viernes, 24 de febrero de 2017

El último desafío de la dirigencia del fútbol argentino (Jornada)




No tuvo nada de casualidad que Marcelo Tinelli  haya dado la orden al vicepresidente de San Lorenzo de Almagro, Roberto Alvarez, para que se retirara del predio de la AFA en Ezeiza.

Sabía, el showman de la TV argentina que aspira a presidir la Superliga, votada en la Asamblea Extraordinaria, lo que venía y el panorama no era el mejor y no quiso quedar pegado a un nuevo desafío, cada vez más abierto, de los dirigentes del fútbol hacia la Conmebol y la FIFA y de hecho, le llegaron a preguntar a la número 3 de la Comisión Normacrizadora y representante de la Conmebol, Carolina Cristinziano, “de qué se reía”, ante su sonrisa enigmática.

Es que los dirigentes de San Lorenzo se dieron cuenta de que la dirigencia del fútbol, empujada por el tándem Daniel Angelici-Moyanismo (que no es otra cosa que el continuismo del grondonismo por la vía natural cuando el otro es por la vía de una supuesta renovación con cara de Siglo XXI) discutiría el controvertido artículo 87 por el que se ponía en juego quién estaría a cargo del examen de ética para los nuevos representantes elegidos.

Como ya se advirtió en su momento (http://sergiol-nimasnimenos.blogspot.com.ar/2017/02/manda-la-fifa-aunque-las-roscas-quieran.html), ni siquiera tener mayoría en la Asamblea ni haber rosqueado por más lugares en la que se conformará con el nuevo estatuto (21 sobre 19 originales) podía asegurar que los candidatos a presidir la AFA pasarían por el tamiz ético de los máximos organismos que rigen el fútbol, llámesen Conmebol o FIFA y entonces, quisieron poner todo a resguardo.

Los dirigentes del tándem Angelici-Moyanismo sabían bien que de los principales candidatos de la lista, serían objetados. No tanto Claudio “Chiqui” Tapia –postulado a presidente de una AFA vaciada-, a quien de todos modos miran de reojo porque podría pesar el argumento del tráfico de influencias por tener a dirigentes del Ascenso a sueldo en la esfera privada, sino especialmente el presidente de Boca Juniors, porque desde Zurich desalientan cualquier relación con los juegos de azar y se conoce de su poder y de sus empresas con el bingo.

Pero no sólo Angelici. También los presidentes de Huracán, Alejandro Nadur, y de Independiente, Hugo Moyano, tienen causas judiciales por distintos motivos y podrían recibir el pulgar hacia debajo de la dirigencia internacional, por lo que decidieron, en una jugada de abierto desafío, votar un cambio por el que en vez de dejar las cosas en manos de Conmebol o FIFA, pase al ámbito del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, cuyo vicepresidente segundo es el mismo Angelici.

Esta propuesta provino del presidente de Defensores de Belgrano, Marcelo Achille y no tiene nada de casual. Es un dirigente de un club del Ascenso y venía a sostener el “Acuerdo de Mar del Plata” al que llegaron en este verano Tapia y Angelici. El basamento de la idea es que “no aceptamos injerencias externas”.

El modo precario en que se expone esta situación desafiante ni siquiera llevó a pensar a estos dirigentes en que aunque quisieran, la AFA no ha desarrollado hasta ahora un mecanismo para juzgar éticamente a sus dirigentes y en cambio sí la propia FIFA y la Conmebol, por lo que la cosa parece no cerrar por ningún lado y así lo advirtió Jair Bertoni, representante de Zurich e hijo del campeón mundial 1978 Daniel Bertoni, con mucha diplomacia.

Bertoni advirtió que el nuevo estatuto de la AFA debe encuadrarse en el de la FIFA y que creía que este cambio por el Colegio de Abogados de Buenos Aires no se encuadra con las pretensiones de Zurich y que no fue lo que se consensuó en días de consultas y de cambios y ajustes con los dirigentes argentinos.

De hecho, la Conmebol y la FIFA llegaron a ceder hasta en dos de los votantes en la nueva Asamblea, pasando los representantes del grupo Angelici-Tapia de 19 a 21 miembros, dejando afuera a tres de los seis miembros del “Grupo de Interés”, pero no alcanzó y a último momento apareció este “Domingo 7”.

No fue el único. Mientras se desarrollaba la Asamblea en Ezeiza, entró en juego Sergio Marchi, secretario general de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), involucrado en asuntos non sanctos con  la Fundación El Futbolista hace escasos meses, y quien amenaza ahora con no recomenzar el torneo en la fecha prevista del 3 de marzo, si de los 390 millones de pesos que en principio la AFA debe cobrar del Estado por la hoy votada rescisión del Fútbol Para Todos no se descuentan 260 para los jugadores, además de que quiere que la ruta del dinero pase por sus arcas, cosa que el gobierno de Mauricio Macri no acepta bajo ningún punto de vista.

Si ese es uno de los frentes abiertos, otro es el operado por la legisladora Graciela Ocaña, que reclama mediante un recurso de amparo, que el dinero proveniente de la rescisión de contrato del FPT no vaya al fútbol, porque éste es un deudor serial y ha demostrado que no tiene deseos de hacer frente a esas deudas.


Que del 9 al 12 de marzo sean los días para establecer las listas de candidatos a la AFA o que el 29 de marzo se vote presidente, un día después del partido de la selección argentina ante Bolivia por la clasificación al Mundial de Rusia pueden ser noticias importantes o no de acuerdo a lo que la FIFA resuelva de acuerdo a lo votado en Ezeiza, pero todo indica que será difícil que los dirigentes argentinos salgan indemne después de otro de los desafíos al poder mayor. ¿Acaso el último hasta que le marquen la raya roja final?

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