Esta crónica fue escrita hace demasiado tiempo en este blog como para rasgarnos las vestiduras ahora. Que hablen los que nunca hablaron. Que lo digan ahora, aunque sea tarde. Que todos aquellos que vinieron disimulando tantas carencias, escribiendo, chupamedias del diez, que "se está jugando mal", o que "el equipo no encuentra el camino", o que "la selección anda sin brújula", ahora le pongan nombre y apellido a lo que desde este blog venimos diciendo desde el mismo momento en el que Diego Maradona asumiera como entrenador del seleccionado argentino: que no estaba, ni está en condiciones de hacerse cargo de un trabajo semejante. Ni por experiencia (que no la tuvo casi, en el puesto, porque aquello de 1995 en Racing Club y en Deportivo Mandiyú ni siquiera se puede tomar con mucha seriedad), ni por su capacidad de manejar grupos con un cierto equilibrio, y podríamos decir que tampoco por su salud mental. Aunque sea doloroso, no deja de ser público que Maradona no hace mucho tiempo estaba internado y en una delicada situación y habían pasado pocos meses y de aquel trago complicado, pasaba casi sin escalas a dirigir a la selección argentina y no parece ser una buena decisión por parte de esta AFA cada vez más imputable, y de su inefable presidente, Julio Grondona.
Era claro, en todas las encuestas de cualquier medio periodístico, que la gente se volcaba por Carlos Bianchi para ese lugar, y nos consta que Grondona por primera vez pensó en darle la oportunidad, pero allí aparecieron los lobbies, especialmente el de sus hijos, especialmente uno de ellos ligado afectivamente a los campeones del mundo de 1986 y a Carlos Bilardo, para torcer la decisión grondoniana y darle el cargo a Maradona, quien venía presionando en ese sentido y todo indica que para Grondona, fue la ocasión de darle el gusto y al mismo tiempo, quemar una etapa para que no haya reclamos futuros. Pero en esa decisión comenzaba una hecatombe anunciada, con todos los problemas derivados de un personaje que ya no es el del futbolista eximio, proque lo mejor que Maradona podía ofrecer en el fútbol ya lo había dado hasta 1997, cuando se retiró. Este Maradona de ahora, que se refiere en la conferencia de prensa a "los panqueques" por aquellos que lo critican, lo hace en función de estar acostumbradísimo a que casi la totalidad de la prensa nacional lo adula sin miramientos y le festeja cualquier frase de ocasión, cualquier exceso verbal, cualquier referencia a cualquier persona con la impunidad que da el haber sido el mejor jugador de todos los tiempos, lo cual no significa ser un Dios, sino, en verdad, apenas eso: ser un supercrack de un deporte masivo, que sólo es un talento más entre tantos que los seres humanos podemos tener, sólo que el suyo ha tenido una dimensión internacional.- Porque a Maradona se le ha perdonado todo y tiene cierta lógica: porque ha sido el gran protagonista de las últimas grandes alegrías populares, pero luego se ha equivocado mucho, si bien alimentado por ocupar un cargo que no fue decidido por él sino por los que lo contrataron y que ahora ven, con gran prepcupación, el monstruo que ellos inventaron, como antes procrearon a las barras bravas, los aperturas y clausuras, y una larga lista de desaciertos.
Y los grandes "progres" de la prensa argentina, aquellos que siguen a ídolos de barro, sean supercracks o supuestos formadores de opinión cuya palabra es santificada al punto de no poder armar un pensamiento propio que sea mínimamente crítico, seguirán hablando de "los errores de Diego" o que "se juega mal" cuando por mucho menos, derrumbarían a otro entrenador, como hicieron con Basile hace un año.
¿Se irá Maradona? todo indica que no. Si es por él mismo y la conferencia de prensa post-partido en Asunción, su idea es seguir y es lógico, atado como está esto a su proyecto de vida y acostumbrado como está a que una larga fila de chupamedias siga aceptando sus designios mientras le llevan el bolso, le compran algo en el kiosquito de enfrente o le cuentan bobadas al oído o le festejan sus chistes, en nombre de "la posta" o el autógrafo del diez.
Tampoco parece que grondona y la dirigencia de la AFA quieran pagar el costo político, ya no tan alto a esta altura, de echarlo. Sería lo lógico en un país normal, mas no en la Argentina. Lo lógico sería contratar a un técnico (o al propio Carlos Bilardo, que ya está ahí y no queda mucho tiempo en esta etapa) para ordenar un poco el equipo, convocar a lo que realmente haya que convocar y no a este esperpento, tratar de elevar la autoestima de los jugadores y hacerles entender que el Mundial no está tan lejos porque de ganarle a Perú en octubre, sería casi imposible no quedar al menos quintos, y una repesca sería ante Honduras o Costa Rica, a los que normalmente Argentina les podría ganar.
El tema, aunque parezca loco, no es el Mundial. El tema es el fútbol argentino, en general. Cómo se puede llegar a caer tan bajo con semejantes jugadores, pretendidos en todo el mundo. Qué sistema de juego se implementa, y por qué hoy un entrenador argentino recién da la formación del equipo luego de que la de un técnico rival como...el de Venezuela, a la que en 1975 Argentina venció 11-0 por la Copa América con la selección de la provincia de santa Fe. ¿Qué pasó en este tiempo? ¿A qué jugamos? ¿Dónde están nuestros números 10, los dos laterales, los 5 que no necesitaban de su doble, los wines? ¿Qué le hicieron a nuestro fútbol los resultadistas? ahí está la clave. Dime qué dirigentes tienes y te diré cómo te irá. Lo ve´níamos diciendo y lo volvemos a decir. No teníamos prisa. Los que tienen que hablar ahora son otros, no nosotros.
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4 comentarios:
querido Ser
leo con interés tus columnas, son excelentes.
Desdee chile, apoertan luz a un momento de terror.
Coincido que Diego Maradona es el centro del problema, y Grondona, pero creo que tambien lo es la mayoría de los argentinos que se sigue ilusionando con este yipo de maniobras.
Me incluyo.
En el fondo, ya somos como Uruguay, que bien dicho por el talentoso Rudy, si fabricaramos computadores, en lugar de memoria, tendrían nostalgia.
Ojala nos quedemos fuera, que el golpe sea bien duro, que clasifique venezuela, quizas asi se vaya grondona y seamos lo que podemos ser.
Un abrazo
Marcelo
Si bien es cierto que el equipo de futbol de Argentina tiene grandes posibilidades de clasificar para jugar el Mundial, la cuestión es « jugando de esta forma, ¿tiene sentido ir al torneo? »
Desde mi punto de vista, si uno no gana una copa, no es válido “robarla” y viendo como juega en este momento el equipo, ir al Mundial es tirar una moneda al aire y ver que pasa.
Creo yo que hay dignidad en ciertas derrotas, así tanto como no la hay en ciertas victorias.
El Acrobata
muy bueno Sergio...descarnado pero cierto 100%
adelante
yo coincido con todo lo que decís Sergio e intento interpretar que todos estamos perdiendo.........algo ...y para ir así al mundial.....será volver en la primer ronda..peor que no haber ido.....sandra bolatti
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