Pocos se atreven a imaginarlo. Para los aficionados
del fútbol de todo el mundo, sería una gran desilusión. Para los españoles,
algo impensado y la oportunidad perdida de que se concrete, por fin, un clásico
tan importante en una final de Champions League. Para el periodismo, la gran
ocasión para generar una expectativa poco común, y para los apostadores, una
situación inédita de que los dos favoritos no lleguen a la máxima instancia.
Todos dan como candidatos, en estas semifinales de
Champions League, a los que la mayoría considera, hoy, como los dos mejores
equipos del mundo, al punto tal de que hay una coincidencia generalizada de que
si uno de los dos no gana la Liga Española, es simplemente porque no puede
haber dos campeones pero que el que sale segundo, sería campeón en cualquier
otro torneo de liga del planeta.
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