martes, 11 de mayo de 2010

Pellegrini y Mourinho, las dos caras del Real Madrid (Jornada)




Por estas horas, en Madrid comienzan a darse cuenta de que efectivamente, esta temporada es muy posible que termine en blanco, pero no por el color de la camiseta que sabe a glorias pasadas, sino por el vacío de títulos nuevos en las vitrinas, pese a que el gasto en fichajes fue mayor a los trescientos millones de euros en el primer año del retorno de Florentino Pérez al glamour y a la presidencia del club.
El finalmente trabajoso aunque en gran parte del partido espléndido triunfo del Barcelona ante el duro Sevilla en el estadio Sánchez Pizjuán andaluz, dio por tierra con los pocos sueños que quedaban entre los hinchas del Real Madrid de que afectados por la derrota por la Champions League ante el Inter, los catalanes se quebrarían anímicamente y cederían puntos para poder ser alcanzados en el liderazgo de la liga española, pero a una sola fecha del final, la del próximo domingo, es claro que la historia no ha sido así. Y lo peor es que ahora el Real Madrid depende de un equipo que pugnará por salvarse del descenso en el Camp Nou, como el Valladolid, y más aún, de su más que polémico director técnico Javier Clemente, el mismo que tuviera una guerra verbal (que se tradujo en física entre los jugadores) con César Luis Menotti por los principios de los ochenta, cuando éste dirigía al Barcelona de Diego Maradona, y aquél al Athletic de Bilbao. Cual Carlos Bilardo español, Clemente, que también dirigiera a la selección española y tuviera un grandísimo enfrentamiento con buena parte de la prensa local, disputó palmo a palmo su filosofía de juego “pragmática” contra Menotti en una recordada (por lo violenta) final de la Copa del Rey de 1984 en el Santiago Bernabeu de Madrid, que terminó con una trifulca de todos contra todos. También enfrentado a Jorge Valdano, hoy director deportivo del Real Madrid, este mismo Clemente es quien puede ayudar a los blancos a ganar la liga si su esquema en el Camp Nou logra similitudes con el Inter de la semifinal de la Champions. Algo así como si pudiera colocar en la cancha al “Valladolinter”. Pero en este equipo pucelano no juegan ni Julio César al arco, ni Walter Samuel ni Lucio como centrales, ni Maicon o Zanetti en los laterales. Será difícil que este Real Madrid salve el año.
Pero todo no termina allí. Pareciera ser que en Madrid gustan de vanagloriarse cuando ganan, como hundirse hasta la coronilla si pierden y en vez de repensar la temporada y al menos valorar lo bueno como para partir de una base, ahora ya nada sirve. El director del más influyente diario deportivo madrileño, Marca, Enrique Inda, explica en la web, dando la cara, que el entrenador chileno Manuel Pellegrini “no es el indicado para dirigir al Madrid” aunque en su primera temporada en el cargo, y con un equipo conformado en tres meses, haya logrado una marca de 101 goles en 37 partidos, haber peleado palmo a palmo el título con un Barcelona ya muy armado, y lo que es mejor, un consenso unánime acerca de que después de muchos años, el equipo “juega a algo”.Pero no alcanza, como tampoco la pausa magistral de un jugador tan talentoso como intermitente, José María Gutiérrez, Guti, uno de los pocos capaces de enlazar las líneas y dibujar juego con un par de movimientos. Entonces, afuera Pellegrini, chau Guti, y acaso adiós Gonzalo Higuaín, que con sus 27 goles a cuestas en la liga es requerido por los grandes de Inglaterra y parece que el Real Madrid está dispuesto a traspasarlo con el rumor constante de que no aparece en los partidos principales o que no es del todo solidario en algunas jugadas mano a mano con los arqueros. A cambio, quieren ahora a Wayne Rooney, del Manchester United, al que le costará adaptarse a otro sistema de juego y sin garantías cuando ya las tiene en casa. Lo mismo que Pellegrini. ¿A qué quiere jugar el Real Madrid cuando tienta al portugués José Mourinho por una fortuna, para que abandone el Inter tres temporadas antes del vencimiento de su contrato? A la garantía de un título, que parece ofrecer “the special one”. Pero nadie puede asegurar nada, ni títulos, ni juego. En todo caso, Mourinho asegura que no habrá demasiado espectáculo. Para que ya desde ahora sepan en el Bernabeu que habrá que abandonar toda esperanza estética si se quiere ganar. Una especie de Capello bis, algo que ya conocen en Madrid. Todo sea por un triunfo, por un resultado.
Lo único que se pide es que no nos hablen más de jogo bonito cuando realmente no les interesa. Por favor.

1 comentario:

FI dijo...

Yo no quiero a Pellegrini en el Madrid, ya no.

Saludos.