A sus 24 años,
la estadounidense Katie Ledecky, considerada una leyenda de la natación
comparable a Michael Phelps y a Janet Evans –a quien le quebró varios récords-
volvió a imponerse sin problemas en el torneo clasificatorio para llegar a los
Juegos Olímpicos de Tokio, los terceros de su brillante carrera que incluye
cinco medallas doradas en estas competencias, nueve títulos mundiales, y veinte
oros y una plata entre las dos máximas competiciones con trece récords
mundiales y veintitrés nacionales.
Sin embargo,
para los Juegos de Tokio, Ledecky puede llegar a tener el título olímpico
amenazado por la australiana Ariarne Timus, que ya la venció en
el pasado Mundial de Gwangju (Corea del Sur) en 2019 y hasta aparece en las
mismas competencias la argentina Delfina Pignatiello, bicampeona mundial
juvenil en 800 y 1500 metros libres y plata en 400 metros libres en
Indianápolis 2017, y medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 en
400, 800 y 1500 metros libres, varias de las especialidades de la
estadounidense.
En la clasificación para Tokio, Ledecky consiguió el
boleto para participar en los 200, 400,
800 y 1500 metros libres –primera vez que se habilitará esta especialidad en la
natación olímpica de mujeres- aunque no fue la única protagonista porque Katie
Grimes, de sólo 15 años, llegó casi seis segundos después y también consiguió
un lugar en los próximos Juegos Olímpicos.
Fue entonces que Ledecky, la mujer más ganadora de
la historia de los trials de natación de los Estados Unidos, con nada menos que
ocho títulos (Phelps es el único que la supera, con 16), abrazó a Grimes en el
agua. “El otro día, cuando vi que quedó tercera en los 1500 le dije que ella
era el futuro, pero en esta oportunidad le dije que ya era el ahora. Tendremos
un equipo muy joven en Tokio”, manifestó.
Ledecky no suele ser polémica ni tiene historias
complicadas con sus competidoras, y recordó que justamente hace nueve años, era
ella quien con apenas 15 sorprendía al mundo cuando reinaba Kate Ziegler, que
tenía 24. “Realmente se cierra el círculo. Hace nueve años éramos Katie y Kate,
y ahora somos Katie y Kate otra vez. No sé qué tienen las Kates y el estilo
libre de la natación”, comentó Ledecky, que junto con la gimnasta Simone Biles
será una de las caras de la cobertura de la emisora NBC. “”Quién sabe si quizá
dentro de nueve años sea como ella y aparezca otra Kate de quince”, bromeó
Grimes –que para la categoría de su edad quedó tercera en la historia detrás de
dos leyendas como su compañera y Janet Evans-, en la conferencia de prensa,
sentada al lado de su ídola.
Pero Ledecky no sólo es una gran campeona, sino que
es un ejemplo del esfuerzo, porque también consiguió licenciarse en psicología
por la Universidad de Stanford, gracias a que durante el inicio de la pandemia
de coronavirus en 2020 aceleró sus estudios hasta terminarlos, y ya anunció que
en el futuro pretende iniciar otra carrera, posiblemente la de derecho.
Kathleen Genevieve Ledecky nació en Washington DC el 17 de marzo de 1997, es
nadadora de estilo libre y fue campeona olímpica de los 200, 400 y 800 metros y
4 x 200 en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, campeona mundial de
los 400.800, 1500, 4 x 100 y 4 x 200 metros libres en Budapest 2017 y tiene
récords mundiales en 400, 800 y 1500 metros libres,
“Janet Evans –gran nadadora de los ochenta y
noventa- es mi inspiración. Estoy
intentando seguir sus pasos y hacerlo bien”, suele decir Ledecky, criada en
Washington, de familia multimillonaria y católica que estudió en un colegio de
monjas, de aspecto pálido, sin un desarrollo muscular relevante, no muy alta ni
con pies largos, casi una imagen civil muy poco ligada al deporte, y sin
embargo considerada la verdadera sucesora de Phelps.
“A la hora de escoger pruebas, prefiero pecar por
exceso que por defecto”, sostiene Ledecky, de 1,80 metro de estatura y 70
kilos, como una declaración de intenciones, y se sincera: “No me veo como a una
nadadora de fondo sino de estilo libre”.
Katie vivió toda su vida en Betthesda, Maryland, de
donde proviene su padre, David. Los mayores antecedentes en la natación son de
su madre, Mary Gen Hagan, que representó a la Universidad estatal de Nuevo
México y ya a los seis años nadaba en una piscina siguiendo los pasos de
Michael, su hermano mayor. “Mi mamá quería que nos sintiéramos cómodos en el
agua y nos enseñó a nadar por lo que ella fue mi primera maestra y modelo a
seguir en el deporte”, suele decir.
Comenzó a entrenarse en el verano de 2012, con sólo
15 años, en el “Nation´s Capital Swim Club” (NCAP), primero con Yuri Suguiyama
y luego, con Bruce Gemmell. “Es seria como un asesino”, afirmó Gemmell cuando
fue consultado sobre ella acerca de su timidez. “Cuando está en forma es un metrónomo y desde el borde de la
piscina podés escucharlo. Cuando va bien, su patada en el agua, sus brazadas.
Producen un sonido especial, un ritmo, una cadencia, que indica que está a full”,
insistió.
Ese mismo año comenzó a competir en los trials
olímpicos de los Estados Unidos en Omaha, Nebraska y su primer golpe fue cuando
se impuso en la competencia de los 800 metros libres, sacándole dos segundos de
ventaja a Kate Ziegler, nueve años mayor que ella, aunque tras los Juegos
Olímpicos de Pekín 2008 se había retirado momentáneamente de la natación y
luego retomó la actividad.
En los 400 metros libres fue tercera detrás de
Alisson Schmitt y Chloe Sutton aunque de todos modos, fue récord nacional para
la categoría de 15 a 16 años, superando nada menos que a Janet Evans-, aunque
fue novena en 200. “Es irreal, es imposible”, decía, con una sonrisa de oreja a
oreja. Su hermano Michael, que estaba a punto de entrar como estudiante a
Harvard, no pudo evitar saltar y golpear el puño en los festejos agarrándose la
cabeza con incredulidad. Otro que estaba emocionado era Yuri Suguyama, su
primer entrenador.
“Estás hablando de una dama de 15 años que viene a
la pileta todos los días con una sonrisa en su rostro y una ética de trabajo
increíble. Estoy orgulloso y feliz por ella. Ella se lo ganó”, dijo el
entrenador.
Sin embargo, pese a la resonante victoria sobre
Ziegler –dos veces campeona del mundo en 800 y 1500 libres-, la familia de
Ledecky fue recatada. Su madre abrazó a la derrotada, que antes de salir del
agua manifestó que le encantaría tener la oportunidad de ser la mentora de la
joven para ayudarla a desempeñarse de la mejor manera posible en sus primeros
Juegos Olímpicos para los que consiguió la clasificación, los de Londres 2012.
En el momento de competir en esos Juegos, Ledecky
estaba ingresando al segundo año del colegio “Stone Ridge” y logró llegar a la
final con el tercer registro en las eliminatorias. Y ya en la definición, dio
un gran espectáculo y se quedó con la medalla dorada con 8’14’’63, la segunda
mejor marca de todos los tiempos sólo superada por el récord mundial de Rebecca
Adington (8’14’’10) de 2008 y también batió el récord nacional que tenía Janet
Evans (8’ 16’’ 22) desde 1989. Fue la primera medalla dorada en esa competencia
para Estados Unidos desde 2000
Sólo tenía 15 años, 4 meses y 10 días, siendo la
participante más joven de toda la delegación de su país en Londres. Terminó
ganando ese año el “Golden Award” a la mejor performance femenina, y el premio
a la revelación del año.
Para los Juegos Nacionales de 2013, se clasificó
para las pruebas individuales y relevo de 4 x 200 libres para representar a su
país en el Mundial de ese año en Barcelona, aunque luego desistió de competir
en los 200 libres –pese a haber salido segunda en Estados Unidos-, mientras que
ganó las pruebas de 400, 800 y 1500 y se llevó las cuatro medallas doradas en
el Mundial (400. 800, 1500 y 4 x 200- donde tuvo de compañeras a Shannon Vreeland,
Karlee Bispo y Missy Franklin-).
Al final, Ledecky fue la nadadora que sumó más
puntos y ganó el premio FINA a la mejor nadadora del torneo, y a fin de año, la
revista “Swimming World Magazine” la nombró como la mejor nadadora del mundo
del año.
Sin embargo, no se detuvo y siguió progresando y en
2015, en el “Woodlands Swim Team Senior
Invitational” pudo conseguir otros dos récords mundiales en 800 y 1500 y
participó del Campeonato Nacional de USA donde consiguió clasificarse para el
torneo Pan-Pacific de ese año - obtuvo cinco medallas doradas (200, 400, 800,
1500 y 4 x 200) y logró otros dos records mundiales en 400 y 1500-.
En ese año se disputó el Mundial de Kazán (Rusia) y
primera mujer en la historia que gana cinco medallas de oro en un mismo torneo
(200, 400, 800, 1500 y 4 x 200) y además, tres nuevos récords mundiales, 800 y
dos veces en 1500.
Al año siguiente, participó de sus segundos Juegos
Olímpicos en Río de Janeiro y fue medalla dorada en 200 y 400 y 4 x 200 libres
y plateada en 4 x 100 libres, aunque lo más impresionante ocurrió en los 800
metros libres en los que logró otro récord mundial con el que se superó a sí
misma y le sacó más de 12 metros de distancia a su principal competidora.
Fue la atleta mujer más condecorada de los Juegos de
Río de Janeiro y la segunda en ganar en los mismos Juegos las competencias de
200, 400 y 800 metros, luego de que lo consiguiera Debbie Meyer en 1968.
Ya con 18 años, se incorporó al equipo de la
Universidad de Stamford y compitió en dos temporadas en la NCAA (2016/17 y
2017/18), hasta que en 2018 anunció su pase al profesionalismo. En diciembre de
2020 se licenció en Literatura por la Universidad de Stamford.
Con el entrenador Greg Meehan, Ledecky se convirtió
en integrante de un equipo (junto a Lia Neal, Simone Manuel y otras nadadoras
de gran nivel) que ganó tres campeonatos consecutivos de la NCAA y ya en la
primera temporada 2016/17 estableció doce récords de la competencia y nueve
nacionales, al tiempo que se convirtió en la primera estudiante de primer año,
en 35 temporadas, en recibir la Copa Honda, un premio que se le otorga a la
mejor atleta universitaria del país.
Mientras estudiaba en Stamford, se presentó también
en el Mundial de Budapest en 2017, y ganó el oro en 400, 700 y 1500 metros libres
y en el 4 x 100 y 4 x200, y la plata en los 200 metros libres. No era muy común
contar en la NCAA con una estrella mundial que ya era bicampeona olímpica.
Sin embargo, tras sus inicios en el profesionalismo
a partir de 2018, las cosas ya no fueron tan fáciles y en el Mundial de 2019 en
Gwangju, se encontró con la sorpresa de que en los 400 metros libres fue
superada por la australiana de entonces de 18 años, Ariarne Titmus, y en los
últimos 50 metros, en los que la estadounidense tuvo una sensible caída en su
rendimiento. Comenzó el último giro con 62 centésimas de ventaja y terminó a
1,21 segundos de la ganadora, para ser la más lenta de las ocho competidoras en
el sprint final. “Al llegar al último giro sentí como si me tensara y mis
piernas estaban muertas”, reconoció.
Ledecky no entendió del todo los motivos de aquella
caída. “Mi preparación física para ese campeonato había sido muy buena y
esperaba ser mucho más rápida, aunque sabía que iba a ser una carrera dura y
estaba nerviosa”, confesó. Acaso tuvo relación con que si bien ya había batido
a Titmus en los 400 metros libres el año anterior en el torneo Pan Pacific de
Tokio, le sacó apenas 1,16 segundos que fue la menor ventaja de todas sus
victorias en los grandes torneos.
“Es bastante notable para ella seguir haciendo lo
que hace, sabiendo que fue campeona olímpica a los 15 años y todavía es
posiblemente la mejor nadadora del mundo”, destacó su entrenador Meehan.
Incluso, 2020 fue un año particular para ella porque
no pudo entrenarse como pretendía, debido a la pandemia. Con las instalaciones
cerradas. Consiguió una pileta para practicar, de la manera que pudo y junto a
su compañera de equipo Simone Manuel,, en el partió trasero de una casa en
california de sólo dos carriles. “Y me pude arreglar bastante gracias a una
familia muy amable que nos permitió entrenarnos allí”, le dijo Ledecky, siempre
con una sonrisa, a CNN Sports.
La nadadora hasta consiguió un grupo de nuevos
fanáticos en la medida que los entrenamientos se intensificaron. “De hecho, fue
un poco divertido porque la familia propietaria de esa casa tiene algunos
nietos pequeños que venían a jugar en el patio trasero porque no había otros
lugares y estos niños lindos llegaban al final de nuestras prácticas y nos
alentaban y nos hacían sonreir. Mantuvimos nuestra distancia, hicimos todo
correctamente y lo manejamos todo muy bien y creo que tendré ese aliento
resonando en mis oídos y lo recordaré en Tokio”. Dijo, emocionada, Ledecky.
