Tras los dos partidos de ida de la semifinal de la Champions League, y el sorprendente empate conseguido por el Chelsea en el Camp Nou, cabe preguntarse si podrá conseguir el Barcelona un resultado que lo coloque en la ansiada final de Roma, mientras que por el otro lado, Manchester United parece haber conseguido una diferencia importante que le permite seguir soñando con retener el título conseguido en 2008.
Pocos esperaban una repetición de la final de Moscú, en la que Manchester United se impuso por la mínima a su compatriota Chelsea, que tal como ahora, llegaba en una etapa de una transición consolidada, cuando el israelí Avram Grant reemplazó a José Mourinho. Ahora los de Stanford Bridge pasan por una situación parecida, y al cabo de un año, el holandés Guus Hiddink tuvo que hacerse cargo en reemplazo del brasileño Luiz Felipe Scolari, en el que había depositadas muchas esperanzas. Sin embargo Hiddink, un entrenador de gran experiencia y exquisito trato con sus jugadores, pudo sacar adelante el desafío, y dirigiendo al mismo momento a la selección rusa.
Lo que pocos podían llegar a suponer, y nos incluímos en la mayoría, es que este Chelsea, aún con tantos buenos jugadores como dispone, iba a soportar un empate 0-0 en el Camp Nou ante un Barcelona con tanta capacidad goleadora en la temporada (está al borde de los 140 goles), y que viene desarrollando un juego imponente y arrollador.
Sin embargo, el equipo inglés, con una estrategia poco común, casi un sacrilegio futbolístico para los cracks que lo componen, se dispuso sin demasiados cuestionamientos internos con dos líneas de cinco defensores, y dejando para el contraataque tan sólo a alguna escapada de Didier Drogba, que casi aprovecha en un error defensivo y desperdició una doble ocasión frente a Víctor Valdez.
Este impresionante vallado, de todos modos, no fue el único motivo del empate, sino que también el Barcelona pareció más errático que lo habitual, acaso más nervioso por tener su mente dividida en dos frentes, siendo el otro nada menos que el desafío casi decisivo en el estadio Santiago Bernabeu ante el Real Madrid por la liga española.
Esto, y las ausencias de Carles Puyol (suspendido por acumulación de tarjetas amarillas) y Rafa Márquez (lesión), generan ciertas dudas para la revancha del miércoles en Stanford Bridge, si bien hay que hacer notar que el hecho de que el Chelsea no haya marcado en el Camp Nou puede determinar el pase a la final porque un gol del Barcelona obliga a los ingleses a marcar dos tantos, y el hecho de jugar de locales, obligaría al equipo de Hiddink a volcarse al ataque, dejando espacios que el Barcelona no tuvo en el anterior partido.
Por el otro lado, en cambio, el Manchester United parece más consolidado que el 1-0 que marcan las cifras de lo ocurrido en Old Trafford. La difrencia a favor de los “Red Devils” sobre el Arsenal fue mucho mayor que la de un gol, debido a que el dominio territorial y de posesión de pelota fue enorme, pero también las situaciones de gol.
En este sentido, el Arsenal sorprendió con su actitud defensiva mucho más que el Chelsea, porque el entrenador francés Arsene Wenger no acostumbra a tomar tantas precauciones. En este caso, no parece que el conjunto londinense haya salido a la cancha con una propuesta defensiva, sino que el propio andar del Manchester United lo fue retrasando hasta que sus líneas quedaron casi pegadas al arquero español Manuel Almunia, casi el exclusivo responsable de que el marcador no haya sido más amplio.
Aunque parezca pobre, el 1-0 no es poca distancia. El haber marcdo y a su vez no haber recibido goles en contra por parte del United, sumado a la enorme diferencia futbolística ejercida con la autoridad de un equipo experto y anterior campeón en 2008, parece decisivo incluso para la revancha del martes porque se trata de un plantel que maneja muy bien los tiempos de un partido cuando lo tiene a favor o cuando hay mucho en juego, y son testigos de ello tanto el Inter como el Porto, sus dos eliminados desde octavos de final.
El Arsenal dispone un plantel joven, aunque su líder natural, Cecs Fábregas, no parece haber tomado la forma que tenía previa a la lesión que lo mantuvo fuera de las canchas por largo tiempo, mientras que muchos de sus compañeros deberán cambiar mucho si quieren torcer una eliminatoria muy complicada y en la que un gol del United sería casi el final para los anfitriones en el torneo. No por nada el propio entrenador del Manchester, Alex Fergusson, había manifestado antes del partido de ida que se conformaba con un 1-0.
Habrá que ver entonces si el Barcelona puede torcer el rumbo de una eliminatoria impensadamente complicada ante el Chelsea, y si el Arsenal, con un equipo tan joven y cuando pocos imaginaban que llegaría hasta aquí, puede eliminar al anterior campeón europeo. De lo contrario, Roma verá repetir a los mismos protagonistas de Moscú, otra vez en la gran pelea por la copa más prestigiosa de Europa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario