El parte médico, pocos minutos después de ser
examinado emn el sanatorio Creu Blanca de Barcelona, dice “rotura de ligamento
colateral interno de la rodilla izquierda” y la noticia acaparó más portales y
centímetros de los diarios que el propio resultado de su equipo en la Liga
Española, aunque haya ganado 2-1 a Las Palmas.
Lionel Messi, que no se lesionaba con seriedad desde
2013, chocó su rodilla con la del defensor de Las Palmas Pedro Bigas a los 8 minutos
del primer tiempo, en el Camp Nou, por la sexta jornada de la Liga, y un
silencio expectante acompañó la revisación del médico del Barcelona, Ricard
Pruna, hasta que se supo que debía salir reemplazado y rápidamente examinado en
la clínica.
Esta lesión de Messi deja huérfanos del mejor fútbol
tanto a su equipo como la selección argentina en momentos muy importantes. Los
azulgrana no contarán con él por dos meses en los que deberán afrontar casi
toda la fase de grupos de la Champions League (esta misma semana espera al
Bayer Leverkusen, al que alguna vez el crack llegó a marcar cinco goles en un
mismo partido) y también el clásico ante Real Madrid de la Liga, que contará
con el aditamento de que quizá sea uno de los dos últimos si es que Cataluña,
como parece, se independiza de España.
En la selección argentina, la situación parece
todavía más difícil, porque justo Messi queda fuera de los primeros cuatro
partidos de la clasificación sudamericana para el Mundial 2018. En octubre, los
albicelestes deben enfrentar como locales a Ecuador y a los pocos días, a
Paraguay como visitantes, y en noviembre, finalizarán 2015 con dos exigentes
partidos, ante Brasil como locales y ante Colombia fuera de casa.
Se supone que una selección como la argentina,
subcampeona mundial y al mismo tiempo subcampeona de la Copa América, no
debería tener problemas para afrontar estos cuatro partidos por la calidad del
plantel, pero se sabe que como suele ocurrir en tantos equipos, la dependencia
de Messi es lógica y hay un plus que siempre aparece cuando participa el mejor
jugador del mundo.
De cualquier modo, Messi pudo no haber jugado en la
selección argentina pero por otras razones. Cuando terminó la Copa América de
Chile y el equipo albiceleste perdió la final por penales ante los locales, que
agrandó los años de frustración por falta de títulos a 22 (el último fue en la
Copa América de Ecuador 1993), un sector de la prensa y muchos aficionados
descargaron su bronca contra la gran estrella del Barcelona y se llegó a
rumorear que podía dejar de integrar la selección por un tiempo, cosa que
finalmente no ocurrió.
Su ausencia, entonces, puede ser útil en el sentido
de que esos aficionados y prensa que tanto lo criticaron, pueden notar ahora
qué ocurre en este caso, y cuánto es lo que baja la calidad del juego aún
cuando tranquilamente en el ataque del equipo de Gerardo “Tata” Martino pueden
llegar a jugar Ezequiel Lavezzi, Carlos Tévez o Angel Correa en su lugar, junto
a Sergio Agüero y a Angel Di María, habituales titulares.
Es decir que Martino cuenta, sin demasiados
problemas, con el recambio necesario. Lo que aporta Messi es un salto aún mayor
de calidad, no es que no se pueda jugar sin él.
Es distinto el caso de este Barcelona. Puede ser
engañoso si se piensa que este equipo viene de ganar cuatro de las cinco
últimas competencias en las que jugó: Liga Española, Copa del Rey, Champions
League y Supercopa de Europa.
Es que el Barcelona cometió muchos errores como club
y aunque era razonable desde su situación personal, por ser suplente durante
demasiados meses, dejó ir a Pedro al Chelsea, a Gerard Deulofeu al Everton, a
Martín Montoya al Inter, y no pudo fichar por el problema jurídico que tiene
con la FIFA por más que esperen hasta enero a Aleix Vidal y a Arda Turán, por
quien pujan adelantar su debut por la grave lesión de Rafinha.
El Barcelona no hizo un buen cálculo de su plantel
para esta temporada y ya comienza a pagarlo muy caro porque para lo que es su
tradición y para los torneos que debe enfrentar, se trata de un equipo muy corto
en jugadores, casi sin delanteros de peso para el recambio. Sólo Sandro y Munir
aparecen como opciones.
Si además se tiene en cuenta que el entrenador Luis
Enrique no cuenta demasiado con algunos de los escasos jugadores que tiene como
Douglas o Adriano, son demasiado pocos
los jugadores que están en condiciones de participar con regularidad en las
competencias: Liga, Copa del Rey, Champions, y en diciembre se agregará una
nueva edición del Mundial de Clubes de Japón, en el que seguramente Messi podrá
estar, aunque con un solo mes de preparación.
“Es el momento en el que la plantilla debe mostrar
todo su carácter”, dijo uno de los principales dirigentes del Barcelona. Es
cierto, como también lo es que el cálculo de la dirección deportiva sobre el
número y calidad de los jugadores, no fue el mejor.
Al margen del Barcelona y el Real Madrid, todos
seremos un poco huérfanos del fútbol de Messi por dos meses. De sus regates,
sus goles, su magia. Sólo nos queda esperar su pronta recuperación para volver
a disfrutarlo.