¿Será posible, al fin, una Liga Española sin el
Barcelona ni el Espanyol? Lo que hasta hace pocos meses sonaba a exageración
puede pasar a ser una extraña realidad a partir de este mismo lunes si en las
elecciones presidenciales de mañana se impone la idea independentista y
Cataluña comienza un proceso de secesión de España.
Por más que las partes involucradas, en especial el
Consejo Superior de deportes (CSD) -similar a la Secretaría de deportes de la
Nación argentina-, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y parte del periodismo
especializado lo minimizan, todos saben que para el Barcelona y para el
Espanyol será muy difícil continuar en la Liga si Cataluña ya no forma parte de
España porque la Ley no lo permite y porque hay detrás de esto cuestiones
políticas que lo impedirían.
“A esta altura, yo ya me puedo creer cualquier cosa
en esta vida”, llegó a responder Luis Enrique, el entrenador del Barcelona, al
ser consultado sobre las chances de su equipo de abandonar la Liga. Estas
declaraciones van en consonancia con la extraña actitud del club, siempre
implicado a favor de la independencia (su anterior presidente, Joan Laporta,
llegó a decir que los jugadores debían expresarse en catalán) pero ahora sumido
en un completo silencio.
Es que el Barcelona recibe hoy nada menos que 150
millones de euros por la venta de derechos de TV (cuya centralización en la LFP
acaba de ser aprobada esta semana con el solo voto en contra del Real Madrid) y
gran parte de esto se acabaría si tuviera que pasar a jugar en una liga menos
atractiva, como la catalana, o se pondría en duda si llegara a la francesa como
club invitado.
El presidente del estatal CSD, Miguel Cardenal, no
dudó en asustar a los clubes catalanes: “Si el Barça tuviera que jugar en la
liga catalana, pasaría a parecerse a lo que es el Ajax, Celtic o Anderlecht.
Con un país de cerca de 8 millones de habitantes podría ser un equipo de
divisiones inferiores y como mucho, podría llegar a octavos o cuartos de final
de la Champions League y podría recaudar unos 25 millones de euros anuales y no
hay que olvidar que el Barcelona ingresa 100 millones de euros por taquillas,
que también perdería”.
Así como Cardenal pidió al gobierno catalán “que
deje de presionar a los deportistas” y acusó a Josep Guardiola, ex entrenador
del Barcelona y actual del Bayern Munich que ya votó e hizo campaña por el
independentismo que “deje de manipular”, el presidente de la LFP, Javier Tebas,
se encargó de advertir que en el caso de secesión, “el Barça no jugaría nunca
en España. Si se rompe España, se rompe la Liga, aunque no creo que eso pase”.
También Joan Collet, el presidente de un Real Club
Deportivo Espanyol que fue catalanizándose de a poco (incluso cambiando la “ñ”
original por la “ny” catalana) se encargó de aclarar que su entidad “no es
independentista”, mostró su confianza en que no habrá quiebre de la Liga.
Sin embargo, Cardenal y Tebas fueron específicos: en
el caso de secesión de Cataluña, ni el Barcelona ni el Espanyol podrían jugar
la Liga al no ser clubes españoles. Entonces, en el caso de que estos equipos
quisieran continuar en la Liga, esto debería ser evaluado por la Real
Federación Española de Fútbol (RFEF), que conduce el cuestionado Angel Villar y
ya entra en el terreno de lo político.
En caso contrario, al Barcelona y al Espanyol les
quedan dos caminos: o competir en una devaluada liga catalana, o aceptar
invitaciones para jugar en otras ligas, pero para eso, primero deben pasar por
la tramitación en las respectivas federaciones nacionales europeas y en el caso
de jugar en una liga catalana, afiliarse a la UEFA, manejada hoy por Michel
Platini, que cuenta con Villar como principal aliado en su candidatura a la
FIFA. Es más: a la Federación Catalana podría complicársele más si Platini va a
la FIFA y su lugar, como parece, pueda ser ocupado por Villar en la UEFA.
Lo cierto es que el horno no está para bollos.
Gerard Piqué, campeón mundial con la selección española, suele ser silbado en
los partidos de “La Roja” como local por sus declaraciones anti-españolas, el
Barça ya juega de visitante con la camiseta catalana y recibe el clásico
cantito “Que viva España” , y en cada minuto 17 con 14 segundos, recordando el
1714, año de resistencia y rendición catalana a Felipe V de Borbón, gran parte
del Camp Nou suele gritar “In-de-pen-den-cia” desde hace ya mucho tiempo.
No sólo eso: si la selección española que ganó
consecutivamente dos Eurocopas (2008 y 2012) y un Mundial (2010) se caracterizó
por un tipo de juego, tanto primero con Luis Aragonés como luego con Vicente
del Bosque, fue el del Barcelona, el de posesión de balón y jugarlo al ras del
suelo.
Con la salida de Cataluña, gran parte de esos
jugadores del Barça se irán a la selección catalana y buena parte del poderío
se perdería.
“¿Quién gana la final del Mundial?” le consultó este
cronista a varios colegas catalanes en Sudáfrica 2010. “El Barça”, respondió la
mayoría.
El fútbol español también juega mucho en las
elecciones de mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario