Desde Roma,
Se dijo cerca de la delegación argentina que pocas
veces hubo tantos dirigentes juntos para ser recibidos en una audiencia privada
con la delegación oficial de la AFA y de la Federación Italiana nada menos que
por el Papa Francisco en El Vaticano.
De un lado, los jugadores, cuerpo técnico y
dirigentes argentinos, y del otro, sentados y también trajeados, los italianos,
rivales de la selección albiceleste en la noche romana en un interesante
amistoso que no contará con dos estrellas muy importantes, Lionel Messi y Mario
Balotelli, ambos lesionados.
El Papa Francisco, luego de escuchar con su mejor
semblante la oratoria del presidente de la AFA, Julio Grondona, que hizo
alusión a su fallecida esposa Nelly hace un año, demostró que sabe aprovechar
bien cada momento y que se siente cómodo en el ambiente del fútbol, al punto
que muchos siguen sin creer que no va a estar presente durante el partido en el
Estadio Olímpico, el mismo que fue sede de aquella final del Mundial 1990
tristemente perdida ante los alemanes.
Muchos en El Vaticano aceptan que es un Papa
especial y los jugadores italianos, luego, en una conferencia de prensa sin
argentinos casi, pero con Jornada presente en el estadio, antes del
entrenamiento, lo describieron como “simple, casi poniéndose a nuestro nivel,
de una gran sensibilidad”, según palabras de Daniele De Rossi, el volante de la
Roma.
Más allá de la “emoción” del lado de la delegación
argentina, sumada al casi lagrimeo del manager Carlos Bilardo, quien conoce a
Jorge Bergoglio desde sus tiempos de juventud en el barrio de Flores en Buenos
Aires, los italianos se refirieron al intento del Papa por transferir a
jugadores tan conocidos en el planeta aunque más no fuere una pizca de
sensibilidad social.
El Papa hizo una petición para volver a una especie
de sentimiento amateur por el fútbol. “Nos dijo que volviéramos a ser
aficionados y pensemos en los miles que juegan al fútbol de manera anónima y
los que van a los estadios. Es la primera vez que visito a un Papa y aunque no
conocí a los otros éste me pareció muy simple y por lo tanto, más grande. Fue
una gran emoción”, dijo De Rossi, quien concluyó con que Francisco “buscó
quitar la idea de que sólo prevalecen las ideas profesionales”.
El Papa también tuvo tiempo de pedir por la vuelta
del público a los estadios argentinos y aunque dijo que no va a decir quién
quiere que gane esta noche, guiñó un ojo lleno de complicidad para uno de los
costados.
A poco de finalizar la audiencia en El Vaticano,
Lionel Messi regresó al hotel Parco dei Principi en Villa Borghese, recogió su
valija y partió para Barcelona debido a que el cuerpo técnico prefirió
preservarlo por su sobrecarga muscular.
Alejandro Sabella, el director técnico argentino, se
encuentra ante serios problemas para el armado del equipo, al tener entre
algodones a Sergio Romero, Pablo Zabaleta y Erik Lamela, sumados a que ni
siquiera habían viajado Fernando Gago ni Sergio Agüero. El entrenador optaría
entonces por un sistema 4-4-2 con Andujar; Campagnaro, Fernández, Garay y
Basanta; Maxi Rodríguez, Mascherano, Biglia, Di María; Palacio e Higuaín.
Cuando se trata de un rival de los quilates de
Italia, cabe preguntarse por qué Sabella no convocó a un jugador como Javier
Pastore, capaz de generar juego que no tantos titulares pueden conseguir, lo
mismo que la prueba de laterales puros. La sensación es que no quiere ya
generar ilusiones en otros jugadores a poco del Mundial y que el plantel está
casi cerrado.
Por el lado de los italianos, Antonio Candreva
admitió que el entrenador Cesare Prandelli “nos pidió una gran prestación ante
Argentina porque tomamos este amistoso como una continuación de partidos ante
potencias mundiales desde la pasada Copa Confederaciones de Brasil”.
De Rossi calificó al equipo argentino como
“compuesto de verdaderos campeones y uno de los máximos aspirantes a ganar el
próximo Mundial” aunque lamentó “no enfrentarme a Messi, porque nunca lo había
hecho y como jugador me fascina. Espero hacerlo en el futuro”.
En todo caso, se verá cuando la pelota comience a
rodar sin Messi ni Balotelli, y se supone que sin el Papa. Por ahora, sólo se
supone, tratándose de Francisco, y del fútbol.
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