viernes, 3 de diciembre de 2010

Putin: "Pensé que lo mejor era darle independencia a la FIFA y acerté" (Jornada)



El primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, se demoraba en llegar a la prometida conferencia de prensa en el Messe Zentrum, con todo el periodismo deportivo del mundo ya sentado en su esperam cuando repentinamente, todas las cámaras de fotos, todos los flashes, se dirigieron a una misma persona de la primera fila:
...era el magnate Román Abramovich, dueño del Chelsea y muy activo participante de la candidatura rusa al Mundial 2018.

Al fin de cuentas, era uno de los riesgos que corría Putin por la confusa decisión de no haber querido estar presente en el momento mismo del anuncio de la sede del Mundial 2018, cuando en principio iba a formar parte del acto. Todo indicaba entonces que Abramovich se llevaría las flores pero media hora después de lo previsto, el político, de físico pequeño, ingresaba por fin al salónb y allí quedó claro quién tiene el poder. No sólo se sentó e hizo un pequeño introito, en el que agradeció el apoyo de la FIFA y prometiño un gran Mundial, sino que él mismo dirigió la conferencia de prensa en la que por espacio de una hora se le preguntó de todo.

Lo primero que recordó Putin fue que él mismo nació en Leningrado, "una ciudad que había estado bloqueada por novescientos días durante la Segunda Guerra Mundial, sin electricidad, sin agua, no había calefacción pero sí hubo fútbol y eso ayudó a mi pueblo a resistir, le dio esperanza de vida a las personas y por eso en Rusia sabemos lo que significa el fútbol y por eso también esta candidatura es un desafío y haber ganado, un gran honor para nosotros". El primer ministro ruso prometió entonce que para 2018 "los estándares de vida serán más elevados, habrá mejoras en seguridad y en confort, se podrá entrar al país sin visado y habrá transportes gratuitos".

Uno de los temás más importantes que aparecieron es el de la confusión por su prometrida presencia en el momento de la decisión, pero que repentinamente se trocó por un comunicado en el que aseguraba que no vendría a Zurich, aunque sí estuvo en Guatemala cuando el Comité Olímpico Internacional (COI) le oorgó a la ciudad rusa de Sochi los Juegos Oímpicos de invierno 2014. "Es que aquello fue diferente y no teníamos tanto compromiso como aquí, que fue una batalla durísima y había una gran presión externa a los candidatos. Por eso, les pedí a mis compañeros de la candidatura que trasladaran a la FIFA lña idea de que era mejor dejar que operaran en absoluta libertad y sin mi participación. Quise mostrarle mi respeto a su absoluta independencia y creo que acerté", indicó Putin, de ánimo muy tranquilo, y justamente, proveniente de Sochi, con más de tres horas de viaje en avión.

Putin, en evidente alusión a Inglaterra, afirmó que hubo "quienes acusaron a distintas personas de corrupción sin justificación y eso, para mí, es de una presión inaceptable hacia la FIFA y que además se publicó en el mundo entero y significa una competencia desleal. Por eso hablé con (Vitaly) Mutko (ministro de Deportes, Turismo y Juventud), que me dijo que (Joseph) Blatter, el presidente de la FIFA, es imparcial y si bien estábamos preocupados, también apostamos a que nuestra candidatura coincidiera con la filosofía de la FIFA de ampliar la geografía del fútbol y esos fueron nuestros primeros pasos para ganar la sede y el segundo, el centrar mucho en que Europa occidental atraviesa una crisis financiera y en cambio nuestro desarrollo es sostenible y estamos incluso preparando los Juegos de Sochi de 2014".

El primer ministro tuvo también ocasión para salir al cruce de versiones de ausencia para no enfrentar a la prensa luego de que se revelaran documentos secretos de la embajada de Estados Unidos en el sitiop web Wikileaks. "No pendsé nunca en eso, en que nos podía perjudicar. Como les dije, si no vine fue solo para que la FIFA no se sintiera presionada por el poder político ruso. No había escuchado antes la versión de lo del sitio web como causa de mi ausencia", continuó.

Putin apenas si se refirió a la dura derrota inglesa, con apenas dos votos sobre veintidós en la primera ronda, que significó la eliminación de los británicos. "Inglaterra es un magnífico país futbolístico pero perdió. No creo que esta derrota haya tenido que ver con la trampa (en ese momento, hubo aplausos del público ruso en la platea, tal vez con ironía) y nosotros somos buenos rivales y esperamos poder ser buenos anfitriones de los ingleses en 2018" y tuvo tiempo de un momento de comicidad cuando le insistieron en su ausencia, cuando sí estuvieron presentes cinco primeros ministros y un príncipe. y si entonces se creía listo por haber ganado a la distancia. "Le agradezco, parece que no me equivoqué", fue todo lo que respondió, entre risas del público.

Putin reconoció que en la candidatura rusa "sabíamos que el rival más fuerte iba a ser la dupla España-Portugal pero que a su vez esto nos podía ayudar porque sabemos que a la FIFA no le gustan las candidaturas conjuntas". También admitió que el Mundial ruso "deberá organizarse en un espacio más pequeño porque la etensión del país es enorme, es el más grande del mundo, y no se puede viajar de Chukotka a Moscú porque hay diez horas de vuelo y entonces buscaremos de hacerlo en la parte más occidental del país".

Putin tuvo también espacio para referirse a Abramovich, sentado en la primera fila, al citar que el magnate, que reside en Londres, "trabajó duro en la candidatura y también lo había hecho antes en Chukotka, aunque mucha gente sólo lo ve como rico, y sé que apoya a un club ruso también, además del Chelsea. ¿Quiere decirlo, Abramovich?", pero el empresario lo negó, aunque se sabe que ese club es el CSKA Moscú. Luego remató, mirándolo: "esperemos que ponga dinero también para el Mundial".

El primer ministro dijo también que se buscará la ayuda del capital privado para no tener que gastar todo desde el Estado" y cuando se le preguntó si en 2018 será presidente del país, se rió y dijo "eso lo decidiremos con el presidente (Dmitri)i Medvedev en su momento".

Ya eran las 22,30 y el propio centro de prensa cerraba definitivamente sus puertas a las 24. Fu entonces que se paró, agradeció, y partió con un inmenso séquito, seguramente a festejar en algún afamado restaurante de Zurich. Era el ganador de la noche.

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