domingo, 31 de julio de 2011
Argentina apuesta a un nuevo cambio con Sabella (Yahoo)
El fútbol argentino vive un momento muy complicado. La sorpresiva eliminación en cuartos de final de la Copa América que organizó, y que pudo ser en la propia primera fase de grupos, generó que se le rescindiera el contrato al entrenador Sergio Batista, cuando hacía un año que había llegado al cargo, y se contrate ahora a Alejandro Sabella, que será presentado el martes próximo.
Si es por los antecedentes, no hay dudas de que, excluyendo al que gana en todas las encuestas por el noventa por ciento de los votos, que es Carlos Bianchi, de mala relación con el presidente de la AFA, Julio Grondona, Alejandro Sabella cuenta con un buen antecedente, porque no sólo ha hecho buenas campañas con Estudiantes de La Plata, sino que ya acumula experiencia con la propia selección argentina por haber sido el tercer miembro del cuerpo técnico de Daniel Passarella entre 1994 y 1998, Mundial de Francia incluído.
Sabella es un entrenador pragmático pero que gusta del buen fútbol, en lo posible. De jugador ha sido un gran volante creativo, surgido de los juveniles de River Plate y transferido luego al fútbol inglés (jugó en el Sheffield United y en el Leeds) para regresar en 1982 a Estudiantes en la mejor etapa de su carrera, dirigido por Carlos Bilardo, y fue campeón argentino.
En Estudiantes, Sabella fue campeón también como entrenador. En 2009 ganó la Copa Libertadores de América y estuvo a un minuto de ser campeón mundial de clubes, pero apareció Lionel Messi y empató para Barcelona en la última jugada y luego los catalanes ganaron en los treinta minutos del alargue, y en 2010 ganó el Torneo Apertura argentino.
Pero el tema no es Sabella, entonces, sino preguntarse cómo es que Bianchi, el más ganador de todos los entrenadores argentinos, sigue sin tener una oportunidad, o por qué desde 2004 hasta la actualidad, la selección argentina cuenta con cinco entrenadores (Pekerman, Basile, Maradona, Batista y Sabella) y desde 1974 a 2004 ha tenido la misma cantidad (Menotti, Bilardo, Basile, Passarella y Bielsa). Si en los primeros treinta años ha tenido la misma cantidad que en los últimos siete, es que algo malo sucedió en estos últimos tiempos.
En cuanto a Bianchi, Grondona suele repetir que el entrenador le negó dos veces la oferta de dirigir la selección argentina en el pasado (en 1998 Boca llegó primero y firmó el contrato para generar un imperio casi por una década y en 2004 no aceptó dirigir hasta el Mundial 2006 por menos de dos años de trabajo al considerar que era poco tiempo) y que solía repetir que no trabajaría en la AFA mientras este dirigente continuara en su cargo.
Lo extraño es que cuando se le consulta por estos días a Grondona sobre por qué no se le dio más tiempo a Batista, que gozaba de la aceptación del plantel y en especial de Lionel Messi, la respuesta es que “no quiero que mañana digan que por un capricho mío se obtuvieron malos resultados”. ¿No es, acaso, un capricho suyo, que Bianchi, el mejor de todos, siga sin dirigir a la selección argentina?
Lo cierto es que Sabella deberá trabajar muy duro. El contexto no lo favorece porque con dieciocho años sin títulos con la selección absoluta, la moral está en días muy bajos. Nadie pensó en perder como locales la Copa América y el hecho de no ganarla privó a la selección argentina de jugar en 2013, en Brasil, la Copa Confederaciones, en un torneo de gala en el que jugarán Brasil, España, México, Japón, Uruguay y el próximo campeón de la Eurocopa, entre otros.
Pero aún peor, en octubre el equipo argentino debutará en la clasificación para el Mundial 2014 ante Chile como local, en un torneo con nueve equipos y cuatro plazas y media, algo que en otro tiempo, y sin la participación de Brasil, por ser local en la cita mundialista, sería casi un deshonor plantearse un mínimo peligro, pero hoy la situación es distinta y no hay certezas ni aún así.
En la AFA se reconoce que en la Copa América pasada, la selección argentina jugó como local ante tres de los próximos ocho rivales para clasificarse al Mundial (Bolivia, Colombia y Uruguay) y no pudo vencer a ninguno de ellos. ¿Por qué sería tan distinto ahora, para ir al Mundial, con los rivales aún más motivados que en la Copa? Habrá mucho que trabajar.
Desde lo futbolístico, hay varios motivos de preocupación. Uno de ellos es el comunicacional entre los propios miembros del cuerpo técnico. Por eso, se orientó a Carlos Bilardo a un rol de “asesor” de Grondona, terminando su función de manager, y aún continúa en estudio el rol que ocupará en la nueva estructura Humberto Grondona, el hijo del presidente, que tampoco tuvo un paso feliz en el ciclo anterior.
Tampoco seguirán en sus distintos cargos en el departamento de selecciones juveniles, ni Oscar Garré ni Julio Olarticoechea (sub-17) , que sumados a las salidas de Batista y de su ayudante José Luis Brown, y anteriormente de Diego Maradona y Héctor Enrique (uno de sus ayudantes) y la mala relación que hay con Oscar Ruggeri, que fue impedido de trabajar en el ciclo anterior, que apenas duró un año y medio, puede decirse que termina la oportunidad para la llamada “generación de 1986”, los que fueron campeones mundiales como jugadores y que por años reclamaba una oportunidad.
Todo indica que ahora se abre un tiempo para Sabella, posiblemente con Gabriel Batistuta formando parte del cuerpo técnico, y habrá que ver cómo trabajará el nuevo entrenador en rodearlo mejor a Messi, en explotar mejor los grandes delanteros que Argentina tiene por el mundo, y el mal momento que atraviesa en su defensa.
La gran pregunta es si lo dejarán trabajar a Sabella, o si al primer mal resultado volverá a explotar todo. El tiempo volverá a dar la respuesta.
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