Cuando el domingo 18 de agosto de 2013 se haya
producido el debut del Real Madrid en la nueva temporada, habrán pasado
exactamente 78 jornadas desde la polémica salida de su anterior entrenador, el
portugués José Mourinho. Sin embargo, la sensación que reina en el club blanco
es que pasó medio siglo.
Hoy se respira otro aire, que podría decirse que es
más puro. Su presidente, el poderoso empresario Florentino Pérez, puede viajar
tranquilo al Paraguay a asistir a la asunción del primer mandatario Horacio
Cartes, hombre ligado al fútbol como ex presidente del club Libertad de ese
país, en la misma semana del inicio de la Liga porque no encuentra ninguna
dificultad seria que resolver. Parece mentira.
Pérez también fue electo, aunque por segunda vez
consecutiva (y tercera en los últimos tiempos –la anterior fue entre 2000 y
2003), sin siquiera elecciones porque nadie osó hacerle la mínima competencia,
y atendiendo el pedido (¿o exigencia?) de los capitanes Iker Casillas y Sergio
Ramos, en el final de la temporada pasada, prefirió cortar por lo sano,
rescindir el contrato de Mourinho de común acuerdo y pasar a un nuevo proyecto:
un Real Madrid renovado, joven, con el que se pueda trabajar en proyección por
muchos años, pero, en lo posible, en paz. Sin tener que estar apagando
incendios.
Para esto, Pérez entendió que la persona ideal no
era otra que el italiano Carlo Ancelotti, que de alguna manera, por su manera
de ser, de contemporizar, y de crear buen ambiente en los vestuarios (como en
el Milan, Chelsea o PSG), era reconocer tácitamente su error que tan caro le
costó en 2003, cuando echó al entonces entrenador Vicente del Bosque, aún
cuando acababa de ganar la Liga, porque “no se ajustaba” a su proyecto
marketinero.
Ancelotti se parece mucho a Del Bosque, pero en
versión italiana. Tanto, que la palabra “familia” está presente de manera
permanente, y no sólo se pronuncia, sino que en su cuerpo técnico hay dos
padres con sus respectivos hijos a los que se pueden sumar como dupla el propio
presidente y un ex crack como Zinedine Zidane, segundo ayudante de campo aunque
con una misión clara y específica, otorgada por el entrenador.
La preparación física está a cargo de Giovanni
Mauri, viejo colaborador de “Carletto” Ancelotti, y junto con él trabaja su
hijo Francesco, y también fue fichado el propio hijo del entrenador, Davide
Ancelotti, de 24 años, y experto en medición del desgaste energético de los
jugadores durante los partidos. A todos ellos se les suma William Vecchi,
entrenador de arqueros de 64 años, y que ya tuvo la oportunidad de trabajar con
Gianluigi Buffon o Dida.
El principal ayudante de Ancelotti es Paul Clement,
íntimo amigo del italiano con el que trabó amistad en el Chelsea. Paul es hijo
de Dave Clement, histórico jugador del Queens Park Rangers y de la selección
inglesa, y hermano de Neil, ídolo del West Bromwich Albion en la primera década
de este siglo. Juntos, ganaron ya una Premier League, una Community Shield, una
FA Cup y la Ligue 1 en Francia.
Giovanni Mauri sostiene que los puntos básicos de la
filosofía de trabajo del cuerpo técnico de Ancelotti son “el grupo por encima
de las individualidades, la sinceridad como hilo conductor, y la sensación de
pertenencia al grupo. Tener una idea de familia”.
De hecho, y aunque fue tentado muchas veces por el
Real Madrid desde que se retiró del fútbol y siguió viviendo en la ciudad (uno
de sus hijos, Enzo, está a punto de llegar al plantel principal), Zidane recién
ahora aceptó formar parte del cuerpo técnico y con una tarea asignada: la de
dedicarse más a los jóvenes y en especial, un seguimiento a tres jugadores: su
compatriota Karim Benzema, el alemán Mezut Özil y el canterano Jesé.
Puede decirse que si Gonzalo Higuaín emigró al
Nápoli, es porque Zidane pesó mucho en la decisión del club de mantener a
Benzema, quien es considerado de carácter ciclotímico y el informe psicológico
que maneja el club es que se trata de un jugador que rinde más sin competencia
por el puesto, al contrario de otros que se motivan si tienen un competidor.
Özil no lo pasó bien en el final del ciclo de
Mourinho, quedó relegado y en la reciente pretemporada por Inglaterra, Francia,
Suecia y Estados Unidos, se lo vio en un excelente nivel, haciendo tándem con
una de las incorporaciones, Isco. Zidane trabajó mucho con él.
