Santiago Solari,
el director técnico del Real Madrid que se juega buena parte de la temporada en
esta semana, es el integrante de una de las familias más futboleras del mundo,
partiendo desde su padre, Eduardo, y su tío, Jorge, ambos ex jugadores y
directores técnicos, así como sus hermanos Esteban (ex jugador, ahora DT) y David
(aún juega), y sus primos-sobrinos Augusto (en Racing Club), y Fernando y
Federico Redondo, también futbolistas e hijos del ex crack de Argentinos
Juniors y Real Madrid, Fernando Redondo, casado con su prima Natalia Solari.
Los Solari
suelen estar diseminados por todo el mundo y por esta razón, se suelen
encontrar una vez al año para disfrutar todos juntos. “Somos una familia muy
unida que disfruta mucho del futbol pero que cuando jugamos entre nosotros a
cualquier cosa, todos queremos ganar”, describe David, quien juega, a sus 32
años, en el Othelos Athienou de Grecia como Mediapunta o extremo.
Además de
Esteban y David, Santiago Solari tiene otros dos hermanos, Martín (contador
público) y la actriz, modelo y conductora televisiva Liz, nacida en
Barranquilla el 18/6/1983 cuando su padre, Eduardo, dirigía al Junior de esta
ciudad colombiana. “Mis hermanos me mandaban al arco y me mataban a pelotazos.
Una vez me quebraron una muñeca así”, recuerda Liz, quien cuenta que Santiago y
Esteban “son muy malos perdedores. Mi papá tuvo un club que se llamaba
Almácigos, en el campo, y allí los picados sólo terminaban cuando ellos iban
ganando. Eran interminables”.
“Mi familia es
extraña-admitió Santiago Solari en una entrevista con la revista “El Gráfico”-.
Mi viejo es de Rosario Central, mi vieja, de Newells, y mis hermanos, de
Estudiantes y a mí también, me gusta Estudiantes, aunque Liz se declara hincha
de River desde los tiempos que seguía a su hermano actual DT del Real Madrid
entre 1996 y 2000, yendo seguido al estadio Monumental, aunque entre 2005 y
2007 concurrió también al estadio de Independiente para ver a su hermano David,
quien estuvo jugando a préstamo allí, sin mucha continuidad.
Una de las
casualidades de los Solari es que siendo de Rosario, muchos de ellos pasaron
por Estudiantes de La Plata. Jorge jugó allí, Eduardo fue DT, Santiago realizó
la pretemporada de 1994 con el plantel, Augusto fue cedido dos veces desde
River, y Esteban vistió esa camiseta en la temporada 2000/2001.
Todo comenzó con
los hermanos Jorge Raúl y Eduardo Miguel en los años sesenta. Jorge, el mayor
de los dos (11/11/1941), volante derecho, comenzó su carrera futbolística en
Newell’s Old Boys en 1960, siguió en Vélez Sársfield en 1962 para pasar a River
Plate en 1964 y hasta 1970, sus años dorados, cuando pese a no conseguir
torneos locales, llegó a la final de la Copa Libertadores de 1966 ante Peñarol
y ese mismo año disputó como titular de la selección argentina el Mundial de
Inglaterra 1966. En 1970 paspo a
Estudiantes de La Plata, donde integró el equipo que se consagró campeón de
América por tercera vez consecutiva.
Tras un paso por
el Torreón mexicano, se volcó a la dirección técnica desde 1974. Comenzó en
Rosario Central, y pasó por quipos mexicanos y colombianos, Vélez, Newell’s,
fue campeón argentino con Independiente en 1988/89, y en 1990 recaló en el
Tenerife, que contrató desde Argentinos Juniors a Fernando Redondo, su yerno
(casado con su hija Natalia). En 1994 dirigió a la selección de Arabia Saudita
en el Mundial de los Estados Unidos 1994 y logró clasificarla para los octavos
de final y tras esa experiencia siguió viajando por todo el mundo para dirigir
al Huachipato (Chile), Barcelona (Ecuador) y Yokohama Marinos (Japón) pero
también a equipos locales como Almagro, Tiro Federal, Atlético Tucumán y
Aldosivi.
También fue
varias veces director técnico de Renato Cesarini, un club que fundó junto a su
hermano Eduardo y los hermanos Ermindo y Daniel Onega (ex jugadores de River y
la selección argentina) en 1975. “En Renato salen muchos técnicos porque
tenemos muchas canchas de fútbol y muchos jugadores. Y fue el primer club que
empezó a hacer clínicas de fútbol. El gran DT Cesarini decía que el equipo es
como un bandoneón. Cuando se estira de un lado, del otro el resto tiene que
acompañar, y cuando ataca o defiende, lo mismo”, dijo hace poco tiempo.
Eduardo Miguel,
el hermano de Jorge y padre de Santiago (12/10/1950) era un volante de
contención que se inició como futbolista en 1966 en Rosario Central, que sería
protagonista de los primeros años setenta, cuando fue campeón de los Nacionales
1971 y 1973 y finalista ante Boca Juniors en el de 1970.
En 1975 fue
convocado a la selección nacional. Cuando dejó Rosario Central en 1976 emigró
al Junior de Barranquilla, donde fue campeón en 1977, volvió a la Argentina
para jugar en Gimnasia, Argentinos Juniors (fue compañero de Diego Maradona),
Atlético Tucumán, para finalizar su carrera en el Renato Cesarini en 1981.
Luego, regresaría al Junior, club en el que es ídolo, para ser DT (cuando
nacieron sus hijos Liz y David) y volvió a la Argentina para hacerse cargo de
los equipos de Gimnasia, Estudiantes (dos veces), Rosario Central y Racing, y
se sumó al trabajo de su hermano Jorge en Tenerife y Arabia Saudita. También
dirigió a varios equipos mexicanos (Atlas, Celaya, Morelia y dos veces al
Monterrey), a Argentinos Juniors, y a Vélez (justo después de Marcelo Bielsa).
Así es que
Santiago Solari, “nació en una cancha”, según suele decir su tío Jorge. “Y no
es para menos, con un padre y un tío ex futbolistas y entrenadores y su madre
(Alicia Susana Poggio) profesora de educación física”.
No es de
extrañar entonces que Santiago Solari (7/10/76) comenzara su carrera de
futbolista en las divisiones inferiores de Newell’s a los diez años, pasó por
el Renato Cesarini, a los 17 años se llegó a entrenar con la Primera de
Estudiantes de La Plata (donde también recaló antes en la Prenovena y Novena)
en tiempos en los que su padre era el DT y allí coincidió con Edgardo Prátola,
Martín Palermo, Rubén Capria, Juan Sebastián Verón y José Luis Calderón en la
pretemporada de 1994, antes de incorporarse al Richard Stockton College de
Nueva Jersey. Luego, su padre se iría a la selección de Arabia Saudita y el
equipo acabaría descendiendo al Nacional B.
Debutó como
profesional en River en 1996 y en enero 1999, tras ganar tres títulos locales,
y la Supercopa sudamericana, fue vendido al Atlético Madrid y en 2000, tras
descender este equipo a Segunda, se sumó al Real Madrid hasta 2005 (ganó dos
Ligas, dos Supercopas de España, una Champions, una Supercopa de Europa y una
intercontinental.) Allí en el Real Madrid se encontró con el esposo de su
prima, Fernando Redondo. Jugó también en
el Inter (2005-08), San Lorenzo (2008/09), Atlante (2009/10), y Peñarol, con
una campaña de 516 partidos y 62 goles. También tuco un breve período en la
selección argentina, con once partidos.
Al abandonar su
carrera de futbolista se incorporó a las divisiones inferiores del Real Madrid
desde 2013 y su carrera fue en franco ascenso. Campeón dos años seguidos con la
categoría Cadetes B y A, y otros dos con el Juvenil B, fue convocado para
dirigir a la Primera el 29 de octubre pasado, para reemplazar a Julen
Lopetegui, y en diciembre consiguió el Mundial de Clubes.
Si bien no tuvo
el suceso de su hermano Santiago, la carrera de Esteban Andrés Solari, “El
Tano” (2/6/80), ex delantero, es para destacar. Comenzó en las divisiones
inferiores de Vélez y pasó por varios equipos argentinos (Estudiantes, Defensa
y Justicia, Argentinos, Gimnasia de Jujuy, antes de iniciar su recorrido de
trotamundos por clubes de Italia, Bélgica y España, aunque si hay dos países en
los que es recordado especialmente son Chipre y México. Los que lo vieron jugar
lo describen como un atacante no tan veloz,. Pero con muy buena ubicación.
En Chipre jugó
en el Apoel Nicosia entre 2005 y 2007. En el primer año ganó la Copa local, y
en el segundo, no sólo consiguió la Liga sino que fue el máximo goleador y el
mejor jugador del torneo, y eso lo catapultó al Almería, de la Liga Española.
Volvió al Apoel y no sólo fue campeón sino que se clasificó primero para la
Europa League y luego, para la Champions League, donde llegó a cuartos de final
y aunque fue eliminado por el Real Madrid, marcó un gol de penal en el Santiago
Bernabeu en la derrota por 5-2 en la temporada 2011/12. Ganó otra Copa local
con el Apollon Limassol. La otra gran experiencia, aunque corta, fue en Pumas
de México, donde coincidió con Ignacio Scocco y Rubens Sambueza. Terminó su
carrera en equipos de China y Ecuador hasta totalizar 154 goles en 351
partidos.
Profesor de
educación física egresado del ISEF Enrique Romero Brest, al dejar el fútbol se
incorporó para dirigir la sexta división de Rosario Central, pero hace pocos
meses fue convocado por Fernando Batista para ser su ayudante en la selección
argentina sub-20.
En Chipre sufrió
por segunda vez el Corralito cuando se determinó una quita a los depósitos
superiores a los 100.000 euros, y que podía llegar hasta el 60 por ciento. “No
te liberan los depósitos. Se podía sacar hasta 300 euros por día y algunos que
querían enviarles dinero a su familia, no podían hacerlo”, recordó. “Si la vida
nos tiene que dar un golpe, que sea en el bolsillo y no en la salud”, acepta,
resignado.
No se queda
atrás, tampoco, David Eduardo (21/3/86), también nacido en Barranquilla, como
Liz. Mediapunta o extremo, actualmente en el Othelos Athienou, de la segunda
división de Chipre, tal como su hermano Esteban, es otro trotamundos del
fútbol.
Comenzó en 2002 en el Venezia italiano, siguió en el Chioggia, y entre
2005 y 2007 volvió a Independiente en condición de préstamo, pero no tuvo muchas
posibilidades de jugar y al año siguiente recaló en Olimpo de Bahía Blanca,
aunque ya en ese mismo año se fue al Espoli ecuatoriano, luego al Deportivo
Táchira de Venezuela, y en la última década jugó entre Chipre (AEP Paphos y
Alki Lamarca ) e Israel (Ironi Kyryat Shmoná, donde ganó la Toto Cup y la
Premier League local, Ashdod, Macabbi Petah Tikva y Hapoel Afula FC). Volvió a
la Argentina en 2016/17 para jugar en Central Córdoba de Rosario, y otra vez
regresó a Chipre para ganar el torneo de segunda división con el Enosis Neon
Paralimni. Su campaña, hasta el 31 de diciembre pasado, contaba con 61 goles en
202 partidos.
Por estos días,
en el fútbol argentino, hay otro Solari reconocido, es Augusto Jorge Mateo
(3/1/92), nieto del “Indio” Jorge, e hijo de “Jorgito”, también entrenador, y
por lo tanto, primo-sobrino de Santiago,
Esteba, David, Liz y Martín. Actualmente jugador de Racing, este mediocampista
derecho se inició en River, ganando la Copa Libertadores sub-20 de 2012 con un
gol suyo en la final ante Defensor Sporting de Uruguay y al regresar del
torneo, el DT de la Primera, Matías Almeyda, lo tuvo en cuenta para la Primera,
aunque terminó de afianzarse con Ramón Díaz en el banco, y llegó a jugar
algunos partidos en el último título local de River, el Torneo Final 2014.
Llegó a pasar dos veces a préstamo a Estudiantes hasta que en 2017 comenzó a
formar parte del plantel de Racing. Con 152 partidos en Primera, marcó 15
goles.
Otros dos
primos-sobrinos de Santiago Solari son Fernando y Federico Redondo, hijos del
notable volante de Argentinos Juniors y del Real Madrid, Fernando, casado con
Natalia Solari, hija de Jorge. Fernando (23 años), es un fino volante que suele
jugar de enganche, ya había debutado en la Primera de Tigre, pero tuvo una dura
lesión en su rodilla derecha y por el momento, no está en actividad.
Federico (18
años), también es volante creativo, que dice ser un mix entre lo que era el
juego de su padre y el de Fernando Gago, forma parte de las divisiones
inferiores de Argentinos Juniors y ya fue citado por Pablo Aimar para la
selección argentina sub-15.
Los Solari
suelen tener un perfil bajo, aunque si es necesario, salen a defenderse, como
ocurrió días pasados cuando desde México, Diego Maradona afirmó que ni Lionel
Scaloni ni Santiago Solari “tienen espalda para dirigir a la Selección o al
Real Madrid”, y el “Indio” Jorge salió a responderle que “Santiago tiene más
horas de cancha que el propio Maradona. Lo de ser entrenador es algo especial
porque algunos tienen mucha historia y no pueden dirigir. Santiago es un
técnico en potencia que va a andar, pero hay que dejarlo trabajar”.
En las próximas
horas, y desde distintos lugares del planeta, todos los Solari estarán atentos
a los dos Clásicos en los que su hijo se jugará buena parte de su futuro
dirigiendo al Real Madrid ante el Barcelona.
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