Nos enteramos de la muerte, a los 73 años, de Andrés Cascioli, ilustre humorista aunque en realidad, mucho más que eso. Cascioli fue un gran editor, y comprometido. Se la jugó en tiempos duros, desde "La Urraca", su editorial, con la revista "Hum(R)" (Humor Registrado), que comenzó cuando ya la sangre brotaba por toda la Argentina, a poco de comenzar el Mundial 1978, y prosiguió durante toda la atroz dictadura que asoló el país, subiendo la apuesta desde los primeros tiempos de tiras cómicas, ilustraciones de los más grandes (el propio Cascioli, Tabaré, Fontanarrosa, Izquierdo Brown), pero al mismo tiempo representó un sopolo de aire fresco en tiempos en los que nada podía decirse por la tremenda censura imperante.
La Hum(R) pudo zafar de todo eso gracias a su lucidez, a su sentido de la ironía, a su inteligencia para plantear los temas, y se terminó convirtiendo, al poco tiempo, en "el" medio opositor a la dictadura, con columnas como las de Jorge Sábato, investigaciones como las de Enrique Vázquez, entrevistas como las de Mona Moncalvillo, desde las que nos íbamos desasnando sobre personajes que jamás desfilaban por los medios masivos, todos controlados con mano de hierro, o la inolvidable sección "Pelota", con Tomás Sanz como "editor técnico" y la enorme figura de José María Suárez, "Walter Clos" con aquellos desopilantes (y esclarecedores) diálogos entre el tío y el sobrino sobre los negocios espurios en el fútbol, siguendo en serio (y sin tanta declamación falsa-progre) la línea de Dante Panzeri, fallecido justo cuando apareció el número 1.
Nos viene a la mente el recuerdo de aquel número 97, censurado por la dictadura, y sus revistas secuestradas en los kioscos por la fuerza pública (de facto, claro), pese a lo cual habíamos podido conseguirlo gracias a que la comprábamos inmediatamente a su salida, aunque más nos hemos reído con el editorial del número 98, cuando Cascioli agradeció a la dictadura por el secuestro del número anterior, gracias a lo cual había triplicado la venta del siguiente.
También recordamos aquel prospecto que el Círculo de Periodistas Deportivos (CPD) de Buenos Aires repartió en el Mundial de México 1986 en el Centro de Prensa del hotel Presidente Chapultepec, en México DF. La foto, en referencia a la "excelencia" de su Escuela, nos mostraba en un aula a todos supuestamente leyendo alguna revista deportiva, ya que uno de sus lemas era que nosotros debíamos ser "periodistas de-por-ti-vos". Pero aunque se veía de manera imperceptible, aquella revista que todos hojeábamos en 1982 no era otra que la Hum(r), aún allí, en una institución que propugnaba lo contrario.
Nos queda el enorme orgullo de haber formado parte de esta revista histórica y nos acordamos ahora de Aníbal Litvin, a quien tratábamos en aquel tiempo en la sede de "La Urraca", aunque nuestro mayor referente desde siempre fue el maestro Suárez, quien partió seguramente a un lugar donde ironizar mejor sobre los crecientes negocios del fútbol, y quien debe estar diciéndole ahora a Cascioli, café mediante, "viste tano, me quedé corto con lo que decía".
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1 comentario:
Siempre con tanta verdad por decir Loco gracias!!!
Sebastian Giunta
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