Con dudas acerca
de las fallas que permitieron que en tres partidos seguidos le remontaran
resultados, y los primeros atisbos de cuestionamientos al entrenador, Lionel
Scaloni, por los polémicos cambios que viene realizando en los segundos
tiempos, la selección argentina volvió a trabajar en su predio de Ezeiza, de
regreso de Río de Janeiro, donde debutó en la Copa América con un pálido 1-1
ante Chile.
“Es sólo el inicio
de un torneo muy duro y me preocuparía si no generáramos situaciones, pero lo
hacemos y en varias ocasiones, con mucha gente en el área rival. Ya van a
entrar. Tenemos varias cosas para corregir”, afirmó un optimista Scaloni
después del partido.
Sin embargo, los
reclamos del público y la prensa por la falta de eficacia van en aumento y ya
se acumulan 23 partidos sin que la selección argentina gane por más de dos
goles de diferencia desde el lejano 3-0 a Colombia por las Eliminatorias de
Francia 1998 el 15 de noviembre de 2016 en San Juan, con Edgardo Bauza como DT
(ya pasaron dos entrenadores más, Jorge Sampaoli y ahora Scaloni).
Si esto ocurre
en el ataque, también hay quejas en la defensa, que cedió dos penales seguidos
ante Colombia por las Eliminatorias y ante Chile en el debut de la Copa América
y en ambos casos, cuando el equipo ganaba su partido, y las dudas aparecen
cuando tenga que enfrentar en Brasilia (donde hubo diez casos positivos de
Covid de personal contratado por la Conmebol y están todos aislados en un
hotel) el próximo viernes a Uruguay, que trae una fuerte dupla atacante con
Luis Suárez y Edinson Cavani.
La buena noticia
en la concentración argentina es que ya está recuperado físicamente el marcador
central Cristian Romero (Atalanta), de muy buen desempeño en sus primeros
partidos con la camiseta albiceleste. No se sabe aún si ingresará por Nicolás
Otamendi o por Lucas Martínez Quarta. La selección argentina viajará el jueves
hacia Brasilia, donde enfrentará a Uruguay en el estadio Mané Garrincha por la
segunda fecha del Grupo A.
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