Más complicado es el caso de Jesé, un extremo de la
cantera de 20 años, en el que el club confía mucho para un futuro próximo pero
debe manejar la ansiedad, vino de una inesperada derrota de la selección
española en los cuartos de final del Mundial Sub-20 de Turquía, y ve que aún
hay muchos delanteros en el plantel y hasta podría llegar el inglés Gareth Bale
sobre el final del mercado de pases, lo que le obstaculizaría jugar con
continuidad.
La gran pretemporada, para muchos considerada como
“la mejor de la historia” en cuanto a resultados (seis triunfos y un empate),
rendimiento y clima, acentuó la idea del nuevo proyecto del club: si en el 2000
con la llegada de Pérez a la presidencia fueron “los Zidanes y Pavones”, luego
“Los Galácticos” y luego, la clase media rápidamente adaptable (los Marcelo,
Higuaín, Gago, Albiol), y en la anterior etapa de Mourinho, jugadores más
sistémicos (Coentrao, Essien, Khedira, Özil), ahora le toca el turno a la
apuesta muy joven, gente con “buen pie”, jugadores que traten bien el balón.
“Creo que es importante explicar un sistema en el
que los jugadores se sientan cómodos. Presionar arriba es mejor para el equipo.
Una presión con un bloque más bajo te permite hacer más contraataques, pero la
idea de este Real Madrid no es hacer contraataques. Nuestra idea es tener buen
control del balón y de la posesión. Mi experiencia en el Milan, el Chelsea y el
PSG, fue la misma. Quise jugar un fútbol ofensivo porque el club lo pedía. Aquí
no cambia mucho. Hay una calidad extraordinaria”. Toda una declaración de
principios de Ancelotti, que marca una gruesa línea roja con la anterior etapa
de Mourinho.
Y esta línea roja pudo notarse en la convivencia en
la pretemporada, con sonrisas, sin polémicas entre los jugadores ni con el
cuerpo técnico y permanente apoyo al plantel, como cuando en la semana previa
al inicio de Liga le preguntaron a Ancelotti por qué el dorsal número once está
libre (se dice que está reservado para Gareth Bale) y la respuesta fue “porque
nadie la pidió”, una forma de respaldar a los suyos. Y Bale no lo es hasta que
no firme contrato. Es más, durante la gira, cuando le consultaron por el crack
del Tottenham, alcanzó a responder: “¿Quién lo necesita, teniendo a Morata y a
Jesé?”. Clarito.
Si hay un consenso en el Real Madrid es que llegó el
momento de apostar por los jóvenes, entre los canteranos y los jugadores que se
fueron a buscar. Calidad contrastada en lo posible, y excelente técnica. “En
realidad, hace tiempo que el club apostó por los jóvenes y por bajar la edad
del plantel, pero ahora esto se acentuó y el promedio es todavía más bajo”,
considera Diego Torres, del diario “El País”, de Madrid, uno de los grandes
especialistas en el club blanco.
Así es que llegaron Isco, considerado uno de los
relevos en la selección española, proveniente del Málaga, Dani Carvajal, que
fue repescado de la Bundesliga porque fue formado en la cantera blanca, Asier
Illarramendi, ídolo de la Real Sociedad que dudó hasta el final por el fichaje
y lloró cuando se fue, al escuchar el grito de “Illa quédate, Illa quédate”, de
la afición vasca, y aquellos que vienen subiendo de la cantera y que ya
trabajan con el plantel principal.
De estos, puede rescatarse al brasileño Casemiro
(uno de los mirados aún de reojo por los más grandes por ciertos
comportamientos “extraños”, dicen que va mucho a la suya, muy individual, “un
poco loco”, lo definió alguien del plantel), que ya había debutado con
Mourinho, el ruso Denis Cheryshev, lateral izquierdo que viniendo del Castilla
(Real Madrid B) ya juega en la selección de su país dirigido por Fabio Capello
y de hecho se lesionó en Belfast ante Irlanda del Norte por un pinchazo en los
isquiotibiales, Alvaro Morata, un centrodelantero con varios goles en Primera
que jugó el Mundial sub-20, y Jesé.
Pero ya había otros jóvenes en el plantel, como el
destacado central francés, también en la selección de su país, Raphael Varane,
operado el pasado 12 de mayo en Bizers (artroscopia de menisco interno de la
rodilla derecha aunque luego también descubrieron que tiene problemas en el
externo y tiene para varias semanas de recuperación).
Zidane tiene especial cuidado con los jóvenes y un
rapport especial con ellos. “Nos pide que disfrutemos cuando jugamos, que
tratemos bien la pelota, y estamos encantados”, cuenta Isco, entusiasmado.
