“¿Pero ése no es el Papa?”, “No, no puede ser. Debe
ser algún obispo, pero el Papa, no…”. “¡Sí, es él, qué locura! ¿Nadie le dice
nada? Increíble”. Algunos miembros de la delegación nacional abordaban un coche
a la salida de la recepción que el Papa hizo a los planteles italiano y
argentino un rato antes en El Vaticano, cuando vieron salir al Papa Jorge
Bergoglio desde la propia sede dirigiéndose hacia la ciudad, sin ningún acompañante
ni custodia.
En verdad, esos miembros de la delegación pudieron
recoger en la sede vaticana que este Papa es “incontrolable” y que gusta de
andar solo, salir a caminar, charlar con la gente. En pocas palabras, enterarse
de lo que ocurre sin intermediarios, y aún así, tiene tiempo para el fútbol,
una de sus grandes pasiones.
No es que conocía a algunos jugadores, sino que ha
preguntado detalles que han llegado a sorprender. Luego de su mensaje a los
planteles, el controvertido delantero del Milan, Mario Balotelli, salteó la
guardia suiza y algunos obstáculos para llegar hasta el Papa, quien pudo
preguntarle por el equipo, y el panorama para la próxima temporada.
Fue cuando cada uno de los miembros de ambas
delegaciones quisieron saludarlo en forma personal. Los italianos, uno a uno,
enfilaron con un cierto orden, algo que no ocurrió con los jugadores
argentinos, amontonados y deseosos de saludar al Santo Padre. En ese momento,
Francisco guiñó un ojo para el lado de los azzurros y dijo casi como broma
“ahora se dan cuenta por qué dicen que soy indisciplinado. Porque vengo del
mismo lugar que ellos”, desatando una carcajada general.
El Papa no sólo se dio el gran gusto de referirse a
su ídolo de la infancia, el crack de San Lorenzo René Pontoni (integrante del
Terceto del título de 1946 junto a Farro y a Martino), sino que recibió un
cuadro del ex delantero que le preparó especialmente la AFA, además de una
camiseta firmada por todos.
Francisco aprovechó, al aparecer el tema de San
Lorenzo, para preguntar por la fecha de su participación en la Copa
Sudamericana y se refirió al reciente partido por la Copa Argentina.
Muchos jugadores argentinos quedaron impactados por
la simpleza del pontífice que les habló de la “responsabilidad social” que
tienen por ser punto de referencia para miles de personas en todo el planeta y
que lo que ellos hacen es imitado sea para bien como para mal.
“Antes de ser campeones, sean hombres, personas
humanas, con sus virtudes y defectos, con su corazón y sus ideas, con sus aspiraciones
y sus problemas. Y entonces, aunque sean también personajes, traten de mantener
siempre la humanidad, en el deporte y en la vida. Hombres, portadores de
humanidad”, les dijo el Papa.
Francisco también les propuso que piensen la
posibilidad de que cada uno apadrine niños con problemas en todo el mundo. Más
de uno, ya en el hotel Parco dei Principi deVilla Borghese, comenzaba a
pensarlo la noche previa al partido del estadio Olímpico.
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