El próximo domingo, Cataluña no sólo elegirá
presidente de la Generalitat sino que las autoridades actuales consideran que
en el caso de obtener una mayoría entre los partidos catalanistas (lo que la
mayoría de las encuestas dan como muy probable), se iniciará un proceso
definitivo hacia la independencia de España.
El acto masivo del Día Nacional catalán, “La Diada”,
del pasado 11 de setiembre, con casi dos millones de personas en las calles en
apoyo de la independencia catalana, le da un marco dramático a la situación y
quienes han concurrido alguna vez al estadio Camp Nou en Barcelona, o ha visto
partidos por la TV, ha podido comprobar que desde hace ya mucho tiempo, en el
minuto 17 con 14 segundos de cada tiempo, se produce un griterío a favor de la
independencia, recordando el año 1714, del levantamiento de los catalanes ante
el reino de los borbones.
En ese clima, el fútbol español y también el
europeo, se preguntan de manera creciente qué ocurriría, en el caso de la
independencia de Cataluña, con la participación del Fútbol Club Barcelona, y
también en consecuencia del Real Club Deportivo Espanyol, en la Liga Española.
No sólo distintos juristas especializados en la
reglamentación del fútbol sino economistas y los propios dirigentes vienen
advirtiendo que en tanto que Cataluña ya no tendría participación política en
España, tampoco los equipos catalanes podrían participar en la Liga y deberían
buscarse otra, o bien crear una nueva en su propio territorio.
De hecho, en la semana que pasó hubo un sigiloso
intento de registrar la Liga Catalana de Fútbol, pero esto fue rechazado por la
Liga de Fútbol Profesional (LFP), que vio en esta maniobra un claro tinte
independentista pero a la vez, una muestra de lo que puede venir en pocas
semanas.
La Ley del Deporte español no permite competir en
sus ligas a equipos que no estén afiliados a sus federaciones nacionales y en
el caso de la Liga de Fútbol, la Real Federación Española (RFEF) sólo permite
que los clubes participen pero que antes estén afiliados a alguna federación
autonómica nacional.
Desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) español
se advierte entonces que si el FC Barcelona pasara a ser extranjero, por estar
Cataluña fuera del territorio español, no podría seguir compitiendo en la Liga
Española al no cumplir con los requisitos legales.
Es decir que el Barcelona y el Espanyol deberían
buscar otra liga para competir, o primero esperar a que la Federación Catalana
logre afiliarse primero a la UEFA o a la FIFA para poder organizar, luego, su
propia Liga.
Desde ya que hay excepciones muy particulares como
es el caso de Andorra, y no se descarta una negociación de último momento, pero
en este tiempo, las cuestiones políticas no lo favorecen.
Por ejemplo, el actual presidente de Cataluña, y que
se propone para la reelección el próximo domingo, el independentista Artur Mas,
ha sostenido reiteradamente que en el caso de que Cataluña se fuera de España,
de todos modos el Barcelona debería seguir jugando en la Liga.
Esto fue considerado “absurdo” por el presidente del
CSD, Miguel Cardenal, al citar que “si no soy capaz de imaginarme sin jugar la
Liga es porque es imposible entenderme a mí mismo sin ser español”.
Lo llamativo es que un club tan implicado anteriormente
con el independentismo, y en tiempos anteriores, en el anti-franquismo, no ha
tomado posición en este momento y todo indica que lo hará recién luego de las
elecciones del próximo domingo.
También se ha especulado con que más allá de las
obvias chances de jugar la propia Liga en la Federación Catalana (en la que no
aparece una gran competividad y perdería mucho el interés), el Barcelona podría
ser invitado a participar en otras ligas como la francesa, a la que daría un
gran envión.
Lo cierto es que tras los resultados de las
elecciones del próximo domingo se abre un abanico de posibilidades que pueden
cambiar rotundamente el devenir de la Liga Española. No sólo porque podría
terminarse la competencia entre Real Madrid y el Barcelona, que marcó la
historia del fútbol español, sino que también habrá que estudiar qué camino
tomarán los actuales jugadores del club blaugrana, si es que no pueden
participar de un contexto más competitivo.
Por otro lado, habrá que estudiar el perjuicio
económico que puede ocasionarle a la Liga esta situación y cómo se
reconfiguraría el nuevo esquema del fútbol español y europeo con la posible
ausencia del Barcelona en la Liga Española y en todo caso, la nueva presencia
del poderoso club catalán en otra liga europea.
¿Aceptarían la UEFA y la FIFA la afiliación de la
Federación Catalana? ¿A dónde irá a jugar el Barcelona? ¿Sólo veremos un Real
Madrid-Barcelona en competencias europeas o amistosos? ¿Jugadores como Lionel
Messi, Neymar, Luis Suárez o Javier Mascherano aceptarían competir en otra
liga? ¿Qué ocurrirá con los derechos de TV? ¿cómo sobrevivirían los demás
clubes españoles?
Todas estas preguntas, y muchas más, quedan sin
respuesta aún. El próximo domingo, en las elecciones catalanas, comenzaremos a
saber las respuestas.
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