Este escriba recuerda que a falta de unas diez
fechas para terminar el entonces corto Torneo Clausura 1991, consultó a uno de
los máximos dirigentes de Boca Juniors si ya tenía pensado qué harían cuando acabara
el certamen y en una hipotética definición a doble final con Newell’s Old Boys
(ganadior del Apertura) tuvieran que disputarla sin sus principales figuras,
entonces Diego Latorre y Gabriel Batistuta, por estar citados a la selección
que justo para ese entonces debería disputar la Copa América de Chile.
El dirigente (siempre de mucha estatura) relativizó
los hechos, manifestando que eso “no va a ocurrir”. Pero ocurrió, y Boca no
contó con los dos cracks. Por cierto, Newell’s tampoco con los suyos (Darío
Franco y Fernando Gamboa), importantes pero sin el peso específico de sus
rivales, y la AFA permitió a ambos equipos reemplazarlos por otros (casualmente,
Gerardo Martino, que jugaba en el Tenerife, fue uno de los que llegaron).
Es decir que esto que ocurre ahora, en las puertas
del partido que acaso sea el más trascendente del actual torneo de treinta
fechas, el Boca-San Lorenzo, que insólitamente no contarán con sus principales
jugadores, citados una vez más a la selección nacional y para partidos de
escasísima monta, como los que casi siempre juega Argentina en las “fechas FIFA”,
dedicada más a hacer caja que al interés estrictamente deportivo.
Yendo a los antecedentes de los últimos años, Boca
podría argumentar que es la tercera vez que la AFA se interpone en sus chances
de ganar un título (ocurrió en el citado caso de 1991 y en 2006, cuando Julio
Grondona contrató a Alfio Basile para ser DT de la selección cuando iban seis
fechas del Clausura y Boca, equipo al que dirigía, reunía los 18 puntos, cuando
el equipo nacional sólo disputó un compromiso amistoso ante Brasil hasta el 31
de diciembre, en Londres), pero no es el único perjudicado en este caso.
No se puede entender que la fecha no se suspenda, si
es que hay que darle la importancia que se pretende a la selección argentina,
como se procede en casi todo el mundo a la hora de compromisos de los equipos
nacionales, y tampoco el argumento de la muerte del chico Ortega, que alteró el
calendario por haber corrido todo una fecha, alcanza para tapar la absoluta
falta de seriedad en la dirigencia de la AFA.
Porque por un lado, si se quiere prestigiar un
torneo cada vez más deslucido, por haber aceptado la orden desde la Casa Rosada
de los 30 equipos, que luego se quiere bajar lo antes posible para volver a los
20, y que ahora pierde a muchos de sus jugadores con el mercado internacional
de pases abierto hasta el 31 de agosto, al menos debería permitirse que en el
desenlace, el nivel sea el más alto posible.
Pero por otro, ¿desde qué lugar se pretende que la
selección argentina se prestigia desde dos amistosos de morondanga ante equipos
que son los únicos que pudieron aceptar la oferta de los organizadores
(Torneos), debido al rechazo generalizado de trece federaciones anteriores que
no quisieron (con toda razón) involucrarse con empresas ligadas con la más
absoluta corrupción.
¿Es a este esquema de selección argentina a la que
se quiere privilegiar sobre el cada vez más desteñido torneo local? ¿El Boca-San
Lorenzo se juega sin las máximas figuras para que la selección cumpla con dos
compromisos burocráticos ante Bolivia (cuyo presidente Carlos Chávez firmó el
contrato desde la cárcel) y México, organizados por la misma vituperada Torneos
involucrada en el FIFA-Gate?
El problema sigue siendo el mismo de 1991, 2006 y
2015 también. El problema no es “Selección Nacional vs Torneo local” sino la
falta de seriedad de la dirigencia del fútbol, que en el fondo, es la falta de
seriedad de la dirigencia (fútbol incluido, claro).
Que deba optarse por “selección nacional o Torneo
local” ya habla del fracaso organizativo, de un pésimo calendario, y de
absoluta falta de imaginación para resolverlo.
Es que a AFA poco seria, los clubes y la
organización de la selección no pueden ser serios. No sería coherente.
Párrafo aparte para el DT de la selección argentina,
Gerardo Martino, que tantas veces en estos años se quejó de todo lo
organizativo. Raro que no haya puesto el grito en el cielo. Tal vez no lo hizo
porque al final, cuenta con los jugadores. Aún así, ¿No hay algunas cosas que
siguen fallando, Tata? ¿Hasta cuándo aguantará?
No hay comentarios:
Publicar un comentario