lunes, 19 de julio de 2021

Katie Ledecky, la nadadora leyenda y posicóloga que deberá sortear inesperados obstáculos en los Juegos de Tokio, entre ellos a la argentina Delfina Pigniatello (Infobae)


 

A sus 24 años, la estadounidense Katie Ledecky, considerada una leyenda de la natación comparable a Michael Phelps y a Janet Evans –a quien le quebró varios récords- volvió a imponerse sin problemas en el torneo clasificatorio para llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio, los terceros de su brillante carrera que incluye cinco medallas doradas en estas competencias, nueve títulos mundiales, y veinte oros y una plata entre las dos máximas competiciones con trece récords mundiales y veintitrés nacionales.

Sin embargo, para los Juegos de Tokio, Ledecky puede llegar a tener el título olímpico amenazado por la australiana Ariarne Timus, que ya la venció en el pasado Mundial de Gwangju (Corea del Sur) en 2019 y hasta aparece en las mismas competencias la argentina Delfina Pignatiello, bicampeona mundial juvenil en 800 y 1500 metros libres y plata en 400 metros libres en Indianápolis 2017, y medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 en 400, 800 y 1500 metros libres, varias de las especialidades de la estadounidense.

En la clasificación para Tokio, Ledecky consiguió el boleto para participar  en los 200, 400, 800 y 1500 metros libres –primera vez que se habilitará esta especialidad en la natación olímpica de mujeres- aunque no fue la única protagonista porque Katie Grimes, de sólo 15 años, llegó casi seis segundos después y también consiguió un lugar en los próximos Juegos Olímpicos.

Fue entonces que Ledecky, la mujer más ganadora de la historia de los trials de natación de los Estados Unidos, con nada menos que ocho títulos (Phelps es el único que la supera, con 16), abrazó a Grimes en el agua. “El otro día, cuando vi que quedó tercera en los 1500 le dije que ella era el futuro, pero en esta oportunidad le dije que ya era el ahora. Tendremos un equipo muy joven en Tokio”, manifestó.

Ledecky no suele ser polémica ni tiene historias complicadas con sus competidoras, y recordó que justamente hace nueve años, era ella quien con apenas 15 sorprendía al mundo cuando reinaba Kate Ziegler, que tenía 24. “Realmente se cierra el círculo. Hace nueve años éramos Katie y Kate, y ahora somos Katie y Kate otra vez. No sé qué tienen las Kates y el estilo libre de la natación”, comentó Ledecky, que junto con la gimnasta Simone Biles será una de las caras de la cobertura de la emisora NBC. “”Quién sabe si quizá dentro de nueve años sea como ella y aparezca otra Kate de quince”, bromeó Grimes –que para la categoría de su edad quedó tercera en la historia detrás de dos leyendas como su compañera y Janet Evans-, en la conferencia de prensa, sentada al lado de su ídola.

Pero Ledecky no sólo es una gran campeona, sino que es un ejemplo del esfuerzo, porque también consiguió licenciarse en psicología por la Universidad de Stanford, gracias a que durante el inicio de la pandemia de coronavirus en 2020 aceleró sus estudios hasta terminarlos, y ya anunció que en el futuro pretende iniciar otra carrera, posiblemente la de derecho.

Kathleen Genevieve Ledecky nació en  Washington DC el 17 de marzo de 1997, es nadadora de estilo libre y fue campeona olímpica de los 200, 400 y 800 metros y 4 x 200 en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, campeona mundial de los 400.800, 1500, 4 x 100 y 4 x 200 metros libres en Budapest 2017 y tiene récords mundiales en 400, 800 y 1500 metros libres,

“Janet Evans –gran nadadora de los ochenta y noventa-  es mi inspiración. Estoy intentando seguir sus pasos y hacerlo bien”, suele decir Ledecky, criada en Washington, de familia multimillonaria y católica que estudió en un colegio de monjas, de aspecto pálido, sin un desarrollo muscular relevante, no muy alta ni con pies largos, casi una imagen civil muy poco ligada al deporte, y sin embargo considerada la verdadera sucesora de Phelps.

“A la hora de escoger pruebas, prefiero pecar por exceso que por defecto”, sostiene Ledecky, de 1,80 metro de estatura y 70 kilos, como una declaración de intenciones, y se sincera: “No me veo como a una nadadora de fondo sino de estilo libre”.

Katie vivió toda su vida en Betthesda, Maryland, de donde proviene su padre, David. Los mayores antecedentes en la natación son de su madre, Mary Gen Hagan, que representó a la Universidad estatal de Nuevo México y ya a los seis años nadaba en una piscina siguiendo los pasos de Michael, su hermano mayor. “Mi mamá quería que nos sintiéramos cómodos en el agua y nos enseñó a nadar por lo que ella fue mi primera maestra y modelo a seguir en el deporte”, suele decir.

Comenzó a entrenarse en el verano de 2012, con sólo 15 años, en el “Nation´s Capital Swim Club” (NCAP), primero con Yuri Suguiyama y luego, con Bruce Gemmell. “Es seria como un asesino”, afirmó Gemmell cuando fue consultado sobre ella acerca de su timidez. “Cuando está en forma  es un metrónomo y desde el borde de la piscina podés escucharlo. Cuando va bien, su patada en el agua, sus brazadas. Producen un sonido especial, un ritmo, una cadencia, que indica que está a full”, insistió.

Ese mismo año comenzó a competir en los trials olímpicos de los Estados Unidos en Omaha, Nebraska y su primer golpe fue cuando se impuso en la competencia de los 800 metros libres, sacándole dos segundos de ventaja a Kate Ziegler, nueve años mayor que ella, aunque tras los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 se había retirado momentáneamente de la natación y luego retomó la actividad.

En los 400 metros libres fue tercera detrás de Alisson Schmitt y Chloe Sutton aunque de todos modos, fue récord nacional para la categoría de 15 a 16 años, superando nada menos que a Janet Evans-, aunque fue novena en 200. “Es irreal, es imposible”, decía, con una sonrisa de oreja a oreja. Su hermano Michael, que estaba a punto de entrar como estudiante a Harvard, no pudo evitar saltar y golpear el puño en los festejos agarrándose la cabeza con incredulidad. Otro que estaba emocionado era Yuri Suguyama, su primer entrenador.

“Estás hablando de una dama de 15 años que viene a la pileta todos los días con una sonrisa en su rostro y una ética de trabajo increíble. Estoy orgulloso y feliz por ella. Ella se lo ganó”, dijo el entrenador.

Sin embargo, pese a la resonante victoria sobre Ziegler –dos veces campeona del mundo en 800 y 1500 libres-, la familia de Ledecky fue recatada. Su madre abrazó a la derrotada, que antes de salir del agua manifestó que le encantaría tener la oportunidad de ser la mentora de la joven para ayudarla a desempeñarse de la mejor manera posible en sus primeros Juegos Olímpicos para los que consiguió la clasificación, los de Londres 2012.

En el momento de competir en esos Juegos, Ledecky estaba ingresando al segundo año del colegio “Stone Ridge” y logró llegar a la final con el tercer registro en las eliminatorias. Y ya en la definición, dio un gran espectáculo y se quedó con la medalla dorada con 8’14’’63, la segunda mejor marca de todos los tiempos sólo superada por el récord mundial de Rebecca Adington (8’14’’10) de 2008 y también batió el récord nacional que tenía Janet Evans (8’ 16’’ 22) desde 1989. Fue la primera medalla dorada en esa competencia para Estados Unidos desde 2000

Sólo tenía 15 años, 4 meses y 10 días, siendo la participante más joven de toda la delegación de su país en Londres. Terminó ganando ese año el “Golden Award” a la mejor performance femenina, y el premio a la revelación del año.

Para los Juegos Nacionales de 2013, se clasificó para las pruebas individuales y relevo de 4 x 200 libres para representar a su país en el Mundial de ese año en Barcelona, aunque luego desistió de competir en los 200 libres –pese a haber salido segunda en Estados Unidos-, mientras que ganó las pruebas de 400, 800 y 1500 y se llevó las cuatro medallas doradas en el Mundial (400. 800, 1500 y 4 x 200- donde tuvo de compañeras a Shannon Vreeland, Karlee Bispo y Missy Franklin-).

Al final, Ledecky fue la nadadora que sumó más puntos y ganó el premio FINA a la mejor nadadora del torneo, y a fin de año, la revista “Swimming World Magazine” la nombró como la mejor nadadora del mundo del año.

Sin embargo, no se detuvo y siguió progresando y en 2015, en  el “Woodlands Swim Team Senior Invitational” pudo conseguir otros dos récords mundiales en 800 y 1500 y participó del Campeonato Nacional de USA donde consiguió clasificarse para el torneo Pan-Pacific de ese año - obtuvo cinco medallas doradas (200, 400, 800, 1500 y 4 x 200) y logró otros dos records mundiales en 400 y 1500-.

En ese año se disputó el Mundial de Kazán (Rusia) y primera mujer en la historia que gana cinco medallas de oro en un mismo torneo (200, 400, 800, 1500 y 4 x 200) y además, tres nuevos récords mundiales, 800 y dos veces en 1500.

Al año siguiente, participó de sus segundos Juegos Olímpicos en Río de Janeiro y fue medalla dorada en 200 y 400 y 4 x 200 libres y plateada en 4 x 100 libres, aunque lo más impresionante ocurrió en los 800 metros libres en los que logró otro récord mundial con el que se superó a sí misma y le sacó más de 12 metros de distancia a su principal competidora.

Fue la atleta mujer más condecorada de los Juegos de Río de Janeiro y la segunda en ganar en los mismos Juegos las competencias de 200, 400 y 800 metros, luego de que lo consiguiera Debbie Meyer en 1968.

Ya con 18 años, se incorporó al equipo de la Universidad de Stamford y compitió en dos temporadas en la NCAA (2016/17 y 2017/18), hasta que en 2018 anunció su pase al profesionalismo. En diciembre de 2020 se licenció en Literatura por la Universidad de Stamford.

Con el entrenador Greg Meehan, Ledecky se convirtió en integrante de un equipo (junto a Lia Neal, Simone Manuel y otras nadadoras de gran nivel) que ganó tres campeonatos consecutivos de la NCAA y ya en la primera temporada 2016/17 estableció doce récords de la competencia y nueve nacionales, al tiempo que se convirtió en la primera estudiante de primer año, en 35 temporadas, en recibir la Copa Honda, un premio que se le otorga a la mejor atleta universitaria del país.

Mientras estudiaba en Stamford, se presentó también en el Mundial de Budapest en 2017, y ganó el oro en 400, 700 y 1500 metros libres y en el 4 x 100 y 4 x200, y la plata en los 200 metros libres. No era muy común contar en la NCAA con una estrella mundial que ya era bicampeona olímpica.

Sin embargo, tras sus inicios en el profesionalismo a partir de 2018, las cosas ya no fueron tan fáciles y en el Mundial de 2019 en Gwangju, se encontró con la sorpresa de que en los 400 metros libres fue superada por la australiana de entonces de 18 años, Ariarne Titmus, y en los últimos 50 metros, en los que la estadounidense tuvo una sensible caída en su rendimiento. Comenzó el último giro con 62 centésimas de ventaja y terminó a 1,21 segundos de la ganadora, para ser la más lenta de las ocho competidoras en el sprint final. “Al llegar al último giro sentí como si me tensara y mis piernas estaban muertas”, reconoció.

Ledecky no entendió del todo los motivos de aquella caída. “Mi preparación física para ese campeonato había sido muy buena y esperaba ser mucho más rápida, aunque sabía que iba a ser una carrera dura y estaba nerviosa”, confesó. Acaso tuvo relación con que si bien ya había batido a Titmus en los 400 metros libres el año anterior en el torneo Pan Pacific de Tokio, le sacó apenas 1,16 segundos que fue la menor ventaja de todas sus victorias en los grandes torneos.

“Es bastante notable para ella seguir haciendo lo que hace, sabiendo que fue campeona olímpica a los 15 años y todavía es posiblemente la mejor nadadora del mundo”, destacó su entrenador Meehan.

Incluso, 2020 fue un año particular para ella porque no pudo entrenarse como pretendía, debido a la pandemia. Con las instalaciones cerradas. Consiguió una pileta para practicar, de la manera que pudo y junto a su compañera de equipo Simone Manuel,, en el partió trasero de una casa en california de sólo dos carriles. “Y me pude arreglar bastante gracias a una familia muy amable que nos permitió entrenarnos allí”, le dijo Ledecky, siempre con una sonrisa, a CNN Sports.

La nadadora hasta consiguió un grupo de nuevos fanáticos en la medida que los entrenamientos se intensificaron. “De hecho, fue un poco divertido porque la familia propietaria de esa casa tiene algunos nietos pequeños que venían a jugar en el patio trasero porque no había otros lugares y estos niños lindos llegaban al final de nuestras prácticas y nos alentaban y nos hacían sonreir. Mantuvimos nuestra distancia, hicimos todo correctamente y lo manejamos todo muy bien y creo que tendré ese aliento resonando en mis oídos y lo recordaré en Tokio”. Dijo, emocionada, Ledecky.

Ya considerada gran estrella, en 2020 “The Washington Post” escribió que Ledecky “no pudo obtener medallas olímpicas este año pero en cambio consiguió su título”. Es que, aprovechando la situación de falta de competencia por la pandemia, volvió a inscribirse en clases para mantenerse ocupada todo el año, y al terminar se licenció en psicología.

“Fue un desafío pero me dio algo que hacer y en qué concentrarme –le dijo al Post-“. Terminó su licenciatura en psicología en poco más de cuatro años. “Si los Juegos de Tokio no se postergaban, acaso me hubiera graduado en 2021 o aún más tarde, y recordó cuando se había tomado un año sin estudiar cuando al egresar de la escuela Stone Ridge de Bethesda en 2015 para prepararse para los Juegos Olímpicos de 2016.

Mientras completaba su título, también tomó un curso llamado “Cambio global y enfermedades infecciosas emergentes”. “No hubo mejor momento para tomar esas clases”, reflexionó. Suele hablar a menudo de la importancia de la educación para ella y su familia y recientemente lanzó iniciativas para alentar a los jóvenes a seguir los campos STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).

También afirmó que su educación formal continuará más allá de su licenciatura, ya sea en alguna escuela de negocios o en derecho, y en un futuro cercano. “No sé exactamente en qué área quiero entrar pero quiero explorar algunos de estos intereses que he desarrollado durante los últimos años”, comentó.

Ledecky dio una larga entrevista en la que señaló que para llegar a ser una gran estrella “es mucho trabajo durante muchos años. No se trata de aparecer cada cuatro años un par de días. Es, literalmente, todos os días dentro de esos cuatro años y todos los años que conducen a ese momento. Pasé muchos de mis días en la escuela secundaria levantándome a las cuatro de la mañana para hacer ejercicio, luego ir a la escuela y luego, a otro entrenamiento, luego a hacer mi tarea y repetir todo lo mismo al día siguiente. En la universidad, las horas son un poco más manejables, pero seguí haciendo mis prácticas, pesas y todo eso y no puedo recordar cuándo fue la última vez que mi entrenador me dijo que me tomara libre el día siguiente. Hay que tratar de estar concentrado en esto”, explicó.

En cuanto a su parecido en títulos a Phelps, Ledecky recuerda que “crecí en Maryland y hay toda una historia de nadadores de allí además de Michael y de mí. Me encantaba ver natación y mientras crecía pude ver de cerca a compañeras olímpicas como Katie Hoff y Kate Ziegler, o la triatleta Melissa Stockwell, o Christina von  Saltza Olmstead, una nadadora de la década de los sesenta de la que me hice amiga y que fue medallista dorada en 400 metros libres, así que tenemos eso en común, y también Debbie Meyer, que ganó en 200, 400 y 800 metros libres. Conocer a estas mujeres fue muy bueno para mí”.

En 2016 se convirtió en la persona más joven en aparecer en la lista de las cien personas más influyentes del mundo para la revista “Time” y está involucrada en el programa católico de caridad “Shepherd’s Table”, en el proyecto ciclístico “Bikes for the World” y el programa de asistencia de soldados heridos del Centro Médico Naval “Walter Reed Bethesda”. Cuando fue recibida por el ex presidente Barack Obama en la Casa Blanca y éste le preguntó qué haría si tuviera la posibilidad de gobernar, respondió que “algo para honrar a la gente de este país. Sé lo que es representar al país, pero eso no es nada comparado con lo que la gente ha hecho y se ha sacrificado por este país”.

Hace pocos meses participó de una promoción para no desperdiciar leche, para lo que se colocó un vaso lleno, con cacao, sobre su cabeza y nadó un largo sin que se le derramara ni una sola gota, y tomó un trago al llegar

“Quiero representar bien al equipo de los Estados Unidos tanto dentro como fuera del agua, a mi familia, a mis entrenadores, a mis compañeros de equipo y a todos los que han trabajado duro para que yo llegara a este punto”, señaló.

“Ella lo está haciendo posible. Está desafiando su imaginación y es increíble lo que consiguió”, afirmó sobre Ledecky nada menos que Phelps, el más grande nadador de todos los tiempos.

 

 
 

 

No hay comentarios: