No tuvo nada de casualidad que Marcelo Tinelli haya dado la orden al vicepresidente de San
Lorenzo de Almagro, Roberto Alvarez, para que se retirara del predio de la AFA
en Ezeiza.
Sabía, el showman de la TV argentina que aspira a
presidir la Superliga, votada en la Asamblea Extraordinaria, lo que venía y el
panorama no era el mejor y no quiso quedar pegado a un nuevo desafío, cada vez
más abierto, de los dirigentes del fútbol hacia la Conmebol y la FIFA y de
hecho, le llegaron a preguntar a la número 3 de la Comisión Normacrizadora y
representante de la Conmebol, Carolina Cristinziano, “de qué se reía”, ante su
sonrisa enigmática.
Es que los dirigentes de San Lorenzo se dieron
cuenta de que la dirigencia del fútbol, empujada por el tándem Daniel
Angelici-Moyanismo (que no es otra cosa que el continuismo del grondonismo por
la vía natural cuando el otro es por la vía de una supuesta renovación con cara
de Siglo XXI) discutiría el controvertido artículo 87 por el que se ponía en
juego quién estaría a cargo del examen de ética para los nuevos representantes
elegidos.
Como ya se advirtió en su momento (http://sergiol-nimasnimenos.blogspot.com.ar/2017/02/manda-la-fifa-aunque-las-roscas-quieran.html),
ni siquiera tener mayoría en la Asamblea ni haber rosqueado por más lugares en
la que se conformará con el nuevo estatuto (21 sobre 19 originales) podía
asegurar que los candidatos a presidir la AFA pasarían por el tamiz ético de
los máximos organismos que rigen el fútbol, llámesen Conmebol o FIFA y
entonces, quisieron poner todo a resguardo.
Los dirigentes del tándem Angelici-Moyanismo sabían
bien que de los principales candidatos de la lista, serían objetados. No tanto
Claudio “Chiqui” Tapia –postulado a presidente de una AFA vaciada-, a quien de
todos modos miran de reojo porque podría pesar el argumento del tráfico de
influencias por tener a dirigentes del Ascenso a sueldo en la esfera privada,
sino especialmente el presidente de Boca Juniors, porque desde Zurich
desalientan cualquier relación con los juegos de azar y se conoce de su poder y
de sus empresas con el bingo.
Pero no sólo Angelici. También los presidentes de
Huracán, Alejandro Nadur, y de Independiente, Hugo Moyano, tienen causas
judiciales por distintos motivos y podrían recibir el pulgar hacia debajo de la
dirigencia internacional, por lo que decidieron, en una jugada de abierto
desafío, votar un cambio por el que en vez de dejar las cosas en manos de
Conmebol o FIFA, pase al ámbito del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos
Aires, cuyo vicepresidente segundo es el mismo Angelici.
Esta propuesta provino del presidente de Defensores
de Belgrano, Marcelo Achille y no tiene nada de casual. Es un dirigente de un
club del Ascenso y venía a sostener el “Acuerdo de Mar del Plata” al que
llegaron en este verano Tapia y Angelici. El basamento de la idea es que “no
aceptamos injerencias externas”.
El modo precario en que se expone esta situación
desafiante ni siquiera llevó a pensar a estos dirigentes en que aunque
quisieran, la AFA no ha desarrollado hasta ahora un mecanismo para juzgar
éticamente a sus dirigentes y en cambio sí la propia FIFA y la Conmebol, por lo
que la cosa parece no cerrar por ningún lado y así lo advirtió Jair Bertoni,
representante de Zurich e hijo del campeón mundial 1978 Daniel Bertoni, con
mucha diplomacia.
Bertoni advirtió que el nuevo estatuto de la AFA
debe encuadrarse en el de la FIFA y que creía que este cambio por el Colegio de
Abogados de Buenos Aires no se encuadra con las pretensiones de Zurich y que no
fue lo que se consensuó en días de consultas y de cambios y ajustes con los
dirigentes argentinos.
De hecho, la Conmebol y la FIFA llegaron a ceder
hasta en dos de los votantes en la nueva Asamblea, pasando los representantes
del grupo Angelici-Tapia de 19 a 21 miembros, dejando afuera a tres de los seis
miembros del “Grupo de Interés”, pero no alcanzó y a último momento apareció
este “Domingo 7”.
No fue el único. Mientras se desarrollaba la
Asamblea en Ezeiza, entró en juego Sergio Marchi, secretario general de
Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), involucrado en asuntos non sanctos
con la Fundación El Futbolista hace
escasos meses, y quien amenaza ahora con no recomenzar el torneo en la fecha
prevista del 3 de marzo, si de los 390 millones de pesos que en principio la
AFA debe cobrar del Estado por la hoy votada rescisión del Fútbol Para Todos no
se descuentan 260 para los jugadores, además de que quiere que la ruta del
dinero pase por sus arcas, cosa que el gobierno de Mauricio Macri no acepta
bajo ningún punto de vista.
Si ese es uno de los frentes abiertos, otro es el
operado por la legisladora Graciela Ocaña, que reclama mediante un recurso de
amparo, que el dinero proveniente de la rescisión de contrato del FPT no vaya
al fútbol, porque éste es un deudor serial y ha demostrado que no tiene deseos
de hacer frente a esas deudas.
Que del 9 al 12 de marzo sean los días para
establecer las listas de candidatos a la AFA o que el 29 de marzo se vote
presidente, un día después del partido de la selección argentina ante Bolivia
por la clasificación al Mundial de Rusia pueden ser noticias importantes o no
de acuerdo a lo que la FIFA resuelva de acuerdo a lo votado en Ezeiza, pero
todo indica que será difícil que los dirigentes argentinos salgan indemne después
de otro de los desafíos al poder mayor. ¿Acaso el último hasta que le marquen
la raya roja final?
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