Eliminados ya
Racing Club y San Lorenzo de Almagro de las competencias internacionales, Boca
Juniors, River Plate e Independiente, otros tres grandes del fútbol argentino,
se juegan su futuro en sus partidos de vuelta de los cuartos de final de la
Copa Libertadores esta misma semana, la más importante de la temporada, hasta
el momento.
River e
Independiente deben enfrentarse este martes en el Monumental tras el aceptable
0-0 en la ida en Avellaneda, en el que los “Millonarios” mantuvieron un
equilibrio y dejaron una mejor imagen, plantándose por muchos omentos en campo
rival con varios jugadores, mientras que su arquero Franco Armani volvió a
aparecer en los momentos claves, como cuando tapó de manera espectacular un
remate al gol de Emmanuel Gigliotti, aunque también contó con el azar necesario
por sendos remates en los caños.
Durante las
últimas horas aparecieron rumores por los que el director técnico de
Independiente, Ariel Holan, estaría estudiando la posibilidad de implementar en
la revancha del martes una defensa con cinco jugadores, algo que no parece lo
más recomendable en un partido tan decisivo cuando no se utilizó este esquema y
al menos en el discurso, se sostuvo siempre una mentalidad ofensiva.
De todos modos,
uno de los máximos ídolos de la historia de Independiente, Ricardo Bochini,
sostuvo, contrariamente a la corriente de opinión acerca de que los rojos
jugaron un gran partido en la ida ante River, que no se quedó satisfecho y que
a su criterio (con el que coincidimos) tanto Martín Benítez como Ezequiel
Cerutti debieron salir de entrada en el equipo titular.
River, a
diferencia de Independiente, llega con una enorme seguridad en su juego y con
el estado de ánimo en alza tras la gran victoria de hace ocho días en la
Bombonera ante Boca, y con un empate que parece redituable en la ida en
Avellaneda.
Es interesante
destacar que en tiempos de reglamentos que favorecen los goles en condición de
visitante, el director técnico de River, Marcelo Gallardo, sigue apostando al
sistema de “media inglesa”, en el que un empate a domicilio pasa a ser un muy
buen resultado, aunque no se haya podido convertir goles. Eso ya consiguió en
sus dos visitas a Avellaneda por esta Copa Libertadores ante Racing en octavos
de final y ante Independiente en cuartos, y ya lo había conseguido ante Boca en
anteriores competiciones sudamericanas.
River suele
sacar su carácter como local, empujado por su público, mientras que para
Independiente, campeón de la anterior Copa Sudamericana, el clásico del martes
representa una prueba fundamental con la ira al futuro de un plantel muy joven,
cuyo gran objetivo es recuperar el protagonismo en la Copa Libertadores, la que
el club ganó más veces que nadie en la historia (siete).
Ese mismo día, y
en un compromiso que parece ya muy complicado, Atlético Tucumán buscará
revertir el 0-2 de la ida como local ante el vigente campeón de la Copa
Libertadores, Gremio de Porto Alegre, aunque la suerte parece echada, salvo un
milagro o que el equipo de Ricardo Zielinski pueda concretar un partido
perfecto.
Por su parte,
Boca viaja a Belo Horizonte para disputar el jueves su partido de vuelta ante
Cruzeiro, ahora con cierta tranquilidad o con la mochila mucho más liviana en
lo anímico tras una durísima semana en la que tambaleó como nunca durante todo
su ciclo el director técnico Guillermo Barros Schelotto luego de sus derrotas
ante River por la Superliga y ante Gimnasia y Esgrima La Plata, en el último
minuto, por los octavos de final de la Copa Argentina.
Todavía resuenan
en el contexto de Boca, más allá de su buena ventaja de 2-0 en la ida ante
Cruzeiro en la Bombonera, la jugada que provocó la lesión y la baja de su
arquero Esteban Andrada que atravesaba un gran momento, al chocar con Dedé,
quien fue injustamente expulsado y luego, suspendido por la Conmebol, aunque
esto generó que el club brasileño apelara la sanción apoyado por todo el
establishment futbolero de su país, con la idea de difundir una supuesta
animosidad de la entidad sudamericana hacia el fútbol de este país porque la
CBF votó por Marruecos para la candidatura como sede del Mundial 2026 cuando
todas las federaciones del continente habían acordado hacerlo por los
norteamericanos Canadá, Estados Unidos y México.
La fuerza
política de esta apelación fue tan fuerte que la Conmebol cedió y Dedé estará
en la revancha a la que ahora Boca llega con una cierta recuperación tras el
buen triunfo de anoche en la Bombonera ante Colón de Santa Fe, que le permite
seguir en la Superliga a seis puntos del líder, Racing, al que debe enfrentar
por la próxima fecha en dos semanas, cuando regrese el torneo tras la
interrupción por la fecha FIFA de selecciones nacionales.
Boca salió a
jugar ante Colón en una cancha pesada por la lluvia caída en Buenos Aires con
una mezcla de titulares y suplentes, y no pareció la mejor idea la de que
Agustín Rossi atajara cuando no cuenta con otro arquero con experiencia, en el
caso de una lesión, para ir a Brasil el jueves, por lo que se encuentra a la
búsqueda de otro para los próximos días, pero pudo resolver el partido gracias
a la velocidad y habilidad del colombiano Sebastián Villa, que parece demasiado
importante como para ingresar en un equipo suplente.
El triunfo ante
Colón (3-1) sirve más como cambio de chip en lo anímico que por lo
futbolístico, porque Boca sigue sin jugar bien y en cambio, los atacantes le
resuelven las enormes carencias colectivas, especialmente la descoordinación
entre los marcadores centrales, la escasa efectividad de sus laterales en
ataque, y su extraña postura de contraataque como local.
En Brasil, ante
Cruzeiro, Boca deberá analizar cuál es el sistema que más le convendrá para
utilizar en un campo grande, y cuando se juega mucho más que su clasificación a
semifinales. Acaso se dilucide la continuidad de Baros Schelotto.
River, a
diferencia de Boca, viene en alza con sus rendimientos, y la goleada como
visitante a Lanús (1-5) con varios suplentes, ratifica este muy buen momento de
los dirigidos por Gallardo.
Con Racing puntero
en la Superliga y ya despojado de la traumática eliminación ante River en los
octavos de final de la Copa Libertadores, y con San Lorenzo buscando
reinventarse tras su dura caída ante Nacional de Montevideo en una floja Copa
Sudamericana, Boca, River e Independiente comienzan a prepararse para una
semana trascendente, en la que se juegan su futuro.
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