Desde Madrid
En una
definición para el infarto, River consiguió su cuarta Copa Libertadores de
América al vencer 3-1 a Boca con goles de Lucas Pratto, Juan Fernando Quintero
y Gonzalo Martínez, éste último en la jugada final del alargue, cuando en los
noventa minutos habían empatado 1-1 (Darío Benedetto marcó el gol de Boca, que
se fue en ventaja al descanso durante los noventa minutos).
Ni bien comenzó
el primer tiempo del alargue, Boca sintió la expulsión de un jugador
fundamental en su esquema táctico, el volante central colombiano Wilmar
Barrios, en una medida que pareció excesiva por parte del árbitro Cunha.
Al quedar Boca
con un jugador menos, esto obligó a Guillermo Barros Schelotto a colocar a un
defensor más (Leonardo Jara) por lo que sacrificó al colombiano Sebastián
Villa, de irregular partido, en el ataque. River reaccionó reemplazando a
Palacios por el chico Julián Alvarez.
Ya Boca no se
parecía al del inicio del partido, porque
Jara pasó a ser lateral derecho,
y el mediocampo quedó compuesto por Buffarini por la derecha, Nández
como central y Gago como enlace hacia los atacantes Pavón y Ábila.
A los 12
minutos, siempre River dominando con un jugador de más, Martínez se fue hasta
el fondo, sacó un centro atrás, Álvarez remató fuerte y la pelota salió apenas
afuera.
A los 4 minutos
del segundo tiempo, llegó el gol de Juan Fernando Quintero, de media distancia,
inatajable para Andrada.
Barros Schelotto
dispuso entonces el ingreso de Carlos Tévez por Buffarini en la búsqueda
desesperada del empate, casi sin tiempo.
En uno de esos
ataques, hasta el arquero Esteban Andrada fue a buscar el empate, y ya en el
último minuto, y de contragolpe, Martínez, sin defensores de Boca y con el arco
vacío, empujó la pelota hacia el inexorable 3-1.
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