Ya considerada gran estrella, en 2020 “The
Washington Post” escribió que Ledecky “no pudo obtener medallas olímpicas este
año pero en cambio consiguió su título”. Es que, aprovechando la situación de
falta de competencia por la pandemia, volvió a inscribirse en clases para
mantenerse ocupada todo el año, y al terminar se licenció en psicología.
“Fue un desafío pero me dio algo que hacer y en qué
concentrarme –le dijo al Post-“. Terminó su licenciatura en psicología en poco
más de cuatro años. “Si los Juegos de Tokio no se postergaban, acaso me hubiera
graduado en 2021 o aún más tarde, y recordó cuando se había tomado un año sin
estudiar cuando al egresar de la escuela Stone Ridge de Bethesda en 2015 para
prepararse para los Juegos Olímpicos de 2016.
Mientras completaba su título, también tomó un curso
llamado “Cambio global y enfermedades infecciosas emergentes”. “No hubo mejor
momento para tomar esas clases”, reflexionó. Suele hablar a menudo de la
importancia de la educación para ella y su familia y recientemente lanzó
iniciativas para alentar a los jóvenes a seguir los campos STEM (Ciencia,
Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
También afirmó que su educación formal continuará
más allá de su licenciatura, ya sea en alguna escuela de negocios o en derecho,
y en un futuro cercano. “No sé exactamente en qué área quiero entrar pero
quiero explorar algunos de estos intereses que he desarrollado durante los
últimos años”, comentó.
Ledecky dio una larga entrevista en la que señaló
que para llegar a ser una gran estrella “es mucho trabajo durante muchos años.
No se trata de aparecer cada cuatro años un par de días. Es, literalmente,
todos os días dentro de esos cuatro años y todos los años que conducen a ese
momento. Pasé muchos de mis días en la escuela secundaria levantándome a las
cuatro de la mañana para hacer ejercicio, luego ir a la escuela y luego, a otro
entrenamiento, luego a hacer mi tarea y repetir todo lo mismo al día siguiente.
En la universidad, las horas son un poco más manejables, pero seguí haciendo
mis prácticas, pesas y todo eso y no puedo recordar cuándo fue la última vez
que mi entrenador me dijo que me tomara libre el día siguiente. Hay que tratar
de estar concentrado en esto”, explicó.
En cuanto a su parecido en títulos a Phelps, Ledecky
recuerda que “crecí en Maryland y hay toda una historia de nadadores de allí
además de Michael y de mí. Me encantaba ver natación y mientras crecía pude ver
de cerca a compañeras olímpicas como Katie Hoff y Kate Ziegler, o la triatleta
Melissa Stockwell, o Christina von
Saltza Olmstead, una nadadora de la década de los sesenta de la que me
hice amiga y que fue medallista dorada en 400 metros libres, así que tenemos
eso en común, y también Debbie Meyer, que ganó en 200, 400 y 800 metros libres.
Conocer a estas mujeres fue muy bueno para mí”.
En 2016 se convirtió en la persona más joven en
aparecer en la lista de las cien personas más influyentes del mundo para la
revista “Time” y está involucrada en el programa católico de caridad
“Shepherd’s Table”, en el proyecto ciclístico “Bikes for the World” y el
programa de asistencia de soldados heridos del Centro Médico Naval “Walter Reed
Bethesda”. Cuando fue recibida por el ex presidente Barack Obama en la Casa
Blanca y éste le preguntó qué haría si tuviera la posibilidad de gobernar,
respondió que “algo para honrar a la gente de este país. Sé lo que es
representar al país, pero eso no es nada comparado con lo que la gente ha hecho
y se ha sacrificado por este país”.
Hace pocos meses participó de una promoción para no
desperdiciar leche, para lo que se colocó un vaso lleno, con cacao, sobre su
cabeza y nadó un largo sin que se le derramara ni una sola gota, y tomó un
trago al llegar
“Quiero representar bien al equipo de los Estados
Unidos tanto dentro como fuera del agua, a mi familia, a mis entrenadores, a
mis compañeros de equipo y a todos los que han trabajado duro para que yo
llegara a este punto”, señaló.
“Ella lo está haciendo posible. Está desafiando su
imaginación y es increíble lo que consiguió”, afirmó sobre Ledecky nada menos
que Phelps, el más grande nadador de todos los tiempos.
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