Claro que para asentarse en el plantel principal del
Real Madrid no todo pasa por la calidad técnica. Se necesitan otras cualidades
también, como la psicológica, el soportar presiones de todo tipo, la necesidad
de triunfar. Lo puede decir Illarramendi, que padece problemas musculares que,
se descubrió, son producto de la tensión, y lo dice hasta el informe médico:
“fatiga por stress”. Hay gran atención puesta en estos problemas porque está
fresco aún lo que le ocurrió al turco-alemán Nuri Sahín, fichado al Borussia
Dortmund como gran promesa, y terminó casi sin jugar, y de regreso a su
anterior equipo. Estuvo casi todo el año lesionado.
Pero si hay algo bueno para estos jóvenes
emergentes, distinto a lo que sucedía hasta hace tres meses, es el respaldo de
un buen clima y un plantel que parece más unido. Desde una clara mejoría en el
estado de ánimo de Iker Casillas, marginado por Mourinho y ahora compitiendo
palmo a palmo por la titularidad con Diego López, el platinado y de pelo corto
de Sergio Ramos, que denota un cambio de época luego de las permanentes
rispideces con el entrenador anterior y hasta un pletórico Cristiano Ronaldo,
que pasó de afirmar que se quería ir del club a decir que “no hay apuro” en firmar
el nuevo contrato y que se siente “feliz aquí”.
Tan bien anda Cristiano Ronaldo, que apareció un día
con una tarjeta para que todos los integrantes del cuerpo auxiliar del Real
Madrid (masajistas, utileros, etc) se compraran Ipads y PCs portátiles en una
tienda, como regalo.
Si hubo un cambio rotundo en estos meses, fue la
aceptación de CR7 por el plantel. Selo creía más engreído. “Los lazos con los
compañeros se estrecharon desde que lo respetan más. Se dieron cuenta de que no
era tan egoísta como parecía, tiene huevos y aparece en los partidos
importantes, y defiende su dignidad”,
relata el periodista Torres.
Si había un partido esperado por todos, y que dio
lugar al morbo mayor, ése fue el que el Real Madrid jugó ante el Chelsea de
Mourinho el pasado 7 de agosto en Miami. Salvo Diego López, a quien trajo el
portugués cuando se lesionara Casillas, Alvaro Arbeloa y Xabi Alonso, nadie más
saludó al ex entrenador, y hasta fue claro que Marcelo, autor de un gol, y
Cristiano Ronaldo, de dos, le dedicaron sus conquistas con distintos gestos.
De hecho, Cristiano Ronaldo respondió que “yo no
escupo la mano que me da de comer”, al comentario de su compatriota acerca de
que él había entrenado a “los mejores jugadores”, entre ellos “Ronaldo, el
verdadero, el de Brasil”.
Los jugadores del Real Madrid destacan que Cristiano
Ronaldo se haya ido adaptando pese a ser representado por el poderoso Jorge
Méndez, el mismo que Mourinho y que en la etapa anterior, trajo a otros
jugadores de su agenda como Angel Di María, Fabio Coentrao, Pepe o Michael
Essien.
Pepe y CR7 terminaron adaptándose al resto del
plantel (todo lo contrario sucedió con Coentrao, que pidió salir, al igual que
Essien) y terminaron alejados de Mourinho, y aunque el entrenador sí se saludó
con Ancelotti, el clima de guerra era evidente, en una gira tan buena
interiormente como extraña hacia el exterior.
Pese a pagar diez mil euros para acceder a la
cobertura de la gira, los grandes medios españoles no pudieron realizar una
sola entrevista con jugadores, acrecentándose el aislamiento que viene
generando el club entre el plantel y la prensa, ya desde los tiempos en los que
Capello era el entrenador, siete años atrás. Ni siquiera Ancelotti fue
presentado a los periodistas que acompañaron al equipo, como para un
conocimiento mayor, desde que todos los movimientos pasan por el Departamento
de Comunicación del Real Madrid.
Volviendo al juego, José Javier Santos,
experimentado periodista del diario deportivo “As” de Madrid y de Telecinco,
sostiene que Ancelotti “dispondrá de un sistema de cuatro defensas (Carvajal,
Pepe, Ramos y Marcelo), un rombo en el medio con un vértice en un volante
defensivo (Xabi Alonso, cuando se encuentre recuperado físicamente) y otro en
el ofensivo (Özil), y dos por los costados, Modric e Isco, para aumentar la
posesión de balón. Y el ataque, con Cristiano Ronaldo y Benzema, aunque la
posible llegada de Bale podría alterar parte de la ofensiva”.
Con todo este mundo, los constantes cambios de
estado de ánimo, y la necesidad de éxitos inmediatos, con la exigencia de buen
fútbol del legendario Santiago Bernabeu y la prensa acechando, y con la
urgencia de no seguir cediendo el timón al Barcelona, los jóvenes del Real
Madrid inician un nuevo proyecto ilusionante y diferente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario