domingo, 8 de abril de 2012
La crispación madridista camina al precipicio (www.163.com)
Varias veces se planteó en este blog y comienzan a verse las consecuencias. Que quede claro de entrada: José Mourinho es un gran entrenador. Nadie lo duda y las pruebas al canto son sus éxitos, sus títulos, su palmarés impresionante. Tampoco nadie duda de su personalidad y de su capacidad de llevar a un club como Real Madrid a estar convencido de haberlo contratado y de darle la suma de los poderes, al punto de aceptar que un entrenador pueda tomarse la atribución de mandar a echar a un superior en el cargo, como Jorge Valdano, ex director deportivo de la entidad.
Pero desde hace tiempo que se puede constatar, sin mucho margen de error, que la forma de conducirse de Mourinho y su cuerpo técnico, que le responde en todo, como si fuera una sola persona, va llevando al Real Madrid al precipicio. Ni siquiera un liderazgo con mucha ventaja sobre un Barcelona histórico, tal vez el mejor equipo que jamás se haya visto, pudo tapar este extraño momento que vive el madridismo en general, aunque lentamente muchos comienzan a abrir los ojos y a entender el camino al que va direccionado el club de sus amores.
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