocha o el argentino Ermindo Onega, pero
también con sus propios compañeros del United Law o Best cuando los tuvo que
enfrentar jugando para Inglaterra contra Escocia o Gales. Y empezó a ser odiado
por todas las hinchadas, menos, claro, la suya. En Italia lo llegaron a llamar
“Nosferatu”, en Alemania, “El Ogro inglés”.
Si bien escondió
por mucho tiempo su miopía, ésta fue descubierta por el arquero Harry Gregg
(considerado un héroe porque en el accidente de Munich salvó de la muerte a un
bebé y a su compañero Bobby Charlton), cuando éste se asustó al notar que su
compañero no podía distinguir los naipes con los que estaban jugando en la
concentración y preocupado, fue a contárselo al DT Busby, quien logró la
confesión del volante, quien sin embargo le dijo que aunque su problema iba
creciendo, no estaba dispuesto a jugar con anteojos (algo que sí permitía el
reglamento). Esto fue resuelto por el entrenador, que le encargó lentes de
contacto, que para entonces eran una novedad.
En ese mismo
1965 en el que Manchester United ganó la Liga, Stiles fue citado por primera
vez a la selección nacional, que se preparaba para ser anfitrión en el Mundial
del año siguiente. El 10 de abril fue probado por el entrenador Alf Ramsey en
un 2-2 ante Escocia en Wembley y pudo mantener su lugar en ocho de los nueve
partidos siguientes con un gol ante Alemania Occidental incluido. Finalmente,
dio otro paso al quedar en la lista definitiva de los veintidós para la Copa
del Mundo.
Stiles jugaría
todos los minutos del máximo torneo con la misión de siempre: acabar con el
habilidoso rival. Ya para el último partido de la fase de grupos, y tras una
dura entrada al francés Jacques Simon, estuvo a punto de ser excluido de su
selección, pero intervino su entrenador Ramsey. “El Comité de la Federación
Inglesa había dictaminado, sin decirlo explícitamente, que yo no podía volver a
jugar, que Inglaterra tenía que dar el ejemplo conmigo porque era un lastre.
Sin embargo, Alf llegó a amenazar con renunciar en medio del Mundial si no lo
dejaban utilizar a los jugadores que él consideraba necesarios. Estaba
preparado para renunciar en medio de un Mundial sólo por mí. No lo supe hasta
que murió…qué gran hombre fue”, afirmó en una entrevista.
La selección
inglesa debía enfrentar a la argentina por los cuartos de final en Wembley y se
conocía lo duro que podía ser el conjunto albiceleste que dirigía Juan Carlos
Lorenzo y que ya había conseguido empatar sin goles ante la potente Alemania
Federal de Franz Beckenbauer y Gerd Müller en la fase de grupos, 0-0.
Los locales
dominaban pero no podían definir el partido, cuando tras una de las tantas
faltas de Stiles a Ermindo Onega, el capitán argentino, Antonio Ubaldo Rattín
se quejó ante el árbitro alemán Rudolph Kreitlein pero no lograban comunicarse
por lo que el partido estuvo suspendido varios minutos hasta que fue expulsado,
en medio de un clima caliente de gritos de “animals” por los hinchas locales.
Con un jugador de más, recién en el minuto 77 llegó el gol decisivo de Geoff
Hurst que determinó el pase de los ingleses a la semifinal, y ese episodio es
el que dio lugar a que en el siguiente Mundial, en México 1970, comenzaran a
utilizarse las tarjetas amarilla y roja.
En la semifinal
esperaba Portugal con Eusebio como gran figura, pero se encontró un Stiles que
lo persiguió por toda la cancha, lo molestó y así Inglaterra pudo llegar a la
final, Las lágrimas de impotencia de “La pela de Mozambique” certificaban lo
ocurrido. Había podido marcar un gol, pero de penal y cerca del final, cuando
ya los locales ganaban 2-0 con doblete de Bobby Charlton.
Ya tras la
polémica final, ganada por Inglaterra a Alemania federal por 4-2, apareció
aquella imagen de Stiles con la Copa Jules Rimet en una mano y su dentadura
postiza en la otra, bailando espontáneamente. Treinta años más tarde, esa
escena fue recordada en la letra de la canción “Three Lions” de Frank Skinner y
David Baddiel.
“El Mundial de
1966 sigue siendo lo más importante que me ha pasado en la vida. Todo el mundo
quiere tener un pedacito mío gracias a eso. Para ser sinceros, no estoy tan
ocupado como el resto de mis compañeros pero vaya a donde vaya, uno se da
cuenta de que aquello significó mucho para mucha gente. No solamente para gente
de mi edad, sino también para los amigos de mis nietos. Me miran y me dicen
‘Eh, tú eres ese tipo sin dientes que bailó alrededor de Wembley, ¿no?’. De
alguna forma acabas perteneciéndole a todo el mundo”. Le dijo en 2002 al diario
británico “The Guardian”.
Tras el Mundial,
la imagen de Stiles en la selección inglesa se fue deshilachando, especialmente
tras haber sido muy criticado en una derrota ante Escocia en 1967, que le costó
salir de la titularidad, aunque volvió a estar entre los veintidós para México
1970.
La presión tanto
en Inglaterra como en la prensa internacional, que se quejaba de sus duros
marcajes, hizo que Ramsey le fuera quitando protagonismo y perdió el puesto
ante Alan Mullery, del Tottenham, quien fue el primer inglés expulsado de la
historia en la semifinal de la Eurocopa de 1968, ante Yugoslavia. Al estar
suspendido Mullery. Stiles pudo disputar el último partido de su equipo, por el
tercer puesto, y en el Mundial de 1970 no llegó a jugar ni un solo minuto.
Stiles también
consiguió más éxitos en el Manchester United, al integrar el primer equipo
inglés en conseguir una Copa de Campeones de Europa (ahora Champions League) en
1968, cuando otra vez tuvo que marcar a Eusebio, del Benfica. Realizó
aceptablemente su trabajo pero ya sin la eficacia de dos años atrás en el
Mundial y cuando estaban 1-1 en esa final, la “Päntera Negra” se le logró
escapar, quedó mano a mano con el arquero Alex Stepney pero el remate final
terminbó con la pelota en el estómago de su rival y posteriormente los “Diablos
Rojos” ganaron 4-1.
Ya en la
semifinal, Stiles se había hecho cargo de Amancio, del Real Madrid. Bobby
Charlton contó en el canal de TV del Manchester United, muchos años después,
que no se sentía en condiciones de repetir las palabras que Stiles le dijo al
español a la salida del túnel en el estadio Santiago Bernabeu. En el total, “El
Desdentado” ganó dos Ligas inglesas, una FA Cup, una Copa de Campeones de
Europa y un Mundial.
Al ganar la Copa
de Campeones con el Manchester United en 1968, le dio la posibilidad de
enfrentar a Estudiantes de La Plata, campeón de la Copa Libertadores de América
de ese año. Dirigidos por Osvaldo Zubeldía, los platenses no se quedaban atrás
a la hora de las faltas y el carácter y uno de los duelos más esperados para la
noche del partido de ida en la Bombonera era justamente el de dos combativos,
Stiles y Carlos Bilardo, que irían por la misma zona de juego.
Los argentinos
ganaron 1-0 con gol de Marcos Conigliaro y a los 79 minutos, el árbitro
paraguayo Hugo Sosa Miranda expulsó a Stiles por un patadón al “Narigón” que
motivó su suspensión para la revancha en Old Trafford.
Antes de aquella
final, a Bilardo le ardían los ojos y le pidió a un colaborador que le pusiera
unas gotas de colirio, pero al rato, sus ojos ardieron mucho peor. “No veía
nada”, confesó más tarde y fue cuando comprobaron que se habían equivocado de
gotero. Le habían puesto unas gotas para fondos de ojo. “Si el partido contra
el Manchester United hubiese sido de día, no habría podido jugar”, admitió.
En un salto, durante
el partido, Bilardo y Stiles chocaron y el inglés perdió una lente de contacto.
“Cuando se repuso, me pegó una patada y como el árbitro lo vio, lo expulsó”,
contó Bilardo, quien ironizó “Todos esperaban nuestro duelo, se habló en la
previa del duelo nosotros, pero no sabían que íbamos a jugar casi ciegos”. En
realidad, la entrada de Bilardo fue muy dura y provocó la salida de la lente de
contacto, que lo dejó miope, y luego, se dijo que Bilardo la pisó en el césped
y la rompió. Stiles buscaba inocentemente la lente, acompañado por jugadores de
Estudiantes, que así ganaban tiempo porque los platenses ya estaban en ventaja.
Ya en la vuelta,
empataron 1-1 en otro clima de hostilidad muy parecido al de dos años antes en
el Mundial y otra vez al grito de “animals” y con la expulsión de Best y de
Hugo “Tato” Medina. Juan Ramón Verón puso en ventaja a Estudiantes, que se
dedicó a cortar mucho el partido, con faltas reiteradas y ni el gol del final
de Morgan alcanzó al Manchester United para revertir el marcador de la ida.
En 1971, con
apenas 28 años, tuvo que dejar el Manchester United para firmar por el
Middlesborough pero las tarjetas que fue acumulando lo hicieron ir saliendo del
más alto nivel del fútbol inglés y dos años después, ya era jugador-entrenador
del Preston North , donde tuvo de compañero al después también destacado periodista
en España Michael Robinson, quien lo describió al columnista del diario “As” de
Madrid, Alfredo Relaño, como “un ingenuo bizcochón al que hacían diabluras. Le
metían barro en la punta del botín, con lo que acababa sangrando en los dedos
del pie y luego le decían que lo que sucedía era que el pie estaba creciendo.
Entonces se calzaba un número más y no le hacían lo mismo. Volvía a su número y
se lo volvían a hacer, y así, sucesivamente. Y ora vez le inundaron de pescados
el motor del coche, y estuvo días desmontando los asientos y el baúl para
tratar de saber de dónde salía aquella peste, sin descubrirlo. Por lo visto,
era un buenazo, de esos que luego se transforman en el campo de juego”.
Posteriormente,
dirigió al Vancouver Whitecaps de Canadá y regresó a Inglaterra para hacerse
cargo del West Bromwich Albion, para terminar incorporándose a las divisiones
inferiores del Manchester United hasta que se jubiló, y en 2010 volvió a ser
noticia mundial cuando se conoció que había subastado en Escocia sus medallas
de campeón del mundo y de Europa. Se rumoreó entonces que estaba en apuros
económicos pero no era cierto. Sostuvo que como tiene dos medallas y tres hijos
–uno de ellos, John, jugó en el irlandés Shamrock Rovers en los Ochenta-, le
parecía más práctico dejarles en herencia el dinero más que las preseas. Esas
medallas las terminó adquiriendo el Manchester United por 200.000 libras.
Stiles jugó 28
partidos internacionales con la selección inglesa y 388 con el Manchester
United. En 2000 fue nombrado Miembro de la Orden del Imperio Británico después
de una campaña mediática que no entendía cómo cinco de los componentes del
equipo que ganó la Copa del Mundo en 1966, no habían sido condecorados todavía:
Alan Ball, Roger Hunt, Ray Wilson y George Cohen eran los otros cuatro. Ya son
varios los fallecidos de la selección inglesa que ganó su única Copa del Mundo
en 1966: Bobby Moore, Alan Ball, Ray Wilson, Gordon Banks, Martin Peters y Jack
Charlton.
Stiles también fue elegido para ingresar al
Salón de la Fama del Fútbol Inglés en 2007.
“Nos entristece mucho enterarnos de la muerte
de Nobby Stiles, que fue miembro de nuestro primer equipo que consiguió la Copa de Campeones de
Europa. Fue un titán de la historia del club, apreciado por su corazón y su
personalidad dentro y fuera del campo. Lo echaremos de menos profundamente”,
comunicó el Manchester United. La Premier League dispuso un minuto de silencio
en su homenaje en cada partido de la fecha de este fin de semana.
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