Se terminaron ya las vacaciones y la Liga Española
ha vuelto a rodar con resultados muy ajustados, muy pocos goles y algunos
indicios que van marcando una cierta tendencia que el tiempo se encargará de corroborar:
un Barcelona con un plantel excesivamente corto, un Real Madrid con problemas
para el gol (algo que parecería insólito), y un Atlético Madrid que por ahora
no ha cambiado demasiado pese a los fichajes rimbombantes.
Si bien el Barcelona ha comenzado la Liga venciendo
en un campo muy difícil como el nuevo San Mamés ante el Athletic de Bilbao,
rival que le ha complicado tanto que le arrebató recientemente la Supercopa de
España y en este mismo estadio lo goleó 4-0, los azulgranas tampoco se pueden llamar
a engaño.
Luis Suárez salvó al final los tres puntos en un
partido complicado, muy duro, con muchas infracciones como resabio de la
Supercopa, y en el que Lionel Messi falló un penalti (que no había sido), bien
contenido por Gorka Iraizoz (uno de los pocos que pudo conseguir lo mismo ante
Cristiano Ronaldo), pero las lesiones de Daniel Alves y Sergio Busquets,
sumadas a la de Neymar, perturban demasiado a un equipo que cuenta con pocos
jugadores del mismo nivel por las salidas de Montoya, Pedro y Xavi.
Si bien el entrenador Luis Enrique dijo tras el
partido que su equipo había jugado en un “alto nivel” no es lo que se vio, sino
al contrario, un Barcelona que tuvo carácter, pero que no encuentra entre sus
suplentes a jugadores de la misma jerarquía que con los titulares y que deberá
estirarse hasta enero, cuando pueda utilizar sus nuevos fichajes (Alex Vidal,
Arda Turan, Nolito), de la manera que pueda.
Por el lado del Real Madrid, el único de los equipos
de la parte superior de la tabla de posiciones pasada que cambió de entrenador,
ocurrió con Rafa Benítez algo parecido que con Luis Enrique. Un elogio
desmedido a sus jugadores cuando la propia prensa madrileña destacó que de los
nueve partidos que los blancos llevan jugados con su nuevo director técnico, en
cinco no ha marcado goles.
No es un dato menor: el hecho de contar con un
ataque sin un nueve de referencia como antes era Karim Benzema, para jugar con
Gareth Bale en esa posición aunque no fijo sino entrando o saliendo, con dos
estáticos Cristiano Ronaldo y Jesé, bien encerrados por el Sporting Gijón,
puede resultar negativo pese a tanta posesión y todo quedó reducido, en El
Molinón, a remates de media distancia, varios de ellos de Isco o algunos de los
delanteros, pero no hubo llegadas claras que dejaran a sus atacantes de cara a
la portería.
En otro partido del que se esperaba mucho, al menos
por el lado del Atlético Madrid de Diego Simeone, tampoco se vieron demasiadas
cosas y los rojiblancos, pese a tantas incorporaciones de fuste (el equipo que
más fichó, por encima esta vez de los dos colosos, Real Madrid y Barcelona),
parecen tener una continuidad con la temporada pasada.-
El Atlético, pese a la llegada de delanteros como
Jackson Martínez o Luciano Vietto, parece descansar casi todo su juego en lo
que haga su retornado joven Oliver Torres, quien si esto sigue así tendrá
demasiada carga por hacerse cargo de todo, como en cierta forma antes dependía
de Arda Turan, Koke, o el lanzamiento de los dos laterales, algo que continúa
ahora con el retorno de Filipe Luis y la continuidad de Juanfran, pero se
debería esperar mucho más.
El ingreso en el segundo tiempo del argentino Angel
Correa abrió una brecha por la punta y aportó cierta frescura, pero suena a muy
poco para todo lo que tiene Simeone en su plantel, y ante uno de los equipos
con menos oposición como visitantes, Las Palmas.
La jornada incluyó otros dos partidos con empates
sin goles aunque muy distintos entre sí. No fue lo mismo el Málaga-Sevilla, que
aburrieron pese a tener muy buenos jugadores, que el Rayo Vallecano-Valencia,
con muchas situaciones de gol en ambos arcos, pero ninguna concretada aunque
pudieron generar un muy buen espectáculo final.
¿Serán los pocos goles el augurio de una Liga con
mayor paridad que todas las anteriores? En todo caso, los analistas auguran por
fin un torneo en el que la “clase media” (Atlético Madrid, Sevilla, Valencia,
Athletic, Villarreal) se acercará a las dos potencias, cuando por fin los
equipos parecen estar algo más ordenados económicamente (15 de los 20 tuvieron
hasta ahora superávits en sus balanzas comerciales en el mercado de fichajes),
y el reparto de los derechos de TV será distinto desde que la Liga Profesional
(LFP) los vende centralizados y sólo dos países en todo el mundo, Mongolia y
Groenlandia, no los habían comprado.
Esta Liga también marcará un cambio cultural para
seguir al fútbol, que en las próximas semanas se verá si es aceptado como
modelo, por su tendencia de parecerse a la Premier League inglesa, a la que
apunta con la intención de irla destronando, empresa muy difícil.
Por esta razón, esta vez se decidió una suerte de
“Boxing Day” para Navidad y Fin de Año, algo alejado de las costumbres
españolas, y habrá partidos los viernes y algunos horarios extraños para
penetrar en mercados como el asiático.
Una Liga que ha comenzado sin que Messi o Cristiano
Ronaldo marquen en su primera jornada, ya no parece una Liga común, pero es
demasiado pronto, aún, para sacar conclusiones definitivas.
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